martes, 14 de junio de 2016

LA FOTO ILUMINADA EN LA HISTORIA DE LA IMAGEN EN CUENCA



In communitate nostra, al parecer, el único fotógrafo azuayo del siglo XX que incursionó en la fotografía iluminada, en Gualaceo, fue Víctor Coello Noritz, cuya actividad artística fue relevante en la segunda década de la vigésima centuria. Coello nació en 1890 y murió en 1967 y cuando dedicóse al arte de la imagen frisaba de 20 a 30 años. El fotógrafo gualaceño hizo muchas imágenes en blanco y negro firmándolas con el anagrama «VC», mas desconocíase que también incursionó en el sistema de foto iluminada hasta que ha encontrádose una de ellas en el archivo fotográfico de Carlos Freire Soria. Trátase de una foto del antiguo Cristo de San Juan, una escultura hoy inexistente, de gran valor artístico, la cual incendióse en 1940 y era una imagen taumaturga que convocaba a miles de fieles movidos por la fe en apoteósicas manifestaciones religiosas, pues el Cristo tenía fama milagrosa. Con la pena que causó su desaparición, en el inopinado flagelo, la familia Polo Arce mandó a construir una réplica que es la que hoy  venérase en dicha parroquia.



Ad effectum videndi, la foto iluminada del Cristo de San Juan es valiosa como retrato del desaparecido crucifijo que fue una obra de Miguel Vélez. Coello la fotografió en la antigua puerta del frontis de la iglesia de San Juan y si la analizamos, a capite ad calcem, vemos en ella que cada llaga de Jesús, Dominus ac Redemptor, tiñóse de un rojo sanguinolento con un grato efecto cromático sobre la atmósfera sepia de la imagen, mientras Coello coloreó, en el pómulo izquierdo de Nuestro Señor, un azulado hematoma que resáltase cual detalle singular in sollemnitate de passione Domini.



Ad infra, en el ángulo inferior izquierdo de la foto, hállase el anagrama «VC», con la yuxtaposición de estas dos iniciales, dando fidedigna cuenta que la fotografía fue realizada por Víctor Coello. Según la fecha que hállase en el reverso de la imagen, la foto tiene exactamente 99 años de antigüedad, pues es de 1917, por lo que trátase de un elemento centenario que registró un tesoro infaustamente desaparecido. Así, Víctor Coello Noritz es un fotógrafo gualaceño que incursionó en el sistema de foto iluminada con habilidad y solvencia dejando ab aeterno una obra artística para la historia. Las fotos de Coello son pues valiosos testimonios documentales que débese conservar in saecula saeculorum.



Hace 100 años, las fotografías revelábanse a blanco y negro y antes de que apareciese la foto de color, in universa Terra, los fotógrafos acostumbraban colorear las imágenes bajo el sistema conocido como «foto iluminada», que consistía en revelar los negativos y tinturar luego algunas partes de las fotografías para que apareciesen coloridas. Algunos fotógrafos demostraban así que eran artistas natos, pues la foto iluminada convertíase en una auténtica obra de arte in diebus illis/en aquellos días. Como el método no era sencillo, no todos los antiguos fotógrafos incursionaron en él y, ad initium tertio millenio, al analizar las fotos de hace 100 años confirmamos que ciertos artífices de la imagen fueron artistas que dejaron curiosas piezas de nuestro patrimonio cultural.

La fotografía ha registrado el desarrollo de la imagen in patria nostra gracias a los fotógrafos que, como Víctor Coello Noritz, perennizaron valiosos acontecimientos y objetos, cuyas imágenes hoy son reliquias del patrimonio cultural de la región in patria aequatorianae.


Diego Demetrio 0rellana
Datum Concha, mensis Iunii, die XIV, reparata salute Anno Dominicae Incarnationis MMXVI, in Anno Misericordiae

viernes, 3 de junio de 2016

LA CASA DE LA CULTURA RIOBAMBA ANTE LA EXPOSICIÓN HUARMICATURAS

Riobamba, 12 de mayo del año 2016
Oficio No. 150 CCECH
















MGS. IVÁN PETROFF
PRESIDENTE DE LA CASA DE LA CULTURA
NÚCLEO DEL AZUAY
CUENCA.

De mi consideración:


En Riobamba sentimos complacencia con el anuncio de la exposición «HUARMICATURAS por la libertad», que la artista riobambeña Vilma Vargas, distinguida miembro de la Casa de la Cultura, Núcleo del Chimborazo, realizaría en el Salón del Pueblo de la Casa de la Cultura, considerando que la valía de su obra estética merece ser difundida.


Me apena manifestar la sentida contrariedad personal e institucional, al conocer que la exposición inaugurada el pasado 4 de mayo en la ciudad de Cuenca, ha sido sorpresivamente coartada al no haberse permitido la presentación de variados elementos que integraban el total del paquete expositivo. Esta acción coercitiva cometida por la CCE del Azuay, contraría a su inicial apertura y a la permanencia práctica inclusiva de la Casa de Carrión en todo el país resulta vejatoria a la trayectoria de la artista y contradice el respeto a la creación artística, por lo que como acto de reparación al daño irrogado a Vilma Vargas, se debería al menos disponer la publicación y circulación del catálogo respectivo.


La respuesta con que la CCE de Azuay justifica medianamente el incidente de tal desafortunada censura, argumentando que los elementos excluidos de la exposición tenían carácter de panfleto político, resulta absurda y extemporánea, porque Vilma Vargas remitió oportunamente el contenido total de la muestra para su previo conocimiento y aprobación, y, sobre todo, incomprensible, por cuanto el arte es el medio legítimo y natural para representar vivencias y conflictos del entorno social y le es intrínseca su facultad de generar sobresalto. En éste, como en otros casos polémicos, habría sido suficiente explicar a la colectividad la neutralidad institucional en los temas políticos involucrados y establecer la correspondiente responsabilidad de la autora de los trabajos expuestos.



Temerario e inoportuno este concreto proceder de la Casa de la Cultura, Núcleo del Azuay, en el contexto de nuestra lucha en defensa de la autonomía institucional que planteamos se respete en el proyecto de la nueva Ley de Cultura, explicando que nuestra autonomía es la garantía indispensable para proteger institucionalmente la libertad de creación, pensamiento y expresión de intelectuales y artistas ante posibles injerencias de los gobiernos de turno. Con la censura –aún siendo parcial- a la exposición de Vilma Vargas, contradictoriamente estamos demostrando que «nuestra tan proclamada y celosamente  defendida autonomía es vulnerada internamente» ¿por temor? ¿por cierta embozada afinidad con determinada línea política?



Resulta lamentable, pero es dolorosa verdad que varios intelectuales y artistas –nuestros aliados naturales- con voces airadas manifiestan su repudio al ex abrupto de la mentada censura, situación que indudablemente menoscaba la validez de varias aspiraciones que la CCE propone en la nueva Ley de Cultura.

Ojalá nos quede tiempo para la enmienda

Atentamente,












Ing. Guillermo Montoya M.
PRESIDENTE DE LA CASA DE LA CULTURA ECUATORIANA «BENJAMÍN CARRIÓN»,
NÚCLEO DEL CHIMBORAZO.

C.C. Escritor Raúl Pérez Torres

PRESIDENTE NACIONAL CCE



OPINIONES CIUDADANAS



Cuerpo del mensaje

miércoles, 1 de junio de 2016