«Sicut fratres in unum» o «Como hermanos en uno» han sido durante sus vidas Fernando Villavicencio, candidato presidencial cruentamente asesinado, y Christian Zurita, periodista investigativo de bizarros ímpetus. Entrambos conformaron, pluma en ristre, un forajido dueto de lucha contra la corrupción durante más de 15 años de flamígeras batallas en el Ecuador del tercer milenio. Hoy, cuando debíase reemplazar al irremplazable don Villa -en la contienda electoral del próximo 20 de agosto- Zurita ha sido ungido como el candidato presidencial del movimiento CONSTRUYE con el cual Villavicencio erigíase como el adalid de la guerra anticorrupción in patria nostra semper afflicta.
La decisión es lógica y deviénese salomónica, luego de una feroz y montaraz batalla por encontrar al idóneo reemplazo de Fernando Villavicencio, al que casi ha buscádoselo «con palo de romero» como bien dícelo el famoso dicho popular de nuestra seductora lengua de Castilla. Ergo, quién mejor que el escogido sea su compañero de lucha, aquél con quien compartíase la búsqueda de la verdad en la labor periodística y en el levantisco combate contra el fascismo rafaelino verdeflex de estos infernales tiempos, tanto como los sueños por alcanzar una patria soberana in dignitatis honorem in regnum veritatis.
Por ello, Zurita es el «ALTER EGO» O «EL OTRO YO» de Fernando Villavicencio, pues creyó en don Villa y compartió sus sueños y esperanzas; ellos llamáronse siempre «FRATRES IN UNUM» o «HERMANOS EN UNO», no solo para decirse «hola» sino para no rendirse jamás en la lucha contra la corrupción hasta poner la pica en Flandes para cercar al ratero rafaelino que hoy vive, rabulesco, en el ático belga desde donde lanza asquerosos espumarrajos por sus fauces; ellos respetáronse y apoyáronse en las buenas y en las malas o en los momentos de gozo y de tribulación; ellos admiráronse mutuamente, intercambiáronse lecturas y enseñanzas y conociéronse de profundis incluso en aquellas cosas inacabadas o imperfectas. Ellos, in via fraternitatis, perdonáronse errores y entregáronse incondicionalmente a las justas causas convertidas en el verdadero leit motiv de sus existencias; ellos ayudáronse en todo cuanto érales posible y a veces, hasta en lo imposible in iustitiae via.
Por tanto, comprendiéronse en toda circunstancia, ora en la felicidad, ora en la desgracia y cuando vinieron los aciagos días vivieron los fracasos que trastornáronlos, sub specie instantis, por no alcanzar ciertas metas, invitándose a reintentarlo, ex tota fortitudine/ con todas las fuerzas, pues simplemente estaban juntos, en la gloria y en la desesperanza.
Es de esperar
que, de ganar las elecciones, Zurita habrá de ejecutar todo cuanto proponíase
don Villa in stricta iustitia. Y habrá de cumplir las ofertas que
reavivaron los sueños de millones de ecuatorianos por una patria digna en esta
trepidante hora crepuscular de los agobiantes tiempos que vivimos, queriendo
salir de un tenebroso, fosco y lóbrego túnel en busca de mejores días in
communitate nostra.
No obstante, post mortem, en la mefistofélica lucha por la sucesión de Villavicencio ha vístose de todo, in vita societatis. Y desde una caleidoscópica mirada que espanta, expavece y sobrecoge in anima nostra, el país entero ha contemplado desde las reluctantes y abominables trifulcas de mindalas de mercado en el sepelio, por parte de sus familiares, hasta las rocambolescas batallas cibernéticas en los movimientos CONSTRUYE y GENTE BUENA para la escogencia del sucesor de don Villa. Ha vivídose, in ciberspatium, un vergonzante sainete que invítanos a reír a carcajada batiente o a sentir piedad in calamitatis via, in patria nostra semper tristis et afflicta.
Y en esta tragicómica guerra por la sucesión surge un hilarante personaje que creíase con derecho y en contra de todo derecho para ser el ungido: Edwin Ortega, quien habíase ya mandado a elaborar publicidad electoral como candidato presidencial en una cantinflérica demostración de no conocer sus límites, sus alcances y hasta sus reales capacidades in regnum stultitiae o en el reino de la estulticia.
