jueves, 23 de abril de 2009

ERRORES HISTORICOS DE LA AGENDA CULTURAL DE CUENCA/ FEBRERO 2009




Santa Ana de los Ríos de Cuenca, febrero 9 del año 2009
In sollemnitate octava V Dominica per annum

Ing. Marcelo Cabrera Palacios
ALCALDE DE CUENCA
Ciudad

De mi consideración:

Hanc litteram visusus, salutem

«Ad cognoscendam Veritas clamamus pro mundi beneficio, in honorem Concha et cum reverentia et respectum per culturalis aspectibus/ Para descubrir la Verdad clamamos en beneficio de todos, en honor de Cuenca y con reverencia y respeto por los asuntos culturales».

Con fecha 2 de febrero, el secretario del I. Concejo Cantonal, Dr. Alfredo Aguilar, me escribió a nombre suyo, Señor burgomaestre cuencano, para hacerme llegar un informe enviado a su persona por el Director Municipal de Cultura, Carlos Freire Soria, en el que se afirma que, en relación a los errores históricos y culturales de la Agenda cultural de Cuenca, «se tomarán en cuenta las recomendaciones, con el objeto de optimizar las futuras ediciones de dicha publicación».

La carta que Carlos Freire le dirige a Usted, Señor burgomaestre cuencano, garantiza que el prestigio de la ciudad será precautelado en la Agenda cultural en las futuras ediciones de la misma. Sin embargo, ad contrario sensu, la Agenda cultural de febrero contiene nuevamente horrorosos disparates en contra de la Historia , la cultura y la lengua de Castilla; dislates que dejan en muy mal predicamento a Cuenca, como ciudad cuna de cultura, y menoscaban a su administración municipal reflejando que la edición de la Agenda cultural de Cuenca se encuentra, al parecer, en manos de ignorantes e incapaces, para quienes nada importan el buen nombre de la ciudad y su proyección cultural.

Me permito entonces, en ejercicio de mis derechos ciudadanos, como ciudadano cuencano y escritor castizo, in honorem Historia et cum singularis affectio pro Concha, defender el prestigio cultural de la urbe y protestar por los gravísimos errores encontrados en la Agenda cultural del presente mes de febrero, los cuales me permito enlistar ad infra:

1. Los atentados en contra de la Historia continúan cuando en la página de las efemérides de febrero, la cual ha sido ya intitulada mejor con el nombre de «conmemoraciones de febrero», dicen que el «12 de febrero de 1542 el Ecuador toma posesión de las islas Galápagos».

Este dato es falso y constituye una vergüenza, a más de que refleja que quien escribió semejante barbaridad, adolece de una absoluta falta de investigación y conocimientos de la historia patria, pues la verdad histórica confirma que el Ecuador tomó posesión de las Islas Galápagos con el nombre de Archipiélago de Colón, el 12 de febrero de 1832, 290 años después de la fecha que se consigna en la Agenda cultural. La ceremonia de la toma de posesión, según cuenta la Historia , la realizó el coronel Horacio Hernández y el 19 de febrero de 1832 se efectuó la entrega de terrenos a los primeros colonos que fueron 80 soldados. El 1° de Octubre del mismo año, el general José Villamil fue nombrado gobernador y actuó en tal calidad hasta su renuncia en 1837.

Además, veritas ante omnia, en 1542 no existía aún el Ecuador como país independiente para decir que la nación hubiese tomado posesión de las islas Galápagos en aquel tiempo; es más, ni siquiera estaba creada la Real Audiencia de Quito, también llamada como Presidencia de Quito, la cual fue erigida en 1563. Por lo tanto, lo que escribieron en la Agenda cultural es una barbaridad en contra de la historia de la nación y pone en evidencia la ignorancia crasa de los editores de dicha publicación, con la que se ofende a la historia y la cultura en todos los meses, de manera abyecta y vergonzante.

2. En la misma página de las efemérides de febrero escribieron que el 23 de febrero de 1535 el obispo español Tomás de Berlanga descubre las Islas Galápagos, lo cual es una información equivocada, pues el hecho aconteció el 10 de marzo de 1535 y cuenta la Historia, magistra vitae, que las islas fueron descubiertas al azar, cuando ese día Fray Tomás de Berlanga, OP, dominico que era obispo de Panamá, viajaba al Perú para cumplir un encargo del emperador Carlos V, quien le había ordenado arbitrar en una disputa entre Francisco Pizarro y sus subordinados, después de la conquista del imperio inca. A causa de las tormentas y las fuertes corrientes marinas, la embarcación episcopal fue arrastrada hasta las islas Galápagos y Berlanga escribe, en Portoviejo, una crónica de su aventura, para contarle al emperador Carlos V acerca del descubrimiento de las Islas Galápagos. El obispo Berlanga describía no sólo las inhóspitas condiciones de las desérticas islas, sino sobre todo las gigantescas tortugas que allí vivían junto con las iguanas marinas, los lobos marinos y muchos tipos de aves, haciendo notar la inusual mansedumbre de los animales.

