viernes, 30 de septiembre de 2016

LA COMPAÑÍA DE JESÚS: RELICARIO DE ARTE Y BELLEZA AD OMNES GENTES

Fotografía de Santiago Salinas


Pulchrum super orbis terrarum in quitensis urbe / Hermoso sobre el orbe terrestre en la urbe quiteña, el templo de la Compañía de Jesús devélase inter nos como el más lindo y atractivo relicario de arte y belleza que puédese admirar magnificente y prominente in patria aequatorianae et solus ad maiorem Dei gloriam.

Fotografía de Santiago Salinas


Y es que justamente, ad maiorem Dei gloriam/ a la mayor gloria de Dios, la experiencia nos confirma que cuando una creación artística realízase buscando la glorificación suprema del Altísimo revístese de majestuosidad y revélase de esplendor en una forma proporcionalmente directa con la solemne belleza y la inmarcesible fisonomía que la obra conlleva per se para todos cuantos contémplanla patidifusos, convencidos siempre in perpetuum que a la gloria del Señor todo esfuerzo humano es propicio en tanto su grandeza es digna de reconocimiento universal y por ella, in historia mundi, jamás han escatimádose ni gastos, ni empeños, ni esfuerzos, puesto que a Dios nunca débese dejar de alabarlo y bendecirlo ora por su providencia divina, que es inmensa y omnímoda, ora porque es eterna su misericordia y manifiéstase munífica omnibus nobis.




Y por ello, la iglesia jesuita de la capital de la república es como una caja de sorpresas en su rica ornamentación interna en la que descúbrense múltiples detalles y elementos que sorprenden y encantan en el profuso barroquismo con el que fue diseñada. 

Fotografía del Reverendo Padre Iván Lucero, SJ

La excepcional hermosura del templo embelesa a todos cuantos admíranlo en su esplendorosa atmósfera, sin que haya un solo rincón o resquicio que no revélese admirabilis et originalis como una muestra fehaciente de la prolífica magnificencia de la providencia divina in communitate nostra.



Y tal como una «vera domus aurea» o «verdadera casa de oro» el viandante y circunstante que recorre internamente el majestuoso templo descubre insólitos recovecos desde cualquier ángulo por donde se pasee absorto siempre ante el oro que reluce iridiscente invitándonos a imaginar, de momento ad momentum, la grandeza del Señor, Providentissimus Deus, a cuya mayor gloria fue dedicado el sacro espacio in nomine Christi.

Fotografía de Jane Hiltbrand


Fotografía del Reverendo Padre Iván Lucero, SJ


Ad effectum videndi, una telescópica mirada desde el interior de la cúpula más grande del templo hacia los cuatro puntos cardinales que despliéganse desde sus arcos torales prodíganos una grandiosa perspectiva de la sublime lindeza que esta iglesia encierra, la cual pervive por su inmanencia ad vitam aeternam, mientras los detalles de los elementos que conforman su precioso barroquismo yuxtapónense  para mostrarnos prima facie que la belleza es un atributo que encuéntrase presente en las cosas más simples que unidas e intercaladas, ars gratia artis, conforman la magna factura del conjunto arquitectónico, el cual representa la más espectacular manifestación artística que púdose erigir en la capital de la república gratias Deo, como símbolo de la capacidad creadora de nuestros artistas bajo la dirección de los beneméritos padres jesuitas, verdaderos maestros de ciencia, arte y cultura in universa Terra.




La bóveda de cañón es ciertamente el elemento más espectacular que mírase a maxima ad minima por parte de todos los circunstantes que tienen el privilegio de transitar dentro de este exquisito templo a través de la nave central. Las ventanas ojivales colocadas simétricamente para confrontarse vis a vis en cada uno de los diversos espacios que integran la bóveda producen, prima facie, una rara luminosidad ad contemplationem nostra por la que el efecto lumínico del templo es de veras sorprendente cuando miramos patidifusos el esplendoroso y magnificente ambiente ad gloriam Dei in quitensis urbe



Las vistas que obtiénense, de momento ad momentum, sobre la bóveda de cañón son multidimensionales desde cualquier ángulo por donde enfóquese in splendore magno. Sorpréndenos todo el tiempo el incesante recargamiento ornamental de este espacio que, in crescendo, va creando una simultaneidad de texturas y de luminosidades cuyos efectos cromáticos entre el rubicundo color sobre el que incrústase el pan de oro que despliégase ad infinitum no solo vuélvennos patidifusos ante la iridiscencia de la vista frontal de la bóveda sino que prodúcennos una contínua modificación de la percepción en un espacio interior tan rigurosamente trazado y tan admirablemente exornado para contemplarlo como el tumbado de una verdadera «domus aurea» o «casa de oro».

