martes, 14 de febrero de 2023

DEL RESPETO EN LA AMISTAD IN VITA SOCIETATIS

«DE RESPECTUM IN AMICITIA»
«SOBRE EL RESPETO EN LA AMISTAD»


Respectum, ante omnia, virtutum exemplaris est/ El respeto, ante todo, es una virtud ejemplar en quienes poséenlo como uno de los baluartes en los que erígese una auténtica amistad, en una época en que han perdídose los valores intangibles de la vida. Así, el «respectum» o «respeto» no es más que el miramiento, la consideración y la cortesía que débense a los amigos. Es, por lo tanto, uno de los atributos más valiosos de la amistad pues como consecuencia directa devienen consustanciales tanto la reverencia como la alta estimación para que la amistad fortifíquese de profundis inter nos.

 


La experiencia nos confirma que la amistad iníciase con la simpatía, que es un requisito sine qua non para caerse bien entre las personas, siendo las afinidades las que hacen que las amistades solidifíquense en fraternales vínculos, in communio caritatis o en comunidad de amor. A poco de amistarse las personas genérase el aprecio que, en proporcional manera con la simpatía y las afinidades, consolídase con las acciones pues los hechos hablan más que mil palabras en las auténticas amistades. Si la reciprocidad en sentimientos y acciones es mutua la amistad es perfectísima, pues el ejercicio de dar y recibir consúmase en el compartimiento de vivencias que incitan al crecimiento personal y a la «tranquilitas in ordinis» o «tranquilidad en el orden» si así pudiésemos decir para definir a la «summa perfectionis» de una amistad verdadera.

 

Cuando existe respeto todas las acciones que realízanse están dirigidas a venerar a las personas sin que puédase atentar en contra de su dignidad, ni ofenderla, denigrarla, vilipendiarla o ultrajarla. Así surge pues una especial deferencia inter amicos o entre amigos pues la consideración duplícase a causa del respeto que llévanos a aceptar a las personas sin pretender que sean como nosotros quisiéramos que fueran. Y ESTO ES VÁLIDO SOBRE TODO CUANDO RESPÉTASE EL DERECHO DE LOS AMIGOS A PENSAR DIFERENTE. Sin el respeto al pensamiento ajeno es imposible hablar de amistad auténtica porque es en la diversidad donde surge la unidad. Por eso es que desde inmemoriales tiempos ha díchose con acrimonia: «UNITAS IN DIVERSITATE/ UNIDAD EN LA DIVERSIDAD».

 


Este es un aspecto vital para la verdadera amistad y la convivencia entre los seres humanos. Y así, del respeto surgen otros importantes valores como la confianza y la fidelidad o lealtad que interrelaciónanse per se en la «amistad verdadera». Dígase entonces, in via claritatis, que la plataforma en la que crecen las auténticas amistades confórmase del respeto y la confianza y si socávanse todo concluye en un final catastrófico al que llégase con agravios y perfidias que destruyen implosivamente la «collegialitas affectiva» o «colegialidad afectiva» de una fraternal relación. Así pues, en el instante en que los ultrajes devienen aviesamente avasalladores una amistad que devélase falsaria concluye ipso facto con la desazón que implica la pérdida de lo intangible. Mas cuando la confianza piérdese nunca recupérasela y nada será como antes aún a pesar de eventuales reconciliaciones. Nietzche pensaba que la confianza no recupérase jamás y a uno de sus antiguos amigos, supuestamente arrepentido por los agravios con los que destruyó una sui generis relación, le escribió unas palabras lapidarias y tintineantes que transcribímoslas in scriptis: «Lo que me molesta no es que me hayas mentido, sino que de ahora en adelante ya nunca podré confiar en ti».

 


Por ello, cuando la confianza y el respeto piérdense es imposible volver a confiar en quienes fueron amigos, por más remisión de culpas que puédase mostrar, puesto que el incisivo puñal de la traición aparecerá redivivo como si la herida volviérase a producir con el febricitante dolor de la tragedia in historia mundi, hodie et nunc et semper et in saecula saeculorum. 

Diego Demetrio Orellana

Datum Conchae, mensis februarii, die XIV, reparata salute Anno Dominicae Incarnationis MMXXIII, octava Dominica in sexagesima.

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