lunes, 23 de mayo de 2022

GRACIAS: MARAVILLOSA PALABRA DE CURIOSA HISTORIA

 

In historia linguae nostrae/ En la historia de nuestra lengua, la palabra «GRACIAS» vivifícase con fortísima significación semántica, en nuestra esplendorosa lengua de Castilla, para exteriorizar nuestros sentimientos de gratitud por un beneficio recibido. Apenas léese este término identifícaselo ipso facto con la lingua latina, donde tradúcese como «GRATIAS». Ergo, la filiación latinista de la locución es de inconfundible detección transportándonos a su etimología como el hijo que a través de sus facciones reconócese con su madre en admirable conjunción de encanto y belleza. Por eso, «GRATIAS» o «GRACIAS» constituyen términos con los que, tanto antaño como hogaño, los seres humanos han expresado su gratitud «in vita communitatis» o «en la vida de la comunidad». La palabra surgió de la famosa expresión latina «GRATIAS AGERE» o «DAR LAS GRACIAS» siendo éste propiamente el origen etimológico del término que devino de «GRATIA» que, a su vez, deriva de «GRATUS» entendido como «GRATO» o «AGRADECIDO». Así pues, «GRATIA» era la honra o alabanza que tributábase a otro por un favor recibido y de la sempiterna expresión provino, asimismo, la frase «GRATIAS TIBI AGO», la elemental fórmula con la cual dícese desde inmemoriales tiempos: «GRACIAS A TI» in lingua latina semper amata.


Colúmbrase pues que esta singular filiación latina enfréntanos a una locución auténticamente plena de precisa significación in historia mundi cuando recibimos de la gente el debido agradecimiento ante nuestras acciones, lo cual es una de las más gratificantes cosas que vuelven armónica a la humana convivencia. En la antigua Roma la gente hablaba Latín y hacía patente su gratitud con las siguientes frases: «MAXIMAS GRATIAS» o «PLURIMAS GRATIAS», que en nuestra portentosa lengua de Castilla tradúcense juntas como «MUCHAS GRACIAS», lo cual dícese a veces de manera ponderativa al proferir las frases: «MIL GRACIAS» o «UN MILLÓN DE GRACIAS».



Y desde «PLURIMAS GRATIAS» y «MAXIMAS GRATIAS» surgieron otras locuciones como «DEO GRATIAS» o «GRATIAS DEO», cuya significación castiza es «A DIOS GRACIAS» o «GRACIAS A DIOS», interjectivos vocativos que no úsanse solamente para dirigirse al Altísimo, Providentissimus Deus, por los celestiales favores recibidos, sino para indicar la alegría por algo que ha sucedido y que esperábase con ansias o para mostrar alivio por la desaparición de un temor o un peligro in vita nostra. Por eso decimos, ad exemplum: A Dios gracias me libré de este zascandil individuo… O, quizás: Gracias a Dios este perengano no ha venido a la cita… He allí, la versatilidad de nuestra lengua de Castilla para utilizar las palabras en diferentes contextos y sentidos.


En el Italiano, verbi gratia, que es otro de los idiomas de origen latino, al igual que en el Castellano, modificóse el término «GRATIAS» con tan solo tres letras para expresar gratitud. Así, en esta bella lengua de Dante Alighieri la sempiterna palabra que es objeto de nuestro estudio tradúcese como «GRAZIE» siendo fácilmente predictiva su filiación latinista, como lo es, a similis, en la lengua de Castilla.

Pero las lenguas romances, que tienen como originario tronco a la lingua latina, no adoptaron todas juntas la misma voz «GRATIAS» en su lexicografía. En el resto de idiomas romances no acaeció lo mismo. Así pues, en el francés, la tercera de las lenguas romances, la palabra «GRACIAS» alejóse de su antiguo referente etimológico «GRATIAS» por preferir el término «MERCES», del que nació el famoso «MERCI», locución francófona para expresar gratitud. In via curiositatis, la razón por la cual acaeció aquello débese a un peculiar contexto histórico por el que los galos adoptaron mas bien la palabra latina «MERCES», que significa «PAGO» o «SALARIO» para exteriorizar la gratitud. Contextualizando el hecho dígase que al decir el gutural «MERCI», los galoromanos denotaban la expresión: «estar en deuda contigo» (obviamente, por un favor recibido) usando una frase de legendaria data: «JE VOUS REMERCIERAI» que tradúcese en la lengua de Castilla como «TE SABRÉ PAGAR O TE PAGARÉ», desde donde, por apócope, devino con el tiempo la cantarina palabra gala «MERCI» para manifestar «GRACIAS» en la hermosa y cadenciosa lengua de Balzac.


