sábado, 28 de agosto de 2010

BIENAL DE CUENCA: POLÉMICA Y CORRUPCIÓN CULTURAL

Una seria polémica cultural enfrenta la Bienal de Cuenca ante la elección del nuevo director ejecutivo de tal institución, Diego Carrasco Espinosa, pues su nombramiento es legal pero ilegítimo. Esto constituye un hecho que atañe a la ética y se circunscribe, de maxima ad minima, en los principios morales que guían el modus actuandi de los ciudadanos de cualquier lugar del planeta.
Diego Carrasco Espinosa
Actor de teatro
Master en Psicología Transpersonal
Director Ejecutivo de la Bienal de Cuenca
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Para contribuir al debate sobre la Bienal de Cuenca debemos comentar, in scriptis, las respuestas de Diego Carrasco Espinosa, Director Ejecutivo de la Bienal de Cuenca, a Jorge Morán Riera, en el foro cultural RIZOMA, sobre la razón por la cual los directores de la institución siempre son cuencanos.

El nuevo director ejecutivo de la Bienal dice en el foro RIZOMA el 17 de agosto del año 2010: «La razón del por qué, en la lista de candidatos a Director Ejecutivo de la Bienal, constaban solo nombres de cuencanos se debe -según creo - a que la sede es en Cuenca. Creo difícil que personas de Guayaquil, Quito u otros lados, se trasladen a vivir en la ciudad para dirigir la Bienal».

Esta respuesta, la verdad sea dicha, oculta algunos hechos que la comunidad está obligada a conocer, pro Patria et Deo, por tratarse de asuntos de interés público: En el mes de abril del presente año, Diego Carrasco Espinosa era Director Municipal de Cultura de Cuenca y, como tal, miembro del Directorio de la Fundación «Bienal de Cuenca». Como parte de este ente directivo, después de la renuncia de Galo René Cardoso Segarra, Carrasco fue nombrado Director Ejecutivo Encargado de la Bienal de Cuenca. Por lo tanto, conocía, de cabo al rabo, todo cuanto acontecía en la institución, antes y después de la renuncia de Cardoso.

Post factum, justamente, como director ejecutivo encargado de la Bienal, Carrasco empezó el proceso de reestructuración de la misma. El directorio de la Fundación «Bienal de Cuenca» resolvió, mutatis, mutandis, invitar a que determinadas personas fuesen candidatas a la Dirección Ejecutiva de la Bienal. Los invitados fueron 6 ciudadanos nacidos en Cuenca y un ciudadano natural de la ciudad de Azogues, todos mocionados por el Directorio de la Bienal, presidido por Carrasco, a saber: Carlos Rojas Reyes (Azogues), quien es hoy el nuevo Director Artístico de la Bienal de Cuenca, Hernán Pacurucu Cárdenas (Cuenca), quien ahora es miembro del equipo curatorial de la Bienal, Cristóbal Zapata Carpio (Cuenca), quien es también parte del novísimo equipo curatorial, Katya Cazar (Cuenca), quien igualmente es hoy miembro de dicho equipo de curadores; la lista de invitados la conformaba también, la cuencana Jacqueline Verdugo Cárdenas, ex Directora Municipal de Cultura y Patricia Ullauri, natural de la ciudad de Nabón y funcionaria municipal.


Se solicitó a cada uno de los candidatos para que presente, a más de su curriculum vitae, un proyecto para el manejo de la Bienal de Cuenca. La actual Ordenanza de la Fundación «Bienal de Cuenca» dice al respecto, que los candidatos a la Dirección Ejecutiva de la Fundación son nominados por su Directorio y es el Alcalde de la capital azuaya, quien como presidente de la Fundación «Bienal de Cuenca», propone una terna para la elección del director ejecutivo.

Cuando debía elegirse al nuevo director ejecutivo, a mediados del mes de mayo del año 2010, el Alcalde Paúl Granda López, según lo prescribe la Ordenanza de la Fundación «Bienal de Cuenca», debía conformar una terna con las 7 personas antedichas, pero en vez de estructurar dicha terna con los candidatos nombrados ut supra, decidió motu proprio incluir en ella al propio Diego Carrasco Espinosa, quien era Director de Cultura y Director encargado de la Bienal de Cuenca. Es decir, juez y parte. Por eso, Carrasco no podía ser candidato a la dirección ejecutiva de la Bienal de Cuenca y jamás presentó ningún proyecto para el manejo de la Bienal, como sí lo hicieron, disciplinadamente, los otros candidatos invitados para la elección del director ejecutivo de la Fundación Bienal de Cuenca.


Para evitar problemas legales y con la asesoría de la Sindicatura Municipal, el Alcalde Paúl Granda López pidió la renuncia a su Director Municipal de Cultura, pues ya fuera del cargo dejaba también su encargo de Director Ejecutivo de la Bienal de Cuenca y candidatizó, per fas et per nefas, a Diego Carrasco Espinosa para la Dirección Ejecutiva de la Bienal de Cuenca, presidiendo una terna conformada además por Katya Cazar y Carlos Rojas Reyes y sin haber presentado ningún proyecto para el manejo de la Bienal como lo habían hecho los restantes candidatos.