La mirada torva, el aura de presunción exagerada y la vanidad que extrapólase in vanitatum regnum, en un ríspido semblante que atemoriza junto con las poses falsetas dícenlo todo: la falta de autenticidad en Edwin Ortega es a todas luces evidente como la prístina luz de la claridad del día que al alba reluce mayestática.
En otras
palabras, dígase que Edwin Ortega afirma tener las condiciones para reemplazar
a don Villa sin la perspicuidad de mirar hasta dónde le llegan las sábanas... Lo
verídico es que no tiene talante pero sí largos alcances, altas miras y
bastantes sueños de perro. Las diferencias son notorias a capite ad
calcem: Villa era inteligente y perspicaz, Ortega es mediocre y estulto...
Villa era auténtico, Ortega es falseta... Villa era el oro codiciado in
communitate nostra, Ortega es la bambalina que descúbrese como la
moneda falsa -in sacra scriptura- en el reino de las tinieblas
del arte de birlibirloque. Villa era de armas tomar, Ortega es un saltimbanqui
en busca de poder y gloria , a mansalva, per fas et per nefas.
Pero mientras el tenebroso Ortega jáctase de haber combatido a SU MAJESTAD RAFAELINA por haber insultado al dictadorzuelo hasta que éste hiciéralo dar de baja en la MARINA, el luminiscente Villavicencio, con su aguerrido talante de VIR BONUS persiguió al latrocinio rafaelino hasta que Rafael Correa Delgado huyera del país por el famoso caso ARROZ VERDE, una de las más célebres investigaciones del finado candidato al que Ortega nunca eclipsó in via libertatis. Y por eso es que las mafias rafaelinas hállanse entre las sospechosas de ser las autoras de este magnicidio que revístese, además, de crimen de Estado en un territorio sin Dios ni ley bajo el dominio del crimen organizado.
In claritatis via, Villavicencio era la luz y Ortega las tinieblas... y por tal verídica circunstancia, don Villa poseía aura popularis mientras que la telúrica condición de Ortega ahuyenta a las muchedumbres. Si hubiéralo sucedido en vez de Zurita habríanse perdido las elecciones ipso facto porque un sol nunca reemplázase por un foco que pretende ser estrella sin luz propia ni auténtico fuego incandescente que inflama el horizonte de la historia in via aeternitatis...
In honorem veritatis dígase además que ya desde el año del Señor de 2017, cuando Ortega presentó su libro «Hacia tierra firme» en Cuenca, el advenedizo capitán iniciaba sus desaforadas aspiraciones por llegar a un puesto de poder y ya desde entonces podía cualquiera predecir que la presidencia de la república parece un verdadero sueño de perro para el cantinflesco marino.
Glenda Méndez,
activista de luchas sociales por aquellos tiempos, fue la primera en denunciar
la falsía de Ortega in via veritatis, aunque ella misma veíase en
un espejo la cara de la falsía que identifícala de profundis in urbe
nostra.
Ortega jamás
fue presidenciable por su falta de talento y de carisma y nunca podría reemplazar a don Villa
por su falta de capacidad para brillar con luz propia sicut lux veritatis
in vita communitatis. Son Darío Cervantes y Diego Rodriguez Arciniegas
quienes pueden testificar todo cuanto ha escrítose hic et nunc, in honorem veritatis et
in memoriam dilectissime frater Ferdinandus Villavicencio semper magno et
admirabilis in libertatis honorem.
Diego
Demetrio Orellana
Datum Conchae, mensis augusti, die XIII, octava solemnitate Transfigurationis Domini in anno salutis nostrae MMXXIII
OPINIONES CIUDADANAS
lun, 14 ago a las 18:23
Diego Demetrio, es un gran artìculo.
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Exelente reportaje adelante mi estimado Diego éxitos siempre.
ResponderEliminarInteresante artículo que me encantó por la forma tan pulcra de decir la verdad, típico del doctor Demetrio. Ojalá la muerte de Villavicencio sea motivo para que todos votemos por Zurita y derrotemos a esa loca del ático.
