Santa Ana de los Ríos de Cuenca, abril 10 del año 2009
In sollemnitate sexta feria de Passione Domini in Sancta Hebdomadae MMIX
Ing. Marcelo Cabrera Palacios
ALCALDE DE CUENCA EN LICENCIA
Sr. Carlos Flores Flores
PRO TEMPORE, ALCALDE DE CUENCA
Lcdo. Carlos Freire Soria
DIRECTOR MUNICIPAL DE EDUCACIÓN Y CULTURA
Dra. Flor María Salazar viuda de Tenorio
Dr. Gustavo Vega Delgado
Dr. Juan Esteban Segovia
COMISIÓN DE CULTURA DEL CONCEJO CANTONAL
Ciudad
De mi consideración:
«Vos compellimus, venerabiles amici qui nobiscum responsalitatem custodiendi veritas in culturalis aspectibus. Ergo, in haec mensis aprilis, ego dico vobis de deffectibus in conchensis culturalis diarium / Me dirijo a vosotros, venerables amigos, que compartís conmigo la responsabilidad de custodiar la verdad en los aspectos culturales. En consecuencia, en este mes de abril, os digo a vosotros los defectos de la Agenda cultural de Cuenca».
Adversas Concha et amoris veritatem, justamente en el mes del natalicio de Santa Ana de los Ríos de Cuenca, cuando la urbe celebra el CDLII aniversario de su fundación castellana, la Agenda cultural de la ciudad contiene vergonzosos errores en contra de la Historia , la inteligencia, la cultura y la lengua de Castilla. Protestamos por ello, ab irato, in honorem urbis et clamamus vobis adversas invencibilis ignorantia et stultitia, y en mi calidad de ciudadano de la morlaquía y escritor castizo, con el mejor espíritu cívico que anima mis cotidianas actividades intelectuales, denuncio a vosotros las siguientes equivocaciones imperdonables a que os dignéis tomar las medidas pertinentes para sancionar a los responsables de estas infamias y poner punto final a tanta ignominia.
En la página 5 se publican viles mentiras en contra de Cuenca, en un capítulo destinado a tratar temas de cultura popular. Así, se afirma contra veritas: «Hoy la fanesca se la come el Viernes Santo». El plato de fanesca, la verdad sea dicha, se come en toda la Cuaresma y en especial durante la Semana Santa. Esto lo sabe cualquier imberbe ciudadano de la morlaquía como para que se pretenda tomarnos el pelo con estas curiosas afirmaciones.
Más abajo, se dice: «En esta época los comerciantes de pescado en salazón, todos ellos provenientes de la costa, junto a sus rimas de pescado atraen a la gente con frases como estas: Lisa, lisa/ la precisa/ venga, venga». Non posssumus accipere haec absurdam declarationem/ No podemos tomar esta absurda declaración, ya que este tipo de dichos nunca se han escuchado en los mercados de la urbe y no se deberían publicar en la Agenda cultural como si fueran expresiones populares de la morlaquía, en una sección intitulada: «Cuenca y su mundo», en donde se deberían registrar, con honestidad intelectual, las verdaderas costumbres y dichos de la «Atenas del Ecuador», sin importar otras realidades y contextos que nada tienen que ver con nuestra idiosincrasia. Estos adefesios lingüísticos atentan en contra de los verdaderos valores cuencanos y no se puede aceptar que los lingüistas se crean con patente de corso para pontificar mes a mes, ex cathedra, falsedades inadmisibles adversas Concha et suam authenticam personalitas.
En la página 17, al hablar de las actividades artesanales de Cuenca, se escribió, ad litteram: «…convirtiendo a Cuenca en una muestra viva de las expresiones que han contribuido para que nuestra ciudad sea considerada como el centro de la cultura ecuatoriana». Esto ya es el colmo, cuando todos sabemos que vivimos en un país con una diversidad amplia de manifestaciones culturales, en donde es imposible hablar en términos absolutos como para polarizar a nuestra urbe como centro de identidad de toda la nación ecuatoriana. Hablemos claro, la morlaquía es un importante centro cultural de la República , pero de modo alguno es el centro de la cultura ecuatoriana. Afirmar esta barbaridad ofende a la conciencia de los ecuatorianos que no han nacido en la capital del Azuay.