Mas, en el momento de la votación se presentó -como delegado de la Dirección Municipal de Cultura- el señor Pablo Palacio, quien era el principal asesor y suplente de Diego Carrasco Espinosa en esa dependencia, para votar por su antiguo jefe, quien fue nombrado como Director Ejecutivo de la Bienal de Cuenca, legalmente, aunque ¿ilegítimamente?, por expreso deseo del Alcalde de la capital de la morlaquía, como bien dice Diego Carrasco.


Las preguntas que nos hacemos los actores y gestores culturales interesados en la Bienal de Cuenca son las siguientes: ¿no era mejor, ante la tremebunda crisis de la institución, que el proceso de elección hubiera podido ser más amplio y traslúcido para garantizar que el directorio de la Fundación Bienal de Cuenca pudiera contar con varias propuestas y candidatos, a fin de que la selección sea un verdadero proceso de encuentro del personaje más idóneo y preparado para conducir a esta importante institución cultural de Cuenca y el país? ¿No hubiese sido óptimo que la Fundación Bienal de Cuenca convoque a un concurso nacional o internacional de oposición y méritos para la Dirección Ejecutiva de la misma, con un llamamiento en los medios de comunicación impresos y virtuales, locales y nacionales, a que los profesionales interesados concursen bajo un pliego de requisitos, a fin de que se encuentre al mejor candidato que, consensus omnium, por méritos y solvencia, pueda encarar los grandes desafíos que implican -a futuro- la dirección de la Bienal de Cuenca? De esta manera ¿no estaría el país enfrentado a una elección de director ejecutivo de la bienal disfrazada de legalidad pero carente de legitimidad?

Por lo tanto, la razón por la que los directores de la Bienal de Cuenca siempre son cuencanos se debe a que, en la Atenas del Ecuador, los alcaldes de turno durante los últimos 23 años así lo han querido, aunque sea por el arte de birlibirloque y siempre con las malas artes del engaño.


Que conste que, para terminar eligiendo al nuevo director ejecutivo de la Bienal de Cuenca, se convocaron dos reuniones públicas, con varios actores y gestores culturales de Cuenca, a fin de auscultar opiniones y plantear ideas para la anunciada reestructuración de la Bienal de Cuenca. De esas reuniones existen actas y mientras el tiempo ha pasado conviene preguntarse: ¿de qué sirvieron? ¿por qué no se tomaron en cuenta los planteamientos de varios actores y gestores culturales que exigíamos más traslucidez al proceso de elección del nuevo director ejecutivo y al mismo Plan de fortalecimiento de la Bienal de Cuenca? ¿Resultó entonces una nueva tomadura de pelo a la comunidad artística y cultural de la morlaquía, después de una nefasta y nefanda época presidida por el último director ejecutivo vitalicio de la Fundación «Bienal de Cuenca», René Cardoso Segarra?

Como hombre de Derecho he de decir, sine ira et studio, que en la Jurisprudencia se dice «que no todo lo que es legal es legítimo» y este principio apodíctico del Derecho señala la importancia de que, en las acciones humanas, exista una concordancia esencial entre la legalidad y la legitimidad, pues si una cosa es legal y legítima se acerca a la verdadera justicia, que es el sino y signo de toda acción humana que busca el bien común in aeternum et in saecula saeculorum.


Pero cuando una cosa es legal e ilegítima a la vez, la sanción moral de la comunidad no avala el hecho disfrazado de legalidad, dando como consecuencia que el aura popularis de quienes han sido electos legal pero ilegítimamente desaparece de la muchedumbre a la que obligados están a servir.

Eso es lo que está aconteciendo con la comunidad de actores y gestores culturales del Ecuador frente al intríngulis de la elección del director ejecutivo de la Bienal de Cuenca. Que muchos actores y gestores culturales no lo digan, coram populo, por omisión, conveniencia y hasta por cobardía, no significa que el sentimiento que he recogido, desde la comunidad a la que sirvo con la pluma, no sea compartido, in stricta veritas, por quienes conocen mis escritos sobre el tema.


No me queda más que agregar que es mi deseo de que vendrán días mejores para la Bienal de Cuenca, pero no por ello he de callar, adversas conscientia meam, frente a otra realidad: no sólo hay que tener buena voluntad, energía y entusiasmo para cambiar las cosas en un lugar determinado al que llegamos legal pero ilegítimamente, puesto que cuenta mucho la solvencia, ya que debemos también preguntarnos por el perfil del director ejecutivo de la Bienal de Cuenca: Licenciado en Teatro, con una maestría en Artes Escénicas realizada en Cuba ad initium tertio millenio.



Este hecho me ha llevado a recordar una anécdota histórica relacionada con el pintor Apeles (siglo IV a. C), de la que nació, primero en lengua griega, después en la bella y sempiterna lengua latina y luego, en el bello Castellano, un dicho popular de veras apodíctico y contundente.


