domingo, 1 de diciembre de 2024

HERNÁN CRESPO TORAL Y LA DECLARATORIA DE CUENCA COMO PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD

In grata memoria semper viva/ En grata memoria siempre viva lo más admirable que una ciudad debe precautelar es la gratitud para con sus celebérrimos hijos. Así, en las Bodas de Plata de la declaratoria de Cuenca como «Patrimonio Cultural de la Humanidad» es un imperdonable e injustificable crimen que la Municipalidad de Cuenca no háyale rendido un justiciero homenaje y pleitesía al arquitecto Hernán Crespo Toral, verdadero gestor de la declaratoria patrimonial de Cuenca en la UNESCOen los finiseculares años de la vigésima centuria, cuando ocupaba el altísimo cargo de Agregado Cultural para el mundo, en París, siendo hoy, exactamente, 1 de diciembre del año 2024, que la urbe festeja jubilosa los 25 años de tal epónimo acontecimiento.

Desde 1995 Hernán Crespo Toral ejerció estas funciones en la UNESCO, en París, «La ville lumière» o «La ciudad Luz», desde donde refulgía con iridiscencia en el horizonte cultural del mundo para beneficio de la patria. Por eso, cuando en la primera alcaldía del Corcho Cordero (1996 – 2000) preparóse el expediente de la declaratoria de Cuenca como «Patrimonio Cultural de la Humanidad» fue Hernán Crespo Toral, quien incidió e influyó decisivamente en el Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO para que la ciudad alcanzara dicha nominación. Y en tal cometido, -contaba él mismo con fruición-, había trabajado entusiasta al tratarse de su ciudad amada, la capital de la morlaquía, de la que fue uno de sus más preclaros hijos, urbe que hoy muéstrale una imperdonable ingratitud empañando la mayestática y magnánima celebración de las Bodas de Plata de su declaratoria como «Patrimonio Cultural de la Humanidad».

Justo es pues que ante la egregia figura de Hernán Crespo Toral recuérdese que en los esclarecidos seres de inteligencia y espíritu superior sorprende ad summum su innata capacidad para calibrar a las personas en su real esencia, descubriendo -con alacridad mental- la vera effigies de todas las gentes, a la manera de un infalible termómetro que detecta la temperatura con mirífica precisión, ya en los febricitantes instantes de un sol canicular, ya en los gélidos y glaciales ambientes de un frío aniquilador. Así era Hernán Crespo Toral, un verdadero hombre de cultura, de vocación y convicción, esclarecido patriota y ejemplar ex alumno de los jesuitas, a quienes veneraba como sus sabios preceptores en su condición de caballero católico, apostólico y romano in nostra Sancta Mater Ecclesia

Olvídase con frecuencia, in communitate nostra, que incluso Hernán Crespo Toral había sido el niño que salvóse de una enfermedad incurable con un milagro atribuido a Mariana de Jesús Paredes y Flores, MILAGRO que la Santa Sede validó para canonizar a la virgen quiteña en el año del Señor de 1950 (1).

Hernán Crespo Toral era de aquellos seres de quien muy bien podríase decir, a la manera de los filósofos de la Roma imperial: «vir bonus discendi peritus/ Hombre de bien, que sabe hablar», pues su elocuencia de florido verbo era digna de estupefacción ora como conferencista insigne, ora como conocedor de la historia y el patrimonio de la patria, ora como cuencano de alma, vida y corazón. Dichoso paisano dueño de una formidable intuición que afloraba, sub specie instantis, como primordial cualidad de su eclatante personalidad, donde la sensatez era el «quid divinum» de su nobleza in veritatis splendor. La experiencia nos confirma que el mundo de las percepciones rebasa la mundanal esfera en la que las personas interrelacionánse, diem per diem in societatis vita, siendo la perspicuidad y la perspicacia los instrumentos para no dejarse engañar de nadie en un mundo donde las engañifas pululan, urbi et orbi, mientras casi todos viven como actores de un pernicioso teatro de la falsía, en medio de maquillados semblantes de zascandiles sujetos nacidos para interactuar, adversum veritatis, en el imperio de la mendacidad y la mentira. Y Hernán Crespo era sensato, intuitivo y perceptivo a punto tal de que si resucitara volveríase impávido ante la ingratitud cuencana de haberlo olvidado cuando nuestra amada urbe celebra los 25 años de su declaratoria patrimonial in historia mundi siendo como era el verdadero gestor de tal declaratoria.

La fina intuición era pues una de las más sorprendentes cualidades de nuestro inolvidable amigo Hernán Crespo Toral in communitatis vita o en la vida de la comunidad. No bien contemplaba a un individuo ya predisponíase a saber con quién enfrentábase adelantándose a los hechos con turbadora habilidad predestigitadora. No había persona alguna que logró engañarlo porque su lumínica aura desplegábase tintineante para atisbar que iba a ser preso de un truculento engaño, mientras su bonhomía, esencial virtud de su carismática figura, era el anzuelo para que todos buscáranle con admiración y pleitesía.

Así, Hernán andaba siempre, ad cautelam, y generoso como era no escatimaba esfuerzo alguno para advertir a sus amigos de un inminente peligro volviéndose como una especie de «ángelus Domini» o «ángel del Señor» en la amistad siempre sincera que prodigaba a cada instante de su prolífica existencia. Así, su consejo era oportuno y fundamentalmente veraz para que sus amigos tengan claro el panorama de cualquier peligrosa circunstancia in communitate nostra. Y por ello, damos gracias al cielo por el don de haber sido partícipes de su leal amistad in vita nostra.

