In vesperas sollemnitate Sancte
Ignatius/ En vísperas de la solemnidad de San Ignacio, queremos
compartir, desde este espacio de CRÍTICA
Y OPINIÓN CULTURAL, un postre salmantino de vieja solera y tradición in hispánica
patria, el cual demuestra urbi et orbi, la gran influencia que
los jesuitas han tenido in omnia Terra incluso en el ámbito
de la Gastronomía, con la cocina y la repostería.
Amigos de la buena mesa, al
parecer, en Salamanca volvióse legendario ad futuram rei memoriam un exquisito
postre conocido con el nombre de «JESUITAS
RELLENOS DE CREMA», el cual debe la
razón de su bautizo, secundum traditio/ según la tradición, al hecho de que fue un
jesuita quien lo inventó in antiqua Hispania y, a pesar de
que en 1767 aconteció la expulsión de la Compañía de Jesús de todos los
dominios de la corona española, por la Pragmática Sanción del rey Carlos III,
la delicia jamás perdióse en la ciudad excelsa de Fray Luis de León.
Por ello, «COMO DECÍAMOS AYER», por
citar, stricto sensu, la famosa frase célebre con la que el ilustre
escritor castizo del Siglo de Oro de la lengua de Castilla retornaba a las
aulas universitarias de la Universidad de Salamanca después de haber pasado la
todopoderosa Inquisición Española, digamos hoy que los llamados «JESUITAS RELLENOS DE CREMA» siguen
siendo una deliciosa golosina de la repostería salmantina que pervive in
aeternum como muestra fidedigna de la influencia jesuitica ejercida en
todos los campos del conocimiento ad maiorem Dei gloriam. Ergo, los «JESUITAS RELLENOS DE CREMA» están elaborados a base de una masa de hojaldre
y un relleno de crema pastelera, teniendo ut supra/ en la parte superior una
capa de almendras fileteadas en láminas.
El postre, Deo gratias, es un manjar
exquisito que vuélvese apropiado para degustarlo acompañado de una taza de café
o chocolate luego de una sabrosa comida, evocando a los hijos de San Ignacio de
Loyola, aventureros, cultos e intrépidos para haber incursionado, sicut
cervus ad fontes/ como el ciervo a las fuentes, en diversos campos de
la cultura, dejando siempre una luminosa estela que refulge esplendorosa, sicut
lumen in coelum/ como luz en el cielo, en el horizonte cultural de
muchas regiones de la Tierra a donde llevaron sus afanes y sus sueños in
historia mundi.
Y justamente, a
fortiori, esa universalidad de la Compañía de Jesús, que hace de la
orden religiosa su característica esencial en la propagación del reino de
Cristo, buscando su mayor gloria, pervive rediviva ad initium tertio millenio
en muchas regiones del planeta, adaptándose versátilmente a los diferentes
contextos culturales. Por ello, es curioso, ad exemplum, que los «JESUITAS
RELLENOS DE CREMA» adopten una interesante variación en Portugal, la
antigua Lusitania in Roma antiqua, donde este delicioso postre rellénase
de otros ingredientes que satisfacen siempre a los más exigentes paladares, elementos
entre los que cabe citar al chorizo o el jamón, haciendo que la sabrosura de
este producto de repostería no pierda su especial atractivo, más allá de su
nombre jesuitico que recuérdanos que todo es ciertamente para la glorificación
eterna del Señor, Providentissimus Deus, sicut dixit Sancte Ignatius, primus Praepositus
Generalis Societatis Iesu.
OMNIA AD MAIOREM DEI GLORIAM
Diego Demetrio Orellana
Datum Concha, super flumina
Tomebamba, die XXX, currentis Anno Domini MMXVI, in vesperas sollemnitate
Sancte Ignatii Loyola, in Anno Misericordiae.
POST SCRIPTUM: Publicamos, hic et nunc/ aquí y ahora, la exquisita
receta de los «JESUITAS RELLENOS DE CREMA»
PARA
LA MASA:
• 100
gr Manteca
• 250
gr Harina
• 8
gr Sal
• 35
gr Levadura química
• 60
gr Maicena
• 1
ud Huevo
• 60
ml Leche
• 30
gr Azúcar glasé
• 30
gr Almendra laminada
• Para
la crema pastelera:
• 500
ml Leche
• 1
ud Vainilla en vaina
• 125
gr Azúcar
• 40
gr Maicena
4 unidades Yema de huevo
Comenzamos mezclando los
ingredientes secos y le agregamos la manteca y deshacemos todo con una varilla
hasta que quede granulado. Luego agregamos la yema y la leche amasando
levemente. Espolvoreamos con la maicena y amasamos como si fuese una especie de
hojaldre. Dejamos descansar por unos 10 minutos.
Ahora batimos la clara con el
azúcar impalpable. Batimos levente solo para que los ingredientes se unan.
Engrasamos una placa de horno y
extendemos la masa y dividimos en dos. Una de las partes las cubrimos con la
clara y el azúcar glasé y ponemos unas cuantas almendras laminadas por encima.
Las llevamos en la misma placa al horno por unos 10 minutos y 200ºC, hasta que
la cubierta esté crocante, retiramos del horno y dejamos que enfríe. Entonces
escudillamos la crema pastelera, ya fría, por encima de la masa sin en
crocante, y tapamos con la masa crocante.
Para la crema pastelera:
En un cazo ponemos la leche junto
con la vaina de vainilla, que habremos abierto a lo largo. Llevamos a
ebullición, retiramos y reservamos. En un bol mezclamos el azúcar, las yemas y
la fécula de maíz. Con unas varillas mezclamos todo hasta que quede
perfectamente ligado.
A la mezcla anterior echamos poco
a poco la leche sin dejar de remover. Una vez todo unido lo ponemos a fuego
lento, removiendo constantemente hasta que espese. Retiramos y dejamos enfriar
cubriendo con film transparente la superficie.