Santa Ana de los Ríos de Cuenca, Diciembre 8 del año 2008
In sollemnitate I. Conceptionis B. Mariae Virginis
Ing. Marcelo Cabrera Palacios
Alcalde de Cuenca
In sollemnitate I. Conceptionis B. Mariae Virginis
Ing. Marcelo Cabrera Palacios
Alcalde de Cuenca
Dr. Gustavo Vega Delgado
Dr. Paúl Granda López
Dra. Flor María Salazar viuda de Tenorio
Miembros de la Comisión de Cultura del
Ilustre Concejo Cantonal de Cuenca
de la Corporación edilicia de Cuenca
Ciudad
Señor Alcalde y Señores Concejales:
Historia magistra vitae et testis temporum est et Culturalis diarium in Concha in contra veritatem est/ La Historia es maestra de la vida y testigo de los tiempos y en Cuenca, la Agenda cultural está en contra de la verdad…
Antes de nada, quiero felicitar a la Ilustre Municipalidad de Cuenca por haber corregido una de las más graves faltas ortográficas de la Agenda cultural de la urbe, que ahora sí se escribe con mayúscula en la portada de la misma, en respeto a las normas gramaticales de nuestra bella lengua de Castilla, las cuales no pueden confrontarse con el diseño de la publicación como no debe tampoco el Diseño, en tanto ciencia, alterar las reglas ortográficas del Castellano.
Sin embargo, exceptis excipiendis, es mi intención denunciar a vosotros, a través de la presente, que la Agenda cultural de la I. Municipalidad de Cuenca, correspondiente a diciembre, ad absurdum et contra amoris veritatem, adolece de graves atentados en contra de la Historia , la cultura y la lengua de Castilla, que deberían sancionarse y corregirse en el año 2009, pues desde enero no debe continuar esta barbarie en contra del prestigio de la urbe.
Al parecer, semper idem, en cada mes se escoge a uno o dos personajes de la historia para ofenderlos y vilipendiarlos con datos imprecisos acerca de sus vidas. Esta vez le tocó el turno a José Peralta, pues en la página 13 de la Agenda cultural del mes de diciembre se publican las siguientes atrocidades:
«Desde muy joven inició sus luchas políticas como liberal radical, combatiendo a los gobiernos conservadores, que por entonces gobernaban a la República , como continuación de la tiranía garciana».
Más abajo, en la nota se encuentra una grave contradicción cuando se afirma: «…Junto con Vicente Alvarado, en 1877, funda el periódico el Deber, como apologista de la religión Católica, periódico que inclusive le ocasiona su primer encarcelamiento…».
¿Cómo pueden manifestar que desde muy joven Peralta ha sido un liberal radical para luego decir, casi enseguida, que cuando tenía 22 años (en 1877) defendía a la religión católica? ¿Es que acaso los editores de la Agenda cultural ni siquiera tienen sentido lógico para darse cuenta de los absurdos que escriben, que copian o que permiten que se escriba?
La verdad histórica es que se considera que Peralta nació en 1855 y cuando García Moreno murió asesinado, en agosto de 1875, aquel recién tenía 20 años cumplidos y estaba fuertemente comprometido con el partido conservador. Por lo tanto, Peralta no era un liberal radical desde muy joven, tanto así que a sus 20 años era miembro del «Liceo de la Juventud », fundado por el P. Julio María Matovelle, uno de los más grandes conservadores de la época. Dos años después, en 1877, funda ciertamente, con el conservador Vicente Alvarado, el periódico «El Deber», en donde escribía artículos religiosos y apologéticos de nuestra Santa Madre Iglesia y defendía a la religión Católica, Apostólica y Romana. La conversión de Peralta a la ideología liberal vino después del año 1877, cuando emigra a Guayaquil y toma contacto con varios libros históricos y filosóficos de autores que en Cuenca eran imposibles de conseguir y sobre todo, cuando lee la Historia Eclesiástica del Baron Henrion, formando, mutatis mutandis, un criterio nuevo y heterodoxo hacia el año 1880.
En la página 14 escribieron otra infamia en contra de Peralta, cuando al hablar de los periódicos fundados por él, manifiestan, ad peddem litterae, lo siguiente: «…Larga es la lista: desde el Escalpelo de 1887, hasta el Rebenque de 1896… y luego La Libertad , en donde aparece su seudónimo de Ayax…».
Estos datos son falsos ya que el periódico « La Libertad », en donde, en efecto, Peralta popularizó su seudónimo «Ayax», apareció en julio del año 1888 y no después de 1896 como erradamente se consigna.
En la misma página 14, se dice después: «…Luego aparece, en 1895, la Razón , en que combate a la clerecía, con artículos como «Raza de víboras»…, después aparecen El Optorama, La Regeneración , El Atalaya y el Constitucional, escrito en Quito».
