Santa Ana de los Ríos de Cuenca, abril 5 del año 2009
In sollemnitate Dominica in Palmis
Ing. Marcelo Cabrera Palacios
ALCALDE DE CUENCA EN LICENCIA
Sr. Carlos Flores Flores
PRO TEMPORE, ALCALDE DE CUENCA
Lcdo. Carlos Freire Soria
DIRECTOR MUNICIPAL DE EDUCACIÓN Y CULTURA
Dra. Flor María Salazar viuda de Tenorio
Dr. Gustavo Vega Delgado
Dr. Juan Esteban Segovia
COMISIÓN DE CULTURA DEL CONCEJO CANTONAL
Lcdo. Francisco Álvarez Pazos
DIRECTOR DEL MUSEO MUNICIPAL «REMIGIO CRESPO TORAL»
Ciudad
De mi consideración:
«Veritatis splendor in Historia effulget, praesertim vero in homine: veritas illuminat intellegentiam hominisque libertatem/ El esplendor de la verdad brilla en la Historia y, de modo particular, en el hombre, pues la verdad ilumina la inteligencia y modela la libertad del hombre».
Se encuentra circulando en la ciudad, un folleto intitulado «Remigio Crespo Toral: su vida y obra trascendentes», el mismo que se entrega en el Museo Municipal «Remigio Crespo Toral», en el cual existen imperdonables errores en contra de la historia de la urbe y la lengua de Castilla, por lo que me permito protestar por esta nueva ignominia irrogada para menoscabar el prestigio cultural de Santa Ana de los Ríos de Cuenca.
Debo obedecer a mi conciencia, que muy bien derecho tiene de mandarme, y por ello, me cumple señalar a vosotros, cum reverentia et respectum per Concha et amoris veritatem, las equivocaciones con las que se ofende a la inteligencia de los lectores de dicha publicación, a fin de que os dignéis sancionar a sus responsables.
Arrectis auribus/ Con oídos atentos: En la página 3 se publica una fotografía de un óleo de Remigio Crespo Toral y en los créditos que la acompañan se dice: «Óleo de José María Pereira (Pintor español)». Este dato es falso, pues este pintor no es español sino portugués, mientras que tampoco se llama José María Pereira sino Raúl María Pereira. Por lo tanto, ab irato, resulta digna de admiración la negligencia que ha existido para averiguar bien los datos de este gran retratista, pintor academicista y talentoso escultor lusitano del siglo XX, autor de bellos retratos en Cuenca y Guayaquil, quien es muy conocido en el mundo intelectual de la nación como para que se le haya confundido en su nombre y en su origen. Se podría consultar, verbi gratia, para los escépticos, el Boletín Histórico de la Biblioteca Municipal de Guayaquil, correspondiente al mes de octubre del año 2006, precioso ejemplar en donde se reproducen bellísimos retratos de Pereira en la ciudad de Guayaquil.
En la página 5, en un artículo de Francisco Álvarez Pazos, se escribió, de verbo ad verbum: «…Así advienen figuras de proyección nacional, como Honorato Vázquez, académico de La Lengua , internacionalista, educador, poeta y estadista, Julio Matovelle, sabio y santo… a los que entre otros se suman nombres tan destacados como el de Rafael María Arízaga, Octavio Díaz, Remigio Cordero y León, Luis Moreno Mora…». A más de que la expresión « La Lengua » no necesitaba ser escrita en mayúsculas, conviene precisar, in honorem iustitia, que no ha existido nunca, en la morlaquía, un intelectual cuencano llamado Remigio Cordero y León. ¿No se habrá querido decir mas bien, Remigio Romero y León, quien era contemporáneo de Crespo Toral y fue un exquisito poeta de la morlaquía y padre del eminente vate cuencano Remigio Romero y Cordero?
En la misma página, ad infra, se escribió ad peddem litterae: «En uno de los hermosos parajes de la campiña comarcana, la actual parroquia de Quingeo, cercana a la ciudad, el 4 de agosto de 1860 nace Remigio Crespo Toral…». Sin embargo, 3 carillas después, en la página 8, en un artículo de Juan Cordero Íñiguez, se escribe algo diferente que confunde a los lectores y contradice a lo manifestado por Álvarez: «4 de agosto de 1860. Nacimiento en Cuenca. En la Luis Cordero y Presidente Córdova, donde está hoy la Casa de la Cultura …».
Res ipsa loquitur, sed ¿quid in infernos dicet/ La cosa habla por sí mismo, pero ¿qué infiernos dice? ¿Cómo es posible que se permitan publicar dos notas biográficas que no coinciden en el lugar de nacimiento de Crespo Toral? La verdad histórica señala que Remigio Crespo Toral nació en Cuenca y justamente en donde es hoy la Casa de la Cultura. Ab uno disce omnes, un hecho fidedigno lo confirma: sobre la actual librería «Pedro Páramo» existe una placa conmemorativa que da fe de este acontecimiento desde el 4 de agosto de 1960, en el centenario del nacimiento de este importante intelectual de la morlaquía. Sólo hay que mirarla para corroborarlo.
