jueves, 30 de diciembre de 2021

PEDRO PALACIOS: UN POETA DE LUGARES COMUNES, VERSOS TRIVIALES Y VERDADES DE PEROGRULLO


In urbe nostra, apud flumina Tomebamba, un periodiquillo municipal intitulado «Cuenca: presente y futuro» circula en estos postrímeros días del año 2021 dando cuenta de los emprendimientos alcaldicios. Mas sorpréndenos que Pedro Palacios no aparece allí tan solo como burgomaestre de la «ciudad cargada de alma» sino también como un ignoto poeta al crear un poema a Cuenca dentro de su texto introductorio.

 

Pedro Palacios Ullauri, 
Alcalde de Cuenca

La verdad sea dicha, jamás ha conocídose inter nos que el primer personero municipal posea vena poética. Y el hecho confírmase al leer tal estupefaciente creación literaria que cáusanos estupor debido a la evidente incapacidad para versificar que descúbrese en el alcalde, el cual carece de dicción excelsa y sus versos adolecen de no poseer armonía perpetua y diestro manejo de la Preceptiva literaria.  Ergo, lo que él ha creado no es una pieza literaria que enriquece más a los sempiternos elogios que a Cuenca han dedicádole los bardos o poetas del parnaso morlaco in historia civitatis/ en la historia de la ciudad. De ninguna manera el poema alcaldicio va por tal andarivel siendo mas bien, in stricta veritas, un esperpento literario que espeluzna y aterroriza in extremis engofándonos hasta el ludibrio y la perplejidad.


Quid pro quo, dígase que si como alcalde Palacios es un fracaso como poeta es un escalofriante desengaño que llévanos, en precipitada carrera, al fiasco y a la desilusión, estropeando las intenciones del fachendoso periodiquillo para hacer grandilocuente a una horripilante gestión, ya que todos conocemos hasta el hartazgo la ingénita inopia del burgomaestre Pedro Palacios Ullauri, cuyas acciones han sido calamitosas a punto de haber perdido el «aura popularis» o «favor popular» pues sus niveles de aceptación son bajísimos y no llegan al 10% según las encuestas más acreditadas.


Nuestra intención, desde este espacio de CRÍTICA Y OPINIÓN CULTURAL, es analizar bajo la óptica de la crítica literaria el esperpéntico poema del burgomaestre cuencano y por ello, prima facie, digamos con acrimonia que la presunción del hombre fatuo que inventa un poema -pretendiendo fungir de literato- es la copiosa fuente para escribir los más abstrusos absurdos al versificar sin que conózcanse elementales normas de Preceptiva literaria. Y esto es lo que acontece con el alcalde Pedro Palacios, al momento de creerse un poeta, cuando ha compuesto un poema a Cuenca con lugares comunes, frases triviales y verdades de perogrullo eclipsando la brillantez que no posee y anulando toda posibilidad de que este aventurado ejercicio poético inscríbase in perpetuum en el parnaso de la morlaquía ad futuram rei memoriam.

Ad referendum, transcribamos el fachoso poema previo a su análisis literario: «Cuenca: ciudad de los cuatro ríos/ de las cúpulas perennes/ de los balcones floridos/ y de empedradas calles. / Ciudad milenaria y cantarina/ Guapondelig de los cañaris/ Tumipamba del inca su cuna/ Y Santa Ana altiva y vivaz/ Que vivas hoy y siempre/ Entre pasos y recuerdos/ encendida en los corazones/ Clavada en nuestras almas». Ad efectum videndi, a primera vista, como puédese ver, el poema es horripilante, a capite ad calcem/ de la cabeza a los pies, sin que puédase descubrir ninguna atracción para capturar la atención de los lectores in via pulchritudinis.


La poesía es un género literario que no cualquiera puédelo ejercer con asombrosa fluidez si no se tiene per se hipersensibilidad y aguda vena poética, mientras las normas de la Preceptiva literaria son de veras importantes de conocer a la hora de jugar con las palabras y los conceptos buscando la belleza del bien decir y la estética de las ideas que imbrícanse en los versos para que, sub specie instantis, la poesía conviértase en un auténtico lenguaje para cantar a la urbe natalicia.