En la página 33, en un artículo intitulado: «Pintura cuencana en la época republicana» se escribió ad peddem litterae: «Filóromo Idrovo, Honorato Vázquez, Joaquín Pinto, Abraham Sarmiento, Manuel Moreno Serrano, Emilio Lozano, Ricardo León, Luis Crespo Ordóñez, Marco Antonio Sánchez, Oswaldo Moreno Heredia, Carlos Beltrán Lazo, son algunos de los nombres más representativos de la pintura cuencana, desde el inicio de la época republicana hasta 1929». En esta afirmación existe un inaceptable error de precisión semántica cuando la Bienal Internacional de Pintura anuncia la realización de una exposición colectiva que pretende mostrar obras pictóricas del siglo XIX y de las primeras décadas de la vigésima centuria y no obstante, incluye a artistas nacidos en el límite que se han impuesto: 1929; los cuales jamás pudieron pintar en las primeras décadas del siglo XX, ya que en los años veinte de la pasada centuria eran niños aún. Es el caso de Carlos Beltrán Lazo, nacido en 1924 y Oswaldo Moreno Heredia, nacido en 1929, incluso después del propio límite que la Bienal ha fijado para organizar esta exhibición con tan impreciso título.
La exposición ha sido ya inaugurada en la noche del Jueves Santo y constituye una iniciativa interesante para el conocimiento de las artes plásticas locales y su desarrollo; no obstante, lo correcto hubiere sido indicar, con más exactitud, cum accurata diligentia, que se trata de una muestra de pintores cuencanos nacidos hasta 1929 y con ello, se hubiere evitado esta grave y oprobiosa contradicción que atenta en contra de nuestra incomparable lengua de Castilla.
En la página 46, en un artículo intitulado «Víctor Manuel Albornoz: Primer Cronista Vitalicio de Cuenca», de la autoría de Juan Cordero Íñiguez, existe un gravísimo error de precisión histórica cuando se afirma: «…pero su mayor dedicación estuvo al servicio de la Municipalidad de Cuenca en numerosas funciones: como presidente del Cabildo,…». Al respecto, se ha de indicar, in honorem veritas, que Víctor Manuel Albornoz nunca fue presidente del Cabildo cuencano. La Historia, magistra vitae/ maestra de la vida, registra que Albornoz fue encargado de la presidencia del Cabildo cuencano durante 29 días, die constituta, entre el 19 de octubre y el 16 de noviembre de 1925, debido a que el presidente titular del Cabildo de esa época, Carlos Cueva Tamariz, se hallaba en calamidad doméstica junto con Guillermo Crespo Ordóñez, quien era vicepresidente y había pedido licencia en aquellos días.
Señor burgomaestre cuencano y señores concejales: ¿No se me había dicho, en carta de 2 de febrero del presente año, que la solución para evitar las equivocaciones de la Agenda cultural en contra de la Historia era solicitar al actual Cronista Vitalicio de Cuenca, Dr. Juan Cordero Íñiguez, que se encargara de las secciones históricas de esta publicación cultural del Ayuntamiento cuencano? Oh quam tristis et afflictis, ¿qué sucede con la solución buscada?
En la página 54, en un artículo intitulado: «Gustavo Landívar y su pasión por la fotografía», de la autoría del ciudadano Rodrigo Aguilar Orejuela, natural de la ciudad de Esmeraldas, se han escrito cosas terribles en contra de la historia de Cuenca cuando manifiesta: «Gustavo Landívar es un personaje del ambiente cultural cuencano. Ha estado vinculado siempre a proyectos gráficos y editoriales de trascendencia para la ciudad, como la publicación de los dos tomos de fotografías antiguas titulados ‘Cuenca Tradicional’, que el Banco Central publicó hacia comienzos de los años noventa».
Estos datos son falsos, pues en estricta justicia, el alma de dicho proyecto bibliográfico fue José Cuesta Heredia y a él se le debe reconocer este mérito, mientras que dichas obras no fueron publicadas a comienzos de la década de 1990. Así, el primer tomo apareció el 25 de octubre de 1983 y el segundo, en 1991. Por otro lado, en el tomo primero de dicha obra se contó con la colaboración de María Astudillo Montesinos, Miguel Díaz Cueva, Manuel Jaramillo Malo, personas que junto al Banco Central del Ecuador prestaron sus archivos fotográficos, mientras que sólo en el segundo tomo se contó con la ayuda de Landívar, pero junto al aporte de Antonio Borrero Vintimilla y el Banco Central del Ecuador. Por lo tanto, el texto que comentamos es equívoco, de maxima ad minima, al exagerar la participación de Landívar en este proyecto editorial.
Más abajo se dicen más falsedades, que me permito transcribirlas de verbo ad verbum: «Su colección de fotos es quizás la más completa e interesante registrada entre los archivos particulares de la ciudad». Esta afirmación es temeraria por donde se la mire, pues de lo que se conoce con certidumbre, sólo el archivo histórico del Dr. Miguel Díaz Cueva es mucho más grande que el de Landívar. Por otro lado, se sabe que la mayoría de fotografías antiguas pertenecientes a Landívar no son originales sino copias o reproducciones de archivos particulares como los de la familia Malo Acosta, lo cual es un elemento que debe ser considerado a la hora de justipreciar la magnitud del archivo fotográfico de Gustavo Landívar.