La tour Eiffel, mirábase esplendente desde la oficina 
de Hernán Crespo Toral en la UNESCO
Templo de Angkor, Camboya

Hernán contaba que él fue, per se, la providencial palanca que Cuenca tuvo en la UNESCO para su declaratoria patrimonial, desde su bella oficina ubicada en París, en la rue Miollis, con una espléndida vista de la torre Eiffel. Contaba con fruición casi pueril que para adornar ese espacio había colocado una enorme foto del templo de Angkor en Camboya, un poster de la antigua Habana y unos afiches de la exposición «Tesoros del Ecuador» que el Museo del Banco Central había hecho en Italia en aquellos tiempos finiseculares de la vigésima centuria.

Su esposa, Esthercita Bermejo viuda de Crespo Toral, cuenta en sus memorias las siguientes cosas relacionadas con el altísimo cargo de Hernán Crespo Toral en París, palabras textuales que transcribímoslas ad peddem litterae: «Encargarse de la cultura en todo el mundo supuso un interesante desafío, muchos eran los proyectos y, si bien no podía vivirlos todos directamente en el terreno como a él solía gustarle, se involucraba en ellos. En la sede había siempre acontecimientos que requerían de su implicación: la creación de nuevos proyectos, la atención a los representantes de los países que venían con nuevos desafíos y a los jefes de las delegaciones, la preparación de sus intervenciones y discursos en los foros más diversos…» (2). Y es en este contexto que cuando llegó el proyecto de declaratoria de Cuenca como «Patrimonio Cultural de la Humanidad» Hernán trabajó incansablemente para incidir e influir en su aprobación ante el Comité de Patrimonio Mundial, como hémoslo dicho ut supra en párrafo precedente.

El Corcho Cordero sabe esto a plenitud y cállase con astuta truculencia, a los 25 años de la declaratoria de Cuenca como «Patrimonio Cultural de la Humanidad», usufructuando las glorias de tal acontecimiento como si él solo fuera el gestor de esta trascendente gesta. Infame actitud de un ingrato frente a un preclaro hombre de ciencia y de cultura ante quien represéntase per se como un pigmeo. Pero lo más grave no es el silencio del cuestionado ex alcalde sino el olvido de la Municipalidad de Cuenca a la memoria de Hernán Crespo Toral al momento de celebrar con inusual parafernalia los 25 años de la declaratoria patrimonial. No débese desconocer que fue en la primera alcaldía del cuestionado Corcho cuando preparóse el expediente para que Cuenca alcance esta universal distinción en la UNESCO, pero ella no habríase logrado de no estar Hernán en París ejerciendo un altísimo cargo que ningún otro ecuatoriano ha alcanzádolo hasta el presente. Y aunque el corcho diga en estos días que el proceso fue una minga es inadmisible que omítase el nombre del principal minguero: Hernán Crespo Toral apud flumina Sena in Galia semper aeterna.

Como al Municipio de Cuenca no habrá de interesarle reparar este olvido teniendo a Salomón Koupermann como director de Cultura, sin saber nada de cultura pero mucho de puñetes callejeros a los historiadores, vayan estas líneas de este histórico ensayo salido de nuestra pluma, siempre en ristre, para reivindicar a Hernán Crespo Toral como el auténtico adalid de la declaratoria de Cuenca como «Patrimonio Cultural de la Humanidad», hecho conseguido el 1 de diciembre de 1999 in via historiae.

Y en este homenaje a Hernán Crespo Toral dígase, ad concludendi, que estamos frente a un ser excepcional, de fina y exquisita sensibilidad, una ciclópea figura capaz de sublimarse de profundis ante las cosas más excelsas viviendo a plenitud cada instante de la vida, mientras su enciclopédico saber fue como la plataforma donde su sapiencia refulgía cual irradiante torrente de luz para enseñar con esplendencia, en una especie de «magisterium vitae» o «magisterio de vida».

Su casa era un cenáculo del pensamiento, cada vez que viajábamos a la capital de la patria, en exquisitas tertulias que podíase mantener con él, in quitense urbe, a fin de compartir sabias experiencias, interesantes vivencias, trepidantes ocurrencias y curiosas lecturas de textos, libros y poemas en un policrómico intercambio de conocimientos por el que su «veterum sapientia» o «vieja sabiduría» volvíase traslúcida de profundis para develarse in excelsis como un especial amigo capaz de introyectarse bondadosamente inter nos, guiado siempre de la «sapientia cordis» o «sabiduría del corazón» con la que catalizaba las más sublimes cosas de las que podíase conversar en interminables coloquios de inolvidable memoria in camera caritatis dentro de su hospitalario hogar en donde su esposa, hoy aún viva, Esthercita Bermejo, era como el «ángelus lucis» o «ángel de luz» para Hernán y sus amigos.

Nacido para descubrir la «lux veritatis» o «luz de la verdad» elevaba siempre los ojos del alma hacia sus incógnitos arcanos para detectar, ipso facto, en las profundidades del pensamiento, las apodícticas certezas con las cuales hablaba todo con acrimonia diseccionando con fina intuición y perspicuidad las cosas con las que los seres humanos engarbúllanse a causa de personajes que viven de la mendacidad y el tramposo ardid para confundir a Raimundo y todo el mundo in iniquitatis mysterium.

La gigantesca biblioteca de Hernán, 
una sorprendente caja de sorpresas in via sapientiae

Sus ideas eran claras y sus conceptos precisos hasta el punto de definir taxativamente, con lógica precisión, cualquier cosa ante la cual la gente enrédase sin clarificar los pensamientos, mientras su capacidad observadora hacíale hablar solo de lo que era necesario, dejando al lado cualquier insulso devaneo con el que la gente edulcora su falta de frontalidad para no decir lo que se siente ni sentir lo que se dice.