3. Según se ve, la falta de conocimientos de la Historia en los editores de la Agenda cultural causa vergüenza como también produce estupefacción la incapacidad para orientarse cuando en la página 15, al hablar del barrio de «El Batán» y luego de referirse al barrio de «El Vado» escribieron: «Hacia la otra banda (para usar una palabra del léxico rural) y algo hacia el norte se encuentra el Batán».

Sin embargo, si nos ubicamos en «El Vado» y nos referimos al barrio de «El Batán», por lógica sabemos y constatamos que éste se halla localizado hacia la otra banda del río Tomebamba, pero nunca algo hacia el norte sino completamente al occidente de la urbe, lo cual es muy diferente.

4. Pero las más graves e imperdonables equivocaciones de la Agenda cultural se encuentran a partir de la página 29, en el artículo intitulado «La Catedral Nueva: síntesis histórica», en donde la historia de Cuenca es mancillada sin rubor alguno, pues los editores de la Agenda cultural escribieron cosas falsas que reflejan que no hubo una buena y seria investigación como tampoco una ejemplar labor de corrección y verificación de datos. Así entonces, reproduzco, ad peddem litterae, los crasos errores en contra de nuestra historia: «En enero de 1885 el sacerdote Miguel León fue ungido como sucesor de Remigio Estévez de Toral, fallecido en el año de 1884».

Este dato es falso pues el epónimo obispo de la morlaquía, Monseñor Remigio Estévez de Toral, no murió en 1884 sino el 9 de mayo de 1883. La mejor forma de comprobarlo es visitando su mausoleo y observando la placa conmemorativa de su muerte, espléndido monumento funerario localizado en el Monasterio del Carmen Bajo de Cuenca, junto a la Virgen de Bronce. Pero según se ve, los editores de la Agenda cultural ni siquiera tienen sentido común para verificar las fuentes directas de las cosas que escriben en relación a importantes fechas de la vida de eminentes cuencanos.

5. Casi enseguida, los autores de esta pésima investigación escribieron: «La inquebrantable decisión del nuevo prelado permitió comenzar la excavación de los cimientos del colosal templo, en el mes de septiembre de 1885». Este dato es falso, pues los padres redentoristas de San Alfonso, quienes guardan los documentos relativos a la vida del hermano Juan Bautista Sthiele, conservan una carta del benemérito hermano redentorista, quien con fecha 12 de diciembre de 1886 cuenta que ese día se colocó la primera piedra del templo catedralicio. Al respecto, el Hno. Juan, en esta carta dirigida a su hermano Chrisostomus Sthiele en Dachingen, Alemania, dice: «El día 12 de diciembre de este año 1886 se celebró con una ceremonia muy grande la bendición de la primera piedra. Nuestro excmo. Señor Obispo hizo colocar una placa de mármol al lado del altar. Esta placa lleva su nombre y el mío en conmemoración a los fundadores (autores) de esta catedral». (Traducción del Alemán, por Werner Richter).

Por otro lado, en una de las biografías más completas del Hno. Sthiele, publicada por sus hermanos de la Congregación del Santísimo Redentor, los hijos de San Alfonso María de Ligorio, obra publicada bajo la coordinación editorial del P. Rivera, C. SS. RR., se dice documentadamente que fue el 25 de octubre de 1885 cuando se iniciaron las excavaciones para la construcción de la cripta catedralicia; por lo que los datos publicados en la Agenda cultural son falsos de toda falsedad.

6. Más abajo escribieron: «En los 35 años de gobierno del décimo primer obispo de Cuenca, Daniel Hermida Ortega, se da un notable impulso a las obras…». No obstante, Monseñor Daniel Hermida fue obispo de Santa Ana de los Ríos de Cuenca desde 1919 hasta 1956, durante 37 años y no 35 de actividad apostólica, como dicen equívocamente en la Agenda cultural, pues Hermida nunca fue relevado de sus funciones eclesiásticas por la Silla Apostólica. Ad summum, el Santo Padre Pío, por la Divina Providencia Papa XII, le concedió -en sus últimos años de vida- un obispo auxiliar para el ejercicio de su ministerio pastoral, el cual fue Manuel de Jesús Serrano Abad, quien llegaría a ser el primer Arzobispo de Cuenca, en el año 1957, a la muerte de Hermida.

