domingo, 25 de octubre de 2020

INSIGNIAS Y PRESEAS: LA INOCENTADA DEL BICENTENARIO EN CUENCA

 

Santa Ana de los Ríos de Cuenca, octubre 25 del año del Señor de 2020
Dominica XXX per annum in Anno Salutis Nostrae MMXX

Ingeniero 
Pedro Palacios Ullauri
Alcalde de Cuenca
Ciudad.


De mi consideración: 

«Ridiculus in urbe nostra et in honorem stultitiae/ Ridículo en nuestra urbe  y en honor de la estulticia»

El Concejo Cantonal de Cuenca, emperifollado de turbia liviandad, ha realizado una INOCENTADA con la que oféndese a la urbe en el bicentenario de su independencia. Previamente, el pasado 12 de Abril, en el 463 aniversario de la fundación castellana de la capital de la morlaquía el cuerpo edilicio decidió no entregar las 9 preseas que en tan singular efeméride otórganse a destacados ciudadanos de la localidad arguyendo que la emergencia sanitaria del coronavirus hacía imposible celebrar apropiadamente el natalicio de la urbe.

Ad interim, cinco meses después, el 27 de septiembre, el mismo Concejo Cantonal convocó a la ciudadanía, a través de diario «El Mercurio», para que postúlense a diferentes personajes a fin de ser condecorados en la sesión solemne del 3 de Noviembre del presente año 2020, bicentenario de la independencia de Cuenca, con las insignias que no fueron entregadas el 12 de Abril conjuntamente a las 9 preseas que también confiérense en la efeméride libertaria de la «ciudad cargada de alma». Ergo, anunciábase que 18 insignias serían discernidas en un proceso de candidaturas cuyas postulaciones concluyeron el pasado 12 de octubre.

 


Con la rigurosidad que el certamen contempla más de 54 postulantes fueron candidatizados y el 16 de octubre la comisión respectiva del Concejo Cantonal y la Alcaldía elaboró, con las carpetas recibidas, 18 ternas para que el 23 de octubre, en sesión reservada y extraordinaria, escogiéranse a 18 ilustres ciudadanos para ser recipiendiarios de tan distinguidas condecoraciones.

 


El proceso llevóse a cabo con la seriedad que la convocatoria pública reclama pero en la mentada sesión reservada, ad absurdum, los 14 concejales y el alcalde Pedro Palacios Ullauri decidieron, nemine discrepante/ por unanimidad, no conceder las condecoraciones a nadie y entregar únicamente la insignia «Municipalidad de Cuenca» al personal de salud de los hospitales «Vicente Corral Moscoso» y «José  Carrasco  Arteaga» con el anodino argumento de que la emergencia sanitaria del coronavirus hace imposible que el 3 de Noviembre puédanse conferir las 18 preseas anunciadas, para las cuales distinguidos ciudadanos habíanse postulado. El hecho constituye, ex tota claritas, una atrevida e insolente burla a la ciudad amada y al propio Concejo Cantonal que dice y se desdice o que hace y se deshace con una descabellada resolución, tomada por el arte de birlibirloque, que deja con la falda alzada a 54 ilustres hijos de la ciudad «Patrimonio de la Humanidad», los cuales no debían ser ultrajados de manera infame como si fuesen una especie de chupa de dómine, en una de las más estúpidas actuaciones que la corporación edilicia municipal haya tomado nunca in historia nostra, justamente cuando nos preparábamos para la celebración del bicentenario de la Independencia. Esto es como si invitárase a un matrimonio y en plena misa de bodas el novio diérase marcha atrás para no contraer nupcias con su fémina dejando a todos los convidados con el santo y la fiesta.