Lo que acabo de transcribir, de verbo ad verbum, es nuevamente un absurdo, debido a lo ilógico de esta cronología, mientras el texto inmediatamente precedente contiene más falsedades por dos razones objetivas: «Raza de Víboras» no es un artículo de Peralta sino una obra completa, aparecida por entregas, y el periódico «El Constitucional» nunca fue fundado después de 1895, como equívocamente escribieron, sino que Peralta lo creó en el año de 1889, seis años antes de la Revolución Liberal y fue aquí cuando justamente, en aquel año, surgió una terrible polémica con el entonces canónigo e historiador de la República , Federico González Suárez; quien, al leer los escritos de Peralta en «El Constitucional», escribió una rectificación en la que acusó a Peralta de haber plagiado al célebre tratadista Francisco de Paula Vigil, al citar tres o cuatro pensamientos de un padre de la Iglesia, mencionados en las obras de aquel.
Las acusaciones del benemérito historiador de la República y dignísimo Arzobispo de Quito son, dada la seriedad del ilustre historiador ecuatoriano y su integérrima honestidad intelectual, una mancha indeleble en la vida de José Peralta y más allá de su alta valía intelectual, esta circunstancia ha hecho que en la actualidad muchos escritores ecuatorianos concluyamos que este desliz del entonces joven Peralta debe entenderse como fruto de los naturales devaneos de la juventud del ilustre y polémico liberal de nuestra Patria.
En la página 15 de la Agenda cultural encontramos una nueva infamia en contra del célebre liberal cuando escribieron adversas veritatis splendor: «José Peralta…. tiene a su haber numerosas obras políticas y literarias, que son ejemplo de dignidad y rebeldía: «El magisterio monástico», «La venta del territorio nacional», «Por la verdad y la Patria »…»
Aquí hay un error tremebundo, pues Peralta nunca escribió una obra llamada «El magisterio monástico». Creemos que quizás se quieren referir a una célebre obra anticlerical que Peralta la llamó «El monaquismo», que constituye uno de sus clásicos, siendo admirable la falta de acuciosidad para investigar las cosas.
Al final de este vergonzoso trabajo se dice contra veritas: «…José Peralta mantuvo una enconada lucha contra Leonidas Plaza Gutiérrez, el asesino de los dirigentes de la Revolución Alfarista …, contra Manuel J. Calle, apologista y defensor del placismo, y contra Federico González Suárez, al que acusa de haber tenido una «conducta ambigua y nebulosa» frente al Crimen del Ejido, y «porque, triunfante el General Plaza, este Arzobispo llegó a convertirse en su apasionado defensor, en el más firme apoyo y antemural del gobierno más opresor y deshonroso que haya podido tener nuestra desventurada República».
Nada mas falso que lo manifestado, en donde vuelven a cometer un absurdo en contra de la lógica: primero, porque cuando el 28 de enero de 1912, Alfaro fue arrastrado por las calles de Quito, el ilustre Arzobispo estaba ya en sus últimos años de vida y más allá de que haya obviado intervenir para pacificar a la turba que arrastró a Alfaro, jamás optó por volverse un placista para ser el apoyo del gobierno más opresor y deshonroso que haya podido tener nuestra desventurada República, como se afirma en la Agenda , pues el eminente historiador ecuatoriano, en su edad provecta, se caracterizaba por imprimir en su carácter una prudencia admirable, in persona Christi sicut sanctus sacerdos, que lo encumbraba como un ser neutral, pues las pasadas épocas de feroz anticlericalismo ya eran historia para aquel entonces.
Estas informaciones atentatorias en contra de la Historia reflejan la falta de profesionalismo para verificar las fuentes que se consultan y confrontarlas con la verdad histórica, a fin de darlas a conocer, coram populo, con credibilidad. Este modus actuandi de los editores de la Agenda cultural de Cuenca deja en evidencia la falta de rigor científico y metodológico para escribir y publicar artículos que pretenden ilustrar a los lectores, pero que devienen en horrorosos atropellos a la historia de nuestros hombres célebres, a los que no se los debe irrespetar de esta manera. No obstante, para disfrazar la mala investigación, se escudan en un nombre: Alfonso Murriagui.
7. Como la Agenda cultural de Cuenca recibe mensualmente severas críticas de la gente culta del Ecuador que se escandaliza de estos crasos errores, en la página de créditos de la publicación, los editores de la Agenda cultural de Cuenca encontraron una fórmula curiosa para que la Dirección de Cultura del Ayuntamiento cuencano se lave definitivamente las manos frente a los deslices y dislates que se escriben, urbi et orbi, en la publicación, pues han consignado la siguiente advertencia: «…Las opiniones publicadas en la Agenda son de exclusiva responsabilidad de sus autores, y no comprometen la política editorial de la institución».