Ad interim, en la lengua portuguesa, el cuarto de los idiomas romances, «GRATIAS» equiválese con «OBRIGADO», un término diverso de filiación latina que procede mas bien de la palabra «OBLIGATUS» que en Latín significa «OBLIGADO» y que usábase en la antigua Lusitania en el sentido de «sentirse alguien obligado a devolver el favor o a ser igual de gentil». Por eso, los parlantes del portugués dicen mas bien: «MUITO OBRIGADO» cuyo significado castizo es «MUY AGRADECIDO» cuando hacen patente su gratitud. Es curioso contemplar este singular contexto donde la versatilidad de la lingua latina es evidente, razón suficiente por la cual la palabra «GRATIAS» en portugués adquirió una significación semántica en el contexto del acto mismo de agradecer más que en el primigenio significado de la locución, lo que lingüísticamente enséñanos que en la etimología de los términos cuentan más los contextos en los cuales las lenguas evolucionan in veritatis splendor o en el esplendor de la verdad.


Ad concludendi, la palabra «GRACIAS» en rumano, el quinto de los idiomas romances, alejóse aún más de su referente latino «GRATIAS» pues en esta lengua centro europea los rumanos tenían dialectos diversos que difuminaron más las raíces latinas en la formación de su idioma. Así es como nuestros hermanos de Rumanía tienen a la palabra «MULTUMESC» para expresar la gratitud. Sin embargo, el origen de este término engólfanos en una trepidante epopeya in via veritatis para introyectarnos de profundis en la etimología del término y descubrir una apasionante evolución lingüística a través de la cual confírmase que la locución «MULTUMESC» viene mas bien de la expresión latina «MULTUS ANNOS» usada desde la antigua Roma para decir «MUCHOS AÑOS», la cual utilizábase entre los rumanos para gratificar a la gente posponiéndola al desiderativo latino: «VIVAT MULTUS ANNOS», que en nuestra maravillosa lengua de Castilla significa: «QUE VIVAS MUCHOS AÑOS» y que con el devenir del tiempo evolucionó, de momento ad momentum, hasta quedar tan solo como «MULTUS ANNOS» para desde aquí decodificarse y convertirse primero en la locución «MULTAM» y luego en «MULTUMESC», palabra con la cual los habitantes de las tierras rumanas decidieron pues decir: «GRATIAS» in historia latinitatis.

En la lengua catalana tenemos una circunstancia muy similar con el Castellano y el Italiano en donde la palabra latina «GRATIAS» transformóse en «GRÀCIES» cambiando solamente 3 letras como puédese corroborar de lo dicho precedentemente. En esta lengua romance podemos usar la locución «MOLTES GRÀCIES» cuando tenemos la necesidad de decir: «MUCHAS GRACIAS» y así contémplase in via claritatis la ligazón latina in Catalunia semper aeterna.


Como puédese ver entonces, quod erat demonstrandum, la palabra «GRACIAS» tiene un curioso origen latinista con interesantes variaciones según las culturas latinas de los idiomas romances en un variopinto espectro de juegos lingüísticos por los que todos los parlantes de los idiomas hermanados en la latinidad terminan por agradecer con términos que intégranse etimológicamente «sicut fratres in unum» o «como hermanos en uno» en la lingua latina semper aeterna, la cual demuéstranos su versatilidad y precisión semántica in historia mundi in grata memoria semper viva.

Diego Demetrio Orellana

Datum Conchae, apud flumina Tomebamba, mensis maii, die tertia supra vicesimus, currentis Anno Domini MMXXII, octava V Dominica Paschalis.

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