 


Este histórico traspié del Concejo Cantonal es, por tanto, una estrafalaria INOCENTADA a más no poder, con lo cual ha tomádose el pelo a la ciudadanía pues por un elemental sentido de sindéresis entre lo que dícese y hácese si convócase a un proceso que llévase a cabo ad solemnitatem deberíase respetar lo actuado y proceder conforme a lo establecido pues no ejecutar lo convenido es violar una palabra burlándose de la gente y haciendo tabla rasa del respeto que merécense los cuencanos cuando son llamados a participar en un proceso de juego limpio en el que todas las cosas deberían ser traslúcidas, sin triquiñuelas ni engañifas que ofenden a nuestra inteligencia y restan credibilidad a los señores concejales y al propio alcalde Pedro Palacios Ullauri, quien con tan desfachatada resolución extrapola más la autoridad de la que carece a causa de sus liviandades y pusilanimidades por las cuales ha perdido todo crédito en la ciudad capital del austro ecuatoriano.


El hecho deviene en fachoso y cantinflesco ad infinitum, desde todo lado por donde míreselo imbricado en este absurdo y oscuro panorama de autoridades que, al parecer, no saben lo que quieren y no hacen lo que resuelven dando al traste toda la seriedad que debería tener el Concejo Cantonal en donde pareciese que no existieran inteligentes asesores que adviertan, ad cautelam, que si ya se convocó a un proceso es inaudito que se dé marcha atrás, al socaire del respeto que merecen los 54 postulantes a la convocatoria para el discernimiento de las preseas tanto como la misma ciudadanía cuencana que contempla absorta el tremebundo desplante que expavécenos de profundis in anima nostra.

 


Rebus sic stantibus/ Estando así las cosas muy bien débese columbrar que los 14 concejales y el propio burgomaestre ni siquiera respétanse a sí mismos, puesto que cuando una palabra empéñase o cuando una decisión tómase in scriptis, de manera taxativa y bajo actas, las cosas débense respetar ante omnia et super omnia/ ante todo y sobre todo. Pero cuando la estulticia cautiva el alma de semejantes autoridades la estolidez es el denominador común para que un proceso tan serio para la concesión de las insignias y preseas del 12 de Abril y el 3 de Noviembre no sea respetado in extremis incluso a riesgo de cualquier eventualidad que pudiere impedir el que la urbe no pueda celebrar, con la debida parafernalia, un acontecimiento tan trascendente como el bicentenario de nuestra independencia, bicentenario que, a causa de la pandemia, pasará a la historia con el triste «sanbenito» de no haberse preparado con la solemnidad que el evento requiere y la magnificencia de la epónima conmemoración libertaria pues doscientos años no cúmplense a la vuelta de la esquina.

 

Jamás, in urbe nostra, las inocentadas han sido preparadas en las fiestas novembrinas con falsos y fachendosos individuos que desesperadamente corrieron tras el Concejo Cantonal como empalagosas moscas que buscan la miel hasta el hastío para fungir de ediles en la corte de un paniaguado burgomaestre que no tiene empacho para declarar sin aspavientos que: «la situación que estamos viviendo es compleja, difícil y creemos que por esta ocasión debemos entregar una insignia».

 

TAMARA LANDÍVAR VILLAGÓMEZ, 
DIRECTORA MUNICIPAL DE CULTURA, RECREACIÓN Y CONOCIMIENTO

Nunca in historia nostra hemos tenido una directora de cultura municipal bautizada con el nombre de Tamara Landívar Villagómez, quien, al parecer, siendo la principal asesora en temas de cultura no puede ni siquiera tener la debida alacridad mental para aconsejar al burgomaestre y los concejales que no pueden cometer esta infamia mientras la señora, como figura pública sujeta al escrutinio ciudadano, rebosa de invincibilis ignorantia, a causa de su inopia, siendo la culpable de que el bicentenario de la independencia de Cuenca pase a la historia como un evento intrascendente al que nunca dio la importancia que el acontecimiento exige por su falta de merecimientos para ocupar dicho cargo in culturalis aspectibus et in communitate nostra.


