Dentibus albis o cínicamente, el presidente Daniel Noboa contradícese fácilmente con sus engañifas y falacias, a fuer de su modosa verborrea, demostrando que su discurso anticorrupción no es auténtico ni sincero para enmarcarse como un ejemplar mandatario inter nos. Y mientras usufructúa del supusto enérgico combate a la narcoguerrilla, confíase ilusamente en creer -enceguecido- que el gran respaldo colectivo significa una estricta popularidad a su persona, sin discriminar que tal apoyo es mas bien una aceptación de la sociedad civil a las acciones emprendidas contra las mafias del narcotráfico, mientras -en sus ejecutorias- muéstrase cual badulaque, facineroso y falaz mandatario cuyas acciones no son santas para erigirse como modelo de virtudes cristianas pro patria et Deo.
Y justamente las falacias comienzan cuando según las estadísticas de la propia Policía Nacional, al evaluar el ESTADO DE EXCEPCIÓN que Noboa ha prorrogado por un mes más, descúbrese que «entre enero de 2024 y los primeros días de marzo, EN PLENO ESTADO DE EXCEPCIÓN, la cifra de secuestros y extorsiones ha llegado a 1.543 casos en Ecuador. Y en Guayaquil, una de las ciudades más castigadas por la espiral de violencia, las denuncias se han quintuplicado respecto al mismo periodo del año pasado». Así denúncialo de manera escalofriante, el portal de noticias PRIMICIAS en estos días.
Por eso, dígase con acrimonia que la derogatoria del CÓDIGO DE ÉTICA que el presidente impuso EL 19 DE DICIEMBRE DEL AÑO 2023 es un suceso superlativamente importante que ha minimizádose en el palacio de Carondelet, dentro del gobierno del chico inteligentísimo, que no es nada inteligentísimo, quien no guarda sindéresis entre lo que predica y practica, al pretender fungir de un magistrado que recupera el buen actuar en el manejo de la cosa pública in patria nostra. La derogatoria hízola con el DECRETO EJECUTIVO 173, del 23 DE FEBRERO DEL 2024 SIN JUSTIFICAR LA MEDIDA NI EXPLICAR RAZÓN ALGUNA PARA DEROGAR EL CÓDIGO NOBOÍSTA.
Resulta pues escalofriante que la derogatoria del código de ética noboísta haya pasado desapercibida, en medios de prensa, favoreciendo que no se cuestione ni se censure al petimetre mandatario que funge de santurronería ad altare Dei. Parecería que el hecho no tuviera gravedad ni significación alguna frente al escrutinio ciudadano, cuando tal derogatoria devela al presidente como un cínico farsante que deshácese no mas de la ética cuando le conviene, en la misma forma en que revístese de pulchrum et sacrosanctum si rasgarse las vestiduras o sacudir el polvo de sus sandalias constituyen las formas con las que pretende sorprendernos de vivir en un NUEVO ECUADOR.
In ridiculus modus actuandi, tal código de convivencia promulgóse con bombos y platillos, como dice el dicho popular de nuestra fantástica lengua de Castilla, pretendiendo hacernos creer que Noboa gobernaría al NUEVO ECUADOR bajo una férrea directriz de principios y valores éticos, como nunca antes hubiérase visto en la república. La promulgación de tal instrumento, CON DECRETO EJECUTIVO 86, DEL 19 DE DICIEMBRE DEL AÑO 2023, vióse con buenos ojos por la ciudadanía que contemplaba expectante el cambio generacional que implicó la ascensión al trono del presidente millenial, en una inopinada sorpresa electoral. Mas como vivimos en tiempos donde lo que menos respétanse son los valores éticos y morales, más pronto que tarde, tal código de ética convirtióse, para el envanecido magistrado de insólitas ventoleras y sofisticados caprichos, en una piedra en el zapato para el disfrute de las delicias del poder, ante las cuales casi todos sus predecesores han empachádose al hartazgo actuando inescrupulosamente en la administración de la cosa pública.