7. En la página 30 escribieron, adversas veritas et cum negligentia, una grave mentira: «…Para el año de 1940, la cubierta de la nave central estaba colocada; se había terminado las cúpulas bajas o medias naranjas; se levantaba majestuosa la cúpula occidental sobre el ábside. Además, avanzaban las obras de la cúpula oriental».

Contra veritatis alimonia, lo dicho parece ser una deducción extraída de esas múltiples fotografías de Cuenca antigua que tienen pies de fotos con errores en contra de la historia de la urbe, como por ejemplo, las fotos de antaño del malhadado y tristemente célebre II Libro de Oro de Cuenca; pues la verdad histórica es que durante toda la década de 1940 se levantan majestuosamente los muros de la Catedral de la Inmaculada y no para el año 1940, como se afirma erróneamente en la Agenda cultural. La cúpula occidental, por ejemplo, estará concluida alrededor del año 1944 y no 1940, gracias a los esfuerzos del canónigo Manuel María Palacios Bravo. Existe un documento incontrastable de primer orden para refutar la descripción equívoca que los editores de la Agenda cultural publican irresponsablemente. Se trata de la obra «Mundo Hispánico», editada en Madrid, en el año 1949, cuando la década de los cuarenta estaba por concluir, en donde Ernesto La Orden escribe sobre la Catedral Nueva de Santa Ana de los Ríos de Cuenca, detallando lo siguiente, in illo tempore, en un artículo intitulado «Fábrica de una catedral»: «Ahí está en pie la Catedral de Cuenca, con su ábside completo y sus bóvedas a punto de cerrarse, con sus labores de tierno mármol indígena sobre el buen ladrillo de su mole rotunda, un tanto híbrida en su estilo entre románico y bizantino, proyecto de un religioso alemán... en Cuenca..., se está alzando la mayor de las catedrales de la América del Sur». (Cf. Mundo Hispánico, Ernesto La Orden , Madrid, 1949).

8. En la página 31 de la Agenda de febrero, al hablar del baldaquino de nuestra Santa iglesia Catedral, se encuentra otro desliz que me permito transcribir de verbo ad verbum: «Cuatro sobrias y sólidas bases de mármol, de factura renacentista, sostienen igual número de columnas talladas al estilo barroco con sus capiteles corintios. Luego viene, el domo o cúpula, con elementos renacentistas y platerescos…»

Facilis descensus averni/ La bajada del infierno es muy fácil. Esto ya es el colmo, pues los editores de la Agenda cultural de Cuenca demuestran con estas curiosas narraciones que no pueden describir ni siquiera las cosas evidentes, pues en el caso que nos ocupa, el baldaquino de la Catedral de Cuenca carece de una cúpula, pues el modelo escogido por José Gazzoli para su fabricación fue el medio domo, que es muy diferente. Sólo hay que observar bien para confirmarlo, además de que en modo alguno existen elementos platerescos en el decorado del baldaquino de nuestra Catedral.

Ex admirationem, sorprende en grado superlativo, la ignorancia de los editores de la Agenda cultural para no poder distinguir lo plateresco, estilo arquitectónico del siglo XVI que imprimía una serie de adornos de bajo relieve y que cubrían la superficie de los edificios a manera de una pantalla, en especial aplicados generalmente en paredes, ventanas, arcos y fachadas de relevantes edificaciones europeas, características inexistentes en el baldaquino de la Catedral Nueva de Santa Ana de los Ríos de Cuenca.

9. Casi enseguida, quid pro quo, se afirma otra temeridad: «…Por su parte, el artista César Quizhpe se dedica a tallar el mármol para los altares laterales y otros elementos del decorado interno…». Esta información es errada, pues la Catedral de la Inmaculada Concepción tiene 11 altares interiores, de los cuales sólo dos son del artista César Quizhpe: el altar del Señor de la Buena Esperanza y el que se lo conoce como el altar del Santísimo Sacramento en el transepto norte, mientras otro de los altares es de madera tallada y está dedicado a la Dolorosa del Colegio San Gabriel, siendo además, el primero en ser elaborado para el templo catedralicio, mucho antes del año 1954. Los ocho altares restantes fueron construidos entre las décadas de 1980 y 1990, por lo que la información de la Agenda cultural respecto a este asunto es falsa.

10. Semper idem et cum horribilis recordationem, en la página 32, ad infra, escribieron otro dato equívoco: «Así, el 28 de mayo de 1967, a los 82 años del inicio de los cimientos, se realiza la solemne Consagración de la Catedral de la Inmaculada …».

Esto no es verdad, sólo hay que revisar Diario «El Mercurio» del día viernes 2 de junio del año 1967 para observar que ese día fue el escogido para la Consagración del templo catedralicio, con ocasión del IV Congreso Eucarístico Nacional, en un apoteósico acto en el que hubo hasta representante pontificio, pues el Santo Padre Paulo VI, Siervo de Dios, en aquel entonces reinante, delegó a la ceremonia de consagración del templo, a Su Eminencia, el Cardenal Julius Doephner, en esa época Arzobispo de Munich.