Quid pro quo, ya ni débenos causar asombro, absortos como vivimos ante el OSCURANTISMO CUENCANO in tertio millenio adveniente, que la Dirección General de Cultura, Recreación y Conocimiento de la Municipalidad de Cuenca no pudo alertarle a usted, señor burgomaestre, tanto como a los señores concejales, que debían evitar esta INOCENTADA pues puédese inferir que la propia Directora Municipal de Cultura, Recreación y Conocimiento del Ayuntamiento cuencano carece de conocimiento para asesoraros de la barbaridad que habéis cometido contra dignitatis, así como la señora, por sus  desconocimientos dignos de ludibrio, parece que ni siquiera ha podido justipreciar, in stricta iustitia, el momento histórico que le tocó vivir para hacer del BICENTENARIO DE NUESTRA INDEPENDENCIA un hecho memorable, digno, solemne y mayestático, pero sobre todo trascendente ad futuram rei memoriam. Qué duda cabe, señor alcalde de Cuenca, que la historia, magistra vitae, vuélvenos a confirmar ante todos vosotros el sabio dicho de nuestra inmortal cultura latina: «QUOD NATURA NON DAT SALAMANCA NON PRESTAT/ LO QUE NATURA NO DA SALAMANCA NO LO PRESTA».

 


 «Entiendo lo que me basta/ y solamente no entiendo/ cómo súfrense a sí mismos/ los estultos concejales…». Parafraseando a Lope de Vega digamos así, urbi et orbi, ante esta disparatada inocentada del bicentenario que no es más hilarante como indignante en una feria de egolatría y soberbia de los estólidos personajes que integran el Concejo Cantonal de Cuenca. Ni siquiera el secretario abogado del Ilustre Concejo Cantonal sálvase de esta incapacidad de asesoría ante un tema tan trascendente. Todos en masa han mostrádose en tropel cual desesperados maratonistas que, idiotizados y enmascarillados ad summum a causa de la pandemia, con ansias locas de quedar bien con el personal sanitario que sólo ha cumplido con su deber ante la tragedia del coronavirus, echan a la basura un proceso eleccionario por ellos mismos decidido y avalado provocando sorpresa, estupefacción y desencanto en la ciudadanía que contempla patidifusa estas absurdas actuaciones del cuerpo edilicio y su burgomaestre.

 


En Cuenca, la expectación fue trepidante ante el anuncio de que, «por esta única vez», 18 insignias y preseas serían entregadas en la sesión solemne del bicentenario de la independencia, sin esperarse que también «por esta única vez» los ediles y el alcalde hicieran lo contrario. Quienes mirábanse como favoritos para ganar los galardones han transformado sus rostros con un rictus de indignación e iracundia ante la insolente burla que ha espetádoseles con espasmo y estupor solo entendibles en el impacto que prodúcenos una implosión centrífuga posible solo de lograrse cuando la estulticia es el modus operandi de un cuestionado cuerpo edilicio y alcaldicio. Por algo dícese, en nuestra candorosa lengua de Castilla, que «los tontos pueden hacer lo que no hace un terremoto».

 

Pedro Palacios, alcalde de Cuenca, y Tamara Landívar, 
Directora Municipal de Cultura

