In
sancta hebdomadae/ En la semana santa, la fanesca es parte de las tradiciones culinarias de
nuestra patria, puesto que el Jueves Santo, según la inveterada costumbre, las
familias ecuatorianas preparan este plato y lo comparten «in communio caritatis» o «en
comunidad de amor». Así ha sido a través de los siglos y la costumbre
mantiénese vigorosa con las actuales generaciones de habitantes de la capital
de la morlaquía. Sin embargo, la fanesca es un plato nacional, puesto que prepáraselo
en todo el territorio ecuatoriano teniendo cada familia una peculiar manera de
elaborarlo. Por lo tanto, no existe una receta única y así, como sucede con el
pan y los dulces en Carnaval, todos los preparan aunque cada casa tiene su
propia personalidad para hacerlo.
La fanesca es un plato que originóse en
la Colonia inspirado en la tradición católica de conmemorar el banquete
eucarístico de Nuestro Señor Jesucristo, en los precedentes instantes de su inmolación
en la cruz. En medio del contexto evangelizador de la corona española, in diebus illis/ en aquellos días, la
fanesca configuróse como una comida en la que inclúyense 12 ingredientes, en
representación de los 12 discípulos de Cristo en su última cena, secundum Scripturas/ según las Escrituras.
Esta significación especialísima ha recogídose en los anales de nuestra
historia a través de la tradición oral que pervive de generación en generación,
a lo largo de las centurias que distan del proceso colonizador ibérico. El
jueves de la Semana Mayor celébrase -en la Santa Madre Iglesia Católica,
Apostólica y Romana- la «Cena Domini»
o «Cena del Señor» e históricamente,
desde la época colonial, este fue el pretexto para que la fanesca se sirviese inter familias como una remembranza del
último ágape que Jesús compartió con sus 12 apóstoles en la noche del Jueves
Santo, previo a su pasión y crucifixión.
Este simbolismo asocióse con el sentido comunitario de compartir que
implica el banquete eucarístico del Jueves Santo y por ello, las personas
preparan la fanesca en grandes cantidades y convídanla a sus familiares y
amigos in nomine Christi. Debido a
las prescripciones de la Santa Madre Iglesia, el miércoles de ceniza y los
viernes de Cuaresma los cristianos no comemos carne por lo que la fanesca, que
puede servirse incluso el Viernes Santo, no lleva jamás como ingrediente ningún
tipo de carne, exceptis excipiendis
el pescado, el cual debe ser bacalao o lisa y cómpraselo seco y salado, siendo
el elemento fundamental de la receta.
Los restantes 11 ingredientes
esenciales son: agchocha, col, fréjol, arveja, choclo, sambo, limeño, zapallo,
haba, pallares y lentejas. Dependiendo de cada familia este plato suele tener
variaciones, pues algunos adiciónanle elementos muy diversos como el arroz, el
melloco, el aguacate, etc., según sea la tradición familiar. Por eso, cada
quien suele decir que su familia guarda la receta precisa y al degustar la
fanesca puédese comprobar que en cada casa el sabor es diferente, pues diverso
es el modo de prepararlo y disímiles son los ingredientes que la gente utiliza
al no existir unidad de criterio frente al tema.
Hay quienes afirman, exempli gratia, que en la fanesca no
débense incluir ni arroz, ni mellocos ni papas, pues trátase de una comida en
donde deben primar los granos tiernos, pero como no existe consensus ómnium en este asunto, a contrario sensu, algunos adicionan estos ingredientes de todos
modos, así como hay aquellos que no utilizan leche en la receta y otros que sí
lo agregan, haciendo entonces que el sabor de la fanesca varíe de familia en
familia y de región en región in patria
nostra. Ni qué decir tiene de la sazón, la cual es siempre peculiar en cada
hogar de los ecuatorianos al momento de preparar esta delicia.
La presentación del plato guarda
también ciertas particularidades, pues hay quienes colocan sobre él, empanadas,
aguacate, huevo duro, roscas y plátano frito, mientras hay gentes que no ponen
ningún elemento sobre aquel, por lo que los gustos son variados inclusive a la
hora de servir la comida. Mas con todas estas diferencias, lo que realmente
cuenta in communitate nostra es el
sentido de compartir que lleva implícito este plato de la gastronomía nacional
en nuestras tradiciones y costumbres.
Algunos de los componentes de la
fanesca son productos autóctonos y otros fueron introducidos con la Madre
Patria España, por lo que la fanesca es también un plato que imbrícase en el
mestizaje, hecho singular de nuestra identidad, ya que no solo es el hecho de
haber creado una tradición culinaria en la que intervienen elementos americanos
y europeos sino que hay una interesante mixtura en esta delicia gastronómica
forjada por ese encuentro de dos culturas que implicó el mestizaje y que no
sólo circunscríbese al aspecto religioso pues la gastronomía erígese como una
de las manifestaciones del patrimonio cultural intangible in patria nostra et omnia America.
Es un grave error de los historiadores
advenedizos, que actúan con ligereza y se inventan la historia, decir que la
fanesca era ya un plato de las culturas aborígenes en donde se utilizaban
productos de las cosechas para agradecer a la Pacha Mama y que luego hubo una
influencia del cristianismo en el mestizaje. Cualquier aseveración que
oriéntase por esta absurda hipótesis es falsa, puesto que la fanesca es un
plato de la gastronomía nacional surgido con el contexto cristiano de la Última
Cena de Nuestro Señor Jesucristo en la Colonia, como fruto del mestizaje en el
que forjáronse muchas de nuestras tradiciones y la propia gastronomía nacional
a través de los siglos.
Ad
concludendi, digamos desde
el punto de vista antropológico que la fanesca es un plato de la gastronomía
ecuatoriana y es un elemento esencial del patrimonio cultural intangible que ha
forjádose, de momento ad momentum, a
través de los siglos, siendo una indeleble marca de identidad, por así decirlo,
de la comunidad ecuatoriana y morlaca, en donde la costumbre de prepararla no
ha perdídose, a punto tal que, inclusive, hoy es una delicia culinaria que ya
no es privativa solo de la Semana Santa sino de toda la Cuaresma, pues algunos
restaurantes la ofrecen durante los viernes de este período litúrgico in nostra Sancta Mater Ecclesia.
Diego Demetrio Orellana
IN CONCHA, SUPER FLUMINA TOMEBAMBA, MENSIS MARTII, DIE XXIX, ANNO DOMINICAE INCARNATIONIS MMXV, IN DOMINICA IN RAMUS PALMARUM.