Un detalle que confirma que lo que acabo de manifestar es verdad absoluta lo constituye el hecho de que usted mismo recuerda esta fecha con fruición cívica, Señor burgomaestre cuencano, pues ese día, su persona fue uno de los guardias estudiantiles del colegio «Benigno Malo» para la recepción del legado pontificio, Su Eminencia, el Cardenal Julius Doephner. Este hecho, que usted mismo me ha contado, in corpore presente et cum gaudium et felix recordationem, debería ser motivo suficiente para que su persona se indigne con la irresponsabilidad con la cual se escriben los datos históricos de Cuenca en la Agenda cultural del Ayuntamiento cuencano.

Es hora ya de tomar medidas, in honorem urbis, para que esta publicación cumpla su función de ser un medio de comunicación que ilustre a los lectores y no se burle de sus inteligencias y los desinforme o los animalice y por eso, se debe sancionar o despedir a los responsables de estas barbaridades en contra de la historia, la cultura y el idioma de nuestra querida ciudad, la «Atenas del Ecuador», a la que no se la puede infamar mes a mes impunemente.

Un hecho curioso que nos llama la atención, cum gratia et contradictionem, está relacionado con la carta que Carlos Freire Soria le dirige a su persona con fecha 29 de enero del presente año, en la que le escribe a Usted, Señor burgomaestre: «…le comunico que hemos decidido, conjuntamente con el Jefe de Comunicación Social, Lcdo. Hugo Jonson Humala, y con el Director de Imagen Corporativa, Ing. Oswaldo Vázquez, que todas las publicaciones provenientes de la Dirección de Cultura sean avaladas por las dos instancias mencionadas, como una forma de llevar a cabo un trabajo conjunto como parte del proyecto editorial institucional, tendiente a garantizar la calidad de los contenidos y la presentación gráfica de los diferentes productos editoriales de la I. Municipalidad ».

Resulta risible que, según lo que dice Carlos Freire Soria, la Agenda cultural pase por tres instancias municipales y en ninguna de ellas puedan corregir las atrocidades en contra de la Historia y la cultura de Cuenca, lo cual evidencia la sabiduría del inmortal verso de Persio, en la culta, sempiterna e inigualable lengua latina: «Ex nihilo nihil fit/ De la nada nada se saca».

¿Y qué podemos esperar, Señor Alcalde, cuando los criterios que se manejan en la edición de la Agenda cultural principian, ad initium et riddendo semper cum gaudium, con las ridículas teorías que esgrime el inefable Oswaldo Vázquez López, Director de Imagen Corporativa, cuando dice que «Agenda cultural se escribe con minúscula porque eso no es un asunto de gramática castellana sino de diseño»?

Seguramente, rebus sic stantibus/ estando así las cosas, en las tres dependencias municipales la ignorancia ha hecho presa fácil de sus colaboradores, muchos de los cuales son forasteros, pues ni siquiera han nacido en Santa Ana de los Ríos de Cuenca como para pensar que sean eruditos en cuencanerías.

Ante comentarios adversos a mi labor de defensa de la historia y la cultura de Cuenca, me permito aclarar y precisar ante su autoridad que no tengo el menor interés en regresar a la municipalidad de Cuenca, sitio en el que ejercí la función de editor de la Agenda cultural; sin embargo, como ciudadano cuencano y hombre de letras no dejaré de seguir protestando porque gente incapaz e ignorante siga ofendiendo a la urbe, mes a mes, en la Agenda cultural de la I. Municipalidad de Cuenca.

Estoy convencido que verba volent, scripta manent/ las palabras vuelan, los escritos quedan; y por ello, Señor burgomaestre cuencano, sé que mis críticas no se habrán de constituir, ab aeternum, en la vox clamantis in deserto/ la voz que clama en el desierto, pues habrán de quedar registradas para la posteridad in scriptis et in saecula saeculorum.

Esta es entonces, una obligación cívica de quienes amamos a Cuenca ex toto corde, ex tota anima nostra et ex tota fortitudine, in honorem culturalis aspectibus, cum amoris veritatem et cum recta ratio et sinceritas pro mundi beneficio.

Copiosa gratia, salutem et grata recordationem in Corde Iesu,



Diego Demetrio Orellana

POST SCRIPTUM:

CC. Señores Concejales


Datum Concha, apud flumina Tomebamba, ex aedibus FIDEH, districti meridionalis, die nonus mensis Februaris, anno Dominicae Incarnationis bismillesimus nonus, in sollemnitate octava V Dominica per annum, Annus Mundialem Astronomia.

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