miércoles, 30 de julio de 2014

UNA CAMPANA DE SAN IGNACIO EN CUENCA DEL ECUADOR






In sollemnitate S. Ignatius a Loyola, primus Praepositus Generalis Societatis Iesu, y cuando nos hallamos en el Año Jubilar del bicentenario de la Restauración de la Compañía de Jesús, hacemos una pequeña alusión a un elemento paradigmático de la ciudad de Santa Ana de los Ríos de Cuenca, el cual vincúlase de profundis con la Compañía de Jesús, orden religiosa de los padres jesuitas, la cual llega a nuestra urbe en el año del Señor de 1638 y durante la Colonia permanece en un lapso de 129 años, apud flumina Tomebamba, ejerciendo una admirable labor apostólica hasta la expulsión de los jesuitas de la Real Audiencia de Quito, hecho acaecido en el año 1767.






Nos referimos a una vieja campana del año 1711, la cual tiene hoy 303 años y es la segunda más antigua de Cuenca. Hállase en el campanario de la Catedral Vieja de la «Atenas del Ecuador» y este antiquísimo elemento, al parecer, según puédese columbrar por las siguientes reflexiones, es una campana jesuita que perteneció a la iglesia de la Compañía de Jesús que, en la época colonial, encontrábase ad gloriam Dei en la actual calle Padre Aguirre, entre las también actuales arterias Simón Bolívar y Mariscal Sucre.


Como puede verse en la imagen, la iglesia de los padres jesuitas de Cuenca era grande y estaba conformada de tres cúpulas durante el siglo XVIII. El templo, que dejó de ser jesuita luego de la expulsión de la orden religiosa en 1767, aún era un elemento singular a inicios del siglo XIX en la capital de la morlaquía, siendo el sabio Francisco José de Caldas, quien pasa por Cuenca en 1802, el que nos dejó in scriptis una descripción singular de su mayestático tamaño cuando dice in illo tempore, en alusión al entorno urbano de la capital azuaya, las siguientes expresiones que las copiamos ad litteram: «Los templos no representan cosa que pueda llamar la atención de un viajero: todos pobres, todos pequeños, todos miserablemente adornados, no merecen una descripción. No parece que haya asistido aquí un hombre que sepa la destinación de la qrquitectura. La casa de jesuitas es lo mejor, no obstante está bien distante de ser obra de un inteligente».


Por lo que puédese ver, según Caldas, el templo colonial de los jesuitas era el más distinguido in urbis nostra y tenía un campanario en donde debió estar localizada la campana objeto de este análisis, la cual hállase hoy en el campanario de la vieja catedral cuencana, que hubo de albergarla seguramente cuando destruyóse la antigua iglesia de la Compañía de Jesús para erigir la catedral de la Inmaculada Concepción o Catedral Nueva en el año del Señor de 1885.



Justamente, la primera piedra del nuevo templo catedralicio de Cuenca colócase el 12 de diciembre de 1886, por lo que podemos deducir que es desde esta época cuando la campana jesuita debió haberse colocado en el campanario de la Catedral Vieja. El obispo de Cuenca reinante en dicho año de 1886 era Monseñor Miguel León y Garrido y debió ser él quien tomó la decisión de colocar este elemento jesuitico en la antigua catedral cuencana. Las razones que nos asisten para inferir todas estas cosas in honorem veritatis fundaméntanse en las siguientes consideraciones:

 Campana San Ignacio, de 1711, 
en el campanario de la Catedral Vieja de Cuenca del Ecuador
 


PRIMA. La campana tiene una inscripción epigráfica que, en la parte superior dice ad peddem litterae: «MONTALVO» y que seguramente alude al fabricante o, en su defecto, a quien la mandó a que se la hiciese. Inmediatamente, existe otra leyenda grabada sobre el bronce, la cual expresa in scriptis: «ACABÓSE EN EL AÑO DE 1711 SIENDO PROCURADOR E. V. P». Este dato permítenos calcular in stricta veritas que la campana tiene 303 años de existencia.


 San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús


Enseguida, encuéntrase otra inscripción que léese de verbo ad verbum: «SAN IGNACIO. ORA PRO NOBIS», leyenda que corresponde al nombre de la campana, la cual no tenía por qué ser bautizada de tal forma si no fuese porque perteneció a la iglesia de los padres jesuitas de la capital azuaya, de la que hemos hablado ut supra.


 Como puede verse, en una de las caras de la campana San Ignacio, obsérvase el anagrama de la Compañía de Jesús: IHS/ IESUS, HOMINUM SALVATOR O JESÚS SALVADOR DE LOS HOMBRES.

SECUNDA. Otro detalle importantísimo que denota la condición jesuitica de la campana tiene que ver con el hecho de que, en una de sus caras, hállase grabado el anagrama de los padres jesuitas: «IHS» que, en la sempiterna y culta lengua latina significa: «Iesus, Hominum Salvator», sigla que, en nuestra lengua de Castilla, tradúcese como: «Jesús, Salvador de los hombres». El distintivo propio y singular de la Compañía de Jesús no tenía por qué haber sido grabado si no fuese porque la campana era de pertenencia de los padres jesuitas en la Cuenca colonial.
 Anagrama de la Compañía de Jesús

TERTIA. La campana es un instrumento musical que anuncia, diem per diem, los principales oficios del recinto religioso del templo en donde emplázase, convocando a los fieles para alabar y bendecir a Dios, factorem coeli et Terra/ creador del cielo y de la Tierra. Su voz metálica se produce minutos previos a las ceremonias religiosas y el nombre que llevaba este elemento estaba siempre relacionado con la iglesia a la que pertenecía o, quid pro quo, con la orden religiosa que la regentaba, por lo que la inscripción del anagrama de la Compañía de Jesús en la campana «San Ignacio» de Cuenca es como una especie de marca registrada de los beneméritos padres jesuitas y su centenaria presencia en una urbe que los acogió generosamente por tres ocasiones super flumina Tomebamba: en 1638, cuando llegan por vez primera al mando del P. Cristóbal de Acuña, SJ; en 1869, cuando retornan luego de 102 años de la expulsón decretada por el rey Carlos III de España en la época colonial, para hacerse cargo del colegio nacional y el seminario «San Luis»; y en 1937 cuando establécense definitivamente para fundar el colegio «Rafael Borja», epicentro de la actual Unidad Educativa Borja, que es el instituto jesuitico par excellence de la ciudad cargada de alma.

