Solus ad gloriam Dei, in historia Societatis Iesu, el 4
de mayo de 1897 es un día terribilis puesto que en el colegio «San Felipe Neri» aconteció un horrible sacrilegio. En su capilla, los soldados de un batallón
militar acantonado en aquella urbe irrumpieron, ex abrupto, para perseguir y capturar
a unos jóvenes rebeldes que gritaban en contra del gobierno alfarista y que
habíanse refugiado en el recinto jesuítico. Luego de ser repelidos brutalmente,
secundum histórica veritas, la soldadesca ramplona y aviesa ultrajó a la Santa
Eucaristía profanando el sagrario de la capilla jesuita, desperdigando las
hostias consagradas y pisotéandolas sin el menor escrúpulo ni respeto. Hurtaron
los vasos sagrados mientras en ellos bebían el vino de la misa en una
repugnante orgía nunca antes registrada in historia ecclesiae, ad verecundiam
et contra respectum in Domus Dei.
Adversas ratio et logica, no contentos con el execrable
atentado, los militares alfaristas atacaron a los sacerdotes jesuitas que
regentaban aquel plantel educacional y asesinaron a su superior, el padre
Emilio Moscoso, quien es un benemérito cuencano que había nacido en la capital de la
morlaquía en el año de 1846. Ingresó a la Compañía de Jesús en 1864, a los 18 años.
El noviciado en Cuenca duró algo más de 2 años, tiempo suficiente para que el
novicio Emilio completara el bienio. Prosiguió sus estudios en el Colegio
Seminario «San Luis» in quitensis urbe, donde destacóse como buen filósofo. Desde el año 1892 y por
espacio de unos cinco años, hasta su muerte, el P. Emilio Moscoso fue destinado al Colegio San
Felipe. In Societate Iesu sentíase llamado a la docencia, siendo de carácter
sencillo y bondadoso. Dicen que rehuía, in humilitas, los cargos de gobierno y cuando le nombraron
vicerrector del Colegio San Felipe, era claro que le costaba mucho asumirlo.
Como in Riobambensis urbe
aglutinábase una gran oposición al gobierno alfarista, los militares liberales
empezaron a sospechar y perseguir al obispo de Riobamba, Mons. Arsenio Andrade,
tanto como al alto clero de la diócesis y a los jesuitas, quienes fueron
acusados de ser promotores de la resistencia conservadora. El 2 de mayo de 1897 el obispo fue hecho preso, por lo que la población rechazó el acontecimiento in extremis. Al día
siguiente, los jesuitas fueron tomados presos y llevados al cuartel. Los ciudadanos que combatían al alfarismo amotináronse entonces creyendo que uno de los cuarteles se les unirían. A contrario sensu, el cálculo falló y prodújose mas bien un sangriento combate entre conservadores y
liberales. El 4 de mayo de 1897, a la madrugada, los liberales tomaron posesión
del colegio «San Felipe». Al purpurado habíanlo liberado por el amotinamiento de
la gente, pero lo mantenían preso en su casa. A los jesuitas les liberaron y
les dejaron que volvieran a su comunidad.
Ab irato, los combatientes, para ingresar al colegio jesuita
tuvieron que hacer un agujero y entraron para atacar al cuartel por el lado
sureste del instituto. La Basílica del Sagrado Corazón estaba en construcción y
lograron entrar al espacio del colegio San Felipe a través de este sitio. Post factum, los
del cuartel contiguo, al sentirse atacados, creyeron que el ataque provenía del
colegio y lanzáronse al asalto, destruyendo las puertas de la iglesia y
cometiendo el execrable sacrilegio.
Al ingresar en la habitación del P. Moscoso encontráronlo orando y lo asesinaron a quemarropa. Cometido el asesinato, mysterium noctis, pretendieron ocultar el crimen poniéndole en las manos un fusil a fin de que se creyese que el religioso había caído en combate. En los actuales días ha concluidose el proceso de beatificación del P. Emilio Moscoso, SJ, levantado desde el 4 de mayo de 1997, en el centenario del sacrilegio y por iniciativa de la Academia Nacional de Historia Eclesiástica. Se anuncia que muy pronto Franciscus, per Divinam Providentiam Papam I, el primer papa jesuita de la historia, dará su placet para que el benemérito jesuita cuencano Emilio Moscoso, SJ sea puesto en los altares ad gloriam Dei et in saecula saeculorum.
Diego Demetrio Orellana
In Concha, mensis maii, die IV, currentis Anno Domini MMXVII, octava III Dominica Paschalis, AD MMXVII
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