Apeles pinta Campaspe. Año 1600
Óleo sobre lienzo
Por: Joos van Winghe (1544 - 1603)

Y es que, en la mitología helena, según se sabe por la célebre crónica, un buen día, el pintor Apeles exponía sus obras artísticas en una plaza de la Grecia clásica, cuando –de pronto- un zapatero percibió un error en el zapato de una de las figuras pintadas por Apeles y éste lo rectificó inmediatamente considerando que la opinión del artesano era sensata. Sin embargo, el zapatero empezó a criticar otros aspectos de la obra y en el momento en que comentaba las piernas de un personaje pintado en el trabajo artístico, Apeles exclamó: «Ne supra crepidam sutor judicaret», consejo que quedó inmortalizado en nuestra hermosa lengua de Castilla como: «Zapatero a tus zapatos».


Jorge Morán Riera se pregunta en el foro cultural RIZOMA: «¿Qué pasaría si se abrieran investigaciones sobre irregularidades (actos deshonestos orquestados por críticos/curadores y artistas, o por funcionarios de la institución) en ediciones pasadas de la Bienal de Cuenca, y se determinaría que tales o cuales son reales y comprobables?».

Por eso, sería bueno recordar a Diego Carrasco Espinosa, que una de las cosas ofrecidas en el Plan de fortalecimiento de la Bienal de Cuenca fue la realización de una auditoría a la institución, pues la Contraloría General del Estado debería verificar cómo se han manejado durante 23 años los recursos públicos entregados a la institución, ya que se trata de dinero público que debe ser auditado pro Patria et Deo.



En cuanto al cuerpo curatorial designado por Carrasco no existe ninguna novedad. Lo que se está haciendo es aplicar las nuevas disposiciones de la Ordenanza para el funcionamiento de la Fundación «Bienal de Cuenca» con la implementación de un departamento técnico permanente al interior de la institución.

El Teatro, mundo del que salió el nuevo
Director Ejecutivo de la Bienal de Cuenca
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Lo que está en juego, hablando de la Bienal de Cuenca sub specie aeternitatis, es la necesidad de que la institución adquiera una identidad propia, pues en 23 años de vida aún se divaga en el hecho de que el certamen, nacido como una bienal de pintura, debe ampliar su cobertura a las múltiples expresiones del arte contemporáneo, lo cual ha acontecido, a saltos de mata, en los últimos diez años, aunque cada vez la conceptualización de las diversas ediciones ha sido un permanente ensayo de diletantes propuestas teóricas sobre variados aspectos del arte contemporáneo que, tanto por el farragoso modo de redactar cuanto por el enrevesamiento de los conceptos, devinieron a veces, en audaces tomaduras de pelo.

Ya hemos dicho en una precedente oportunidad que la culpa está en determinados personajes non plus ultra del arte cuencano, quienes han creado elucubraciones con cosas abstrusas implicadas en el orden semiótico, ideológico y estético, que se convirtieron luego en los peores temas para una bienal.

Creo que debemos amar a la verdad para decirla acriter et fideliter cuando la conciencia, que muy bien derecho tiene de mandarnos, nos lo ordena. Este ha sido entonces, el verdadero leit motiv del presente comentario.

Comparto mis ideas por la obligación moral que tenemos los hombres de pluma para luchar por la verdad usque ad sanguinis effusionem.

FIAT IUSTITIA PEREAT MUNDUS
HÁGASE LA JUSTICIA AUNQUE PEREZCA EL MUNDO
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DIEGO DEMETRIO ORELLANA
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Datum Concha, super flumina Tomebamba, ex aedibus FIDEH, districti meridionalis, mensis Augusti, die XXI, reparate salute Anno Dominicae Incarnationis bismillesimus decimus, in vesperas sollemnitate BMV
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OPINIONES CIUDADANAS
Asunto: Inquietudes sobre la Bienal de Cuenca
Fecha: martes, 24 de agosto, 2010 22:44

Hola Diego:
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Tus observaciones sobre la Bienal están muy bien. Lo legal no es necesariamente legítimo. En días pasados me enteré que el Lcdo. Carrasco contrató al Dr. Rojas, a la Sra. Cazar, al Sr. Pacurucu y alguien más, para idear y organizar LEGALMENTE la XI Bienal. Ya me imagino qué nos presentarán.
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Un saludo,
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Oswaldo.
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DE:Ver detalles del contacto
PARA: diegoorellana2002@yahoo.es
ASUNTO: RE: BIENAL DE CUENCA: POLÉMICA Y CORRUPCIÓN CULTURAL
FECHA: domingo, 29 de agosto, 2010 16:31


Gracias Diego por este esclarecedor artículo sobre los problemas de la Bienal. Ojalá aclarada la situación y aunque el Directorio no sea quizás idóneo y el director ejecutivo no tenga el perfil requerido al menos la enrumben por el camino de la excelencia y de la sensibilidad artística y vuelva a tener el prestigio que tuvo en los primeros años.
Un fuerte abrazo,

