lunes, 18 de marzo de 2024

PUMAPUNGO: TERRIBLES GAZAPOS DE RENÉ EULOGIO CARDOSO

 

In culturalis res, circula en la urbe un artículo con varias imprecisiones sobre la historia de nuestro querido colegio «Rafael Borja» in societatis vita semper admirabilis. El calamitoso artículo ha publicádose en diario El Mercurio del 17 de marzo de 2024 y Eulogio Cardoso, el autor de los infames disparates, ad exemplum, dice así, tal como transcríbese de manera fidedigna en las siguientes líneas, incurriendo en un escalofriante yerro: «En el año de 1956 la comunidad de padres jesuitas de la Compañía de Jesús inaugura el nuevo edificio para su colegio que se ubica en el sitio arqueológico de Pumapungo. En 1980 el Banco Central lo adquirió a la comunidad de padres jesuitas…». Lo dicho es falso de toda falsedad, puesto que en la obra histórica que sobre la fundación de nuestro querido colegio jesuítico escribiera el reverendissime pater Jorge Carrión Guzmán, SJ, el rector superior del Borja que vendió el predio jesuítico al Banco Central del Ecuador, dicha venta acaeció en 1978, en la gerencia general del Economista Rodrigo Espinosa Bermeo y no en 1980, como equívocamente dice Cardoso en su deplorable investigación sobre Pumapungo.

In veritatis honorem, dígase que lo que había acaecido es que hubo un acuerdo entre los jesuitas y el Banco Central del Ecuador para que los predios de Pumapungo no sean desocupados por la Compañía de Jesús mientras no construyérase el campus colegial del Borja en Baños, en los predios que fueran de la hacienda Santa Rosa, de propiedad de Moisés León Jerves y Rosa Espinosa, los vendedores del hermoso campus bañense semper singularis in vita communitatis. Por lo tanto, en cumplimiento de este acuerdo, los jesuitas desocuparon el viejo edificio de Pumapungo en julio de 1981, tres años después de la compra del Banco Central del campus jesuítico de Pumapungo.

Enseguida, léese otro dislate o desafuero de graves consecuencias en el artículo de marras cuando su despistado autor proclama in errorem incido: «Es muy triste y preocupante ver el actual estado del edificio en el que más de treinta promociones de bachilleres se formaron en sus aulas…». Lo que acábase de leer es falso de toda falsedad pues exactamente son 25 las promociones de los compañeros ex alumnos borjistas que allí formáronse ad maiorem Dei gloriam, desde la XV promoción de bachilleres, de 1957, hasta la XXXIX promoción de bachilleres, del año 1981, cuando nuestro prestigioso colegio jesuítico trasladóse a su actual campus de Baños. La experiencia nos confirma que los cálculos matemáticos suelen ser ya fallidos en la edad provecta ad portas del retorno a la Casa del Padre, ad gloriam aeternam in via Christi.

Luego dice Cardoso erráticamente, como siempre: «Una época, en especial la década de los ochenta, que el gran cuencano Hernán Crespo Toral, con nostalgia, la llamaba “la belle epoque, cuando iniciamos el rescate de nuestra identidad profunda». ¿Qué identidad profunda ha rescatádose en Pumapungo cuando solo la reserva del museo permanece bajo la incuria y el abandono en los sótanos del nuevo edificio del Museo Pumapungo, levantado sobre los antiguos predios jesuiticos? ¿Dicha incuria acaso no comienza desde cuando el desventurado autor del artículo era funcionario del Banco Central del Ecuador?


Ni en un solo aspecto Cardoso puede reclamar razón a sus devaneos cuando afirma, ad concludendi: «Hoy, transcurridos sesenta y ocho años desde la inauguración del edificio histórico y patrimonial del Colegio Borja, es urgente que el Estado y la Municipalidad de Cuenca, intervengan en su rescate. Es su responsabilidad y obligación con la ciudad». Obviamente, debemos perdonar que no son 68 años sino exactamente 67, pues en octubre del año del Señor de 2024 cumpliránse los 68 años de la inauguración del emblemático edificio de Pumapungo. Este hermoso edificio patrimonial de Cuenca, construido por los arquitectos Fernando Parcha y Guillermo Cubillos como parte del estilo internacional o llamado también estructuralismo no debería destruirse por la incuria estatal.

Hemos querido defender a la historia de nuestro querido colegio «Rafael Borja» cuando cógese la pluma con artículos mal investigados que contravienen a la verdad in historia Societatis Iesu, apud flumina Tomebamba, in urbe nostra dilectissima quosque habemus Societatis Iesu collegium ad maiorem Dei gloriam in provintia aequatorianae Societatis Iesu.

 

ABOGADO DIEGO DEMETRIO ORELLANA TOCTO

Datum Conchae, mensis martii, die octavo supra decimus, reparate salute Anno Dominicae Incarnationis MMXXIV, octava Dominica in Passione Domini

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OPINIONES CIUDADANAS


Francis Aulestia:

Estimado amigo, DILECTE FRATER DIEGO, como te dije, la de San Ignacio es una orden muy celosa de la verdad, obviamente es un camino que trae enemigos y dificultades, pero confío siempre en que recibirás la fuerza y la claridad del Espíritu Santo para continuar en esta casi Cruzada a la que tu llamado te guía. Siempre es bueno saber que se hacen las cosas con rectitud y diligencia. Abrazo Ignaciano y sigue adelante, no decaiga tu buen ánimo. Saludos IN AMABILIS AMICITA SEMPER.
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2 comentarios:

  1. Jajajaja... Y ese viejo sabe creerse el crazy, el perfecto, el supermán de los museos... total... este artículo ha estado mal investigado... Pero tenía que ser el doctor Demetrio Orellana quien pruebe a Cardoso que ha sido ignorito de lo que escribe sobre Pumapungo... Si esto no ha investigado en El mercurio, el 17 de marzo, ¿qué cosas nos mentirá Cardoso ,cada semana...? Este viejo ya está caduco.

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  2. Interesante investigación de Demetrio Orellana sobre Pumapungo... Contundente... verídica para dejar sin reacción a Cardoso. Frente a esta historia, el señor Cardoso queda hecho plasta, de una, a lo bien, como un farsante, negligente y vagoneta para escribir de historia... Total, así mismo haya sido toda la vida ese señor tirado a grande.... Qué bueno que haya gente que les pare el carro a estos pipones de la cultura en El Mercurio.

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