Semper idem et ad absurdum, en la página 55 se dice: «El movimiento fotográfico en Cuenca se inicia hacia el siglo XIX con José Antonio Alvarado, que era mayor a todos los otros fotógrafos, y parece haber sido quien importaba cámaras y papel». Esto es una mentira cerdosa y el hecho de que se afirmen estas falsedades constituye una vergüenza; mucho más cuando las cosas son dichas como si tuvieren apodíctica verdad y certidumbre. Para desmentir lo dicho, conviene indicar, in stricta iustitia, que José Antonio Alvarado no era fotógrafo sino relojero y tenía su taller en los bajos del antiguo Seminario Conciliar de Cuenca, en el actual Parque «Abdón Calderón Garaicoa». Se conoce que vendía papel fotográfico pero no se ha comprobado que haya sido fotógrafo, mientras su actividad fue desarrollada en el siglo XX y no en el siglo XIX. El verdadero pionero de la fotografía cuencana es Federico Guerrero y más propiamente, Manuel Jesús Alvarado, quien fue poseedor del primer taller de fotografía en la urbe, en las últimas décadas del siglo XIX. Inclusive se conoce que este taller se encontraba emplazado en la entonces Plaza Mayor de Cuenca, hoy Parque «Abdón Calderón Garaicoa». Sorprende, por ello, que se digan este tipo de mentiras, reflejando una pésima investigación histórica en este artículo sobre la fotografía cuencana.
En la misma página 55 se escribió, de verbo ad verbum: «En torno a la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Cuenca se creará un grupo de intelectuales que harán fotografía…». Casi enseguida se nombra a una serie de personajes y se concluye diciendo: «Había también fotógrafos como Federico Malo Andrade, Bolívar Malo…». Esta frase constituye una verdadera tomadura de pelo cuando la verdad histórica jamás ha confirmado que Federico Malo Andrade haya sido fotógrafo, pues era un exportador de sombreros y se considera que fue quien importó el primer auto para Cuenca en 1911, mientras estaba vinculado con interesantes proyectos para el desarrollo de la urbe como la fundación del Banco del Azuay, hechos por los que es muy conocido en el mundo intelectual de la morlaquía. Asimismo, Bolívar Malo, quien era hijo de aquel, se dedicó de lleno a los negocios de su padre pero nunca se destacó como fotógrafo.
Pero todavía se encuentran más equivocaciones en este infamante artículo en contra de nuestra historia, cuando al final se escribió, ad litteram: «…pero tras la muerte trágica y escandalosa de Emmanuel Honorato Vázquez, en medio de una bohemia intensa y el uso de drogas a la manera de los modernistas europeos, se estigmatizó al fotógrafo, motivo por el cual comienzan a desaparecer los cultores de la fotografía de aquel tiempo, hasta quedar solo Alvarado y Sánchez, e incorporarse el nombre de Octavio Díaz».
No es posible aceptar tantas mentiras y por ello, in via veritatem ad inquirendam, habremos de precisar que la muerte de Emmanuel Honorato Vázquez no fue ni escandalosa ni trágica y después de ella tampoco se ha estigmatizado al fotógrafo en la morlaquía, acontecimientos que de ninguna manera han hecho, quid pro quo, que desaparezcan los cultores de la fotografía cuencana. Lo que la Historia, magistra vitae, ha confirmado es que Emmanuel Honorato Vázquez, quien era morfinómano junto a otros intelectuales cuencanos que nunca han sido condenados por ello, murió de fiebre tifoidea, después de haber comido chicharrones en el tradicional restaurante de la época, conocido como «Las Pitimuchas», llamadas así a sus propietarias, las hermanas Castillo, que tenían dicha fonda en la Av. Loja , durante las primeras décadas del siglo XX.
Por otro lado, es admirable que se diga que luego de esta muerte natural y nada escandalosa sólo hayan quedado Alvarado y Sánchez como fotógrafos, cuando ya hemos demostrado que José Antonio Alvarado nunca fue fotógrafo sino relojero y cuando ni se menciona que junto a José Salvador Sánchez existió, en esa época, el taller de fotografía de Manuel Serrano, quien es uno de los referentes fundamentales de la fotografía cuencana y que inclusive llegó a ser socio de Sánchez. Omitir el nombre de Serrano, en esta deplorable nota histórica que avergüenza a los escritores y lectores conocedores de la historia comarcana, es un hecho que confirma la ignorancia invencible en asuntos de cuencanerías, por parte del autor de este falaz artículo.
