Urbi et orbi in mundum universum, en todos estos días ha vístose una serie de viñetas y fotomontajes sobre el Santo Padre Benedicto XVI y el
papa Francisco I, quienes aparecen como si fuesen símbolos del enfrentamiento
que Alemania y Argentina tendrán en la final del mundial de fútbol del año del
Señor de 2014.
Lo curioso de todo este asunto es que el enfrentamiento futbolístico entre Alemania y Argentina ha planteádose por muchas personas como si tratárase de una rivalidad entre Benedicto XVI y Francisco I. Frente a ello, praeter opinionem/ contra toda espectativa, algunos interpretan la victoria de Alemania sobre Argentina como si aquello fuese un indicio de que el papa Francisco (PF) fuera el falso profeta (FP) en un asombroso juego imaginativo a partir de las iniciales de su nombre pontificio. Pero más allá de esto, las exageraciones que han vístose en los últimos días bordean lo paroxístico cuando desde la numerología algunos opinan, in ciberspatium, que Alemania poseía 3 campeonatos mundiales y
Argentina 2 para colegir, sub specie instantis, que en numerología el 3 vincúlase a la Santísima Trinidad y el 2
al hombre. Ergo, la victoria de Alemania hace poner a Dios en su lugar sobre
el hombre. Ad concludendi, dígase entonces que 3/2 = 1.5. Si elimínase el punto decimal
obtiénese el número 15 que puede expresarse también en la sumatoria de la cifra 555. Para los fanáticos que así han elucubrado el 555 representa el triunfo
de la Virgen María sobre Satanás.
In honorem artis, algunas de las
caricaturas aparecidas en la web son de veras interesantes y tienen per se un
quid divinum para provocar hilaridad en los hinchas de las respectivas
selecciones nacionales de fútbol tanto en Argentina cuanto en Alemania, así como en cualquier
personaje del planeta que pueda contemplarlas con gusto estético y respeto para el Santo Padre Benedictus, per Divina Providentia Papam XVI y para el Romano Pontífice Franciscus, per Divina Providentia Papam I.
Otras fotografías aparecidas in
universa Terra han extraídose de los archivos de la Santa Sede y muestran
al Sumo Pontífice Francisco I y al Santo Padre emérito Benedicto XVI recibiendo
simbólicas camisetas de equipos de fútbol que, in communio caritatis, visitáronlos en el Palacio Apostólico Vaticano. En ellas es curioso contemplar la
bonhomía de los dos pontífices para apreciar estos gestos de afecto por parte
de los jugadores de fútbol que visitaban la Santa Sede in Roma semper aeterna, apud flumina Tevere.
Ha vístose también una curiosa
foto que precede a las presentes líneas y que corresponde al retorno del Santo
Padre Benedicto XVI a los jardines del Vaticano para residir definitivamente en
el monasterio Sancta Mater Ecclesia, el 2 de mayo del año del Señor de 2013,
luego de su estadía pro tempore en
el Palacio Apostólico de Castelgandolfo después de su renuncia al ministerio petrino. In illo tempore/ En aquel tiempo, el Santo Padre Franciscus I
recibióle hospitalario en los predios de la Santa Sede para que estableciérase en su actual
residencia ad gloriam Dei.
La foto, muy decidora de
ese affectio originalis que existe entre los dos pontífices, fue muy
significativa in nostra Sancta Mater Ecclesia. Hic et nunc/ aquí y ahora, ha utilizádose para colocar una irónica expresión: «Nos vemos en la final», en perfecta alusión al enfrentamiento de Argentina y Alemania el
domingo 13 de julio del año del Señor de 2014. Ergo, algunos de los memes y caricaturas que circulan en las redes son de veras simpáticas mientras otras, horribilis et tristis, no
representan para nada un respetuoso uso de las figuras pontificias a fin de ironizar el
enfrentamiento entre Argentina y Alemania en el mundial del fútbol, en pos de
la copa 2014.