ResponderEliminarSesudo y lúcido comentario,que verdaderamente guía a sus lectores con las verdades que a veces no vemos.Felicitaciones 🤝
ResponderEliminarImpresionante manera de redactar un artículo que nos abre los ojos ante la verdad del crimen de Fernando Villavicencio. Luego de leer esta maravilla he decidido mi voto por CHRISTIAN ZURITA. Felicitaciones al Doctor Demetrio Orellana. Digno de él como escritor cuencano.
ResponderEliminarFelicitaciones al doctor Orellana por este artículo tan ilustrativo y bien concebido. Villavicencio es irremplazable pero no quedaría mal que en rechazo al crimen de las mafias correístas los ecuatorianos votaran por su mejor amigo, Christian Zurita, un luchador incluso más berraco que el propio difunto... Eso sería el mejor homenaje a un héroe de la libertad como ahora eres, inolvidable Fernando.
ResponderEliminarFelicitaciones hermano querido,gran artículo y excelente forma de redactar y decir la verdad
ResponderEliminarHermoso homenaje a don Villa, de la pluma tan erudita de Diego Demetrio Orellana, que parece un Villavicencio en pequeño en nuestra Cuenca donde se raja con todo el mundo de la cultura.
ResponderEliminarQué rabia que siento que a este hombre valiente le hayan matado las mafias... Por eso no debemos hacer que el 20 de agosto ganen las mafias. Que gane don Villa reencarnado en Zurita y que tiemblen las mafias.
ResponderEliminarAlhaja artículo del doctor Demetrio para abrir los ojos de lo que ha estado pasando con la muerte de Fernando Villavicencio. El domingo todo todito 25.
ResponderEliminarSe ha lucido, Demetrio, con este artículo. Uno de los mejores que he leído de usted. Me pican leer sus temas y la forma como lo cuenta todo. Felicitaciones
ResponderEliminarCada vez que veo o leo algo de don Villa me emputo con los matones que nos quitaron de este campo de batalla... El domingo, todo 25 en memoria de don Villa.
ResponderEliminarA dónde llegó el país con tanta corrupción... Decir la verdad siempre es peligroso pero nunca creí que como para matar a alguien de manera tan macabra... Nunca lo olvidaré en mi vida. Bienhechito fuera que el domingo sea la lista 25 la que gane las elecciones y don Villa gane la presidencia desde la tumba.
ResponderEliminarSiempre es interesantísimo leer sus artículos, estimado Demetrio, pero se pasó con este maravilloso homenaje a don Villa. Mis felicitaciones sinceras y siga adelante ilustrándonos...
ResponderEliminarSi fuera un concurso de redacción, usted ya ganó el primer puesto, don Demetrio Orellana, con este tema que pasará a la historia de su fascinante carrera de escritor y será de antología en recuerdo de don Villa.
ResponderEliminarPermítame compartir con mis amigos este artículo, estimado Demetrio Orellana. Lo mejor que he leído sobre la amistad de Zurita con Fernando Villavicencio. Un lindo homenaje al difunto y su memoria ilustre.
ResponderEliminarQué lindura de escrito sobre don Villa eterno... El domingo todo 25 para que no ganen las mafias.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo: TODO 25... en recuerdo de don Villa. Me copio este artículo y lo paso a mis contactos.
ResponderEliminarMe hizo pensar en el crimen como una esperanza de que don Villa no se ha ido. Ganará el domingo 20 de agosto y sus asesinos no habrán logrado nada pues Zurita es don Villa.
ResponderEliminarO sea que Zurita ha sido el pana del alma de Villavicencio... Eso no me lo sabía. Pero ya me cambié a Daniel Noboa y leyendo este artículo regresé donde don Villa y ahora sé que Christian Zurita hará lo que don Villa quería. Todo 25, sí señor.
ResponderEliminarPor algo pasan las cosas, con el consentimiento d Dios; y EL tiene un proposito para cada uno d nosotros. Tampoco sabia que don VILLA ,tenia Replica d a.igo como Don Christian.
EliminarFelicitaciones al autor de este escrito... Formidable homenaje a Fernando Villavicencio. Así se habla, clarito y bonito y directo.