Esther Bermejo de Crespo Toral

sábado, 7 de agosto de 2010

ERRORES Y GAZAPOS EN LIBRO GENEALÓGICO DE SANTA ANA DE LOS RÍOS DE CUENCA


PORTADA DE LA PUBLICACIÓN
Santa Ana de los Ríos de Cuenca, agosto 6 del año del Señor de 2010
In sollemnitate Transfigurationis Domini
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Sr. Juan Crespo Vintimilla
Sr. Esteban Crespo Cordero
Sr. Marcelo Crespo Vega
Ciudad
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De mi consideración:
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«Hanc litteram visusus salutem et optatissima pax»
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Circula en Santa Ana de los Ríos de Cuenca el libro intitulado «Roberto Crespo Toral, Hortensia Ordóñez Mata y su descendencia», obra en la cual aparecéis como responsables de la edición, la producción y la coordinación general del proyecto editorial.
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La publicación intenta rendir un homenaje a vuestros antepasados pero no lo consigue y ofende, ad contrario sensu, a nuestra excepcional lengua de Castilla, así como altera ciertos hechos históricos de nuestra urbe castiza, motivo por el que os dirijo estas líneas que tienen por objeto defender a la ciudad de un nuevo ultraje en contra de su historia, su lengua y su cultura.
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Los agravios a la lengua castellana se evidencian, semper contra Hispanica lingua, en cada una de las 224 páginas del libro cuando los lectores se encuentran con graves errores de digitación, así como faltas ortográficas y errores de concordancia entre sujetos y predicados o entre género y número, mientras existen terribles confusiones para la utilización de las conjunciones causales y los relativos, junto a vergonzosas redundancias, un pésimo uso de la sintaxis, una incorrecta utilización de las letras mayúsculas, amén de que la redacción deja mucho que desear, hecho que representa una paradoja si hemos de considerar que vosotros tenéis algunos antepasados que fueron notables escritores y hombres de pluma, que glorificaron a la lengua castellana, quienes se horrorizarían, si viviesen, al leer el libro que habéis escrito en su memoria.
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En consecuencia, resulta contradictorio que con esta obra conmemorativa y gracias a los gravísimos gazapos en contra del Castellano y las tremebundas equivocaciones históricas, no habéis podido honrar la ilustre memoria de vuestros prominentes parientes literatos, a los que intentáis relievar, ab æterno, a través de esta obra genealógica de la familia Crespo.


Pero más allá de las afrentas en contra de nuestra lengua maternal, el Castellano, en todo el libro existen horripilantes desaciertos en contra de la Historia, e inclusive, ex admirationem, hasta un plagio, hecho que causa vergüenza ajena hasta los límites de la indignación y la sorpresa.
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1. En efecto, en la página 12 del libro que comento, in scriptis, el lector encuéntrase con un capítulo intitulado «Orígenes y desarrollo genealógico de la familia Crespo de Cuenca - Ecuador», el cual está firmado por Agustín Valdivieso Pozo. Mas resulta, in stricta veritas, que se trata de un texto con datos extraídos y copiados de la obra «Orígenes cuencanos» del escritor Maximiliano Borrero, a los cuales, al parecer, se los ha modificado o alterado para acomodarlos a la genealogía preparada para vuestra familia.
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Este hecho es sorprendente, a calvo ad calvum, y hace que el lector bien informado piense en la deshonestidad intelectual que implica un plagio, sobre todo cuando la prepotencia y la insolencia con la que se actúa pretenden ocultar la ignorancia supina y tenebrosa de ciertos personajes que búrlanse de nuestra inteligencia creyendo que no nos damos cuenta de que son facinerosos a nativitate. No debería aceptarse, in communitate nostra, que se haya podido copiar grandes parágrafos de la obra antes mencionada como si hubiesen sido realizados por Agustín Valdivieso Pozo, sin indicar siquiera, por un elemental sentido de honestidad intelectual, que para esa investigación genealógica se han tomado como referencias las investigaciones realizadas sobre la familia Crespo, por parte del investigador Maximiliano Borrero.


2. En la página 43 el lector se enfrenta con una seria equivocación, cuando hablando de Roberto Crespo Toral se escribió ad peddem litterae: «En 1869 ingresa a la Universidad de Cuenca, que se había fundado un año antes…».
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Esto no es verdad, pues la Universidad del Azuay, que es el nombre con el que fue creada la primera institución de educación superior de la morlaquía, fue fundada en 1867, dos años antes de que Roberto Crespo Toral ingresara en ella. En efecto, el decreto de creación del alma mater cuencana fue expedido por Jerónimo Carrión, in diebus illis, Presidente de la República, con fecha 18 de octubre de 1867.
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3. Existe una contradicción entre las páginas 45, 65 y 67, ya que en la primera se dice, en referencia a Roberto Crespo Toral: «…participó en la fundación del Banco del Azuay… Su persona fue electa como primer gerente de esta institución bancaria, junto con Octavio Vega Garrido… un 7 de noviembre de 1913», mientras que en la página 65 existe un pie de foto en el cual se habla de Roberto Crespo Ordóñez, hijo del primero, y se lee cum singularis contradictionem: «El Banco del Azuay en la época en que Roberto Crespo Ordóñez fue su primer gerente. Se puede ver los postes de alumbrado público y líneas de transmisión eléctrica, generada desde su hidroeléctrica para la ciudad de Cuenca…». Luego, en la página 67 se vuelven a manifestar las siguientes expresiones que las copio ex integro: «Cuando Roberto Crespo Toral fue el primer gerente del Banco del Azuay, institución fundada en 1913, se ordenó la emisión de un billete de 20 sucres con su fotografía…»