Tota calamitas omnes molestias habet/ Toda calamidad está llena de molestias. Esto ya es el colmo de la irresponsabilidad con la que se realiza esta publicación, pues una advertencia de esta naturaleza tiene sentido pleno, para un editor honesto y responsable, cuando los ensayos que se publican en una obra son artículos de opinión y no cuando, como en este caso, constituyen trabajos en los que la pésima investigación que los sustenta obliga a que, previo a la edición de la publicación, se rechacen, ipso facto, por estar mal realizados.
Ese filtro sólo lo puede cumplir un editor o editora que verifica los trabajos que se presentan y detecta que no sirven para ser publicados, por los que lo rechaza o los desecha; pero incluirlos en la Agenda cultural y escudarse en esta especie de «lavatorio de manos» es ocultar la ignorancia crasa, supina, tenebrosa e invencible de quien funge como editor de la Agenda cultural; quien, al parecer, no tiene la capacidad ni la formación intelectual para editar una publicación de esta naturaleza, la cual debería glorificar a la urbe, precautelando su prestigio de ciudad en donde se cultivan las manifestaciones del espíritu.
La pregunta lógica que debemos formularnos, Señor Alcalde y señores concejales, es la siguiente: ¿No será mejor despedir a quien está infamando de la manera más vil a la «Atenas del Ecuador» con una publicación que avergüenza a la gente culta del país y del extranjero que recibe, mes a mes, una Agenda cultural pletórica de datos falsos y ofensas en contra de la historia y la cultura? ¿O de una vez por todas, se sanciona de manera ejemplar a este tipo de funcionarios que no pueden editarla in honorem urbis et cum accurata diligentia?.
Pero las barbaridades no concluyen allí, pues en la Agenda cultural se han escrito otras cosas infamantes como las siguientes: En la página 55, al hablar de la iglesia de Santo Domingo, se dice: «El Hermano Enrique Mideros se encargó de la decoración del templo con sus famosos murales y cuadros que se conservan hasta la actualidad…»
Lo dicho es parcialmente cierto, pero no hay razón cuando se afirma que los cuadros que se hallan en la iglesia son de Mideros, pues dichos óleos, que son concretamente 15 y representan a los misterios del Santo Rosario, fueron elaborados en la época colonial por autores anónimos y constituyen parte de los tesoros coloniales con que cuenta este templo varias veces remodelado en más de cuatro centurias.
En la página 58, Janeth Anastasia Molina Coronel, al hablar de los sesenta años de la Declaración de Derechos Humanos, afirma más allá de la mala redacción de su texto: «…las atrocidades cometidas durante la segunda guerra mundial, que dejaron como saldo 55 millones de muertos y desaparecidos».
El dato es terriblemente falso cuando los más serios historiadores de los últimos tiempos, entre los que cabe citar a Shôwa Fujiwara, John Keegan, Anthony Beevor, Jon Parshall o Gerhard Weinberg, a base de precisas estadísticas, han señalado que durante esa conflagración mundial murieron al menos 60 millones de personas, de las cuales 6 millones fueron judíos.
En la página 83, en un artículo de Rodrigo Aguilar Orejuela, se escriben nuevamente cosas falsas sobre nuestra ciudad, denotando un desconocimiento absoluto sobre la urbe por parte de este ciudadano natural de la ciudad de Esmeraldas. En efecto, allí se dice lo siguiente: «Los Escarabajos de Liverpool (o sea los Beatles) nunca estuvieron en Cuenca. En la época en que sus acordes y melenas (década de los años 60 del siglo XX) conmocionaban hasta la histeria a los jóvenes de gran parte del mundo occidental, la capital azuaya era aún una pequeña urbe perdida en los Andes, repleta de iglesias y calles con nombres de curas por todas partes…».
Esto es inadmisible y constituye un ex abrupto inaceptable y una ignominia en contra de Cuenca, puesto que en la década de 1960 ya estaban prácticamente configurados los actuales nombres de las calles del Centro Histórico de Cuenca, el cual tiene 200 hectáreas y tan sólo 16 templos en toda su amplia superficie. En todo este perímetro se encuentran 14 calles, de norte a sur, entre la Rafael María Arízaga y la Calle Larga y de sus respectivos nombres, sólo uno corresponde a un sacerdote: Alfonso Jerves; mientras que existen 16 calles de este a oeste, entre la Manuel Vega y la Miguel Heredia , de cuyos nombres apenas 3 corresponden a religiosos: Hermano Miguel, Padre Aguirre y Estévez de Toral.
¿Cómo puede afirmar el ciudadano natural de la ciudad de Esmeraldas y bautizado con el nombre de Rodrigo Aguilar Orejuela, que Cuenca está repleta de calles con nombres de curas por todas partes, cuando de un universo de 30 calles, apenas 4 de ellas tienen nombres de religiosos, mientras que las 26 restantes han sido bautizadas con nombres de laicos, masones y hasta ateos de la morlaquía? ¿No significa esto que el mencionado ciudadano Aguilar nada sabe de nuestra urbe patrimonial, a la cual ofende todo el tiempo en la Agenda cultural del Ayuntamiento cuencano, con deducciones abstrusas, absurdas, ilógicas y faltas de todo sustento? ¿Y cuál es el crimen de que sólo cuatro de esas 30 calles tengan nombres de curas como dice Aguilar, si se trata de eminentes cuencanos que han glorificado a la urbe con sus escritos e investigaciones, al contrario de lo que hace Aguilar en todo el tiempo: atropellar y alterar a la historia y la cultura de nuestra urbe.