Fotografía del Reverendo Padre Iván Lucero, SJ

Así, sicut lumen de lumine in terra, la bóveda de cañón del templo jesuitico in quitensis urbe muéstrase iridiscente cuanto más ilumínase a maxima ad minima dándonos a pensar que estamos ante una verdadera «domus aurea» o «casa de oro» que evoca al Altísimo como supremo soberano que gobierna la tierra y al cual decimos en todo el universo: «Quoniam tu solus sanctus, quoniam tu solus dominus, tu solus altissimus, Iesu Christe/ Porque sólo tú eres santo, tú solo señor, tu sólo altísimo, Jesucristo».

Fotografía del Reverendo Padre Iván Lucero, SJ

Y la majestuosa bóveda de cañón del templo de la Compañía de Jesús, ciertamente, préstase con su cúpula para iluminarse en armónicos contrastes que sorprenden y encantan de profundis a todos cuantos pueden vivir esta indecible experiencia, in corpore presente, cuando anualmente celébrase en la capital de la república la tradicional «Fiesta de la Luz», en donde la iglesia de la Compañía de Jesús resplandece «sicut lux veritatis ad omnes gentes» o «como luz de la verdad para todas las gentes».

Fotografía del Reverendo Padre Iván Lucero, SJ

Así pues, in mensis augustii/ en el mes de agosto, la «Fiesta de la Luz» celébrase pomposamente permitiendo contemplar ad experimentum, por única vez en el año, al templo de la Compañía de Jesús cual si fuese una lindeza de inopinadas sensaciones en donde propios y extraños deléitanse con policrómicos juegos de colores que magnifican a esta admirable y singular casa de Dios in excelsis ad maiorem Dei gloriam et super omnia in veritatis splendor.




Et solus ad maiorem Dei gloriam in veritatis splendor, las fotografías que puédense conseguir del esplendendoroso interior del templo jesuita son magnificentes desde todo punto de vista si hemos de considerar que la Compañía de Jesús préstase en todos sus ángulos interiores para que creativos fotógrafos logren originales tomas que encantan ad summum a todos cuantos tienen el privilegio de visitar este magnificente espacio creado ad gloriam Christi in quitensis urbe.



Fotografía de Santiago Salinas


Ad sollemnitatem, la vista del interior de la cúpula que hállase sobre el retablo del altar mayor cautiva ad súmmum a quienquiera que fuere, por el áureo ambiente que vuélvese ensoñador y mágico, ora por su grandiosa perspectiva, ora por la dorada luminosidad que evoca el oro excelso del que adórnase todo el recinto, ora por el magnánimo barroquismo ya plateresco, ya churrigueresco, ora por la delicada elegancia y el sui generis gusto estético con el que este sitio concibióse al cubrirlo ex integro con láminas de pan de oro ad maiorem Dei gloriam. Efectivamente, el azul cielo del interior de la cúpula es como el celestial cénit que contrasta cromáticamente con el dorado color del oro del que todo el templo atibórrase para impactar, ipso facto, hasta el límite máximo de la admiración, mientras la mirada concéntrase en observar cada uno de los elementos que conforman el mayestático retablo, ya trátese de las columnas salomónicas con sus corintios capiteles, ya se trate de las hornacinas con los santos que las albergan, ya de las imágenes bidimensionales que resáltanse en el áureo espacio, ya del gigantesco conjunto escultórico de la Santísima Trinidad, que es quizás como el punto focal al que dirígense todas las miradas, en tanto representa el vértice del que parte toda la magnificencia de este precioso rincón, tal cual si hubiésese querido demostrar justamente que al Dios trino y uno, en su condición de Providentissimus Deus, ha dedicádose todo este magnífico altar mayor in commemoratione Sancta Trinitas, unus Deus.

Fotografía de Santiago Salinas


Por su parte, en esta imagen lograda con el efecto de fotomontaje, el templo mírase prima facie como una ilusión óptica por la que apréciase cual verdadera «Domus aurea» o «Casa de Oro», donde el dorado espectro del original ambiente permítenos contemplarlo como un magno palacio en cuyo interior el oro refulge con prístina belleza y exalta reluciente ad contemplationem nostra como si nos invitase a bendecir al Creador, a quien damos el honor, el poder y la gloria in aeternum, pues solo él es digno de alabanza in saecula saeculorum. Por eso cantamos exultantes de gozo: «hosanna in excelsis Deo», desde donde sale el sol hasta el ocaso, ya que «santo, santo, santo es el Señor, Dios de los ejércitos y llenos están los cielos de la majestad eterna de su gloria», sicut dixit sacra scriptura/ como dice la sagrada escritura en el trisagio de Isaías.