Con la declaratoria de Cuenca como «PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD», para la cual Hernán Crespo Toral fue un imprescindible gestor, la ciudad amada logró dar sentido a las palabras del salterio: «¡Gloriosa dicta sunt de te, civitas Dei! / ¡Qué glorioso pregón para ti, Ciudad de Dios!» (3).

Por todo ello, qué duda cabe, Hernán Crespo Toral era un maravilloso ser humano de altísimos quilates, de aquellos personajes predestinados a perdurar como excelsos sabios en los fastos de la historia comarcana, a quien habráselo de recordar, ad futuram rei memoriam, como el adalid de la Declaratoria de Cuenca como «PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD», pero sobre todo como un ciudadano virtuoso, intachable, probo y honrado, un inolvidable amigo que permanece redivivo en los recónditos espacios de la memoria cual «ángelus lucis» o «ángel de luz» in vita nostra in fraternitatis via sicut amicus fidelis in grata recordationem semper viva, magno et venerabilis pro patria et Deo inter nos, in humanitatis via aut in civitatis historia, in aeternum et in saecula saeculorum.


Abogado Diego Demetrio Orellana
Datum Conchae, mensis decembris, die primus, currentis Anno Domini MMXXIV, octava I Dominica Adventus.

Post scriptum: Referencias bibliográficas del texto:

1. El Divino Niño, Historia de la parroquia Santa Marianita de Charasol, Diego Demetrio Orellana, 2019

2. Hernán Crespo Toral. FONSAL. Quito, 2008, pág. 138

3. Vulgata latina. Psalmi 83:3. Archivium Societatis Iesu in patria nostra, 1962

OPINIONES CIUDADANAS

Carlos Padrón: Es un gesto muy significativo rendir homenaje a Hernán Crespo Toral en el aniversario de la declaración de Cuenca como Patrimonio de la Humanidad. Celebrar las contribuciones de quienes han dejado una huella en la historia cultural es fundamental para recordar su legado y fortalecer la identidad comunitaria. Es maravilloso ver cómo valoras las cualidades excepcionales de Hernán Crespo Toral y su impacto en la comunidad. La intuición y la habilidad para entender a los demás son características valiosas en cualquier líder, especialmente en aquellos que trabajan por el bienestar cultural y social de su entorno. Reconocer y celebrar a figuras como él es esencial para preservar la memoria colectiva y fomentar un sentido de identidad en la comunidad. Es fundamental que la historia se cuente con precisión y que se reconozca el trabajo de quienes realmente contribuyen a eventos significativos, como la declaración de Cuenca como Patrimonio Cultural de la Humanidad. La memoria histórica es crucial para entender nuestro pasado y construir un futuro mejor. Es admirable que estés defendiendo la verdad y buscando justicia en el reconocimiento de los méritos adecuados.

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Julio Muñoz: Absolutamente de acuerdo con su formidable artículo Diego. Gracias por resaltar a Hernán Crespo Total y su alta gestión siempre por la cultura e identidad de la Patria. No se había inventado aún ese artefacto perezoso e inútil llamado Ministerio de Cultura. Así es. Hernán superó los límites de la imaginación y las cadenas de la burocracia. En el Banco Central junto a azuayos patriotas como el inolvidable Juan Cueva Jaramillo y otros sembraron CULTURA con mayúscula. Hernán era hermano de Eduardo Crespo Total, Gerente de Salvat Editores, de quien fuimos distribuidores, de 1968 con Monitor hasta 1988. Colecciones de fascículos, libros o cassettes de los cuales vendimos millones de ejemplares en total. En 1979 en uno de mis frecuentes viajes a Bogotá ví en la televisión  intensa promoción de la Historia del Arte Colombiano de Salvat. Compré los primeros fascículos y me encanté. Fui a la carrera décima y el Gerente de Salvat Colombia me dijo que esa colección de Arte era fruto de un trabajo colosal pero los resultados eran decepcionantes y del uno y dos quizás vendieron 18.000 . Vine a Quito, entusiasmé a papá y fuimos donde Eduardo: queremos distribuir masivamente una Historia del Arte ecuatoriano. Eduardo nos dijo que bajo la dirección de Hernán estaban elaborando una y que lanzaría 2.000 tomos del uno, dos y tres para venderlos a plazos a un alto precio. Eduardo: ¿y porqué no lanzamos fascículos a precios cómodos e intensa difusión nacional y popular? Julio, no es rentable. Colombia vendió apenas del primer par de fascículos 18.000 y en el Ecuador lograríamos 6.000, lo cual no era rentable. Necio como he sido le dije: arriesgue Eduardo, con un plan agresivo podemos vender 25.000. Eduardo dijo: Salvat no puede arriesgar. Papá y yo dijimos: pues arriesgamos nosotros. Mientras Hernán, Filoteo Samaniego, el Padre Vargas y otros elaboraban la Historia, Muñoz Hermanos preparó un plan salvaje de distribución y publicidad y vendimos 32.000 del uno y dos y en el cincuenta terminamos en 17.000. Prensa, radio, televisión, carteles, hojas volantes y buena distribución lograron éxito y superamos todo objetivo y meta. Recuerdo, por ejemplo, que en todos los partidos del campeonato de fútbol repartimos miles de hojas, antes del clásico Aucas - Liga con 40.000 asistentes. Guapas chicas caminaban con una gran tela que decía: ¡¡¡¡ecuatoriano, tienes que leer la Historia del Arte Ecuatoriano y seremos grandes!!!!  Y a cada rato, Carlos Efraín Machado, Petronio Salazar, Pepito Cardozo, etc. en la radio decían: …marcador de La Historia del Arte ecuatoriano que sale mañana Liga tanto, Aucas tanto. Nos dimos el gusto de ganarles a los colombianos por goleada. Y salían los fascículos cada semana y Hernán y su combo los seguían elaborando. Ninguna autoridad nos condecoró pero el pueblo ecuatoriano SÍ. Un saludo y abrazo solidario desde Loja. Somos de carne y hueso  como nuestro pueblo y no de Corcho que aguanta todos los pinchazos de agujas de medallistas y todas las correas que les volvió serviles y agacha cabezas. Muy agradecido.