Sibi tamen, no obstante, valga la
oportunidad para publicar la fotografía del encuentro del Santo Padre Francisco
I con el Santo Padre emérito Benedicto XVI el día 23 de marzo del año del Señor
de 2013 en Castelgandolfo, imagen que la Santa Sede la ha adecuado ex professo
ante el partido final del Mundial de Fútbol, con las palabras del Sumo
Pontífice Francisco I frente al fútbol: «Los mundiales lograron el encuentro de
varias naciones y religiones. Que el deporte promueva la cultura del
encuentro».
Post factum, una vez que Alemania ha ganado la copa del mundo el ingenio para simbolizar el triunfo entre los dos pontífices es exquisito en la precedente foto y así, ex admirationem, vemos en la foto la caballerosidad del papa Franciscus PP. I ante Benedictus PP. XVI, una vez que Alemania ganó la copa mundial de fútbol Brasil 2014.
Pero también, quienes exageran con la numerología aducen que el futbolista alemán Mario Götze, autor del gol de la victoria germana, hizo el tanto en el minuto 112:21 del marcador excedido; lo que indica que el triunfo de Dios y María será para el tiempo final. Por otra parte, Mario es la variante masculina de María, la elegida, la amada por Dios. Y Götze es un diminutivo de Gött que significa Dios dicen quienes guíanse por estas exageradas lucubraciones.
Post factum, una vez que Alemania ha ganado la copa del mundo el ingenio para simbolizar el triunfo entre los dos pontífices es exquisito en la precedente foto y así, ex admirationem, vemos en la foto la caballerosidad del papa Franciscus PP. I ante Benedictus PP. XVI, una vez que Alemania ganó la copa mundial de fútbol Brasil 2014.
Pero también, quienes exageran con la numerología aducen que el futbolista alemán Mario Götze, autor del gol de la victoria germana, hizo el tanto en el minuto 112:21 del marcador excedido; lo que indica que el triunfo de Dios y María será para el tiempo final. Por otra parte, Mario es la variante masculina de María, la elegida, la amada por Dios. Y Götze es un diminutivo de Gött que significa Dios dicen quienes guíanse por estas exageradas lucubraciones.
No obstante, in stricta veritas, aprovechamos mas bien la ocasión,
in honorem Petrii, Principis apostolorum, para señalar un aspecto especialísimo
que habremos de considerar en la relación existente entre el Santo Padre
Francisco I y el Santo Padre emérito Benedicto XVI. Y así digamos pues que
por todos es conocido que los miembros de la Compañía de Jesús, los padres
jesuitas, distínguense de las demás órdenes y congregaciones regulares por el
llamado cuarto voto de obediencia incondicional al Sumo Pontífice. Aquí radica
una de las razones de ser de esta orden fundada por San Ignacio de Loyola,
quien púsola justamente al servicio del Romano Pontífice como un cuerpo
eclesiástico con el que la Iglesia puede contar en cualquier momento de su
historia y sobre todo en las circunstancias más difíciles de su apostolado.
Para
un auténtico jesuita la veneración al papa es algo que identifícalo de
profundis y así ha demostrádolo el papa Francisco, quien ha guardado siempre
una veneración especial por sus predecesores: San Juan Pablo II y Benedicto
XVI.
El hecho de haberle tocado la
feliz coyuntura de cohabitar en la Santa Sede con un papa que renuncia y retírase en calidad de papa emérito, intra muros, dentro de la Ciudad del
Vaticano, es una experiencia que ha asumídola con ese típico sentido de
respeto a la autoridad que guarda un jesuita de pura cepa, como lo es Francisco
I, puesto que la veneración que profesa a su insigne predecesor solo puédese entender in stricta iustitia dentro del espíritu del cuarto voto que hace un
jesuita profeso para la obediencia incondicional al Romano Pontífice.
