Admirabilis in conchensis urbe,
las plantas que adornan los rincones y espacios urbanos de Cuenca son
espectaculares y delinean el paisaje natural de la ciudad cargada de alma en múltiples
sitios que a veces son desapercibidos para la gente que vive estresada por el
tráfago de la vida citadina. Ad exemplum, en la calle Hermano
Miguel, frente al museo del monasterio de las Conceptas, uno de los balcones
cuencanos más bonitos de la capital de la morlaquía posee una vigorosa planta
de Ficus, de aproximadamente una década de vida, que es el atractivo especial
de toda la manzana, junto con los infaltables geranios y hasta una medicinal
planta de cedrón que vislúmbranse sobre el tejado de la casa como si coquetearan
de felicidad en dicho natural espacio que es digno de un comentario in
honorem Conchae.
Sin embargo, esto ya es historia,
pues el día de hoy, martes 26 de julio, un desaprensivo ciudadano, con machete
en mano, destruyó atrabiliariamente, per fas et per nefas, este bello espécimen
vegetal sin importarle los años que deben pasar para que sea así de esplendoroso
y grande. Por ello, es cuestionable la falta de sensibilidad de ciertos
ciudadanos para atropellar a la naturaleza de la urbe ab irato, de la manera
más violenta y cruel, investidos, dentibus albis, de total insensatez
ante una planta que en nada molestaba sino fuera mas bien por adornar este singularísimo
rincón cuencano que admira a cuantos pueden contemplarlo ex admirationem in puris
naturalibus.
El resultado del ataque al Ficus
permite inferir la brutalidad con que actúan ciertos individuos cuando no existe
en ellos un sentido de la estética y una gran sensibilidad con las cosas más
sublimes que ensalzan los corazones. Este grito desgarrador ante tan infame
atropello sea un llamado a la conciencia, inter nos, para que la sensatez sea
la característica esencial de todo ciudadano para respetar a la ciudad y
cuidarla protegiendo, ex tota fortitudine, a sus especies
naturales que permiten justamente que Cuenca sea un jardín florido ab aeterno et in patria aequatorianae.
Diego Demetrio Orellana
In Concha, mensis Iulii, die XXVI, currentis Anno Domini MMXVI, in Anno
Misericordiae
Toda planta necesita una poda de vez en cuando, para mejorar su estética, la manera como quitaron las ramas es lo que molesta.
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