Ars gratia artis, desde las artes el templo es un ejemplo paradigmático del barroco americano -in historia mundi- y en conjunto permite contemplar ex integro su rara belleza y extravagante lindeza tanto cuando el circunstante hállase dentro del fantástico recinto cuanto cuando el observador contempla, ex admirationem, las espectaculares imágenes telescópicas conseguidas con la cámara sub specie aeternitatis.
Fotografía del Reverendo Padre Iván Lucero, SJ


Así pues, «Cantate Dominum canticum novum/ Cantad al Señor un cántico nuevo» es lo que sugiérenos cada vista de la iglesia, de momento ad momentum, siendo la bóveda de la nave central la que resalta sui generis con el curioso artesonado que obsérvase reluciente en todos sus detalles cuando la miramos en su máxima grandiosidad lumínica, puesto que las ventanas superiores han colocádose con una precisión tal que prodigan claridad a toda la iglesia con la luz solar, mientras los bien logrados efectos de la iluminación eléctrica que ha diseñádose para el templo logran simular perfectamente, en las alturas del gran espacio, la inefable gloria celestial, pues cuando contémplase a esta bóveda de cañón ninguno deja de sentirse atónito y absorto hasta las fronteras de la estupefacción y el deleite que elevan a nuestras almas a las profundas e insondables sensaciones que experiméntanse en la espiritualidad ignaciana, si hemos de recordar que San Ignacio de Loyola enséñanos que «el bien, cuanto más universal es más divino» in Exercitia Spiritualia.

Fotografía del Reverendo Padre Iván Lucero, SJ


Ad gloriam Dei, el retablo mayor de la iglesia es un original compendio de creatividad y buen gusto. Construido en el ábside del templo, secundum histórica veritas, ab initio proyectóse como una copia de la fachada. No obstante, en el año del Señor de 1735 empezóse a fabricar el definitivo y actual retablo por el hermano coadjutor alemán Jorge Vinterer. Una década después, aproximadamente, Bernardo de Legarda intervino en el dorado del Tabernáculo, delicado trabajo que requirió 10 años más, tiempo en el que colocáronse las láminas de pan de oro que proyectan su refulgencia lumínica. El altar mayor en su global conjunto tiene tres cuerpos perfectamente diferenciados y superpuestos. Los dos primeros, desde abajo, cuentan con ocho columnas salomónicas entre las cuales encuéntranse los nichos que hospedan a algunos santos de fundamental importancia in nostra Sancta Mater Ecclesia. Distínguense así, ad gloriam aeternam, al seráfico San Francisco de Asís y al egregio Santo Domingo de Guzmán, quienes instituyeron las órdenes mendicantes; al neoplatónico San Agustín y a San Ignacio de Loyola, el fundador de la Compañía de Jesús, así como a San Luis Gonzaga y Santa Mariana de Jesús Paredes, Flores y Granobles, la Azucena de Quito. En el primer cuerpo contémplase el Tabernáculo cuya traza es grandiosa y convexa hacia el presbiterio. In excelsis, en la parte más superior contemplamos una soberbia corona sostenida por un grupo de ángeles, la que represéntase como símbolo icónico de nostra Sancta Mater Ecclesia. Debajo de ella, en el nicho más grande de todo el retablo, hállase el conjunto escultórico de la Santísima Trinidad, con el Padre Eterno, factorem coeli et terra, el Hijo Santísimo, Nuestro Señor Jesucristo, Dominus ac Redemptor, y el Espíritu Santo Paráclito, Dominum et vivificantem, así como las figuras de la Benedicta Maria Virginis; San José, su castísimo esposo, y el Niño Jesús. Todo este magnífico retablo conjuga lo divino y lo terreno habiéndoselo atribuido a Severo Carrión, exceptuando al Niño Dios, que fue tallado por José Yépez, según los más serios investigadores del arte ecuatoriano in veritas semper fidelis.

Fotografía de Santiago Salinas


In honorem Mater Dolorosae, en determinadas fechas del año litúrgico, desde el 20 de Abril de 1906, el esplendoroso retablo de la Compañía engalánase también con la edulcorada imagen de la Dolorosa del Colegio «San Gabriel», la inolvidable virgen de abril, mater semper amata in patria aequatorianae et in Societate Iesu, la cual colócase siempre en un bello marco dorado que acóplase perfectamente al tabernáculo para refulgir contristatam et dolentem sicut vera lux ad omnes gentes. Su tierna presencia y dulce mirada cautívanos in anima nostra invitándonos a pensar, ad contemplationem, que «una madre no se cansa de esperar», como dice tan apodícticamente uno de sus legendarios cantos in communitate nostra.