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AV. SOLANO: ROBERTO CRESPO TORAL
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¿No se está afirmando, tanto en la página 45 cuanto en la 67, que Roberto Crespo Toral fue el primer gerente del Banco del Azuay en 1913? ¿Cómo entonces, su hijo, Roberto Crespo Ordóñez, pudo haber sido también el primer gerente de la entidad bancaria como se afirma en la página 65? Además, en la fotografía de la equívoca nota se observan algunos postes de luz eléctrica junto al edificio del Banco del Azuay, construido después de 1922, lo cual hace pensar que para 1913, año de la fundación de la entidad bancaria, Cuenca no tenía luz eléctrica, adelanto que se lo debemos a Roberto Crespo Toral, quien, fiat lux, inauguró el servicio eléctrico para la capital de la morlaquía el 10 de agosto de 1914. La absurda contradicción de que padre e hijo han sido el primer gerente del Banco del Azuay es de veras sorprendente cuando, más adelante, en la página 80, decís algo con lo que se confirma, ex aequo, vuestra equivocación, reflejando que el libro genealógico de la familia Crespo no tuvo un correcto proceso de corrección: «Roberto Crespo Ordóñez… ocupó la gerencia del Banco del Azuay desde 1922 a 1928, durante su gestión se realizaron los planos y la construcción de la sede del banco, actual edificio patrimonial en donde funciona la Alcaldía de Cuenca».


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ROBERTO CRESPO TORAL
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4. En la página 91, los lectores pueden leer un largo listado de la descendencia de Roberto Crespo Ordóñez y Rosa Elena Vega Acha. Dentro de él, de facto, se encuentran las familias Crespo Malo, Crespo Cordero, Serrano Crespo y Crespo Vega. Sin embargo, de forma sorprendente, nos quedamos absortos, cum admirabilis stupefactiōnis, cuando en las páginas 150 y 151 otra vez están enlistadas estas mismas familias, pero como descendientes directos de Nicolás Crespo Ordóñez e Inés Malo Iglesias.
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Concretamente, se entendería, in medias res, que los hijos de Mauricio Crespo Crespo y María del Pilar Malo Vega, así como aquellos de Juan Manuel Crespo Crespo y Priscila Cordero Díaz, los herederos de María Dolores Crespo Crespo y Juan Serrano Cordero, junto a los vástagos de Marcelo Crespo Crespo y Mariela Vega Villa descienden todos juntos, por línea directa, tanto de Roberto como de su hermano Nicolás Crespo Ordóñez. ¿No os parece esto un terrible absurdo?
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Este hecho configura una curiosa contradicción, pues ¿cómo es posible que todas estas personas puedan descender, por línea directa, tanto de Nicolás como de su hermano Roberto Crespo Ordóñez? Eso es como decir que una persona cualquiera desciende directamente tanto de su padre como de su tío, lo cual es un contrasentido. El error es inaudito y se va en contra de las reglas de la lógica haciendo absurda vuestra genealogía y provocando en los lectores la impresión de que no existió el cuidado debido y la precisión necesaria para enlistar correctamente, cum accurata diligentia, dentro de cada rama de los Crespo Ordóñez, a sus actuales descendientes.


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ROBERTO CRESPO ORDÓÑEZ
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5. En la página 108 consta una nueva equivocación en la semblanza que publicáis acerca de Ricardo Crespo Ordóñez, pues escribisteis, sine reflexionis, la siguiente cosa falsa: «Presenta sus cartas credenciales ante el Rey Alfonso XIII y permanece en ese país (España) hasta 1932, año en el que se había instaurado la república».


1931: PROCLAMACIÓN DE LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA
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BANDERA DE LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA
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Este dato constituye un error tremebundo, pues la II República Española, que es a la que os referís, no fue instaurada en 1932 como afirmáis en vuestro libro. La fecha exacta de la proclamación republicana en España es, die constituta, el 14 de abril de 1931, por lo que el desliz en que habéis incurrido demuestra la poca acuciosidad que tuvisteis para corregir vuestro libro genealógico.
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6. Inaudita altera parte, en la misma semblanza de Ricardo Crespo Ordóñez os habéis olvidado de un aspecto por el que este personaje es muy relevante en la historia de la morlaquía. Me refiero al hecho de que, junto con Emmanuel Honorato Vázquez, creó un estudio artístico que ha sido muy importante en el desarrollo de la historia fotográfica de la capital azuaya: la sociedad llamada «Fotografía Artística Crespo y Vázquez», la cual habría de conseguir originales imágenes en las que el talento de Vázquez y Crespo resultó importante para el desarrollo fotográfico de Cuenca, mas en vuestro libro nada se dice de esta importante faceta de Ricardo Crespo Ordóñez.