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Anónimos:  Estimado Demetrio: muy interesante su profesión, gracias por darnos a conocer la verdad. Realmente son cosas que se desconocían. Personalmente nunca supe a qué se debe la fama de este señor Corcho Cordero, no recuerdo ninguna hazaña realizada de su parte. 🐝Terrible, terrible, así endosan glorias ajenas; no, no está correcto esa actitud, hay que enmendar!
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martes, 26 de noviembre de 2024

EL SEÑOR DE GIRÓN: UN FRAUDE DENTRO DE LA SEQUÍA HIDROLÓGICA

 

 

In via Christi o En el camino de Cristo un despampanante fraude para los creyentes resultó la traída del llamado Señor de las Aguas a la capital de la morlaquía el pasado martes 19 de noviembre del año 2024. Y es que el fraude devino en un telúrico fiasco porque luego de la parafernálica procesión disfrazada de salvífico peregrinaje in honorem Christi apenas unos cuantos páramos por ciertos puntos de la ciudad utilizáronse como supuestas evidencias del mágico poder de la taumaturga imagen que, la verdad sea dicha, por tradición ha considerádosela como divino amuleto para que llueva en Cuenca, tanto antaño como hogaño, en prolongados estíos que perturban la paz de los cuencanos en la desesperación por la ausencia de lluvias y las nefastas consecuencias de un infernal estío, como acaece en estos meses con la sequía hidrológica más catastrófica de las últimas décadas super flumina Tomebamba.

A ocho días de la apoteósica manifestación que los cuencanos mostraron para el Señor de Girón, las lluvias siguen escasas y el apocalíptico estío continúa, contabilizándose, en las estadísticas municipales, al 26 de noviembre, 137 días de sequía hidrológica en nuestros lares, por lo que puédese inferir que el Señor de las Aguas llegó sin que las aguas vinieran con su mayestática presencia, en terrible fracaso para el arzobispo Marco Pérez Caicedo, quien como promotor de la astuta zalagarda ha quedádose como chupa de dómine inter christifidelis laicis in nostra Sancta Mater Ecclesia.

La verdad sea dicha: ya no estamos en los finiseculares tiempos milenaristas en los que solíase creer que los cataclismos de la naturaleza superábanse con un milagro forjado entre gallos y medianoche por los trasnochados curas que siguen haciendo de las suyas con la fe del pueblo católico que no mueve montañas sino muchedumbres hambrientas de mágicos eventos en los que dejan miles de dólares de limosnas que enriquecen las faltriqueras arzobispales y sacerdotales de desvergonzados religiosos que pescan a río revuelto con esta clase de tretas planificadas bajo una audaz estratagema in iniquitatis via.

Quid pro quo, dígase la verdad sin aspavientos pues la astuta zalagarda episcopal y clerical consiste en no mover un dedo ni inmutarse por nada de nada en las primeras semanas de una sequía hidrológica. Así entonces, en adecuado orden de prelación, los infames curas junto a su astuto arzobispo esperan expectantes, in via curiositatis, los reportes que las autoridades ambientales realizan sobre las condiciones metereológicas que preanuncian lluvias cuando la sequía hidrológica entra en su climax, alrededor del día 100, cuando las probabilidades de precipitaciones aumentan in crescendo in vita communitatis. Es en este estado de cosas cuando entonces, ipso facto, el marrullero arzobispo, con sus obsecuentes clérigos, aparecen en el escenario rasgándose las vestiduras y clamando piedad al cielo mientras anuncian la llegada de algún santo, de una taumaturga virgen o de un portentoso Cristo para operar un milagro ante el cruel cataclismo.

Rebus sic stantibus/ Estando así las cosas, los truculentos curas ejecutan pues, por órdenes episcopales, unas Jornadas de Oración en los templos de la cristiandad o una apoteósica procesión que en este caso fue con el Señor de Girón que, a lo largo de los siglos, ha sido conocido con el sobrenombre del Señor de las Aguas porque, a similis, en otros tiempos de infernales sequías fue traído cual mágico amuleto para decir que gracias a su divinal presencia las lluvias llegaron como dones celestiales para la catolicísima urbe cuencana, cuna de la rancia beatería curuchupista in historia nostra.

Así pues, la procesión hácese justo en los días en los que se prevé una mayor probabilidad de lluvias. Allí radica el quid de la cuestión, lo que en otros tiempos fue la causa del éxito de la Santa Madre Iglesia con el Señor de Girón, pues los cálculos eran exactos y predecibles cum accurata diligentia. Si el mismo día de la llegada del crucifijo acaecen chubascos o guarúas entonces los infames curas, junto con su artero arzobispo Pérez Caicedo, proclaman urbi et orbi que una vez más el Señor de Girón ha realizado el milagro de las aguas en los antiguos campos de la bella Guapdondelig o la primaveral Paucarbamba o Tumipampa. Esta operación, in tertio millenio adveniente, es prácticamente mediatizada en redes sociales provocando una retahíla de oraciones, penitencias, alabanzas sin cuento y misas de acción de gracias que todas en su conjunto sólo sirven para acrecentar las limosnas de las crédulas gentes que caen en la histeria colectiva que un supuesto milagro entraña in vita communitatis.