Fotografía del Reverendo Padre Iván Lucero, SJ


Semper sicut Mater amabilis et admirabilis/ Siempre como una madre amable y admirable, en ocasiones la Dolorosa del Colegio aparece en el retablo de La Compañía dentro de un marco circundado por ángeles orantes, vivificantes y triunfantes en tal dorado espacio ante la «Regina Angelorum» o «Reina de los Ángeles» in coelis et in terra/ en el cielo y en la tierra.





Fotografías de Santiago Salinas


Así, misericordes sicut Pater in Anno Misericordiae/ misericordiosos como el Padre en el Año de la Misericordia, digamos con apodíctica certeza que la iglesia de la Compañía de Jesús de Quito es la mejor alabanza en oro y piedra de todas cuantas pudieron hacerse in patria nostra a fin de bendecir al Señor, Dominus ac Redemptor, objeto cimero al que el templo dedicóse con los celebérrimos padres jesuitas, devotos propagadores del nombre de Jesús in universa Terra. Y no es para menos cuando hemos de considerar que solo al Señor, Pontifex fidelis et misericors, débesele toda gloria y majestad en tanto, como «dador de todos los bienes», los templos más grandiosos y las cosas más costosas han sídole dedicados en expresas manifestaciones de alabanza y gloria in omnia terra et usque ad consummationem saeculi, pues La Compañía construyóse como un conjunto admirable de toda belleza y santa pureza in nomine Christi. No de otra forma los hijos de San Ignacio de Loyola han enseñado desde siempre que «In nomine Jesu omne genuflectatur coelestium, terrestrium et infernorum/ En el nombre de Jesús todos genuflexionan en el cielo, la tierra y el infierno», como reza la inmortal filacteria del retablo de la iglesia del Gesù in Roma aeterna, el templo referencial de la iglesia de la Compañía de Jesús de Quito en la Ciudad Eterna.


Mater Dolorosa: ora pro nobis, antiqui Societatis Iesu alumni.
Fotografía del Reverendo Padre Iván Lucero, SJ


La iglesia es un valioso ejemplar de la arquitectura barroca americana y ha sido llamada in aeternum como «Templo de Salomón de América del Sur». Uno de los jesuitas viajeros, el padre Bernardo Recio, bautizóla como «Ascua de oro», mientras que Ernesto La Orden, Embajador de España en Ecuador, un día hubo de describirla como «el mejor templo jesuitico del mundo», expresión que aunque parezca exagerada refleja el impacto que causa el templo a quien posee sensus fidei y espíritu sensible para apreciar la belleza ante omnia et super omnia.

Fotografía de Jane Hiltbrand



Reverendo Padre José Benítez, SJ, Rector de la iglesia de la Compañía de Jesús, Quito
Fotografía del Reverendo Padre Iván Lucero, SJ


Aquí, en este conjunto arquitectónico vive hoy, ad initium tertio millenio, un entusiasta jesuita, dinámico, sociable y bondadoso como erudito, sapiente, servicial y magnánimo, gracias a su ánimo distendido. Trátase del padre José Benítez, SJ, actual rector de la residencia de San Ignacio allí establecida, quien recuérdanos, con su admirable trabajo pastoral, a la sempiterna consigna ignaciana: «EN TODO AMAR Y SERVIR», estando a su cargo la administración de la iglesia y siendo también uno de los últimos jesuitas latinistas in patria nostra. Vaya para él, amigo fidelísimo, un abrazo fraternal in nomine Domini, sicut dilectissime et reverendissime pater, sacerdos amabilis et fidelis in persona Christi capitis et care amice linguae latinae in provintia aequatorianae Societatis Iesu ad maiorem Dei gloriam. Gratias máximas, salutem, grata recordationem et benedictionem tibi per Christum Dominum Nostrum.

 Fotografía del Reverendo Padre Iván Lucero, SJ



Fotografía de Andrés Jiménez



Fotografía de Andrés Abad Merchán



Ad concludendi, dígase entonces que, pulcherrima ante omia/ hermosísima ante todo, delante de tanta majestuosidad, todos los espectadores que auscultan con ánimo contemplativo a la iglesia de la Compañía de Jesús extasíanse, ex admirationem, para proferir con acrimonia las inmortales palabras del salterio: «misericordias Domini in aeternum cantabimus/ cantaremos eternamente las misericordias del Señor», pues no otra cosa podemos hacer cuando elevamos los ojos del alma hacia la rara belleza de esta maravillosa «Domus Domini» o «Casa del Señor».

