In culturalis res, circula
en la urbe un artículo con varias imprecisiones sobre la historia de nuestro querido
colegio «Rafael Borja» in societatis vita semper admirabilis. El calamitoso artículo ha publicádose en diario El Mercurio del 17 de marzo de 2024 y Eulogio Cardoso, el autor de los infames disparates, ad exemplum, dice así, tal como transcríbese de manera
fidedigna en las siguientes líneas, incurriendo en un escalofriante yerro: «En el año de 1956 la comunidad de
padres jesuitas de la Compañía de Jesús inaugura el nuevo edificio para su
colegio que se ubica en el sitio arqueológico de Pumapungo. En 1980 el Banco Central lo adquirió a la comunidad de
padres jesuitas…». Lo dicho es falso de toda falsedad,
puesto que en la obra histórica que sobre la fundación de nuestro querido colegio
jesuítico escribiera el reverendissime pater Jorge Carrión
Guzmán, SJ, el rector superior del Borja que vendió el predio jesuítico al
Banco Central del Ecuador, dicha venta acaeció en 1978, en la gerencia general
del Economista Rodrigo Espinosa Bermeo y no en 1980, como equívocamente dice
Cardoso en su deplorable investigación sobre Pumapungo.
In veritatis honorem, dígase que lo
que había acaecido es que hubo un acuerdo entre los jesuitas y el Banco Central
del Ecuador para que los predios de Pumapungo no sean desocupados por la Compañía
de Jesús mientras no construyérase el campus colegial del Borja en Baños, en
los predios que fueran de la hacienda Santa Rosa, de propiedad de Moisés León
Jerves y Rosa Espinosa, los vendedores del hermoso campus bañense semper singularis
in vita communitatis. Por lo tanto, en cumplimiento de este acuerdo,
los jesuitas desocuparon el viejo edificio de Pumapungo en julio de 1981, tres años después
de la compra del Banco Central del campus jesuítico de Pumapungo.
Enseguida, léese otro dislate o
desafuero de graves consecuencias en el artículo de marras cuando su despistado
autor, Eulogio Cardoso, proclama in errorem incido: «Es muy triste y preocupante ver el actual estado del edificio
en el que más de treinta promociones de bachilleres se formaron en sus aulas…».
Lo que acábase de leer es falso de toda falsedad pues exactamente son 25
las promociones de los compañeros ex alumnos borjistas que allí formáronse ad
maiorem Dei gloriam, desde la XV promoción de bachilleres, de 1957,
hasta la XXXIX promoción de bachilleres, del año 1981, cuando nuestro prestigioso
colegio jesuítico trasladóse a su actual campus de Baños. La experiencia nos confirma que los cálculos matemáticos suelen ser ya fallidos en la edad provecta ad
portas del retorno a la Casa del Padre, ad gloriam aeternam in via
Christi.
Luego dice René Eulogio Cardoso erráticamente,
como siempre: «Una época, en especial la
década de los ochenta, que el gran cuencano Hernán Crespo Toral, con nostalgia,
la llamaba “la belle epoque, cuando iniciamos el rescate de nuestra identidad
profunda». ¿Qué identidad profunda ha rescatádose en
Pumapungo cuando solo la reserva del museo permanece bajo la incuria y el
abandono en los sótanos del nuevo edificio del Museo Pumapungo, levantado sobre
los antiguos predios jesuiticos? ¿Dicha incuria acaso no comienza desde cuando
el desventurado autor del artículo era funcionario del Banco Central del Ecuador?
Ni en un solo aspecto René Eulogio Cardoso puede reclamar razón a sus devaneos cuando afirma, ad concludendi: «Hoy, transcurridos sesenta y ocho años desde la inauguración del edificio histórico y patrimonial del Colegio Borja, es urgente que el Estado y la Municipalidad de Cuenca, intervengan en su rescate. Es su responsabilidad y obligación con la ciudad». Obviamente, debemos perdonar que no son 68 años sino exactamente 67, pues en octubre del año del Señor de 2024 cumpliránse los 68 años de la inauguración del emblemático edificio de Pumapungo. Este hermoso edificio patrimonial de Cuenca, construido por los arquitectos Fernando Parcha y Guillermo Cubillos como parte del estilo internacional o llamado también estructuralismo no debería destruirse por la incuria estatal.
Hemos querido defender a la historia de nuestro querido colegio «Rafael Borja» cuando cógese la pluma con artículos mal investigados que contravienen a la verdad in historia Societatis Iesu, apud flumina Tomebamba, in urbe nostra dilectissima quosque habemus Societatis Iesu collegium ad maiorem Dei gloriam in provintia aequatorianae Societatis Iesu.
ABOGADO DIEGO DEMETRIO ORELLANA TOCTO
Datum Conchae,
mensis martii, die octavo supra decimus, reparate salute Anno Dominicae
Incarnationis MMXXIV, octava Dominica in Passione Domini
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OPINIONES CIUDADANAS
Francis Aulestia:
Estimado amigo, DILECTE FRATER
DIEGO, como te dije, la de San Ignacio es una orden muy celosa de la verdad,
obviamente es un camino que trae enemigos y dificultades, pero confío siempre
en que recibirás la fuerza y la claridad del Espíritu Santo para continuar en
esta casi Cruzada a la que tu llamado te guía. Siempre es bueno saber que se
hacen las cosas con rectitud y diligencia. Abrazo Ignaciano y sigue adelante,
no decaiga tu buen ánimo. Saludos IN AMABILIS AMICITA SEMPER.
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Jajajaja... Y ese viejo sabe creerse el crazy, el perfecto, el supermán de los museos... total... este artículo ha estado mal investigado... Pero tenía que ser el doctor Demetrio Orellana quien pruebe a Cardoso que ha sido ignorito de lo que escribe sobre Pumapungo... Si esto no ha investigado en El mercurio, el 17 de marzo, ¿qué cosas nos mentirá Cardoso ,cada semana...? Este viejo ya está caduco.
ResponderEliminarInteresante investigación de Demetrio Orellana sobre Pumapungo... Contundente... verídica para dejar sin reacción a Cardoso. Frente a esta historia, el señor Cardoso queda hecho plasta, de una, a lo bien, como un farsante, negligente y vagoneta para escribir de historia... Total, así mismo haya sido toda la vida ese señor tirado a grande.... Qué bueno que haya gente que les pare el carro a estos pipones de la cultura en El Mercurio.
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