Si en los días posteriores las torrenciales lluvias vuélvense copiosas o los pertinaces aguaceros estallan con rayos y centellas consolídase la farsa para señalar que la capital de la morlaquía sigue siendo un valle preferido por el Altísimo para la manifestación de sus gracias celestiales super flumina Tomebamba.

Sin embargo, en esta ocasión el chusco y fullero arzobispo de Cuenca y sus infames y tramposos curas fracasaron estrepitosamente puesto que desde el 19 al 25 de noviembre no ha habido copiosas lluvias en la zona y la sequía hidrológica continúa sin que puédase atisbar cuándo será finalmente superada. En otros tiempos pudo ser pecado realizar una crítica a estos astutos artilugios de la Santa Madre Iglesia, sobre todo porque la todopoderosa Iglesia aún mantenía un omnímodo poder hasta para excomulgar a quien osara desnudar estas tropelías eclesiásticas in mysterium iniquitatis.

Hoy, in via sanitatis, no seremos ya anatemizados por develar que la llegada del Señor de Girón o Señor de las Aguas, a Cuenca, el pasado 19 de noviembre, fue un estrepitoso fracaso que desnuda la astucia arzobispal y la aviesa capacidad de la clerecía para hacerse eco de un evento que si bien no ha traído aguas en nuestros lares al menos ha servido para que las limosnas del pueblo cuencano circulen copiosamente para que resuenem tintineantes en los bolsillos arzobispales y clericales, mientras los incrédulos fieles de tales artilugios hemos podido mas bien contemplar, in corpore et in anima, a una centenaria escultura cristológica que muy bien considérasela como Patrimonio Cultural del Azuay ora por su exquisita facha de un ignoto escultor hispano pues el Señor de Girón trájoselo desde España en la Colonia, ora por su imponente presencia como símbolo iconográfico de Nuestro Señor Jesucristo, pastor bonus et fidelis in nostra Sancta Romana Ecclesia et Dominus ac Redemptor in vita societatis et in historia nostra semper veneranda, pro patria et Deo in via pulchritudinis.

 

 

DIEGO DEMETRIO ORELLANA

Datum Conchae, mensis novembris, die quintus supra vigesimus, reparata salute Anno Dominicae Incarnationis MMXXIV, octava I Dominica Adventus.

lunes, 18 de noviembre de 2024

CRISTIAN ZAMORA: CARTA PÚBLICA SOBRE LA DIRECCIÓN DE CULTURA Y AMENAZAS DE MUERTE


 Santa Ana de los Ríos de Cuenca, noviembre 18 del año del Señor de 2024

Octava XXXIII Dominica per annum

Doctor  
Cristian Zamora Matute
Alcalde de Cuenca.

De mi consideración:

PAX ET BONUM SEMPER

A través de la presente comunicación denuncio a su autoridad que el pasado día lunes 11 de noviembre fui atacado de manera impía, en plena vía pública, por el ciudadano Jonathan Salomón Koupermann Kuperman, Director Municipal de Cultura, quien intentó agredirme físicamente y me amenazó de muerte, motivo por el cual un trío de policías le advirtió que no podía causar escándalo público e ipso facto huyó de la esquina de las calles Bolívar y General Torres, sitio del incidente.

En tanto trátase del Director de Cultura, quien con este accionar hácelo quedar mal a su autoridad, dígase que es inadmisible que este funcionario reaccione de esta manera ante los terribles yerros históricos que no pudo corregir en la exposición de fotografía antigua de Cuenca que exhibióse en el parque de San Blas atentando a la historia de la urbe y que, desgraciadamente, ahora exhíbesela en el parque de San Sebastián, pues Koupermann niégase a corregir los infames yerros históricos.

Por ello, adjunto a su persona copia de la denuncia penal que me he visto obligado a presentar en la Fiscalía General del Estado, en donde he denunciado a Jonathan Salomon Kouperman Kuperman por el delito de INTIMIDACIÓN in via iustitiae.

Solicito a su autoridad que sancione a SALOMÓN KOUPERMANN, pues estas actitudes son impropias de quien ejerce LA DIRECCIÓN DE CULTURA MUNICIPAL, pues en ese puesto débense guardar buenos modales y no un comportamiento vulgar, ramplón y forajido con el cual no parece un hombre de cultura sino un bravucón barriobajero que resuelve sus problemas de incapacidad para ejercer el cargo con la fuerza bruta, a verbis ad verbera/ de las palabras a los golpes, persiguiendo a quienes observamos sus yerros y defendemos a la historia de Cuenca por los agravios cometidos por este funcionario en la organización de estupefacientes muestras históricas con las que los ciudadanos desinfórmanse y aprenden erráticamente precisos datos de la historia citadina in vita civitatis, adversum veritatis et contra dignitatis

Sin otro particular por el momento y esperando que usted llame la atención a Koupermann, de manera ejemplarizadora, suscribo de su autoridad con un cordial saludo in via amicitiae nostrae,