Así pues, riddendo et solus riddendo/ riendo y solo riendo, analicemos los entretelones de esta ridícula inocentada: en primer lugar, prima facie, ya juntar las insignias del 12 de Abril y el 3 de Noviembre era el absurdo más absurdo que el Concejo Cantonal pudo decidir, puesto que cada una de las preseas abrileñas tanto como las novembrinas entréganse en contextos claramente determinados: la celebración del nacimiento hispano de la urbe, el 12 de Abril de 1557, y la liberación de la monarquía hispana, el 3 de Noviembre de 1820. Por eso, es absurdo juntar todas las insignias abrileñas y novembrinas en la sesión solemne de la independencia. Es como homenajear a España por la fundación castiza mientras que no puede decirse «por otro lado» sino «por el mismo lado», en la misma sesión en que elógiase a España, fustigarla por la subyugación monárquica de la cual nos liberamos el glorioso 3 de Noviembre de 1820. Dicho de otro modo, praeter opinionem, es como mezclar el agua y el aceite o juntar en un mismo andarivel dos cosas contrapuestas o es como celebrar la cuaresma y la navidad juntas, pero también es como ayunar y no comer carne y comer carne al mismo tiempo o, quizás, como comer la cuaresmal fanesca y el pavo navideño en una misma fiesta. Ya de una vez, solo faltó que los cantinflescos ediles y su paniaguado burgomaestre también coman los dulces de corpus junto al pavo y la fanesca a causa de la pandemia. Ad concludendi, digamos también que la desfachatada resolución del Concejo Cantonal violaba el principio de contradicción de la lógica aristotélica cuando el estagirita decía que «una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto». Pero con este cuerpo edilicio de la ilustre ciudad de Cuenca todo es posible a causa de la pandemia que ha idiotizado a los concejales y al burgomaestre hasta los supremos límites del paroxismo.

 


Al parecer, la estupidización que nos ha traído la pandemia es una verdadera lección de vida para los cariacontecidos postulantes de las preseas y los incautos y engarbullados ciudadanos de la capital de la morlaquía que, enmascarillados ocho meses, deberían reflexionar que están enfrentando un panorama donde las más apócrifas e insólitas cosas pueden acontecer gracias a los ególatras y fatuos señores concejales, junto a su acicalado y pusilánime alcalde con el que viven enmascarillados disfrutando de las delicias del poder y burlándose de nuestra inteligencia diem per diem super flumina Tomebamba.

 


Ad verecundiam, dígase con perspicuidad que la inocentada no quédase allí. Ha decidídose también en la bendita sesión reservada de marras que solicitaránse los nombres del personal sanitario a los hospitales y luego publicaráse el listado en la página cibernética del municipio a fin de que si falta alguno notificárase al ilustre Concejo Cantonal.

 


Pero para que el pecado sea de veras mortal y la estulticia conságrese a los límites máximos de la balandronada el ilustre Concejo Cantonal ha decidido, asimismo, que mandaráse a realizar una placa epigráfica con los nombres entregados para ser colocada en el parque de La Libertad. Sin embargo, Oh Sancta Simplicitas, lo que los ediles y su alcalde no han tomado en cuenta es que el parque de la Libertad de Cuenca nada tiene que ver con la libertad suprema de la independencia de la monarquía española sino con la libertad que el hombre alcanza luego del presidio y el paso por el panóptico. Esa es la razón por la que dicho parque fue creado donde antes funcionó la antigua cárcel de Cuenca, siendo el sitio menos oportuno para colocar una placa conmemorativa del bicentenario de nuestra libertad política super flumina Tomebamba et in honorem libertatis.

 


En fin, el asunto es de Ripley y quedará marcado, sub specie aeternitatis, en los anales de nuestra historia pero la actuación de los concejales y su alcalde es a todas luces chispeante por lo que no quedaránse impunes pues seguramente con la gran capacidad de sarcasmo unida a la maledicente socarronería, propia de la morlaquía, esta histórica INOCENTADA habrá de ser motivo de cáusticas críticas y sardónicas bromas en las alicaídas fiestas del bicentenario de la independencia morlaca ad perpetuam rei memoriam et in honorem invincibilis ignorantiae et stultitiae in urbe nostra.

His cum affectibus tibi et grata salutationem, Pax Christi


Diego Demetrio Orellana
Datum Conchae, mensis octobris, die XXV, reparata salute Anno Dominicae Incarnationis MMXX, XXX Dominica per annum.
 

******************************

OPINIONES CIUDADANAS

Jorge Suarez <jorgesuar1@yahoo.com>
Para:DIEGO DEMETRIO ORELLANA

Diego: artículo fuerte, concienzudo y apabullante. Queda
demostrado que alguien mató ilusiones, honores y tradición.