OMNIA AD MAIOREM DEI GLORIAM


DIEGO DEMETRIO ORELLANA
Datum Concha, super flumina Tomebamba, mensis septembris, die trigentessima, in Anno Misericordiae MMXVI

OPINIONES CIUDADANAS

Apreciamos la nota de Diego Demetrio Orellana






Diego Demetrio Orellana





Diego Demetrio Orellana MAXIMAS GRATIAS OMNIBUS VOBIS... QUÉ BUENO QUE LA APRECIÉIS, FUNDACIÓN IGLESIA DE LA COMPAÑÍA, PERO SERÍA MAGNÍFICO QUE TRATÉIS MEJOR A LOS VISITANTES QUE LLEGAN DONDE VOSOTROS, AMIGOS DE LA  Fundación Iglesia de la Compañía, RECORDANDO ANTE OMNIA LA ENSEÑANZA IGNACIANA: «EN TODO AMAR Y SERVIR».


OMNIA AD MAIOREM DEI GLORIAM


DIEGO DEMETRIO ORELLANA
OCTAVA DOMINICA I ADVENTUS, AD MMXVI

martes, 27 de septiembre de 2016

GRAVÍSIMA DENUNCIA DE VILMA VARGAS AL ALCALDE DE CUENCA


RECLAMO DE VILMA VARGAS A MONSERRATH TELLO ASTUDILLO DE COLÓN BRAVO DELGADO EN SU CUENTA DE TWITTER: 



ANTE OMNIA ET IN SCRIPTIS: TOMADO DE LA CUENTA DE TWITTER DE VILMA VARGAS

Cuenca, septiembre 27 del año 2016

Ing. Marcelo Cabrera Palacios
Alcalde de Cuenca
Ciudad.

De mi consideración:



Reciba un cordial saludo, a la vez que me dirijo a usted con el fin de poner en su conocimiento que el día 24 de septiembre del 2016 con motivo del Festival de la Virgen de la Merced del barrio El Vecino se llevaron a cabo varios festejos entre los que se incluyó la quema de castillos con pirotecnia. Dicha actividad se realizó a cuatro metros de distancia de mi vivienda (madera, teja y tapial) y a una distancia similar de otras casas y de la iglesia, edificaciones que están catalogadas como patrimoniales en diversos grados. En el barrio existen áreas abiertas como la plazoleta de El Rollo, patios de la iglesia, III Zona Militar y la plazoleta de la Virgen; sin embargo la pirotecnia fue quemada en la estrecha esquina de la calle Rafael María Arízaga y Manuel Vega(6,50 m. por lado, aceras y calle) y sin un documento de permiso que avale y certifique la seguridad del uso de pólvora cercano a edificaciones y habitantes.

MONSERRATH TELLO ASTUDILLO DE COLÓN BRAVO DELGADO

Cuando solicité dicho documento, los organizadores del evento me supieron decir que tenían el permiso verbal del párroco de la parroquia y de la concejal Monserrath Tello, quien preside la Comisión de Áreas Históricas y Patrimoniales de la Municipalidad. Sorprende, Sr. Alcalde, que las decisiones administrativas y de seguridad sean tomadas por concejales, quienes tienen el deber únicamente de legislar, pues son el  Cuerpo de Bomberos y Control Municipal quienes deberían autorizar y sugerir el lugar para este tipo de actividades.






Quisiera recordarle, Sr. Alcalde, que en el año 2012 el Seminario San Luis se incendió justamente por la falta de control de la pirotecnia destruyendo gran parte de un edificio inventariado y atentando contra el patrimonio e historia de  
toda la ciudad. Por tragedias como éstas, ahora saludo la iniciativa que tienen los concejales Carlos Orellana y Martha Castro de aprobar una ordenanza que regule la pirotecnia en Cuenca. La tradición de la pirotecnia es imprescindible para el rescate y puesta en valor de la cultura y festividades de la ciudad, pero es necesario normar la utilización del espacio público para espectáculos en los que se use pólvora, tomando en cuenta sobre todo una distancia prudencial por seguridad hacia las edificaciones patrimoniales y hacia sus habitantes.