Pero el desconocimiento no es sólo con asuntos de la morlaquía, sino también con las noticias de la actualidad, cuando al final de semejante artículo Aguilar afirma, al hablar de John Lennon: «…Hace poco se supo además, que el papa había perdonado a Lennon por sus declaraciones de hace 42 años, contra el cristianismo».
Al respecto, habré de decir que Aguilar no sólo escribe «Papa» con minúscula, violando las normas ortográficas de la lengua de Castilla, sino que desconoce que el Vicario de Cristo en la Tierra , el Santo Padre Benedicto, por la Divina Providencia Papa XVI, Servus servorum Dei, felizmente reinante, jamás ha pronunciado palabra alguna para perdonar a John Lennon de tan atrevidas palabras en contra de Nuestro Señor Jesucristo.
Lo que sucedió hace unas semanas es que el diario «L’Observatore Romano», órgano oficial de la Santa Sede , publicó una nota periodística por la que se daba a conocer que nuestro Beatísimo Padre, Su Santidad Benedicto XVI, hombre culto, par excellence, y de una inigualable erudición y sapiencia, profirió un comentario irónico sobre Lennon, al afirmar que: «…después de muchos años suena tan sólo como una fanfarronada de un joven de clase trabajadora de Inglaterra que tuvo que afrontar el éxito inesperadamente, después de haber crecido además con la leyenda de Elvis Presley y del rock».
Estas declaraciones de un Sumo Pontífice culto, como lo es el actual Obispo de Roma, no son para nada un perdón pontifical ni mucho menos y por eso, ese artículo espantoso sobre los Beatles que Aguilar ha escrito parece mas bien terminar abruptamente, con una expresión inconclusa, como si luego de ella hubiere estado escrito alguna otra barbaridad propia de un individuo ignorante supino y tenebroso.
Por otro lado, en la publicación siguen incluidos algunos sitios culturales que fungen de galerías y museos sin serlos, los cuales han ingresado a la Agenda cultural gracias a la astucia de ciertos personajes de la urbe que pretenden, todo el tiempo, utilizar esta publicación para beneficio personal, sin que por ello importen los métodos de manipulación a la que recurren para constar en la Agenda cultural de Cuenca, a cambio de fotografías de la urbe con la que también empiezan a aparecer como fotógrafos sin serlo.
Como ya es tradicional, en las efemérides del mes, otra vez se dicen cosas terribles: Escribieron que la nueva santa ecuatoriana Narcisa de Jesús ha muerto el 7 de diciembre de 1869, cuando en realidad murió el 8 de diciembre de 1869, en la festividad de la Inmaculada Concepción. Asimismo, consignaron que el 14 de diciembre es el Día Mundial de la Radio y la Televisión a favor de la Infancia, cuando en realidad ese día es el 12 de diciembre, por disposición de las Naciones Unidas, mientras señalan que el 18 de diciembre es el Día Internacional del Emigrante, siendo lo correcto Día Internacional del Inmigrante, pues así fue declarado por la ONU , mientras que, en la lengua castellana, no es lo mismo emigrante que inmigrante.
Señores concejales y Señor Alcalde: hay una cosa de Ripley que os deberá de causar hilaridad, ad summum, cuando en la guía de eventos escribieron que el 23 de diciembre a las 22:00 se celebra la Misa de Gallo de Noche Buena. ¿Desde cuándo? Que se sepa, la Noche Buena es el 24 de diciembre y la Misa de Gallo a las 00:00 del día 25, que es el propio día de la festividad de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo.
Finalmente existe un curioso colofón para la Agenda cultural del mes de diciembre, que no podemos obviarlo en nuestra crítica: En la contraportada de la publicación escribieron un ridículo pie de foto que ilustra la fotografía de la contratapa y dice: «Peatones caminando junto a construcciones majestuosas de la calle Bolívar: patrimonio tangible e intangible de Cuenca».
¿Será posible que los autores de la Agenda cultural no sepan distinguir lo que es el patrimonio intangible de la urbe? ¿Desde cuándo los peatones, la gente que camina por las calles, constituyen el patrimonio intangible?
El patrimonio intangible de una urbe patrimonial no es la gente que camina por las calles de Cuenca sino todo aquello que engloba a las lenguas, las tradiciones orales, los ritos, el folklore o la música de la comunidad. El patrimonio intangible es también la literatura que se guarda en los libros antiguos que reposan en las bibliotecas y centros de documentación de ciertas universidades de Cuenca, en donde «técnicas restauradoras» de dudosa reputación moral están llevándose a sus casas para ofrecerlos de venta en el mercado negro, sin darse cuenta que con ello atentan en contra del Patrimonio Cultural de Cuenca, la «Atenas del Ecuador» y ciudad afecta a las grandes manifestaciones del espíritu.