Por carecer de estas cualidades, el poema de Pedro Palacios atibórrase de versos triviales, tales como: «ciudad milenaria y cantarina», «de los balcones floridos», «entre pasos y recuerdos». Bien vale entonces señalar, in via veritatis, que en nuestra preciosa lengua de Castilla las frases triviales empobrecen el lenguaje literario hasta los límites de la estolidez por la evidente falta de ingenio para definir con precisión semántica y estética al objeto que poetízase, que en este caso particular es Cuenca.

Pero también, la horripilante poesía de Pedro Palacios contiene versos con verdades de perogrullo, que es también algo propio del aberrante lenguaje con el que asevéranse cosas demasiado evidentes, tales como: «Cuenca, ciudad de los cuatro ríos», «y de empedradas calles», «Guapondelig de los cañaris».

 Asimismo, los lugares comunes no podían faltar ante la ausencia de talento literario de Pedro Palacios Ullauri. Su poesía muéstrase pues como un compendio de versos tan vulgares y comunes que siendo parte de la jerigonza morlaca son vergonzantes al haberlos escogido como elementos de versificación. Ad exemplum: «Que vivas hoy y siempre», «encendida en los corazones», «clavada en nuestras almas».

 Ad absurdum, pero para que el poema sea de veras un fraude, existen también irracionales conceptos que Pedro Palacios esgrime pretendiendo ensalzar a la natalicia urbe desde el lenguaje poético del que carece. Exempli gratia: «Y santa Ana altiva y vivaz», «de las cúpulas perennes».

 Ni qué decir tiene de un verso en el que Pedro Palacios pretende seguir las reglas de la Preceptiva literaria y cáese en el abismo por la incongruencia con la que formó un verso en el que intercéptanse dos ideas de manera absurda, cuando dice: «Tumipampa del inca su cuna».

Ya en el Libro del Bicentenario de la Independencia de Cuenca, conocido como la SANTA BIBLIA DE CUENCA, el cual es un infame estropicio en contra de la Historia, el señor burgomestre, ad arbitrium, envuelto en mediode la estolidez, creó un absurdo epíteto para la ciudad, al bautizarla como «CUENCA, CIUDAD DE TODAS LAS ORILLAS» demostrando su falta de talento para la poesía con un anodino calificativo que resultó la hilarante cantinflería del bicentenario.

El disparatado apelativo a Cuenca, creado por Pedro Palacios Ullauri, y el horripilante poema que ha compuesto en las postrimerías del pandémico año 2021 confírmannos, in via claritatis, que hay que tener sapiencia para describir a nuestra urbe con su integérrima presencia y personalidad histórica. Tanto más cuanto que debemos recordar que la ciudad amada es la «ATENAS DEL ECUADOR» y no tenemos el derecho de ultrajar ese prestigio escribiendo poemas estúpidos. Por eso, dígase una vez más que la estulticia no tiene arreglo cuando la audacia para aventurarse en los caminos literarios es aviesa, rampante y forajida adversum dignitatis et contra humilitatis in vita communitatis.

Diego Demetrio Orellana

Datum Conchae, mensis decembris, die XXX, currentis Anno Domini MMXXI, octava solemnitate Nativitatis Christi


OPINIONES CIUDADANAS

R P <rodolfoperezpimentel@hotmail.com>
Para:DIEGO DEMETRIO ORELLANA
10 ene a las 6:19

Estimado Diego Demetrio:

Lo de estimado es un 
sentimiento real en 
razón de tu valiente 
actitud de defensa de 
Cuenca, de sus valores 
mancillados y de la 
crítica veraz que
 siempre esgrimes en 
cada caso, como acaba 
de suceder con el
"poema" del alcalde, 
que es una verdadera 
vergüenza, un
desaguisado por decir 
lo menos, pero que la 
multitud merecía 
conocer a profundidad 
como lo has expuesto, 
pues no todos tienen 
la paciencia de 
deshilvanar las frases 
para conocer su 
idiótico sentido. 
Dispensarás lo de 
idiótico, pues es un 
matismo tomado de G. 
Humberto, tu paisano 
olvidado, que merece 
ser recordado por tu 
pluma de acero.... 
Muy cordialmente, 
tu admirador de lejos. 

Rodolfo Pérez Pimentel.

miércoles, 1 de diciembre de 2021