Abogado Diego Demetrio Orellana
Datum Conchae, mensis novembris, die XVII, currentis Anno Domini MMXXIV, octava XXXIII Dominica per annum

martes, 22 de octubre de 2024

EL MERCURIO: UN CENTENARIO Y MUCHAS DUDAS

POR: Abogado Diego Demetrio Orellana
Abogada Susana Merchán Cordero


«QUOD VERUM EST, PRO OMNIBUS ET SEMPER VERUM ESSE DEBET/ LO QUE ES VERDAD DEBE SER VERDAD PARA TODOS Y SIEMPRE»… Así es como la encíclica Fides et Ratio o Razón y Fe esboza, desde la ética, una inexorable exigencia que vuélvese imperativa cuando los hombres o las instituciones celebran aniversarios en los fastos de la historia pues la verdad histórica debe mantenerse inmarcesible para permanecer traslúcida in aeternum. Sólo así las conmemoraciones revístense de veracidad exultando aquello que siempre ha buscádose en el «gaudium de veritate» o «gozo de buscar la verdad» a la hora de justipreciar, in stricta iustitia, las acciones humanas trascendentes in historia mundi. Ergo, en estos últimos días han sido causa de dudas las referencias históricas que han publicádose en las páginas de diario El Mercurio, al cumplir 100 años de existencia in urbe nostra. Esta es la razón por la que exáltase la verdad histórica inter nos en preeminente exploración del «sensus vero» o «sentido verdadero» de la ciencia histórica, a la cual considérasela como «magistra vitae» o «maestra de la vida» ante la comunidad morlaca que vive ávida por conocer información veraz y oportuna.

In veritatis honorem, amparados en el artículo 66 de la Constitución de la República declaramos ad libitum que nuestro ánimo es la búsqueda de la verdad y nada más que la verdad en libérrima manifestación de nuestro pensamiento y en el ejercicio de la libertad de expresión. Por ello, como ejercicio de la labor escriturial inherente a nuestra actividad historiadora, consignamos in honorem veritatis las siguientes consideraciones: 

FAMILIA SARMIENTO ABAD
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PARS PRIMA. Devélase la primera duda histórica de El Mercurio cuando en el reportaje intitulado «La labor filantrópica de la familia Merchán», del sábado 19 de octubre pasado, escribióse ad litteram: «Cuatro generaciones de la familia Merchán han liderado el periódico, fundado el 22 de octubre de 1924, cuando la población de la ciudad rondaba los 3.000 habitantes. El Mercurio fue creado por los hermanos Carlos Alfonso, Aurelio, Luis y Octavio Sarmiento Abad. Sin embargo, en 1934, Nicanor Merchán Bermeo adquirió el medio de comunicación y tuvo un papel determinante en su desarrollo». En este parágrafo apenas dícese que la familia Sarmiento Abad fundó El Mercurio hace exactamente un siglo y omítese la gran labor intelectual que el diario ejerciera bajo la égida de este clan familiar hasta 1934 cuando el doctor Nicanor Merchán Bermeo, que era un hombre soltero y sin hijos, adquiere el rotativo. Es causa de ludibrio que en la página E2 de la edición conmemorativa del centenario de El Mercurio, el día de hoy 22 de octubre del año 2024, hayan omitídose también las referencias históricas de que los fundadores del diario son los hermanos Sarmiento Abad.

DR. NICANOR MERCHÁN BERMEO
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ALTERA PARS. El reportaje de marras del pasado 19 de octubre refiérese al doctor Nicanor Merchán Bermeo, quien tuvo una muerte por demás misteriosa en 1956, sin que hubiérasele practicado ni siquiera una autopsia, con una desaparición forzada y su cuerpo dejado en su casa de habitación que hallábase deshabitada. Mas en el referido texto mercuriano léese in scriptis: «Durante los 21 años que lo dirigió, se consolidó como una figura influyente en Cuenca y el Azuay. Nicanor Merchán Bermeo fue médico y periodista. Se graduó como médico en 1904 en la entonces Universidad del Azuay y continuó sus estudios en Europa, especializándose en Medicina Tropical. Entre 1904 y 1910, residió en Madrid y Londres. A su regreso a Cuenca, introdujo innovaciones como el primer laboratorio clínico y el uso de rayos X, además de tratamientos avanzados para la amebiasis y la lepra… Don Nicanor Merchán falleció en 1956. A su muerte, en la dirección de El Mercurio le sucedió Miguel Merchán Ochoa, ingeniero, periodista y filántropo...». 