El mismo Juan Cordero Íñiguez escribe más abajo, concordet historica veritas, una información que refuerza el dato de que Remigio Crespo Toral nació en Cuenca y no en Quingeo: «1860 – 1872. Educación hogareña con su madre, en la hacienda de Quingeo, donde le hubiera gustado nacer, según sus memorias…».
A partir de la página 14 se publica un artículo intitulado «Alto exponente de la inteligencia y la cultura nacional», de la autoría de Ricardo Muñoz Chávez, en donde sorprende su redacción farragosa, la misma que no tuvo adecuada corrección, pues se escriben ciertas palabras con graves errores sintácticos en un texto que es difícil de comprender por los absurdos que lleva implícito. Pero, ex ungue leonem, leamos a Muñoz Chávez y saquemos nuestras propias conclusiones: «La culminación de una etapa de la remodelación del Museo Remigio Crespo Toral, ha dado lugar para que, en acto de enaltecedora justicia, al mucho tiempo, se renueve un homenaje a la figura preclara de este gran ecuatoriano que en la cordillera de los valores intelectuales que se destacan entre la mitad del siglo XIX y las primeras décadas del XX, como las más altas cumbres de la inteligencia y la cultura nacional, junto a las figuras inmortales de Juan Montalvo, Monseñor Federico González Suárez y Remigio Crespo Toral».
¿No está claro que si se habla de Crespo Toral como una figura preclara de los valores intelectuales de los siglos XIX y XX, junto a Montalvo y González Suárez, era innecesario volver a nombrarlo al final del parágrafo, mientras se nota la ausencia de un verbo rector, que hubiere dado más sindéresis al texto en el instante en que habla de la cordillera de los valores intelectuales?
Por otro lado, en ese artículo de Muñoz Chávez existen decenas de faltas ortográficas y sintácticas que infaman a nuestra hermosa lengua de Castilla, pues muchas tildes diacríticas no fueron colocadas en las palabras que así lo exigían, mientras se escribieron cosas como éstas, que por bárbaras las reproduzco, entre otras: «especio», «lon tiene», «un obra ciclópea», «lo mucho de los publicado», «semblanzas de Azuayos ilustres», «benemérito ex Alcaldes de Cuenca», «publicacaciòn», «seràn», «formación Académica y humanística», «Padre Charcón», «el más grande y completo que se hacho hasta ahora», «valores cuencano», «cultivar su dos máximos placeres», «pronunciamientos dela inteligencia», «G.h.Mata».
Entre el texto de Muñoz Chávez se reproducen varias fotografías antiguas de la urbe en las que se debieron colocar créditos correctos, a fin de que las imágenes contribuyan a educar a la ciudadanía en asuntos históricos que coadyuven a la formación cívica de los lectores. Sin embargo, ad absurdum et adversas sensus comunis, algunas fotos viejas de la urbe tienen créditos con generalidades que en nada ayudan a enriquecer y justificar su presencia. Por ejemplo, hay una fotografía cuyo pie de foto dice: «Junta de mejoras y obras públicas» y nada más, cuando esa foto es de 1920 y de veras muestra a Remigio Crespo Toral, quien se halla sentado junto al Ing. Jarolasv V. Jizva, que fue además el constructor del actual puente del Centenario; Manuel Eugenio Carrasco; Alfonso Ordóñez Mata y Julio Rosentock (constructor del ferrocarril Sibambe – Cuenca que nunca se concluyó). De pie se encuentran además, Alberto Villavicencio y José Manuel Pozo, quien fue el fundador de la Asociación de Empleados de Cuenca, pero sus nombres son omitidos en la foto de marras.
También publicaron otra imagen en la página 18, en la que se lee: «Fundadores del Centro de Estudios Históricos y Geográficos de Cuenca»; aquí se halla justamente Crespo Toral pero se omite irresponsablemente que sus compañeros son: Rafael María Arízaga, Honorato Vázquez Ochoa, el P. Julio María Matovelle, Alberto Muñoz Vernaza, quienes se encuentran sentados; mientras de pie se hallan: Francisco Tálbot Niemes, Octavio Cordero Palacios, Alfonso María Borrero, Ezequiel Márquez y el matemático Agustín Iglesias.
Anima nostra meminisse horret/ Nuestra alma se horroriza al recordarlo. Y así entonces, lo más vergonzoso de estas curiosas imágenes se encuentra en la misma página 18, ad infra, en la que se publicó otra fotografía antigua de Cuenca con el siguiente equívoco pie de foto: «Comité de la Conmemoración de la Virgen del Rosario». No obstante, observando a la foto de marras se puede inferir que esto es falso, pues no se trata de ninguna conmemoración de la Virgen del Rosario, ya que la imagen que se encuentra allí no es la Morenica del Rosario sino María Auxiliadora. Por otro lado, si hubiese sido algo relacionado con la Morenica debería haber sido quizás, el Comité de la Coronación de dicha taumaturga imagen y no de la Conmemoración como equívocamente escribieron.