ResponderEliminarEstoy profundamente pasmado de la belleza de palabras en un artículo mortuorio. Y qué formita de describir a la bambalina Ortega... jajaja... De a veritas don Villa es el oro y ese capitán Ortega es la bambalina... Es el goce cómo quiere ser presidente sin saber leer ni escribir ese Ortega... jajaja... pero mejor no podía haberlo dicho sino solo el doctor Demetrio Orellana. Mis respetos.
ResponderEliminarQué chéveres comparaciones... Fernando Villavicencio = oro... Edwin Ortega = bambalina.... Christian Zurita = pana del alma de don Villa... ¿Y quién para hacer mejor las cosas que el pana del alma? TODO 25 Y QUE GANE LA PATRIA Y QUE PIERDAN LAS MAFIAS.
ResponderEliminarLindo encontrar una buena lectura para ir a votar todo, todito 25 en memoria de don Villa. Felicitaciones, doctor Demetrio.
ResponderEliminarMuy buen análisis, es para reflexionar nuestro voto.
ResponderEliminarEl domingo todo 25 todito 25 en memoria de don Villa. Zurita presidente
ResponderEliminarMis felicitaciones distinguido historiador Orellana. Qué bello artículo sobre don Villa. Pensaba votar por TOPIC pero este escrito suyo cambió mi decisión. TODO POR LA LISTA 25 gracias a su sapiencia para guiar la conciencia de los inconscientes como yo.
ResponderEliminarYo me quedé decepcionado e incrédulo... Sin saber por quién votar pero leyendo lo que ha escrito Demetrio ya tengo opción: ZURITA PRESIDENTE
ResponderEliminarDemetrio: Mis felicitaciones por este hermoso homenaje a nuestro mártir don Villa. Todos somos don Villa el domingo 20.
ResponderEliminarComo todo lo que escribe Demetrio, este artículo es de antología. Mis parabienes y felicitaciones a tan erudito escritor cuencano.
ResponderEliminarFabuloso... me hizo reflexionar en cosas que nunca pude ver... Y puchicanas... me hizo animar a votar por Zurita en recuerdo de nuestro querido don Villa.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con lo que se lee en este artículo aunque no tengo palabras bonitas, como tiene Demetrio, para expresar toda la verdad de don Villa.
ResponderEliminarYo iba a votar nulo en rechazo al crimen que acabó con don Villa, pero este artículo me hizo nacer las esperanzas y votaré por Zurita en recuerdo de don Villa.
ResponderEliminarZurita parece un payasito rebelde, con cara de amanecido, pero ha sido el mejor amigo de don Villa y de verdad es el mejor homenaje a don Villa votar por Zurita. Don Villa es eterno y su mejor amigo es la lealtad a la causa de luchar por nosotros en este pueblo empobrecido.
ResponderEliminarTodavía no puedo superar que mataron a nuestro líder, Fernando Villavicencio, pero este artículo me hizo meditar que el mejor amigo de Fernando es Zurita y votar por Zurita es votar por don Villa. Me volvió la esperanza... Votaré toditico por la lista 25.
ResponderEliminarRafael Correa es el que debe haber mandado a matar a don Villa. Mi voto por la lista 25 y que Zurita haga todo lo que don Villa quiso.
ResponderEliminareste domingo 20 de agosto votaremos por la lista 25 en memoria de don Villa o las mafias se quedan impunes de este crimen.
ResponderEliminarPobrecito el coronel Ortega... Creyendo que por la muerte de don Villa ya estaba sentado en el palacio de Carondelet... jajaja... la bambalina ortega... Genial este Demetrio...
ResponderEliminarUn tipo brillante este historiador Demetrio Orellana para escribir tan fino y mandarle a la casa de la v.... al capitan Ortega... jajaja... Me he reido como nunca con eso de la bambalina Ortega.
ResponderEliminarCon razon Demetrio es temido por su pluma... jajaja... don Villa es el oro, el capi Ortega la bambalina... formidable metafora.
ResponderEliminarEste domingo 20 de agosto vengo votando por don Villa... con una pena grande... Ojala que Zurita haga todo lo que quiso don Villa... O de lo contrario este crimen se queda sin castigo.
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