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Antiguo edificio de la Universidad de Cuenca, hoy Corte Superior de Justicia
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7. En la página 172 se encuentra un nuevo error en contra de la historia de la morlaquía cuando decís adversas historica veritas: «En el año 1914 se coloca en Cuenca la primera piedra para dar inicio a la construcción del edificio en donde funcionaría la Universidad de Cuenca (hoy Palacio de Justicia)…».
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Esto contraviene a la verdad histórica, ya que en el Libro de Actas de la Junta Administrativa Universitaria, 1916 – 1920, se constata que el edificio universitario que hoy pertenece a la Corte Superior de Justicia se empezó a construir en 1920 en «el sitio que la familia del finado Dr. Ullauri tiene en la esquina de la plaza Abdón Calderón». Así se consigna, lato sensu, en dicho documento, autorizando al Sr. rector atienda los particulares referentes al juicio de despropio.
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8. En la misma página 172 existe otra equivocación histórica cuando se afirma ad litteram: «El Banco del Azuay decide construir un edificio… y contactan con el arquitecto Donoso Barba para que prepare los planos. Es así que en el año 1922 Luis Felipe (Donoso Barba) realiza los diseños y se da inicio a la obra que concluye en 1926».
Esto, al parecer, no es cierto, pues aunque algunas fuentes bibliográficas de la historia de la ciudad suelen señalar que es en 1926 cuando el antiguo edificio del Banco del Azuay se terminó de construir, un dato tangible lo desmiente y es el hecho de que, en el propio edificio patrimonial que hoy es sede de la Alcaldía de la capital azuaya, existe una inscripción, in lingua latina, que señala en números romanos: MCMXXVII, que equivale a 1927. La placa habrá sido colocada, ad perpetuam rei memoriam, para recordar justamente el año en el que la edificación llegó a su definitiva conclusión y se encuentra esculpida en mármol hacia la calle Simón Bolívar, diagonal al edificio de la Fiscalía del Azuay. Esta referencia tan concreta que la podemos verificar, in situ, es muy importante a la hora de aclarar algunos errores históricos que por falta de acuciosidad se reproducen ad infinitum en publicaciones como la vuestra.

Antiguo edificio del Banco del Azuay
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9. En la misma página 172 se escribió, ab absurdo, una incongruencia que la transcribo de maxima ad minima: «…el mismo arquitecto Donoso Barba es contratado por el colegio Benigno Malo para el diseño y construcción de su edificio, el mismo que se inicia en el año 1923 y lo dirige por dos años hasta 1925, en donde se hace cargo el Dr. Octavio Cordero Palacios, para concluir esta maravillosa edificación en el año 1950».


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Octavio Cordero Palacios
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Aunque es verdad que el 30 de octubre de 1923 fue colocada la primera piedra del colegio antedicho, la redacción de este parágrafo es incongruente cuando dice que el Dr. Octavio Cordero Palacios se hace cargo de la construcción del edificio desde 1925, para concluir esta maravillosa edificación en el año 1950. El error de redacción permite entender, a fortiori, que Octavio Cordero concluyó la construcción de la edificación en 1950, lo cual deviene en una absurda deducción si se ha de considerar que este eminente escritor e historiador cuencano murió en 1930 y nunca pudo ver terminada la monumental obra arquitectónica del colegio Benigno Malo, la cual, en verdad, tampoco fue concluida en 1950. En el Libro de Oro del Colegio «Benigno Malo», editado en 1964, se publican fotografías de los pabellones laterales aún inconclusos y un reclamo al gobierno de la época para que dicho edificio fuese de una vez por todas terminado, hechos que prueban que en la década de 1950 estaba levantada la parte frontal del edificio pero todavía era una quimera ver a la edificación finalmente concluido.

Edificio del Colegio «Benigno Malo», Cuenca
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10. Pero como «Qui amat periculum, in illo peribet/Quien ama el peligro, en él perecerá», en la página 181, al hablar del pintor cuencano Luis Crespo Ordóñez se encuentra otra falta de precisión histórica cuando decís: «Estalló la Guerra Civil española en 1937…».


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Esto es una grave equivocación en contra de la Historia, ya que la Guerra Civil Española no comenzó en 1937 sino en julio de 1936, a raíz de una sublevación de un sector del ejército hispano en contra del gobierno de la II República Española, por lo que sorprende que no se hayan consultado elementales libros de Historia Universal para corregir estas horrorosas afirmaciones constantes en vuestra obra genealógica.

GUERRA CIVIL ESPAÑOLA
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LUIS CORDERO CRESPO
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11. Ad finem, en la página 188 nos encontramos con un curioso desliz cuando, al hablar de Cornelio Crespo Ordóñez, quien nace en 1907, decís que este personaje ha estudiado en la escuela «Luis Cordero».

Me permito haceros una reflexión: Este dato es impreciso, ya que cuando este personaje estaba en edad escolar y tenía 6 años de edad, en 1913, todavía no existía el centro de educación primaria antes nombrado, pues la escuela «Luis Cordero» fue fundada el 15 de mayo de 1917, cuando, in illo tempore, vuestro pariente tenía 10 años de edad.