Le ruego, Sr. Alcalde, que para actividades similares se designen los permisos pertinentes de acuerdo a la ordenanza que anhelo sea aprobada este año; así como también se designen a las personas de su administración competentes. Por la atención que se sirva dar a la presente, mis agradecimientos.

Atentamente,


Vilma Vargas

POST SCRIPTUM: TOMADO DE LA CUENTA DE TWITTER DE VILMA VARGAS

domingo, 18 de septiembre de 2016

FRANCISCO I Y LOS EX ALUMNOS JESUITAS EN INOLVIDABLE ENCUENTRO

Andrés Ballerino Moeller, ex alumno de ASIA JAVIER y presidente 
de la Federación Latinoamericana de ex alumnos jesuitas 
y el papa Francisco I 
in Roma aeterna, ex aedibus vaticanis



Ad maiorem Dei gloriam/ A la mayor gloria de Dios, el Santo Padre Francisco, por la Divina Providencia papa I, recibió ayer sábado 17 de septiembre del año 2016 a 150 compañeros ex alumnos jesuitas llegados a la «Ciudad Eterna» desde todos los confines del planeta. El encuentro pontificio aconteció en el día en que la Santa Madre Iglesia recuerda a San Roberto Bellarmino, jesuita y doctor de la Iglesia, por lo que, sin que háyaselo buscado, los antiguos alumnos de la Compañía de Jesús han experimentado una singular bendición celestial en este evento promovido por la Confederación Europea de ex alumnos jesuitas y la asamblea general de la Unión Mundial de Antiguos Alumnos Jesuitas.


Bajo el lema  «Misión global y crisis de refugiados: tiempo de contemplar y actuar», el servicio jesuita para refugiados convocó en Roma a los antiguos alumnos de la Compañía de Jesús a fin de abordar sus respuestas a «la crisis y la integración de los refugiados y migrantes». Entre el 14 y el 18 de septiembre, los participantes de esta singularísima reunión estudiaron las raíces de la migración forzada, la crisis y la integración de los refugiados y los migrantes para considerar, quid pro quo, a la vez, la propia responsabilidad en relación a esta problemática, mientras que, entre otras actividades, han podido visitar los principales lugares ignacianos en Roma, entre los que encuéntranse la iglesia del Gesù, la iglesia de San Ignacio y la capilla de la Storta, en donde, secundum histórica veritas, San Ignacio tuvo la visión en que Nuestro Señor Jesucristo, Dominus ac Redemptor decíale: «Ego ero propitio in Roma/ Yo os seré propicio en Roma».



In communio caritatis, los antiguos alumnos jesuitas tuvieron sesiones educativas guiadas por diversos expertos en el tema. Ad exemplum, el padre Josep Buades Fuster, SJ, del Servicio Jesuita a Migrantes de España y el padre Tom Smolich, SJ, director internacional del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) fueron dos de los expositores en estas jornadas que han concluido con el encuentro pontificio.



El tema «Misión Global y Crisis de Refugiados: Tiempo de contemplar y actuar» introyéctase de profundis en el pensamiento de San Ignacio de Loyola, quien decía in Exercitia Spiritualia que debemos ser «contemplativos en la acción», siendo ésta una de las características esenciales del apostolado jesuita in aeternum, el cual, ad initium tertio milenio, no pierde su vigorosa actualidad que refuérzase precisamente en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, base del carisma jesuita del que podemos dar testimonio in nomine Christi.



El momento excelso de esta experiencia constituyó la audiencia privada con el papa Francisco I, el primer romano pontífice jesuita de la historia, para quien es siempre gratificante, ex tota anima suam, el reunirse con los ex alumnos de los jesuitas in universa Terra.



Así, el encuentro de los compañeros ex alumnos de los jesuitas con el papa tuvo lugar en la llamada «Aula del Consistorio», el sitio en que hace 3 años y medio, el Santo Padre Benedicto, por la Divina Providencia Papa XVI, anunciaba su dimisión al ministerio petrino permitiendo ciertamente el arribo del primer papa jesuita in nostra Sancta Mater Ecclesia.




Francisco I llegó al aula del Consistorio y, ante omnia, saludó emotivamente con los 150 antiguos alumnos de la Compañía de Jesús, en una especie de ágape fraterno que  volvióse peculiarísimo por las emociones intensas que prodúcense cuando un viejo maestro reencuéntrase con sus antiguos discípulos. Y es que Francisco, en tanto es un jesuita de pura cepa, sabe con apodíctica certeza que un ex discípulo de la Compañía de Jesús es, ante omnia/ante todo, «un hombre de fe, amante de la verdad y la justicia, solidario y comprometido, que procura ser un buen cristiano y predica el evangelio con acciones más que con palabras, dispuesto siempre a trabajar por el prójimo a la mayor gloria de Dios, con gran conocimiento de sí mismo, de sus fortalezas y debilidades, así como con una clara diagnosis del mundo, teniendo la certeza de saber a dónde quiere ir, con ingenio para innovar constantemente y adaptarse a las graves circunstancias de un mundo cambiante y con actitud positiva, mostrando confianza en sí mismo y proyectándola a los demás».