Cumplo con mi deber de escritor castizo y hombre de letras para haceros notar estas inaceptables equivocaciones que avergüenzan a los escritores honestos y a los ciudadanos cultos del país y del mundo y espero entonces, Señor Alcalde y señores concejales, que se tomen medidas pertinentes para que la Agenda cultural de la ciudad de Santa Ana de los Ríos de Cuenca sea mejorada y elaborada con decoro y que a partir del mes de enero del nuevo año 2009 sea editada de forma más profesional, a fin de evitar que el prestigio de Cuenca como ciudad «Atenas del Ecuador» y «Patrimonio Cultural de la Humanidad » sea mancillado a causa de una publicación que no glorifica a la cultura de la morlaquía y que mas bien la infama in honorem ignorantia et cum terribilis admirationem.
His cum bonae voluntatis, virtutum exemplari, veneranda atque imitanda, Pax Christi,
Diego Demetrio Orellana
COMISIONADO PROVINCIAL DEL FIDEH AZUAY
Datum Concha, ad initium mensis decembris, die VIII, currentis Anno Domini bismillesimo octavae, in sollemnitate I. Conceptionis B. Mariae Virginis, Regina sine labe originali concepta.
La verdad histórica es que se considera que Peralta nació en 1855 y cuando García Moreno murió asesinado, en agosto de 1875, aquel recién tenía 20 años cumplidos y estaba fuertemente comprometido con el partido conservador. Por lo tanto, Peralta no era un liberal radical desde muy joven, tanto así que a sus 20 años era miembro del «Liceo de la Juventud », fundado por el P. Julio María Matovelle, uno de los más grandes conservadores de la época. Dos años después, en 1877, funda ciertamente, con el conservador Vicente Alvarado, el periódico «El Deber», en donde escribía artículos religiosos y apologéticos de nuestra Santa Madre Iglesia y defendía a la religión Católica, Apostólica y Romana. La conversión de Peralta a la ideología liberal vino después del año 1877, cuando emigra a Guayaquil y toma contacto con varios libros históricos y filosóficos de autores que en Cuenca eran imposibles de conseguir y sobre todo, cuando lee la Historia Eclesiástica del Baron Henrion, formando, mutatis mutandis, un criterio nuevo y heterodoxo hacia el año 1880.
En la página 14 escribieron otra infamia en contra de Peralta, cuando al hablar de los periódicos fundados por él, manifiestan, ad peddem litterae, lo siguiente: «…Larga es la lista: desde el Escalpelo de 1887, hasta el Rebenque de 1896… y luego La Libertad , en donde aparece su seudónimo de Ayax…».
Estos datos son falsos ya que el periódico « La Libertad », en donde, en efecto, Peralta popularizó su seudónimo «Ayax», apareció en julio del año 1888 y no después de 1896 como erradamente se consigna.
En la misma página 14, se dice después: «…Luego aparece, en 1895, la Razón , en que combate a la clerecía, con artículos como «Raza de víboras»…, después aparecen El Optorama, La Regeneración , El Atalaya y el Constitucional, escrito en Quito».
Lo que acabo de transcribir, de verbo ad verbum, es nuevamente un absurdo, debido a lo ilógico de esta cronología, mientras el texto inmediatamente precedente contiene más falsedades por dos razones objetivas: «Raza de Víboras» no es un artículo de Peralta sino una obra completa, aparecida por entregas, y el periódico «El Constitucional» nunca fue fundado después de 1895, como equívocamente escribieron, sino que Peralta lo creó en el año de 1889, seis años antes de la Revolución Liberal y fue aquí cuando justamente, en aquel año, surgió una terrible polémica con el entonces canónigo e historiador de la República , Federico González Suárez; quien, al leer los escritos de Peralta en «El Constitucional», escribió una rectificación en la que acusó a Peralta de haber plagiado al célebre tratadista Francisco de Paula Vigil, al citar tres o cuatro pensamientos de un padre de la Iglesia, mencionados en las obras de aquel.
Las acusaciones del benemérito historiador de la República y dignísimo Arzobispo de Quito son, dada la seriedad del ilustre historiador ecuatoriano y su integérrima honestidad intelectual, una mancha indeleble en la vida de José Peralta y más allá de su alta valía intelectual, esta circunstancia ha hecho que en la actualidad muchos escritores ecuatorianos concluyamos que este desliz del entonces joven Peralta debe entenderse como fruto de los naturales devaneos de la juventud del ilustre y polémico liberal de nuestra Patria.