Monseñor Manuel María Pólit Laso, 
Obispo de Cuenca 1907 - 1919

QUARTA. Cabe indicar que, según el historiador cuencano Ricardo Márquez Tapia, en 1909 Monseñor Manuel María Pólit Laso, in illo tempore Obispo de Cuenca, escribe una interesante descripción del campanario de la Catedral Vieja de Cuenca haciendo constar que allí hallábase la campana «San Ignacio» que hoy ha sido objeto de este pequeño aporte investigativo in honorem Societatis Iesu: «La torre se levanta al lado occidental de la iglesia, sobre la puerta que da a la plaza y que sirve de entrada principal del templo; la altura es de 19 metros y está dividida en tres cuerpos; y su construcción es de cal y ladrillos y el estilo de la fábrica casi moderno: en el cuerpo inferior que constituye parte de la fachada de la iglesia existen dos pilares a cada lado de la puerta y dos anchas paredes, de las que a la altura de 3m. 70 cm. arranca un arco, que sirve de moldura a la puerta y sobre él las expresadas paredes forman el plano para la construcción del segundo cuerpo: al lado derecho de la puerta existe el tramo de la grada formada con cal y ladrillo, tiene para la seguridad una pequeña puerta de una sola hoja, colocada a la conclusión de la grada: el segundo cuerpo que es de forma cuadrada, tiene 3 ventanas de arcos, con los tres lados y el último que mira a la plaza tiene dos, asimismo, de arcos, que aún sirven de adornos a la fachada en el tercer cuerpo, en su forma es continuación del anterior, tiene cuatro ventanas de arcos y sobre estos otras pequeñas y de forma circular; termina con la cúpula en forma de media bomba y por remate de ésta una mitra, una palma, un báculo y una cruz pequeña de fierro. El último cuerpo y bajo la bomba se conservan 3 campanas grandes y 2 pequeñas…».
 En esta descripción del campanario de la vieja catedral cuencana el Ilustrísimo Pólit Laso da cuenta de la campana «San Ignacio», sin indicar su procedencia, la cual la podemos inferir por las referencias que, hic et nunc/ aquí y ahora, las compartimos in honorem Domini, Pontifex in aeternum perfecte, por quien se justifican todas las acciones de alabanza y reverencia ad gloriam aeternam/ para la gloria eterna.

 La Catedral Vieja de Cuenca del Ecuador o antigua iglesia de El Sagrario


Lamentablemente, hoy es imposible escuchar los tañidos de la campana jesuita de la Catedral Vieja de Cuenca, pues ha perdídose su badajo como tampoco existe un campanero que la haga tañer, sin que por ello deje de ser un elemento inconfundible de la presencia de los beneméritos padres jesuitas en Cuenca del Ecuador. Valga pues esta oportunidad para reflexionar sobre este aspecto importantísimo de nuestra historia, cuando la Compañía de Jesús celebra el próximo día 7 de agosto del año del Señor de 2014 el bicentenario de su restauración gloriosa in mundum universum et ad maiorem Dei gloriam.


 Grabado de la restauración de la Compañía de Jesús, por el papa Pío VII, 
el 7 de agosto de 1814





OMNIA AD MAIOREM DEI GLORIAM

DIEGO DEMETRIO ORELLANA

Datum Concha, super flumina Tomebamba, mensis Iulii, die XXX, currentis Anno Domini MMXIV, in vesperas sollemnitate S. Ignatius Loyola, Primus Praepositus Generalis Societatis Iesu.


COMENTARIOS


El Miércoles 30 de julio de 2014 22:41, Jorge Suarez escribió:
DE: Jorge Suarez
PARA: Diego Demetrio Orellana
ASUNTO: RE: UNA CAMPANA DE SAN IGNACIO EN CUENCA DEL ECUADOR


Diego... ¡maravilloso!
Interesante, didáctica, bien narrada, estupendas imágenes.
Felicitaciones.

Mis respetos,
Jorge Suárez
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El jueves 31 de julio de 2014, a las 8:38 AM, Andrea Íñiguez escribió:
DE: Andrea Íñiguez PARA: Diego Demetrio Orellana
ASUNTO: RE: UNA CAMPANA DE SAN IGNACIO EN CUENCA DEL ECUADOR
Muy ilustrativa su investigación estimado Diego, digno de leerse y conocer, como todo lo que usted publica.

Pero le comento que para mí hoy hubo un «descubrimiento» con respecto a las iniciales JHS, pues equivocadamente en el catecismo que recibí hace ya muchos años, me dijeron que esas iniciales significaban (Jesús Hostia Sagrada); imagínese lo indignada que estoy; bueno, al menos no creo haberle «enseñado» a nadie este erróneo significado, que hoy gracias a usted, conozco realmente su significado.

Un buen día. :)

Andrea Íñiguez
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Hoy a las 1:05, PMMUSEO CONCEPTAS escribió:

Diego, te felicito y te agradezco por tan valiosa  investigación; saludos cordiales,

Clara Jaramillo Paredes
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