In historia mundi, en el calendario gregoriano es el primer mes del año y tiene 31 días. Su nombre viene de la bella, culta y sempiterna lengua latina, en la cual identifícaselo como IANUARIUS. Esta palabra deriva del dios romano Janus o Jano, en Castellano, y a él estaba consagrado el primer mes del año in Roma aeterna
Jano es el dios del tiempo en la mitología romana y los ciudadanos de la Roma imperial invocábanlo diem per diem, cada día, por la mañana, motivo por el cual llámaselo también «Matutinus pater» o «Padre de la mañana». Se lo representaba como un sol pintado con dos rostros. Jano represéntase con dos caras, con las que mira hacia ambos lados y una de las siete colinas romanas adopt{o su nombre: El Janículo, monte con el que rendíase reverencia a este importante dios pagano.
Esa ambigüedad de las dos caras del dios Jano fue
representada incluso en las antiguas monedas romanas, en donde Jano es bifronte
y era considerado además como el dios de
las puertas, los comienzos, los portales, las transiciones y los finales. A
fortiori, esta fue la razón ciertamente, para que el primer mes del año
háyaselo dedicado en su memoria, mes cuyo nombre derivóse de Jano y en la
lengua de Castilla pasó desde el latín, donde es «Ianuarius» a «Janeiro»
y, post
factum, en la evolución de la lengua, de Janero a enero.
El dios Jano en una antigua moneda
Había una particularidad con este dios. Llamábaselo Jano
Patulsio (patulsius) cuando invocábaselo con la cara del dios que
ubicabáse delante de la puerta, mientras que la cara que oponíasele al otro
lado de la puerta era invocada como Jano Clusivio (clusivius). Ergo,
puédese columbrar así que los dos nombres citados dan cuenta de la doble
funcionalidad de este dios.
Según una leyenda, cuando los sabinos intentaron tomar el Capitolio, Jano hizo que brotara agua hirviente sobre los enemigos, con lo cual fueron repelidos. A causa de este providencial hecho los ciudadanos de la antigua Roma invocábanlo siempre al comenzar una guerra y pedían su protección durante el tiempo que durara mientras que las puertas de su templo estaban abiertas todo el tiempo para que acudiese en ayuda de la ciudad, pero si Roma estaba en paz entonces las puertas del templo cerrábanse.
A Jano atribúyesele la invención del dinero, la navegación y
la agricultura. Según los romanos, este dios aseguraba buenos finales. Ovidio,
ad
exemplum, en su tratado sobre los Fastos dice que Jano custodia el
Universo y es el padre de Fontus, dios de las fuentes, cascadas y pozos.
El dios Jano
Lingüisticamente, Jano representa a una persona hipócrita por
la doble cara con la cual devélanse aspectos muy disímiles entre sí. Albert
Camus, exempli gratia, concíbelo así en su novela «La caída».
En la sabiduría popular, como acontece con todos los meses
del año, nuestros antepasados patentaron ciertos dichos sobre enero, basados en
sus vivencias y el clima. Sin embargo, los vaticinios atmosféricos de enero son
caprichosos y gratuitos, como forzosamente han de serlo, ya que no se fundan en
la ciencia y la experiencia nos enseña siempre muy poco en materia de suyo tan
oscura. Los antiguos creían, por ejemplo, que los 12 primeros días del mes eran
fundamentales para determinar cómo habría de ser el clima de cada uno de los
meses del año. Según esta creencia, se pensaba hipotéticamente que si el
primero de enero era brumoso y llovía, enero habría de ser lluvioso; si el día
2 era mitad soleado, mitad lluvioso, febrero habría de ser un mes equilibrado
con sol y lluvias; si el 3 era tormentoso, marzo sería mes de invierno; si el 4
era de lluvia copiosa, abril tendría abundante agua; si el 5 era soleado, mayo
sería mes de estío y así sucesivamente hasta el día 12.
La deducción podría parecer supersticiosa; sin embargo, los
viejos habitantes de la morlaquía confiaban en que el pronóstico no fallaba,
pues el clima era regular en aquellos tiempos, sin los cambios climáticos hoy
producidos por la afectación de la capa de ozono.
Pater matutinus o Jano
Los dichos populares relacionados con el mes de enero no son
variados y en nuestra cultura popular se patentaron muy pocos. Nuestras abuelas
nos decían con frecuencia, por ejemplo:
«No hay luna como la de enero, ni el amor como el primero»
«Si hiela bien por enero, llueve poco por febrero»
«Enero, frío o templado, pásalo arropado»
Mas, al contrario, en España, en nuestra maravillosa lengua
de Castilla produjéronse variadas expresiones que encuéntranse relacionadas con
el santoral y el clima de enero, siempre frío, debido a que es el segundo mes
del invierno europeo. Algunas de ellas dicen mucho de la significación de enero
como primer mes de año in omnia terra.
«Enero es el mes primero; si viene frío es buen caballero»
«Pan de ayer, carne de hoy vino de antaño, salud para todo el
año»
«En enero no hay galgo lebrero, ni buen carretero»
«Por los Reyes, el día y el frío crecen»
Cuenca - Ecuador. Típica imagen del mes de enero
«En enero, bufanda, capa y sombrero»
«Por enero, vale más una capa que un sombrero»
«San Antón, viejo y tristón, mete a los viejos en un rincón»
«Por enero florece el romero»
«Enero caliente, el diablo trae en el vientre»
Río Tomebamba en una típica facha de un lluvioso enero
DIEGO DEMETRIO ORELLANA
In Concha, apud flumina Tomebamba, Anno Domini bismillesimus
vicesimus ac secundus, die primus, in festo Circumcisionis Domini.
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