MIGUEL MERCHÁN OCHOA

Aquí, en el texto precedente ocúltase la filiación de Miguel Merchán Ochoa frente al doctor Nicanor Merchán Bermeo, a quien solamente indícase que fue don cuando era doctor. Filiación que hállase en entredicho al existir una prueba de ADN aplicada a Nicanor Merchán Luco y Víctor Merchán Cordero, verdadero descendiente del doctor Nicanor Merchán Bermeo, prueba científica que da cuenta que la rama Merchán Luco no es auténtica. Enseguida, el reportaje de marras señala in via curiositatis: «Multifacético, Miguel Merchán también dejó una huella en la vida social y cultural de Cuenca. Firmaba sus editoriales bajo el seudónimo de V. Noir y, con una pluma incisiva y rigurosa, contribuyó al liderazgo periodístico de El Mercurio hasta su muerte… MIGUEL MERCHÁN OCHOA ASUMIÓ LA DIRECCIÓN DE EL MERCURIO TRAS SU PADRE, y posteriormente, Nicanor Merchán Luco continuó con esa labor…». Las dudas históricas que devélanse en líneas precedentes débense confrontar, en opinión de la doctora Susana Merchán Cordero, coautora de este ensayo, con las expresiones que los hermanos Merchán Luco dicen ante la juez, en el juicio de paternidad que la referida Susana Merchán Cordero ha instaurado en contra de la familia Merchán Luco y por tratarse de un litigio legal de interés público es menester transcribir tales aseveraciones de los hermanos Merchán Luco ad peddem litterae: «Nicanor Merchán Luco, Rita María Merchán Luco, Marina Dolores Merchán Luco, Miguel Marino Merchán Luco, dentro del proceso No. 01204-2018-05463 que sigue FANNY SUSANA MERCHÁN CORDERO, ante usted en debida forma comparecemos y manifestamos: … EN EFECTO Y CONFORME SOSTIENE LA ACCIONANTE, NUESTRO PADRE, EL SEÑOR MIGUEL MERCHÁN OCHOA, NACIÓ EL 5 DE FEBRERO DE 1917, FUE INSCRITO INICIALMENTE ÚNICAMENTE CON EL APELLIDO MATERNO OCHOA Y DE PADRE DESCONOCIDO. AUNQUE NO CONOCEMOS LOS PORMENORES NI LA FECHA EXACTA DESDE LA CUAL NUESTRO PADRE EMPEZÓ A USAR EL APELLIDO MERCHÁN EN SUS ACTOS PÚBLICOS COMO PRIVADOS, PODEMOS DEDUCIR QUE EL RECONOCIMIENTO FORMAL, A NUESTRO PADRE POR PARTE DEL DOCTOR NICANOR MERCHÁN BERMEO OCURRIÓ CON MUCHA ANTELACIÓN AL RECONOCIMIENTO LEGAL MEDIANTE DISPOSICIÓN TESTAMENTARIA, es así que desde 1944, fecha que contrajo matrimonio con nuestra madre Marina Luco Puja, en los actos de inscripción de nacimiento de los comparecientes, en el contrato que firmó con su padre para trabajar en diario El Mercurio, lo hizo como Miguel Ángel Merchán Ochoa; el propio testador Dr. Nicanor Merchán Bermeo tenía conocimiento de aquello ya que en la disposición testamentaria señala: DECLARO QUE TENGO UN HIJO ÚNICO LLAMADO MIGUEL MERCHÁN OCHOA, por tanto su uso habría sido público y notorio».

Efectivamente, en el testamento referido, el cual -según la doctora Susana Merchán Cordero- ha imputádoselo como apócrifo dentro del proceso legal señalado ut supra comiénzase diciendo in scriptis: «INSTITUYO COMO A MI ÚNICO Y UNIVERSAL HEREDERO A MI HIJO ILEGÍTIMO MIGUEL MERCHÁN OCHOA…». Por lo tanto, este detalle vuélvese importantísimo para señalar la filiación del ingeniero Miguel Merchán Ochoa en la historia de El Mercurio señala Susana Merchán Cordero, verdadera descendiente del doctor Nicanor Merchán Bermeo y accionante del proceso legal de marras in urbe nostra. Este testamento en el que ha realizádose una pericia grafológica que determina la falsedad de la firma del doctor Nicanor Merchán Bermeo es de fecha 19 de enero de 1951. Por lo tanto, estando en ciernes su falsía, aquí caben dos interrogantes in via veritatis: ¿No debería acaso, el señor Miguel Ángel Ochoa, haber llevado el apellido Merchán desde 1951, año del testamento apócrifo? ¿por qué entonces ya desde 1944, cuando contrae nupcias, ya llevaba este apellido? 



Dentro del proceso legal 01204-2018-05463 ha ejecutádose una pericia de ADN para determinar la verdadera filiación de la familia Merchán Luco. Para ello, la doctora Mónica Isabel Galarza Galarza fue la perito que realizó el examen a Nicanor Merchán Luco y a Víctor Eduardo Merchán Cordero, verdadero descendiente del doctor Nicanor Merchán Bermeo. Es sorprendente leer en las conclusiones de la pericia lo que sigue in via veritatis: «EL SEÑOR NICANOR MERCHÁN LUCO NO PERTENECE A LA MISMA LÍNEA FILIAL PATERNA DEL SEÑOR VÍCTOR EDUARDO MERCHÁN CORDERO».


Y Susana Merchán Cordero señala que luego de la prueba de ADN en la que confírmase que la familia Merchán Luco genéticamente no tiene nada que ver con la familia Merchán Cordero, verdadera descendiente de Nicanor Merchán Bermeo, es evidente que al comparar las fotografías de Nicanor Merchán Bermeo junto a la de Miguel Merchán Ochoa nótase que ningún parecido físico puede existir entre el segundo con el primero puesto que los rasgos físicos elementales que determinan el fenoptipo no se parecen para corroborar, dice Susana Merchán, el infame robo del apellido. Mas Susana Merchán agrega acriter et fideliter que el padre biológico de Miguel Merchán Ochoa era un sastre de apellido Quito. Y Susana agrega: «Por lo tanto, Miguel Merchán Ochoa debía haberse llamado MIGUEL QUITO OCHOA y, consecuentemente, sus hijos debieron identificarse como NICANOR, DORY, RITA Y MIGUEL QUITO LUCO».