En la página 15 de la Agenda cultural encontramos una nueva infamia en contra del célebre liberal cuando escribieron adversas veritatis splendor: «José Peralta…. tiene a su haber numerosas obras políticas y literarias, que son ejemplo de dignidad y rebeldía: «El magisterio monástico», «La venta del territorio nacional», «Por la verdad y la Patria »…»
Aquí hay un error tremebundo, pues Peralta nunca escribió una obra llamada «El magisterio monástico». Creemos que quizás se quieren referir a una célebre obra anticlerical que Peralta la llamó «El monaquismo», que constituye uno de sus clásicos, siendo admirable la falta de acuciosidad para investigar las cosas.
Al final de este vergonzoso trabajo se dice contra veritas: «…José Peralta mantuvo una enconada lucha contra Leonidas Plaza Gutiérrez, el asesino de los dirigentes de la Revolución Alfarista …, contra Manuel J. Calle, apologista y defensor del placismo, y contra Federico González Suárez, al que acusa de haber tenido una «conducta ambigua y nebulosa» frente al Crimen del Ejido, y «porque, triunfante el General Plaza, este Arzobispo llegó a convertirse en su apasionado defensor, en el más firme apoyo y antemural del gobierno más opresor y deshonroso que haya podido tener nuestra desventurada República».
Nada mas falso que lo manifestado, en donde vuelven a cometer un absurdo en contra de la lógica: primero, porque cuando el 28 de enero de 1912, Alfaro fue arrastrado por las calles de Quito, el ilustre Arzobispo estaba ya en sus últimos años de vida y más allá de que haya obviado intervenir para pacificar a la turba que arrastró a Alfaro, jamás optó por volverse un placista para ser el apoyo del gobierno más opresor y deshonroso que haya podido tener nuestra desventurada República, como se afirma en la Agenda , pues el eminente historiador ecuatoriano, en su edad provecta, se caracterizaba por imprimir en su carácter una prudencia admirable, in persona Christi sicut sanctus sacerdos, que lo encumbraba como un ser neutral, pues las pasadas épocas de feroz anticlericalismo ya eran historia para aquel entonces.
Estas informaciones atentatorias en contra de la Historia reflejan la falta de profesionalismo para verificar las fuentes que se consultan y confrontarlas con la verdad histórica, a fin de darlas a conocer, coram populo, con credibilidad. Este modus actuandi de los editores de la Agenda cultural de Cuenca deja en evidencia la falta de rigor científico y metodológico para escribir y publicar artículos que pretenden ilustrar a los lectores, pero que devienen en horrorosos atropellos a la historia de nuestros hombres célebres, a los que no se los debe irrespetar de esta manera. No obstante, para disfrazar la mala investigación, se escudan en un nombre: Alfonso Murriagui.
7. Como la Agenda cultural de Cuenca recibe mensualmente severas críticas de la gente culta del Ecuador que se escandaliza de estos crasos errores, en la página de créditos de la publicación, los editores de la Agenda cultural de Cuenca encontraron una fórmula curiosa para que la Dirección de Cultura del Ayuntamiento cuencano se lave definitivamente las manos frente a los deslices y dislates que se escriben, urbi et orbi, en la publicación, pues han consignado la siguiente advertencia: «…Las opiniones publicadas en la Agenda son de exclusiva responsabilidad de sus autores, y no comprometen la política editorial de la institución».
Tota calamitas omnes molestias habet/ Toda calamidad está llena de molestias. Esto ya es el colmo de la irresponsabilidad con la que se realiza esta publicación, pues una advertencia de esta naturaleza tiene sentido pleno, para un editor honesto y responsable, cuando los ensayos que se publican en una obra son artículos de opinión y no cuando, como en este caso, constituyen trabajos en los que la pésima investigación que los sustenta obliga a que, previo a la edición de la publicación, se rechacen, ipso facto, por estar mal realizados.
Ese filtro sólo lo puede cumplir un editor o editora que verifica los trabajos que se presentan y detecta que no sirven para ser publicados, por los que lo rechaza o los desecha; pero incluirlos en la Agenda cultural y escudarse en esta especie de «lavatorio de manos» es ocultar la ignorancia crasa, supina, tenebrosa e invencible de quien funge como editor de la Agenda cultural; quien, al parecer, no tiene la capacidad ni la formación intelectual para editar una publicación de esta naturaleza, la cual debería glorificar a la urbe, precautelando su prestigio de ciudad en donde se cultivan las manifestaciones del espíritu.
La pregunta lógica que debemos formularnos, Señor Alcalde y señores concejales, es la siguiente: ¿No será mejor despedir a quien está infamando de la manera más vil a la «Atenas del Ecuador» con una publicación que avergüenza a la gente culta del país y del extranjero que recibe, mes a mes, una Agenda cultural pletórica de datos falsos y ofensas en contra de la historia y la cultura? ¿O de una vez por todas, se sanciona de manera ejemplar a este tipo de funcionarios que no pueden editarla in honorem urbis et cum accurata diligentia?.
