«Eres
España que canta en Cuenca del Ecuador» dícese en el cachullapi «Chola
Cuencana» para definir a Santa Ana de los Ríos de Cuenca. Y así
puédese inferir con certeza al mirar esta lumínica y esplendente fotografía de
la calle Santa Ana que, la verdad sea dicha, evoca permanentemente a un callejón
toledano que atibórrase de historia, mientras en un curioso ensamble de multicolor
algarabía descúbrense, sub specie instantis, policrómicos
paraguas que ábrense generosamente prodigando una pomposa vista de «la
ciudad cargada de alma» cual si fuese una urbe castiza de vieja solera que
respira historia y cultura in Hispania semper fidelis.
Así pues, las multicolores vistas de este ensamble de sombrillas en la calle Santa Ana muéstrannos la singular belleza de la capital de la morlaquía junto a su magnificente catedral que es per se como el excelso ícono de plena identidad dentro de la patria ecuatoriana a la hora de hablar de Cuenca como «Tesoro escondido de los Andes».
Las caleidoscópicas vistas de estos coloridos elementos prodígannos un dulce y fastuoso encanto para que Cuenca vuélvase ensoñadora y romántica hasta el paroxismo. Así, la calle Santa Ana conviértese ipso facto en un rincón donde parejas de amantes y amistosos circunstantes no desperdician la oportunidad de retratarse in perpetuum.
Sorprende, hasta los límites máximos de la estupefacción, cómo los lumínicos espectros que produce este dinámico juego de vívidos colores en la calle Santa Ana conceden a la Catedral de la Inmaculada una vista nunca antes vista, mientras sus paredes de ladrillo visto despliéganse, a ojos vista, como la plataforma precisa para que los curiosos parasoles reluzcan con vivificante atmósfera de vida y color in urbe nostra.
Hasta a la imagen marmórea de Santa Ana, patrona de la urbe, mírasela con nueva
faz y donaire cual si fuese de veras un ícono de singular presencia in
historia civitatis pues Cuenca, bajo su patrocinio, es también Santa Ana
de las Aguas y los paraguas así nos lo confirman in veritatis splendor.
Desde un equidistante ángulo del viejo edificio del seminario San Luis las vistas son grandilocuentes para observar con ánimo contemplativo esta escenográfica e iridiscente instalación de la calle Santa Ana en una lluviosa tarde marzal donde viandantes y circunstantes caminan sorprendidos del policrómico escenario en el que una película romántica móntase desde la cinematografía haciendo de la urbe un punto referencial para el filme internacional en sui generis espacios urbanos que encandilan el alma de todos cuantos pueden contemplarlos in via curiositatis.
Qué duda cabe que estas inusitadas y fortuitas vistas de la ciudad amada,
dentro de su histórica calle Santa Ana, confírmannos in spiritus et veritas
que Santa Ana de los Ríos de Cuenca, la capital de la morlaquía, no deja de ser
una urbe que canta y encanta, que sorprende y cautiva, que reluce y refulge
como ícono urbano de espectacular lindeza, ad omnes gentes, apud flumina Tomebamba, in
patria aequatorianae et in america meridionalis, quosque habemus grata
reverentia in communio caritatis.
Diego Demetrio Orellana
Datum Conchae, mensis martii, die XXVIII, reparata
salute Anno Dominicae Incarnationis MMXXII, octava Dominica de Laetare.
POST SCRIPTUM: Y aunque haya sido por el feminismo loco y desaforado que revolotea por la urbe haciendo de las suyas en contra de los buenos principios no puédese negar que también este experimento visual sobre el puente Mariano Moreno resulta atractivo inter nos et in via libertatis super flumina Tomebamba.
La belleza de Cuenca se acentúa con este gran artículo y la perfección de sus fotografías.
ResponderEliminarFelicitaciones. Jorge Suárez-Guayaquil
Verdadera belleza de artículo y de fotos que muestran a una Cuenca iluminada y esplendorosa.
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