Así, las actuaciones que el papa jesuita ha
tenido para con el Santo Padre Benedicto XVI no son casuales y en ellas
refléjase el stricto sensu del cuarto voto. En una reciente entrevista a
Civilttà Catòlica, una de las revistas más prestigiosas de la Iglesia en
Italia, el papa Francisco I reveló que a Benedicto «él lo consulta, le pide su punto
de vista». En la rueda de prensa tenida dentro del avión que lo transportó a
Brasil para la Jornada Mundial de la Juventud, en julio del año 2013, Francisco
I dijo justamente reifiriéndose al papa emérito: «es como tener el abuelo en casa, tener
el sabio dentro casa».
Ad effectum videndi, escuchemos
nuevamente las palabras de monseñor Xuereb, secretario particular de Francisco, en una
entrevista reciente: «El papa Francisco ha visto desde el principio esta
presencia como un don inestimable, similar a aquel obispo sabio apenas elegido
que encuentra un sabio sostén en su obispo emérito. Es significativo – por
ejemplo – el hecho que haya querido arrodillarse en la capilla en Castel Gandolfo
no sobre su reclinatorio, sino al lado del papa Benedicto. Y luego, ha querido
su presencia en la inauguración de la estatua de San Miguel Arcángel aquí, en
los jardines vaticanos. Y lo convenció a participar en el consistorio que hubo
para los nuevos cardenales. Es una presencia que enriquece el pontificado del
papa Francisco».
Mas recientemente, el pasado 27
de abril, Domingo de la Divina Misericordia o Dominica in Albis, en la
ceremonia de canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, el papa Benedicto XVI ha encontrádose nuevamente, en la Plaza de San Pedro, con el papa Francisco I,
quien demuestra en su trato el profundo respeto que prodígalo in camera
caritatis, como un jesuita que recuerda el voto de obediencia incondicional al
Romano Pontífice.
Quizás, Benedicto XVI no habría
tenido que vivir estas experiencias si su sucesor en la Silla Apostólica no hubiese sido un jesuita de profunda autenticidad como lo es el papa Francisco I, quien
tiene tras de sí el legado de la suprema humildad demostrada por el papa
emérito con su ejemplar renuncia al solio pontificio.
Y en este aspecto podríase abrir
hic et nunc un amplio debate sobre este acto heroico del papa Ratzinger, quien
injustamente ha sido juzgado por su tendencia a resguardar las tradiciones y
solemnidades in Sancta Mater Ecclesia, sin que por ello no pueda ser un
personaje incluso más humilde que el propio papa Francisco al haber renunciado
al Sumo Pontificado, con todas las prerrogativas y circunstancias que conlleva
el ejercicio del ministerio petrino in Roma aeterna.
Así,
conviene que digamos pues que esta histórica dimisión constituye un hecho que encúmbralo como un pontífice para quien la humildad no está más en las formas
cuanto en la esencia del corazón del hombre, guiado, como estaba siempre, del
pensamiento agustino que conócelo con absoluta certidumbre como Doctoris
Ecclesiae, por lo que en tan particular momento de su vida habrá tenido
presente, con toda seguridad, las inmortales palabras del obispo de Hipona y epónimo doctor de la Iglesia Latina: «Noli foras ire in teipsum reddi, in interiore
hominem habitat veritas/ No vayas fuera, entra en ti mismo, en el interior del
hombre habita la verdad».
Mas Francisco I sábelo con acrimonia, más que
nadie, y justiprecia la gran valía de su predecesor. Por ello está consciente que sería una
gran pérdida no aprovechar de esta gran fuente copiosa de sabiduría y experiencia ab intra Ecclesiae/ dentro del cuerpo místico de Cristo como es la nostra Sancta Mater Ecclesia pro mundi beneficio.
His cum affectibus vobis, Pax Christi,
DIEGO DEMETRIO ORELLANA
Datum Concha, apud flumina
Tomebamba, mensis Iulii, die XIV, currentis Anno Salutis Nostrae MMXIV.
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