Mis respetos,

Jorge
**************

  • Marcelo Reyes Qué metedura de pata del alcalde
    y concejales. Demuestran poca seriedad y
    falta de respeto a la ciudadanía.
  • Iván Suco Chacón Entiendo su sentir, comparto
    el disgusto y concuerdo en exigir al Concejo y
    Alcalde que otorguen las preseas según la
    convocatoria.

    No concuerdo en su escritura rimbombante y el
    exagerado uso del latín.
  • Greetshen Görcke Terrible como puede pasar esto, tanta ridiculez.Ocultar o denunciar
  • Miry Neira Vazquez Respeto la opinión e indignación
    del señor Orellana pero no lo comparto; si bien hay algo
    de cierto pero todo puede cambiar por una u otra razón
    que considero en esta ocasión es más fuerte y tiene
    mayor peso y es el hecho de que se reconozca al
    person
    al médico con la presea ya que han enfrentado
    y siguen enfrentando la pandemia, a la cual m
    ucha gente
    por ignorante no da mayor importancia. Las demás
    personas que han sido postuladas para abril y noviembre
    si reciben la presea el próximo año pues estaría bien,
    en todo caso pensemos en que el personal de salud
    se lo merece eso y mucho más en estos momentos.

    Diego Demetrio Orellana: Miry Neira
     
    Vazquez : RESPETABLE SU CRITERIO PERO 
    TAMPOCO LO COMPARTO. EL CONCEJO 
    CANTONAL NO DEBÍA INICIAR UN PROCESO 
    DE POSTULACIONES PARA DISCERNIR LAS 
    INSIGNIAS Y LUEGO BURLARSE DE LOS 
    POSTULANTES TOMANDO LA DECISIÓN DE 
    DEJAR INSUBSISTENTE LA CONVO
    CATORIA 
    REALIZADA. ESO ES FALTA DE SERIEDAD Y 
    DE RESPETO PARA LA CIUDADANÍA. IN 
    STRICTA VERITAS, LOS MÉDICOS Y 
    PARAMÉDICOS QUE LUCHAN CONTRA 
    EL VIRUS SÓLO HAN CUMPLIDO CON SU 
    DEBER Y ES HIPERBÓLICO Y FACHOSO 
    QUE ENCIMA DE LA INOCENTADA DEL 
    BICENTENARIO LLÁMESELOS HÉROES. 
    ¿HÉROES A QUIENES SÓLO HAN 
    CUMPLIDO CON SU DEBER? POR OTRO 
    LADO, NADIE DICE QUE EL PERSONAL 
    SANITARIO NO DEBÍA RECIBIR UNA 
    PRESEA. PODÍA RECIBIRLA PERO NO 
    DEBÍASE DEJAR CON LA FALDA ALZADA 
    A 54 POSTULANTES A QUIENES SE LES 
    SOMETIÓ A UN PROCESO DE SELECCIÓN 
    CON TODA LA RIGUROSIDAD DEBIDA. 
    LO MÁS GRAVE ES QUE LA DISPARATADA 
    DECISIÓN DE SUSPENDER EL PROCESO 
    TÓMASE CUANDO YA HICIERON LAS 
    TERNAS COMO EL NOVIO QUE EN PLENA 
    MISA DE BODAS DECIDE NO CONTRAER 
    NUPCIAS BURLÁNDOSE DE LA NOVIA Y 
    DE TODOS LOS CONVOCADOS Y 
    DEJÁNDOLOS CON EL SANTO Y 
    EL FESTEJO. RESPECTUM ET 
    REVERENTIA ANTE OMNIA ET 
    SUPER OMNIA.


    DIEGO DEMETRIO ORELLANA
    OCTAVA XXX DOMINICA PER ANNUM 
    IN ANNO SALUTIS NOSTRAE MMXX