Febrero tiene un singular origen etimológico in historia mundi et in lingua latina semper amata pues la palabra proviene de las februa, en las festividades romanas llamadas Lupercales, que era el festival de la purificación in Roma antiqua et aeterna. Concordet historica veritas, en la Antigua Roma los sabinos celebraban una fiesta anual de purificación bautizada como februa (de februum, una especie de correa), en una fecha que hoy identifícasela como el 15 de febrero. Luego de la fundación de Roma y el desarrollo del Imperio Romano adoptóse el nombre de las fiestas februas para bautizar el mes en que aquellas tenían lugar, fiestas que, in antiqva historia romana, eran también las últimas del año, pues el año romano empezaba en el actual 1 de marzo.
Febrero es el segundo mes del año, de acuerdo con
el calendario gregoriano. Su particularidad es sui
generis, pues es el único que tiene 28 días. Exceptis
excipiendis, este mes tiene 29 días, cada cuatro años, cuando celébranse
los años bisiestos. In
historia mundi, solo en tres ocasiones, a lo largo de los tiempos, ha habido un
30 de febrero.
Cuéntase en la historia que Suecia
seguía el calendario juliano hasta el siglo XVII, mas a partir del año 1700
omitiría un día anualmente para adoptar el calendario gregoriano en 1710. Con
este fin, al año 1700 se le quitó un día, pero nunca más volvióse a aplicar la
reducción provocando que existiesen 10 días de retraso frente al calendario
gregoriano que Europa habíalo adoptado desde el año 1582, mientras adelantábase
un día al calendario juliano.
Así, prodújose una gran confusión hasta
el año 1712 cuando hubo dos días bisiestos, pues febrero tuvo un 30
de febrero en este año en el país nórdico. Ese día correspondió al 29 de
febrero del calendario juliano y al 1 de marzo del calendario gregoriano. Sin
embargo, la confusión crecía, diem per diem, bajo este
sistema y al final Suecia terminó adoptando el calendario gregoriano en el año
del Señor de 1753.
En la Revolución Francesa adoptóse
también un calendario revolucionario por el que febrero llegó a tener 30 días,
debido a que de acuerdo con los revolucionarios franceses cada uno de los meses
del calendario libertario contaban con 30 días. Mas esto no pudo
imponerse super orbis terrarum y así el intento galo de
unificación del calendario quedó trunco luego de 14 años, puesto que adoptóse
por la Convención Nacional en el año del Señor de 1792 y empleóse hasta el año
del Señor de 1806 cuando Francia retornó al calendario gregoriano, ya que
Napoleón Bonaparte, contrario a las ideas republicanas, abolió este
revolucionario invento para que Francia retornara al calendario gregoriano a la
medianoche del 10 del mes llamado nivoso del año XIV, que correspondió, a
similis, al 31 de diciembre de 1805, como una oportuna coyuntura para eliminar
los signos de la democracia republicana que la revolución habíalos
proclamado in honorem libertatis.
Asimismo la Unión Soviética introdujo en el año 1929 un calendario
revolucionario por el que cada mes tenía 30 días. Como sobraban cinco días,
anualmente, y seis días en los años bisiestos, estos días dedicáronse a la
celebración de festividades nacionales que no eran parte del calendario stricto
sensu, pero que lo complementaban para no desfasarse en el tiempo
con el calendario gregoriano de Occidente. Ad
experimentum, este invento ruso solo duró en 1930 y 1931 pues en el
año del Señor de 1932 los meses volvieron a ser como siempre han sido de
acuerdo al calendario gregoriano.
Ad futuram, usque ad consummationem saeculi, calcúlase que en el año 3344 habrá otro 30 de
febrero debido a que el calendario gregoriano desfásase en un día cada 3.300
años y es en aquel caño cuando dicho día de retraso habrá de compensarse
añadiéndolo a febrero.
En nuestra cultura hispana, con la
maravillosa lengua de Castilla, febrero acopió per se curiosos
dichos y refranes populares que lo definen in stricta veritas y
que desde la Madre Patria traspasáronse allende los mares gracias a la
sabiduría popular in vita communitatis. Así, los más famosos
dichos proferidos desde antaño como hogaño han sido variopintos y
curiosos in extremis:
«Febrero, frío o templado pásalo
arropado»
«Agua de febrero, llena el granero»
«Por San Blas (3 de febrero), tus ajos
sembrarás»
«Mal año espero, si en febrero anda en
mangas de camisa el jornalero».
«En febrero sale el oso del osero».
«En febrero, corre el agua por
cualquier reguero».
«Cuando no llueve en febrero no hay
buen prado ni buen centeno».
«Avena en Febrero, llena el granero»
«El viento por S. Matías (24 de
febrero) reina 40 días».
«Si hiela por San Blas (3 de febrero),
30 días mas».
«Si febrero viene de aguas, habrá
pastos y habrá parvas».
«Por febrero florece el romero»
«Por San Matías (24 de febrero), cantan
los pájaros sus gallardías».
«Ten el invierno por pasado si ves a
febrero empapado».
«En febrero, siete galgos a un lebrero,
y en mayo, siete lebreros a un galgo»
«Si no lloviere en febrero, ni buen
prado, ni buen centeno».
«En febrero, mes cebadero, y cabrito en
caldero»
Diego Demetrio Orellana
In Concha, ad initium
mensis februarii, die primus, currentis Anno Domini MMXXIII, Octava III
Dominica post Epiphaniam
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