Pero en la elaboración de Agenda cultural de Abril, existen además ciertas cosas que provocan hilaridad como cuando, en la página 77, publican el siguiente evento artístico: «11 de abril/ 20:00/ Noche Cuencana: Jaime Orquera y su Orquesta». Sin embargo, indican que el evento es en el barrio de «El Vergel» pero organiza el comité barrial de la Ciudadela Álvarez, lo cual ha provocado el rechazo y la burla de los habitantes de El Vergel y de la ciudadela Álvarez respectivamente, pues de ninguna manera se han unido para realizar esta curiosa noche cuencana.
Más allá de todo esto, existen graves denuncias de que para la elaboración de la Agenda cultural de abril no se ha coordinado para nada con el Comité Permanente de Festejos, ente integrado por quince agrupaciones ciudadanas que debían ser convocadas para elaborar el cronograma de eventos artísticos y culturales. Así, para planificar los diversos programas de festividades no ha existido la necesaria participación ciudadana de otras épocas y mas bien, ad contrario sensu, se ha creado un propio comité de festejos que ha montado otra oficina y maneja una propia contabilidad, prescindiendo del contador y el personal del Comité Permanente de Festejos, cuyas oficinas se encuentran en el edificio de la Alcaldía. Se sabe, por las notas aparecidas en la prensa local, que los integrantes de este comité especial de fiestas son: el concejal Genaro Ulloa; el Director Administrativo de la Municipalidad , Marcelo Valencia; el Director Financiero, José Guzmán; el Director de Cultura, Carlos Freire Soria; el cuestionado ciudadano Lenin Guzmán, junto con el propio Alcalde de la ciudad, Ing. Marcelo Cabrera Palacios.
Señor burgomaestre cuencano y señores concejales: ¿Acaso va a existir un grave problema de contraloría en el manejo del dinero público que se ha asignado a este comité de fiestas que, al conformarse de esta ilegal manera, viola la Ordenanza municipal que regula el funcionamiento del Comité Permanente de Festejos? ¿Quiénes son los culpables de estas irregularidades? O es que acaso el mareo de la campaña electoral os ha dado vértigo hasta enturbiaros la vista, a punto tal de deciros: ¿Oculos habent et non videbunt/ Ojos tienen y no ven?
Pero la Agenda cultural del mes de abril no incluyó, a causa de estas irregularidades, las noches cuencanas preparadas con motivo de las fiestas de fundación de la ciudad, realizadas en los barrios Totoracocha, Parque «Iberia», Parque «Luis Cordero», El Vecino, San Sebastián, Mercado «27 de Febrero», Mercado «9 de Octubre», Mercado «12 de Abril», Mercado «El Arenal», Mercado «10 de Agosto», Mercado «3 de Noviembre», barrio « La Gloria », ciudadela Álvarez, Patamarca 2, Bosque de Monay, Mutualista Azuay, Baños y El Valle.
De esta manera, los ciudadanos que tuvieron acceso a la publicación ni siquiera pudieron enterarse de los programas artísticos que se prepararon en cada uno de los diversos barrios nombrados ut supra.
¿Hasta cuándo vais a reaccionar para que la Agenda cultural de Cuenca sea una publicación digna de la urbe, en la que se respete a la Historia , la cultura y la lengua de Castilla?
Señor burgomaestre cuencano y señores concejales: Vuelvo a indicar que no busco nada que no sea la salvaguarda del prestigio cultural de mi ciudad; ergo, desde mis funciones de escritor castizo y en uso de mis derechos ciudadanos, no puedo dejar de protestar porque el buen nombre de la urbe se vaya mes a mes al abismo en la Agenda cultural de Cuenca.
Si están las cosas de esta manera, ¿por qué no actuáis para corregir las permanentes falencias de la Agenda cultural de Cuenca? Parafraseando al escritor sagrado, ¿no deberíamos quizás decir: «Et lux in tenebris lucet et tenebrae eam non comprehenderunt/ Y la luz brilló entre las tinieblas y las tinieblas no le recibieron»? ¿No creéis que la luz del conocimiento no ha llegado hacia los responsables de la Agenda cultural de Cuenca?
¿No creéis que es hora de preguntarse si sería mejor no publicarla o mandar a elaborar únicamente el programa de eventos artísticos y culturales que mes a mes se oferta en la ciudad por parte de las diversas instituciones culturales, a riesgo de atentar todo el tiempo en contra de la historia, la cultura y la lengua castellana cum singularis stultitia et horribilis negligentia et ignorantia?
Mientras espero una acogida favorable a la presente, recibid un cordial saludo, cum affectibus vobis, salutem et grata recordationem in Christum Dominum Nostrum,
DIEGO DEMETRIO ORELLANA
Datum Concha, apud flumina Tomebamba, ex aedibus FIDEH, districti meridionalis, mensis aprilis, die nonus, Anno Dominicae Incarnationis bismillesimus nonus, in sollemnitate sexta feria de Passione Domini. In Sancta Hebdomadae MMIX.
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