viernes, 29 de julio de 2016

AD MAIOREM DEI GLORIAM: UN POSTRE JESUITICO DE INMORTAL INFLUENCIA





In vesperas sollemnitate Sancte Ignatius/ En vísperas de la solemnidad de San Ignacio, queremos compartir, desde este espacio de CRÍTICA Y OPINIÓN CULTURAL, un postre salmantino de vieja solera y tradición in hispánica patria, el cual demuestra urbi et orbi, la gran influencia que los jesuitas han tenido in omnia Terra incluso en el ámbito de la Gastronomía, con la cocina y la repostería.


Amigos de la buena mesa, al parecer, en Salamanca volvióse legendario ad futuram rei memoriam un exquisito postre conocido con el nombre de «JESUITAS RELLENOS DE CREMA», el cual  debe la razón de su bautizo, secundum traditio/ según la tradición, al hecho de que fue un jesuita quien lo inventó in antiqua Hispania y, a pesar de que en 1767 aconteció la expulsión de la Compañía de Jesús de todos los dominios de la corona española, por la Pragmática Sanción del rey Carlos III, la delicia jamás perdióse en la ciudad excelsa de Fray Luis de León.


Por ello, «COMO DECÍAMOS AYER», por citar, stricto sensu, la famosa frase célebre con la que el ilustre escritor castizo del Siglo de Oro de la lengua de Castilla retornaba a las aulas universitarias de la Universidad de Salamanca después de haber pasado la todopoderosa Inquisición Española, digamos hoy que los llamados «JESUITAS RELLENOS DE CREMA» siguen siendo una deliciosa golosina de la repostería salmantina que pervive in aeternum como muestra fidedigna de la influencia jesuitica ejercida en todos los campos del conocimiento ad maiorem Dei gloriam. Ergo, los «JESUITAS RELLENOS DE CREMA» están elaborados a base de una masa de hojaldre y un relleno de crema pastelera, teniendo ut supra/ en la parte superior una capa de almendras fileteadas en láminas.

El postre, Deo gratias, es un manjar exquisito que vuélvese apropiado para degustarlo acompañado de una taza de café o chocolate luego de una sabrosa comida, evocando a los hijos de San Ignacio de Loyola, aventureros, cultos e intrépidos para haber incursionado, sicut cervus ad fontes/ como el ciervo a las fuentes, en diversos campos de la cultura, dejando siempre una luminosa estela que refulge esplendorosa, sicut lumen in coelum/ como luz en el cielo, en el horizonte cultural de muchas regiones de la Tierra a donde llevaron sus afanes y sus sueños in historia mundi.


Y justamente, a fortiori, esa universalidad de la Compañía de Jesús, que hace de la orden religiosa su característica esencial en la propagación del reino de Cristo, buscando su mayor gloria, pervive rediviva ad initium tertio millenio en muchas regiones del planeta, adaptándose versátilmente a los diferentes contextos culturales. Por ello, es curioso, ad exemplum, que los «JESUITAS RELLENOS DE CREMA» adopten una interesante variación en Portugal, la antigua Lusitania in Roma antiqua, donde este delicioso postre rellénase de otros ingredientes que satisfacen siempre a los más exigentes paladares, elementos entre los que cabe citar al chorizo o el jamón, haciendo que la sabrosura de este producto de repostería no pierda su especial atractivo, más allá de su nombre jesuitico que recuérdanos que todo es ciertamente para la glorificación eterna del Señor, Providentissimus Deus, sicut dixit Sancte Ignatius, primus Praepositus Generalis Societatis Iesu.

OMNIA AD MAIOREM DEI GLORIAM

Diego Demetrio Orellana
Datum Concha, super flumina Tomebamba, die XXX, currentis Anno Domini MMXVI, in vesperas sollemnitate Sancte Ignatii Loyola, in Anno Misericordiae.



POST SCRIPTUM: Publicamos, hic et nunc/ aquí y ahora, la exquisita receta de los «JESUITAS RELLENOS DE CREMA»

                PARA LA MASA:
•             100 gr Manteca
•             250 gr Harina
•             8 gr Sal
•             35 gr Levadura química
•             60 gr Maicena
•             1 ud Huevo
•             60 ml Leche
•             30 gr Azúcar glasé
•             30 gr Almendra laminada
•             Para la crema pastelera:
•             500 ml Leche
•             1 ud Vainilla en vaina
•             125 gr Azúcar
•             40 gr Maicena
4             unidades Yema de huevo

Comenzamos mezclando los ingredientes secos y le agregamos la manteca y deshacemos todo con una varilla hasta que quede granulado. Luego agregamos la yema y la leche amasando levemente. Espolvoreamos con la maicena y amasamos como si fuese una especie de hojaldre. Dejamos descansar por unos 10 minutos.

Ahora batimos la clara con el azúcar impalpable. Batimos levente solo para que los ingredientes se unan.

Engrasamos una placa de horno y extendemos la masa y dividimos en dos. Una de las partes las cubrimos con la clara y el azúcar glasé y ponemos unas cuantas almendras laminadas por encima. Las llevamos en la misma placa al horno por unos 10 minutos y 200ºC, hasta que la cubierta esté crocante, retiramos del horno y dejamos que enfríe. Entonces escudillamos la crema pastelera, ya fría, por encima de la masa sin en crocante, y tapamos con la masa crocante.

Para la crema pastelera:

En un cazo ponemos la leche junto con la vaina de vainilla, que habremos abierto a lo largo. Llevamos a ebullición, retiramos y reservamos. En un bol mezclamos el azúcar, las yemas y la fécula de maíz. Con unas varillas mezclamos todo hasta que quede perfectamente ligado.

A la mezcla anterior echamos poco a poco la leche sin dejar de remover. Una vez todo unido lo ponemos a fuego lento, removiendo constantemente hasta que espese. Retiramos y dejamos enfriar cubriendo con film transparente la superficie.

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