Enrique Rebés (Barcelona, Spain), President of the European Confederation of Jesuit Alumni #ecja2016


El papa recibió el saludo del representante de la delegación de ex alumnos jesuitas, muy motivado porque el ambiente era jesuítico par excellence, pues los antiguos alumnos de la Compañía de Jesús somos parte esencial del carisma ignaciano que pervive redivivo en nuestras acciones y aflora ex tota fortitudine cuando la espiritualidad de San Ignacio confronta, inter nos, para fraternizar entre los que conformamos la gran familia jesuita que peregrina en la Tierra ad maiorem Dei gloriam.




Luego, el Santo Padre tomó la palabra y en su discurso habló de la actual crisis migratoria, «la crisis humanitaria más grande después de la segunda guerra mundial», según dijo, con 65 millones de personas que en el mundo han sido obligadas a abandonar los propios lugares de residencia. Un número sin precedentes, señaló el Papa, que va más allá de toda imaginación. Extraemos ex integro una impactante reflexión:. «Son hombres y mujeres, chicos y chicas que no son distintos de los miembros de nuestras familias y de nuestros amigos. Cada uno de ellos tiene un nombre, un rostro y una historia, así como el inalienable derecho de vivir en paz y de aspirar a un futuro mejor para los propios hijos».



El sumo pontífice recordó al padre Pedro Arrupe, SJ, el inolvidable Prepósito General de la Compañía de Jesús, luego del Concilio Vaticano II, a quien la Confederación Europea y la Unión Mundial de Ex Alumnos y Alumnas de los jesuitas están  dedicadas. Y lo recordó por su valiente respuesta a la situación de los «boat people» sud vietnamitas. a quienes procuró un servicio que hacíales más dignos como seres humanos. El papa mencionó los innumerables conflictos en los cuales encuéntrase el mundo de hoy, como la «terrible guerra en Siria» y «las guerras civiles en el Sud-Sudan», razones por las cuales el encuentro jesuitico es «para contemplar y actuar» en relación a la cuestión de los refugiados.



Publicamos otras expresiones del Santo Padre especialmente dirigidas hacia nosotros como ex alumnos de la Compañía de Jesús: «Sepan también ser valientes en el responder a las necesidades de los refugiados del tiempo presente. Como alumnos de los padres jesuitas, les hará bien, en el momento de tratar los problemas que experimentan los refugiados, recordar sus raíces ignacianas. Mientras en sus países se dedican a comprender las causas de la inmigración forzada y a servir a los refugiados, es necesario que ofrezcan al Señor ‘toda su libertad, su memoria, su inteligencia y su entera voluntad». «Con su ayuda, la Iglesia será capaz de responder más plenamente a la tragedia humana de los refugiados a través de actos de misericordia que promuevan su integración en el contexto europeo y más allá de éste. Los animo, por lo tanto, a dar la bienvenida a los refugiados en sus hogares y comunidades, de modo que su primera experiencia de Europa no sea aquella traumática de dormir en el frío en las calles, sino la de una cálida y humana acogida. Recuerden que la auténtica hospitalidad es un profundo valor evangélico, que alimenta el amor y es nuestra mayor seguridad contra los viles actos de terrorismo».




El pontífice exhortó además a «echar mano a las alegrías y éxitos de la cual la educación jesuita les ha provisto, en el cuidado de la educación de los refugiados en el mundo»: «es un dato de hecho preocupante– señaló – que menos del 50% de los niños refugiados tienen acceso a la escuela primaria. Desafortunadamente ese número se reduce al 22% en lo que respecta a los adolescentes refugiados inscriptos en escuelas secundarias, y a menos del 1% para quienes pueden acceder a una instrucción universitaria». «Junto al Servicio Jesuita a Refugiados pongan en movimiento su misericordia y ayuden a transformar esta situación en el campo educativo», «recuerden que el amor de Dios los acompaña en este trabajo - les dijo - y ayuden a transformar sus comunidades en lugares de bienvenida donde todos los hijos de Dios tengan la oportunidad no sólo de sobrevivir, sino de crecer, florecer y dar frutos». «Y mientras perseveran en este trabajo constante para asegurar acogida e instrucción a los refugiados, piensen en la Sagrada Familia –María, José y el Niño Jesús–, en su largo viaje a Egipto como refugiados, mientras escapaban de la violencia, y encontraban refugio entre los extranjeros. Recuerden asimismo, las palabras de Jesús: 'tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me acogisteis' (Mt 25:35). Llévense estas palabras y acciones con ustedes hoy. Que puedan serles de aliento y consolación».


