domingo, 21 de junio de 2009

«IN HONOREM PATRIMONIUM CULTURALIS IN CONCHA» CUIDADO CON LA CRUZ DE TODOS LOS SANTOS


«IN HONOREM PATRIMONIUM CULTURALIS IN CONCHA»

CUIDADO CON LA CRUZ DE TODOS LOS SANTOS

DILECTISSIME AMICI APUD FLUMINA TOMEBAMBA:

La ciudad de Santa Ana de los Ríos de Cuenca cuenta con un ícono patrimonial de inconfundible presencia dentro de su casco histórico. Se trata de la llamada Cruz de Todos los Santos, la cual permanece junto a la iglesia del mismo nombre, sobre el Río Tomebamba, en uno de los rincones más importantes de la vieja ciudad.

La cruz guarda características muy peculiares que la vuelven única, pues aunque en Cuenca existen otras que se emplazan en diversos puntos de su territorio, ésta tiene ciertos elementos que la definen y la consolidan de forma particular. Por ejemplo, cum originalis inspirationem, posee una caseta de teja, con un cielo raso de latón policromado en el que existen algunas figuras y adornos que combinan con el conjunto de la construcción, cuyas pilastras son de madera y dentro de las mismas se yergue el pedestal central de cal y ladrillo, color blanco, sobre el que surge la cruz, de color verde, con algunos símbolos de entrañable significado que grafican el significado cristiano de la crucifixión de Nuestro Señor Jesucristo.




En efecto, la simbología de la cruz es curiosa desde todo punto de vista: en ella está, in honorem Christum Dominum Nostrum, el sudario del Señor, la escalera por donde fue bajado del madero para su sepultura, el gallo que le cantó a San Pedro, después de negarle al Divino Maestro, la lanza del costado con la que el centurión comprobó, según el relato evangélico, que el Señor estaba muerto de veras y un corazón de Cristo emplazado en el centro y que grafica la devoción de los cuencanos al Sagrado Corazón de Jesús, a lo largo de los tiempos.

En la ruta diaria que muchas personas tomaban por la Calle Larga, en dirección a la Avenida Huayna Cápac, la cruz ha sido, sicut lumen in coelum, un testigo presencial de la historia de ese antiguo sector de la Cuenca de antaño, cerca de las panaderías del barrio de Todos los Santos, en donde ese perfume madrugador del mestizo y de la rodilla de Cristo, ha acompañado, día a día, a los cuencanos y cuencanas de todos los tiempos. Era, por ejemplo, entre las décadas de 1950 y 1980 el paso obligado para llegar a los vestigios de Todos los Santos y Pumapungo, lugar éste en donde se emplazaba el Colegio «Rafael Borja», de los beneméritos padres de la Compañía de Jesús, nuestros inolvidables preceptores, los jesuitas.


Es la Cruz de uno de los barrios más tradicionales de Santa Ana de los Ríos de Cuenca que sigue allí esbelta, orgullosa, compasiva, amorosa, simple y que hoy se encuentra ante un posible peligro de ser tocada para ser emplazada unos metros más atrás, adversas suam authenticam historia, a fin de liberar el atrio del templo en el actual proceso de remodelación que ejecuta la Municipalidad de Cuenca.

Esta información ha salido de los propios arquitectos que restauran el templo en estos meses y la noticia preocupa a muchos cuencanos interesados en la defensa de los bienes patrimoniales de la urbe. Non possumus accipere haec transfigurationis y por ello, la cruz no debería ser tocada, pues emplazarla en otro sitio constituiría un grave atentado a este bien patrimonial.

Desde este espacio cultural queremos alertar a la comunidad cuencana, coram populo et in honorem Patrimonium culturalis, para aglutinar esfuerzos colectivos y levantar voces ciudadanas que impidan que un hecho de esta naturaleza se consume. Si el argumento para hacerlo es embellecer a Cuenca, mas bien digamos que de esta forma se va a despersonalizar a la capital azuaya, ciudad con auténticos valores que la identifican como una urbe sui generis y peculiar.



Cuenca no necesita de este tipo de retoques para ser hermosa. De lo contrario nos podríamos preguntar: ¿cuándo tumbarán la cruz de El Vado o la de El Vecino si un día a algún advenedizo arquitecto se le ocurre que, en aras de la modernidad, no se encuentran bien ubicadas? Ad contrario sensu, ¿Por qué no mover la Catedral de la Inmaculada Concepción a otro lado en donde se la aprecie «mejor» si ese es el criterio válido para intervenir en los tesoros patrimoniales de Cuenca?

El Patrimonio cultural de la urbe debe ser precautelado por sobre todas las cosas, haciendo que el pueblo tome conciencia de su inconmensurable valor histórico y salvaguarde su identidad, ex informata conscientia, pero nunca destruyendo sus riquezas o bienes patrimoniales. ¿Quién es el político de turno que ha tenido esta terrible idea que si se ejecuta se convertirá en uno de los más graves atropellos al patrimonio cultural y a la historia de Santa Ana de los Ríos de Cuenca?

Salutem dicit cum veritas semper fidelis,

DIEGO DEMETRIO ORELLANA

Datum Concha, apud flumina Tomebamba, ex aedibus FIDEH, districti meridionalis, mensis Iunii, die vicesima ac prima, Anno Dominicae Incarnationis bismillesimus nonus, in sollemnitate XIII Dominica per annum.

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