Est tempus concludendi y en consecuencia, espero que estas observaciones contribuyan para que publiquéis una fe de erratas a vuestro libro, pues no es recomendable que los errores en contra de la Historia y la lengua se constituyan en fuentes de dudosa credibilidad para los lectores de esta obra genealógica con varios datos históricos de importancia para la ciudad. Por ello, aspiro a que este análisis se lo tome con la debida ecuanimidad, pues mi animus corrigendi intenta solamente defender el prestigio cultural de nuestra querida ciudad, hecho que me ha compelido para dirigiros estas líneas, por cuya lectura me cumple agradecerles anticipadamente.

Sin nada más, recibid un cordial saludo, in Iesu, Pontifex fidelis et misericors,

DIEGO DEMETRIO ORELLANA
Datum Concha, super flumina Tomebamba, ex aedibus FIDEH, districti meridionalis, ad initium mensis Augusti, die VI, reparate salute Anno Dominicae Incarnationis bismillesimus decimus, in sollemnitate Transfigurationis Domini.
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OPINIONES CIUDADANAS
De: "Hernán Crespo Toral" Ver detalles del contacto
Asunto: RE: ERRORES Y GAZAPOS EN LIBRO GENEALÓGICO DE CUENCA
Fecha: lunes, 9 de agosto, 2010 16:44
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Querido Diego:

He leído con sorpresa su genial correo y ha aflorado en mi cierta ironía. Parece mentira que en la actualidad se puedan hacer tantos errores y que se deslicen tantos gazapos. Además lo documentado de sus hallazgos los hace irrevocables .. En el fondo uno tiende hasta a reirse ... ¡qué mala soy! Da, sin embargo, gran pena por los personajes y por la ciudad.

Gracias por su trabajo, su precisión y por tenerme en cuenta en el envío de sus correos.

Un fuerte abrazo,
Esther Bermejo de Crespo Toral
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Asunto: RV: RV: ERRORES Y GAZAPOS EN LIBRO DE FAMILIA CRESPO
Fecha: lunes, 9 de agosto, 2010 17:42


Señor Diego Demetrio Orellana:

He leído su análisis acerca del libro de la familia Crespo Ordóñez y al respecto me permito hacer el siguiente comentario:
Es una lástima que haya empleado usted tanto tiempo y supongo que esfuerzo en establecer contradicciones de fechas, que a mi personalmente y creo que a muchos de quienes recibimos el libro, poco o nada nos interesa, pues no se trata de un texto escolar de historia, sino de un libro que recoge los hechos que han marcado la vida de esta familia.
Sin embargo quiero hacer referencia a los siguientes párrafos de su escrito:

«En la página 91, los lectores pueden leer un largo listado de la descendencia de Roberto Crespo Ordóñez y Rosa Elena Vega Acha. Dentro de él, de facto, se encuentran las familias Crespo Malo, Crespo Cordero, Serrano Crespo y Crespo Vega. Sin embargo, de forma sorprendente, nos quedamos absortos, cum admirabilis stupefactiōnis, cuando en las páginas 150 y 151 otra vez están enlistadas estas mismas familias, pero como descendientes directos de Nicolás Crespo Ordóñez e Inés Malo Iglesias.

Concretamente, se entendería, in medias res, que los hijos de Mauricio Crespo Crespo y María del Pilar Malo Vega, así como aquellos de Juan Manuel Crespo Crespo y Priscila Cordero Díaz, los herederos de María Dolores Crespo Crespo y Juan Serrano Cordero, junto a los vástagos de Marcelo Crespo Crespo y Mariela Vega Villa descienden todos juntos, por línea directa, tanto de Roberto como de su hermano Nicolás Crespo Ordóñez. ¿No os parece esto un terrible absurdo?

Este hecho configura una curiosa contradicción, pues ¿cómo es posible que todas estas personas puedan descender, por línea directa, tanto de Nicolás como de su hermano Roberto Crespo Ordóñez? Eso es como decir que una persona cualquiera desciende directamente tanto de su padre como de su tío, lo cual es un contrasentido. El error es inaudito y se va en contra de las reglas de la lógica haciendo absurda vuestra genealogía y provocando en los lectores la impresión de que no existió el cuidado debido y la precisión necesaria para enlistar correctamente, cum accurata diligentia, dentro de cada rama de los Crespo Ordóñez, a sus actuales descendientes».


Efectivamente, las familias Crespo Malo, Crespo Cordero, Serrano Crespo y Crespo Vega, descienden tanto de Roberto, como de Nicolás Crespo Ordóñez, pues Mauricio, Juan Manuel, María Dolores y Marcelo, son hijos de Marcelo Crespo Vega y Alicia Crespo Malo. Marcelo es hijo de Roberto Crespo Ordóñez y Alicia es hija de Nicolás Crespo Ordóñez, de esta forma tan sencilla se da esta descendencia que usted y creo que solamente usted, no la ha podido entender.

Sin duda el agotamiento que le produjo este largo y enredado análisis de fechas hizo que una mente lúcida, como la suya, no haya logrado descifrar este acontecimiento, al que ha calificado de error inaudito y que va en contra de las reglas de la lógica, cuando en verdad no se necesita mucha capacidad para entenderlo, pues como puede observar han sido necesarias solamente tres líneas para aclararlo.