Al concluir su mensaje, el papa Francisco I expresó su habitual petición para que oremos por él, petitorio en el que subyace una profunda raíz ignaciana, puesto que en la espiritualidad jesuita la «oración» y el «discernimiento» son dos cosas esenciales de su carisma, ya que tanto los jesuitas como sus antiguos alumnos aprendemos a «discernir» en todas las circunstancias de nuestro trabajo apostólico lo que sea mejor para la mayor gloria de Dios, mientras «oramos» para llegar a ese discernimiento apoyándonos en ese estado de gracia para actuar en beneficio del prójimo. Así pues, el Santo Padre Francisco I concluyó diciendo: «les aseguro mi oración y les pido por favor que no se olviden de rezar por mí».





Luego del discurso del pontífice, el presidente de la Unión Mundial de antiguos alumnos de la Compañía de Jesús, Alain Denef, entregó algunos presentes al papa y muchos compañeros ex alumnos jesuitas hicieron lo propio, mas todos, uno a uno, tuvieron el privilegio de saludar a Francisco, vis a vis, personalmente, intercambiando unas cuantas palabras.





Los ex alumnos jesuitas del Ecuador estuvimos muy bien representados por el compañero Andrés Ballerino Moeller, distinguido ex alumno del colegio Javier de la ciudad de Guayaquil, quien –para honor de todos nosotros- es el actual presidente de la Confederación Latinoamericana de ex alumnos de los jesuitas. Ergo, Andrés, que es además un ejemplar ignaciano que vive profundamente nuestra consigna jesuitica: «EN TODO AMAR Y SERVIR» saludó personalmente al papa Francisco I, en compañía de su esposa, en un encuentro entrañablemente caluroso que percíbese en esta imagen que habla más que mil palabras. Felicitamos a Andrés, por esta bendición y por su magnífica representación en nombre nuestro y de todos los antiguos discípulos de la Compañía de Jesús en Latinoamérica.




En el encuentro del papa Francisco I con Andrés Ballerino, éste entregó al pontífice un cd con el himno «Amigos para siempre, amigos de verdad», que ha constituídose, diem per diem et in perpetuum, como el himno de los ex alumnos jesuitas ecuatorianos. El papa recibe emocionado este significativo recuerdo mientras Andrés hácele partícipe también de los saludos del padre Paquito Cortés, el amigo entrañable del papa Francisco en el colegio Javier de la ciudad de Guayaquil.



Para el sumo pontífice, seguramente, ha resultado curioso que el actual presidente de la Confederación Latinoamericana de ex alumnos jesuitas sea ex alumno del colegio Javier de la ciudad de Guayaquil y porte, in Roma aeterna, apud sancte Petrus, el saludo de su mejor amigo, el padre Paquito, rememorando la visita especialísima que hiciera a la capital del Guayas en su viaje apostólico, in patria nostra, el 6 de julio del año 2015. Así, Andrés Ballerino Moeller, mientras ha mantenido un pequeño diálogo con el Vicario de Cristo en la Tierra, el primer papa jesuita de la historia, logró también que el Dulce Cristo en la Tierra bendijese un rosario que vuélvese icónico y simbólico de tan vivificante experiencia in vita suam ad maiorem Dei gloriam.




Que la Madre Dolorosa, mater semper amata, bendiga a los ex alumnos jesuitas de todo el mundo y al papa Francisco I, quien encontróse con ella, el 7 de julio del año del Señor de 2015, en la iglesia de la Compañía de Jesús de Quito, la capital ecuatoriana y centro jesuitico de incomparable belleza in America Latina meridionalis, in nomine Christi, Pontifex fidelis et misericors, et solus ad maiorem Dei gloriam in patria aequatorianae et in nostra Sancta Mater Ecclesia catholica, apostolica et romana cum antiqui Societatis Iesu alumni.


OMNIA AD MAIOREM DEI GLORIAM


Diego Demetrio Orellana
In Concha, super flumina Tomebamba, mensis septembris, die XVIII, currentis Anno Domini MMXVI, in Anno Misericordiae.