Una de las prescripciones del tristemente célebre CÓDIGO DE ÉTICA NOBOÍSTA, que no duró ni tres meses, prescribía no utilizar el avión presidencial en asuntos particulares del mandatario. En efecto, el artículo 7 prescribía ad litteram: «Los aviones presidenciales serán usados única y exclusivamente para asuntos de carácter oficial del Estado o cuando por seguridad así lo establezca la Casa Militar Presidencial». Mas, tal como las moscas que empaláganse golosas con la miel hasta el hastío, Noboa sintió la tentación de violar tal normativa, hace unas semanas, cuando fue a traer a su esposa y a su nuevo vástago desde Miami en el prohibido aeroplano. La avaricia de hijo de magnate salió a flote para no gastar un pasaje con su peculio, aprovechándose de los bienes públicos. Así, ni corto ni perezoso, utilizó el avión presidencial para recoger a su familia in corpore presente in America septemtrionalis.
Mas Noboa, que ni siente lo que dice ni dice lo que siente, exhibe una
falta de coherencia entre lo que proclama y practica develándose cual descarado
fariseo y cínico mandatario que al predicar en contra de la corrupción escupe
al cielo para que todo cáigasele encima, mostrando que en nada marca una
diferencia con sus predecesores y dejando en el vacío a sus palabras hueras ad
infinitum. Igual cosa acaece con los vergonzantes pactos de su
movimiento político ADN con el partido Social Cristiano y el fascismo rafaelino
verdeflex, en la Asamblea Nacional, probando que nada cambió al hacer uso de
infames componendas y zalagardas para legislar en favor de los grupos
hegemónicos de poder, al socaire de buscar el bien colectivo, como cuando
aprobaron la condonación de las deudas al Estado, para los grandes empresarios,
siendo ésta otra de las cosas con las cuales Noboa contradíjose a
capite ad calcem/ de la cabeza a los pies.
Ad absurdum, para que la cosa sea más estupefaciente, las explicaciones con las que la ministra de Gobierno, Mónica Palencia, justifica la derogatoria son realmente absurdas y abstrusas a maximis cuando en entrevista a ECUAVISA, el 28 de febrero pasado, dijo ad absurdum: «La razón de la derogatoria fue justamente ética pues «el Código de Ética de la Función Ejecutiva tenía falencias, incluso algunos temas absurdos y que por esa razón fue derogado por el presidente». Así lo informa también el portal de noticias PRIMICIAS. Tal artilugio de Palencia es fachoso y jacarandoso puesto que llévanos a preguntarnos: ¿qué clase de personajes estólidos y estultos trabajan en el gobierno del chico inteligentísimo, que no es nada inteligentísimo, para que no puedan ni siquiera elaborar un CÓDIGO DE ÉTICA que valide los manidos deseos noboístas de que están construyendo UN NUEVO ECUADOR?
Así pues, la canción proselitista de su campaña electoral quédase sin piso ante el truculento modus actuandi del mandatario cuando la letra del pringoso canto noboísta decía in scriptis: «ECUADOR:/ NOBOA ESTÁ AL FRENTE/ QUE SIEMBRA EL FUTURO/ QUE CAMBIA EL PRESENTE/ JUNTEMOS LAS MANOS/ JUNTEMOS LAS MENTES/ NO MÁS CORRUPCIÓN/ NOBOA ESTÁ AL FRENTE…». Al recordar el precedente estribillo que confirma la mendacidad con la que gobiérnase dentibus albis, no quédanos duda alguna que todas las palabras de Daniel Noboa -cuando pontifica contra la corrupción- llévaselas el viento para esfumarse como el humo que dispérsase sinuoso en el colosal espacio, permaneciendo ante la comunidad como un pérfido farsante, al calor de siniestros entuertos que delatan, tras bastidores, que nada cambió en el palacio de Carondelet con el chico inteligentísimo, que no es nada inteligentísimo en la conducción de un país sumido en la vorágine de la contumelia y la corrupción más desaforada y atrevida que háyase visto jamás in patria nostra semper afflicta, in via historiae.
Diego Demetrio Orellana
Datum Conchae, mensis martii, die
nonus, reparata salute Anno Dominicae Incarnationis MMXXIV, Dominica de Laetare
in Quadragesima
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