Pero más allá de estas imprecisiones, veritas ante omnia, lo curioso es que en dicha imagen no se halla ningún fraile dominico, como hubiese sido lo lógico, sino tres sacerdotes salesianos: el P. Joaquín Spinelli, SDB; el P. Eusebio De Angeli, SDB, quien era el superior de la comunidad salesiana de la época; Monseñor Domingo Comín, SDB; in illo tempore, Vicario Apostólico de Méndez; junto a ellos aparecen destacados presbíteros de la morlaquía como el Padre Julio María Matovelle y los canónigos Nicanor Aguilar, Juan María Cuesta, Miguel Ángel Jaramillo y Alfonso Abad Jáuregui, quienes se encuentran junto a Remigio Crespo Toral, Honorato Vázquez, Alberto Muñoz Vernaza, Rafael María Arízaga y Miguel Cordero Dávila. Como al fondo de la foto se halla un mural con Juan Bosco y considerando que todos estos personajes fueron destacados católicos de la urbe, es lógico inferir que dicha fotografía corresponde mas bien a un evento relacionado con la comunidad de padres salesianos, que tienen como patrona a la Bienaventurada Virgen María, en su milenaria advocación de «Auxilium Christianorum o Auxilio de los Cristianos», más conocida, en nuestra bella lengua de Castilla, como «María Auxiliadora». Ergo, por lo visto entonces, la foto nada tiene que ver con la Orden de Predicadores, la comunidad de Padres Dominicanos, dueños de la Morenica del Rosario.
Ciertamente, habré de precisar, alere flamam veritatis/ alentando la llama de la verdad, que la benemérita Congregación Salesiana celebró, según lo confirma la Historia , la beatificación de su fundador, Juan Bosco, el 2 de junio de 1929; mientras que el 1 de abril de 1934 se celebró su canonización, gracias al Santo Padre Pío, por la Divina Providencia , Papa XI. Ahora bien, como el Padre Matovelle murió en junio de 1929, es lógico concluir que esa fotografía fue tomada antes de este año y está relacionada con el comité que preparó las celebraciones que Cuenca y el país realizaron con motivo de dicha beatificación y, post factum, de la inolvidable canonización, comité en el que justamente estos intelectuales cuencanos tomaron parte activa y cuyas ejecutorias habrían de ser después consolidadas en una magnífica obra publicada en dos tomos, con el nombre de «Homenaje del Ecuador a Don Bosco Santo», cuyo compilador fue el benemérito salesiano oriundo del Sígsig, el P. Elías Brito, SDB, de feliz memoria.
Es sorprendente que, por desconocer la historia de la urbe, a los autores de esta publicación mal realizada se les ocurrió, de manera ligera e irresponsable, cum admirabilis stultitia, colocar cualquier desventurado pie de foto burlándose, dentibus albis, de la inteligencia de los cuencanos y suponiendo quizás que no habría nadie que pudiere darse cuenta.
Indocti discant et ament meminisse periti/ Aprendan los ignorantes y gusten recordar los doctos, deberíamos decir al observar con estupefacción cómo se atropella a la historia, la cultura y el idioma de Cuenca en casi todas las publicaciones que se hacen en la actualidad, lo cual espeluzna a los verdaderos escritores castizos de la morlaquía, que concluyen, ciertamente, que estamos viviendo en una especie de «oscurantismo cuencano» al que es hora ya de poner punto final.
Mientras espero que la presente tenga una acogida favorable, suscribo de vosotros con un cordial saludo. No podemos aceptar, Señor Alcalde, señores munícipes y señores concejales, que en el propio Museo Municipal «Remigio Crespo Toral», considerado como el museo de la historia de la ciudad, par excellence, la ignorancia haga presa fácil de la urbe para enviar al abismo de las huestes infernales su bien merecido prestigio de «Atenas del Ecuador» dentro del territorio ecuatoriano. Por ello, es menester que se sancione a los responsables de estas cosas bárbaras que se han escrito en la publicación que comentamos y que infaman a la conciencia de los habitantes de la morlaquía cum admirationem, indignatĭōnis, adversas ignorantia et stultitia in haec immortālis civitas.
His cum affectibus vobis et grata recordationem in Christum Dominum Nostrum,
DIEGO DEMETRIO ORELLANA
Datum Concha, apud flumina Tomebamba, ex aedibus FIDEH, districti meridionalis, ad initium mensis aprilis, die quinta, Anno Dominicae Incarnationis bismillesimus nonus, in sollemnitate Dominica in Palmis.
POST SCRIPTUM.
C.C. Señores concejales
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