HISTÓRICA SÁTIRA APARECIDA EN DIARIO LA ESCOBA
ACERCA DE MIGUEL MERCHÁN OCHOA

HERMANOS MERCHÁN LUCO,
HIJOS DE MIGUEL MERCHÁN OCHOA
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PARS TERTIA: El reportaje del 19 de octubre del presente año, en diario El Mercurio, dice in scriptis: «Los años en la vorágine del tiempo del hombre, atestiguan que son cuatro generaciones de los Merchán que están aún al frente. Miguel Merchán Ochoa, tomó la posta luego de su padre y Nicanor Merchán Luco, lo hizo igual. Actualmente, la bisnieta, Carmen Merchán, está al frente del Departamento Digital, manteniendo así el legado familiar en la dirección. Cuatro generaciones, cuatro conducciones honestas y de liderazgo”, señaló Aurelio Maldonado Aguilar, columnista de El Mercurio». Así entonces, «in claritatis via» «en el camino de la claridad» terribles incertidumbres ciérnense en el centenario de El Mercurio cuyas luces opácanse entre sombras y foscas vacilaciones in regnum tenebrarum o en el reino de las tinieblas... 

SÁTIRA PUBLICADA EN LA ESCOBA SOBRE
MIGUEL MERCHÁN OCHOA
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Rebus sic stantibus/ Estando así las cosas dígase con perspicuidad que la única certeza es que diario El Mercurio celebra un centenario con muchas dudas y perplejidades siendo imperioso que en un día tan importante para nuestra ciudad las falacias de los artículos de marras que El Mercurio ha publicado en estos días aclárense ante la comunidad morlaca que vive ávida por conocer información veraz y oportuna «in via veritatis» o «en el camino de la verdad» ad futuram rei memoriam in veritatis splendor et in civitatis vita omnibus nobis.

Datum Conchae, mensis octobris, die secundus supra vigesimus, Anno Dominicae Incarnationis MMXXIV, octava XXIX Dominica per annum.


OPINIONES CIUDADANAS

DE: JORGE SUAREZ 
jorgesuar1@yahoo.com
PARA: DIEGO DEMETRIO ORELLANA
ASUNTO: RE: EL MERCURIO: UN CENTENARIO Y MUCHAS DUDAS
FECHA: mar, 22 oct a las 21:48

Perfecto... Diego. Leyéndolo, he suprimido -mentalmente- los errores que usted escribe, refleja y plasma.
¿Por qué?  Porque su narrativa es tan clara y precisa que ha sido como asistir a una clase magistral de historia. No sabía nada, nada de ella pero abrir para leer el artículo me ha sido beneficioso.

Quiero a Cuenca y en mis años juveniles pensaba comprar un pequeño departamento para vivirlo (cuando me jubilase)  en los meses de mis inviernos. No pudo ser, pero el afecto que tengo por su ciudad sigue tan latente como én mi ya lejano ayer. y su artículo revivió, en mí, todo esto., 

Saludos y gracias,  Jorge.
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 PARA: DIEGO DEMETRIO ORELLANA
FECHA: vie, 1 nov a las 12:58

Terrible todas esas inadecuadas y falsas historias.
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MI ESTIMADO SANTIAGO:  EXACTAMENTE... PERO MÁS GRAVE ES QUE HÁYASE QUERIDO CELEBRAR EL CENTENARIO ARROGÁNDOSE UN APELLIDO QUE NO LES PERTENECE Y DESAFIANDO A QUIENES SÍ SABEMOS LA VERDADERA HISTORIA AL PUBLICAR EN EL MERCURIO, CON MENDACIDAD, UNA FALSA HISTORIA QUE POR FALSA HÉMOSLA DESNUDADO IN VERITATIS SPLENDOR... UN ABRAZO FRATERNAL IN NOMINE DOMINI. QUE LA MATER DOLOROSA LE BENDIGA SIEMPRE COMO NOSTRA VERA MATER AMANTISSIMA.

DIEGO DEMETRIO
OCTAVA XXX DOMINICA PER ANNUM IN ANNO SALUTIS NOSTRAE MMXXIV
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DE: FABIÁN GUSTAVO FLORES
fabiangustavofloresg@hotmail.com
PARA: DIEGO DEMETRIO ORELLANA
ASUNTO: RE: ELMERCURIO: UN CENTENARIO Y MUCHAS DUDAS
FECHA: mié, 23 oct a las 7:30

Es admirable que estés compartiendo un análisis crítico sobre la historia de "El Mercurio" y su centenario. La investigación y el diálogo abierto sobre temas culturales e históricos son esenciales para comprender mejor nuestro pasado y sus implicaciones en el presente.

DE: FERNANDO QUITO P. ferquito@laseinter.net
PARA: DIEGO DEMETRIO ORELLANA
ASUNTO: RE: EL MERCURIO: UN CENTENARIO Y MUCHAS DUDAS
FECHA: 
vie, 25 oct a las 3:45

Es comprensible que te sientas frustrado ante la percepción de que se está distorsionando la historia en los medios. La responsabilidad de los periodistas y editores es presentar información precisa y veraz, y es esencial que las voces críticas sean escuchadas para garantizar un debate saludable y una comprensión clara de los hechos históricos.

Saludos, estimado,
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FECHA: Octubre 25 del año 2024

Buenos días Susana. Primero me presento. Mi nombre es Claudio Crespo Merchán, bisnieto de Apolinario Merchán Tapia (hermano de Cornelio Merchán). Primero saludarle y luego comentarle que siempre se escuchó en mi línea familiar sobre el caso de los supuestos Merchán Ochoa y descendientes, pero he leído y visto algunas intervenciones suyas que me han aclarado todos esos fragmentos de relatos que he escuchado desde niño. Le felicito por esa frontal y valiente confrontación con la realidad de lo que ha sucedido con estos arribistas en contubernio con los religiosos mojigatos. Me deja con la curiosidad de saber qué ha sucedido en los procesos judiciales que ha emprendido...

Saludos cordiales,
Claudio Crespo Merchán.
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