Pero las barbaridades no concluyen allí, pues en la Agenda cultural se han escrito otras cosas infamantes como las siguientes: En la página 55, al hablar de la iglesia de Santo Domingo, se dice: «El Hermano Enrique Mideros se encargó de la decoración del templo con sus famosos murales y cuadros que se conservan hasta la actualidad…»
Lo dicho es parcialmente cierto, pero no hay razón cuando se afirma que los cuadros que se hallan en la iglesia son de Mideros, pues dichos óleos, que son concretamente 15 y representan a los misterios del Santo Rosario, fueron elaborados en la época colonial por autores anónimos y constituyen parte de los tesoros coloniales con que cuenta este templo varias veces remodelado en más de cuatro centurias.
En la página 58, Janeth Anastasia Molina Coronel, al hablar de los sesenta años de la Declaración de Derechos Humanos, afirma más allá de la mala redacción de su texto: «…las atrocidades cometidas durante la segunda guerra mundial, que dejaron como saldo 55 millones de muertos y desaparecidos».
El dato es terriblemente falso cuando los más serios historiadores de los últimos tiempos, entre los que cabe citar a Shôwa Fujiwara, John Keegan, Anthony Beevor, Jon Parshall o Gerhard Weinberg, a base de precisas estadísticas, han señalado que durante esa conflagración mundial murieron al menos 60 millones de personas, de las cuales 6 millones fueron judíos.
En la página 83, en un artículo de Rodrigo Aguilar Orejuela, se escriben nuevamente cosas falsas sobre nuestra ciudad, denotando un desconocimiento absoluto sobre la urbe por parte de este ciudadano natural de la ciudad de Esmeraldas. En efecto, allí se dice lo siguiente: «Los Escarabajos de Liverpool (o sea los Beatles) nunca estuvieron en Cuenca. En la época en que sus acordes y melenas (década de los años 60 del siglo XX) conmocionaban hasta la histeria a los jóvenes de gran parte del mundo occidental, la capital azuaya era aún una pequeña urbe perdida en los Andes, repleta de iglesias y calles con nombres de curas por todas partes…».
Esto es inadmisible y constituye un ex abrupto inaceptable y una ignominia en contra de Cuenca, puesto que en la década de 1960 ya estaban prácticamente configurados los actuales nombres de las calles del Centro Histórico de Cuenca, el cual tiene 200 hectáreas y tan sólo 16 templos en toda su amplia superficie. En todo este perímetro se encuentran 14 calles, de norte a sur, entre la Rafael María Arízaga y la Calle Larga y de sus respectivos nombres, sólo uno corresponde a un sacerdote: Alfonso Jerves; mientras que existen 16 calles de este a oeste, entre la Manuel Vega y la Miguel Heredia , de cuyos nombres apenas 3 corresponden a religiosos: Hermano Miguel, Padre Aguirre y Estévez de Toral.
¿Cómo puede afirmar el ciudadano natural de la ciudad de Esmeraldas y bautizado con el nombre de Rodrigo Aguilar Orejuela, que Cuenca está repleta de calles con nombres de curas por todas partes, cuando de un universo de 30 calles, apenas 4 de ellas tienen nombres de religiosos, mientras que las 26 restantes han sido bautizadas con nombres de laicos, masones y hasta ateos de la morlaquía? ¿No significa esto que el mencionado ciudadano Aguilar nada sabe de nuestra urbe patrimonial, a la cual ofende todo el tiempo en la Agenda cultural del Ayuntamiento cuencano, con deducciones abstrusas, absurdas, ilógicas y faltas de todo sustento? ¿Y cuál es el crimen de que sólo cuatro de esas 30 calles tengan nombres de curas como dice Aguilar, si se trata de eminentes cuencanos que han glorificado a la urbe con sus escritos e investigaciones, al contrario de lo que hace Aguilar en todo el tiempo: atropellar y alterar a la historia y la cultura de nuestra urbe.
Pero el desconocimiento no es sólo con asuntos de la morlaquía, sino también con las noticias de la actualidad, cuando al final de semejante artículo Aguilar afirma, al hablar de John Lennon: «…Hace poco se supo además, que el papa había perdonado a Lennon por sus declaraciones de hace 42 años, contra el cristianismo».
Al respecto, habré de decir que Aguilar no sólo escribe «Papa» con minúscula, violando las normas ortográficas de la lengua de Castilla, sino que desconoce que el Vicario de Cristo en la Tierra , el Santo Padre Benedicto, por la Divina Providencia Papa XVI, Servus servorum Dei, felizmente reinante, jamás ha pronunciado palabra alguna para perdonar a John Lennon de tan atrevidas palabras en contra de Nuestro Señor Jesucristo.