Atentamente,

Juan Serrano Cordero
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De: "DIEGO DEMETRIO ORELLANA" Añadir remitente a Contactos
Para: "Juan Serrano Cordero" laisla@islaplants.com
Asunto: RV:RV: ERRORES Y GAZAPOS EN LIBRO DE FAMILIA CRESPO
Fecha: lunes, 9 de agosto, 2010 21:59

Estimado amigo:
Muchas gracias por escribir. No debería tomarse a mal mi escrito sobre el libro de su familia. Mi intención ha sido solamente advertir ciertas equivocaciones históricas y gramaticales que debieron cuidarse en honor a la obligación que tenemos los hombres de pluma para escribir libros.
Su precisión en cuanto a la descendencia de las familias Crespo Malo, Crespo Cordero, Serrano Crespo y Crespo Vega me parece que evidencia la necesidad que hubo para redactar, con mayor precisión semántica, que Marcelo Crespo Vega es hijo de Roberto Crespo Ordóñez y Alicia Crespo Malo es hija de Nicolás Crespo Ordóñez, por lo que creo que cualquier lector que no pertenezca a vuestra familia podría incurrir en la deducción por mí inferida al leer el listado de las respectivas descendencias de Roberto y Nicolás Crespo Ordóñez.
Vuelvo a ratificar mi intención de contribuir a una seria reflexión en el sentido de que los errores históricos y gramaticales de la obra debieron ser mejor cuidados en honor a la verdad y por responsabilidad intelectual en la edición de la publicación que he comentado.
Agradeciéndole por su atención, suscribo atentamente con un cordial saludo,
* DIEGO DEMETRIO ORELLANA
DATUM CONCHA, APUD FLUMINA TOMEBAMBA, ANNO DOMINI MMX
*


De:Ver detalles del contacto

Para:"DIEGO D. ORELLANA T."
Asunto: RE: ERRORES Y GAZAPOS EN LIBRO DE LA FAMILIA CRESPO
Fecha: lunes, 9 de agosto, 2010 20:41

--> Hola Diego:

Dos motivos para felicitarte:

l. Tu cumpleaños, que espero sea de lo mejor. Que tus deseos se cumplan. Que seas muy feliz con lo que Dios te da cada día.

2. Esta corrección del libro es muy interesante. Eres muy buen investigador. Te admiro mucho.

Un abrazo.

EULALIA
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De:Añadir remitente a Contactos
Para: diegoorellana2002@yahoo.es
Asunto: LIBRO DE LA FAMILIA CRESPO
Fecha: jueves, 12 de agosto, 2010 22:00
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Sr. Orellana:
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El libro de la familia Crespo fue creado por la familia y para la familia Crespo (descendencia de Roberto Crespo y Hortensia Ordóñez M.) por lo que no tenía que molestarse en analizarlo ni exteriorizar sus inconformidades, que en muchos casos no lo son porque ud. no conoce a la familia, como es el caso de la familia de Marcelo Crespo y Alicia Crespo que coinciden que están en dos familias (que según ud. se repite) pero como no ha sabido analizar bien, ellos son primos hermanos y están casados entre sí...
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Luz María Crespo de Peña
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De: Juan Francisco Morales
Para: Diego Demetrio Orellana
Asunto: RE: ERRORES Y GAZAPOS EN LIBRO GENEALÓGICO DE CUENCA
Fecha: 11 de octubre de 2010 14:12
Buenos días:
He leído esta página de mera curiosidad, es decir, en forma coincidencial, puesto que necesitaba saber quién es el señor Crespo Ordóñez (no conozco su nombre de pila), que fue diplomático o en su defecto, ocupó puestos en el servicio exterior.
El debate es saludable siempre que se lo haga en tono y forma muy respetuosa y documentada. En efecto, hay un esfuerzo concienzudo en la crítica y se debe aceptarla, pues la descalificación al censor, que rectifica fechas, sólo por tratarse de un libro de genealogía no es acertada.
Un libro de genealogía es menudo trabajo y el análisis semántico e histórico realizado por el señor Orellana es muy bueno, pero pecando de inmodestia, yerra en lo sustancial: en la afrenta que pretendemos al censurar la inteligencia del escritor-autor cuando aparecen familias de los mismos linajes como descendientes de dos hermanos. Eso, descendencias endogámicas, se suceden en todo el Ecuador, y en especial en las clases elitarias, pues la endogamia es alta, casándose en reiteradas oportunidades no solo primos hermanos entre sí, sino sobrinas y sobrinos, oígase bien, con tíos y tías carnales, realidades que se dieron hasta entrado el siglo XX.
Sin embargo, no es necesario calificar a los gazapos o errores, como cuestiones de fondo, ni minimizar la crítica por ser un libro de interés familiar. Un libro genealógico es consustancial a la historia y ésta es la madre de todas las ciencias en la humanidad. Nuestros gobernantes locales o nacionales, incurren en permanentes errores por desconocimiento de ella.
Si alguien me pudiese proporcionar datos del señor Crespo Ordónez que tuvo cargo diplomáticos en los años 1940-50, les quedaría agradecido. Mi correo es jfgms03@hotmail.com
Saludos,
Dr. Juan Francisco Morales