Lo que sucedió hace unas semanas es que el diario «L’Observatore Romano», órgano oficial de la Santa Sede , publicó una nota periodística por la que se daba a conocer que nuestro Beatísimo Padre, Su Santidad Benedicto XVI, hombre culto, par excellence, y de una inigualable erudición y sapiencia, profirió un comentario irónico sobre Lennon, al afirmar que: «…después de muchos años suena tan sólo como una fanfarronada de un joven de clase trabajadora de Inglaterra que tuvo que afrontar el éxito inesperadamente, después de haber crecido además con la leyenda de Elvis Presley y del rock».
Estas declaraciones de un Sumo Pontífice culto, como lo es el actual Obispo de Roma, no son para nada un perdón pontifical ni mucho menos y por eso, ese artículo espantoso sobre los Beatles que Aguilar ha escrito parece mas bien terminar abruptamente, con una expresión inconclusa, como si luego de ella hubiere estado escrito alguna otra barbaridad propia de un individuo ignorante supino y tenebroso.
Por otro lado, en la publicación siguen incluidos algunos sitios culturales que fungen de galerías y museos sin serlos, los cuales han ingresado a la Agenda cultural gracias a la astucia de ciertos personajes de la urbe que pretenden, todo el tiempo, utilizar esta publicación para beneficio personal, sin que por ello importen los métodos de manipulación a la que recurren para constar en la Agenda cultural de Cuenca, a cambio de fotografías de la urbe con la que también empiezan a aparecer como fotógrafos sin serlo.
Como ya es tradicional, en las efemérides del mes, otra vez se dicen cosas terribles: Escribieron que la nueva santa ecuatoriana Narcisa de Jesús ha muerto el 7 de diciembre de 1869, cuando en realidad murió el 8 de diciembre de 1869, en la festividad de la Inmaculada Concepción. Asimismo, consignaron que el 14 de diciembre es el Día Mundial de la Radio y la Televisión a favor de la Infancia, cuando en realidad ese día es el 12 de diciembre, por disposición de las Naciones Unidas, mientras señalan que el 18 de diciembre es el Día Internacional del Emigrante, siendo lo correcto Día Internacional del Inmigrante, pues así fue declarado por la ONU , mientras que, en la lengua castellana, no es lo mismo emigrante que inmigrante.
Señores concejales y Señor Alcalde: hay una cosa de Ripley que os deberá de causar hilaridad, ad summum, cuando en la guía de eventos escribieron que el 23 de diciembre a las 22:00 se celebra la Misa de Gallo de Noche Buena. ¿Desde cuándo? Que se sepa, la Noche Buena es el 24 de diciembre y la Misa de Gallo a las 00:00 del día 25, que es el propio día de la festividad de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo.
Finalmente existe un curioso colofón para la Agenda cultural del mes de diciembre, que no podemos obviarlo en nuestra crítica: En la contraportada de la publicación escribieron un ridículo pie de foto que ilustra la fotografía de la contratapa y dice: «Peatones caminando junto a construcciones majestuosas de la calle Bolívar: patrimonio tangible e intangible de Cuenca».
¿Será posible que los autores de la Agenda cultural no sepan distinguir lo que es el patrimonio intangible de la urbe? ¿Desde cuándo los peatones, la gente que camina por las calles, constituyen el patrimonio intangible?
El patrimonio intangible de una urbe patrimonial no es la gente que camina por las calles de Cuenca sino todo aquello que engloba a las lenguas, las tradiciones orales, los ritos, el folklore o la música de la comunidad. El patrimonio intangible es también la literatura que se guarda en los libros antiguos que reposan en las bibliotecas y centros de documentación de ciertas universidades de Cuenca, en donde «técnicas restauradoras» de dudosa reputación moral están llevándose a sus casas para ofrecerlos de venta en el mercado negro, sin darse cuenta que con ello atentan en contra del Patrimonio Cultural de Cuenca, la «Atenas del Ecuador» y ciudad afecta a las grandes manifestaciones del espíritu.
Cumplo con mi deber de escritor castizo y hombre de letras para haceros notar estas inaceptables equivocaciones que avergüenzan a los escritores honestos y a los ciudadanos cultos del país y del mundo y espero entonces, Señor Alcalde y señores concejales, que se tomen medidas pertinentes para que la Agenda cultural de la ciudad de Santa Ana de los Ríos de Cuenca sea mejorada y elaborada con decoro y que a partir del mes de enero del nuevo año 2009 sea editada de forma más profesional, a fin de evitar que el prestigio de Cuenca como ciudad «Atenas del Ecuador» y «Patrimonio Cultural de la Humanidad » sea mancillado a causa de una publicación que no glorifica a la cultura de la morlaquía y que mas bien la infama in honorem ignorantia et cum terribilis admirationem.
His cum bonae voluntatis, virtutum exemplari, veneranda atque imitanda, Pax Christi,
Diego Demetrio Orellana
COMISIONADO PROVINCIAL DEL FIDEH AZUAY
Datum Concha, ad initium mensis decembris, die VIII, currentis Anno Domini bismillesimo octavae, in sollemnitate I. Conceptionis B. Mariae Virginis, Regina sine labe originali concepta.
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