Ese divorcio que desde nuestra amada lingua latina bautízase como «divortium socialis» ha reflejádose ex tota claritas en el último paro nacional cuando el centro de estudios superiores reaccionó tardíamente para apoyar a las movilizaciones, al parecer, queriendo erigir a la rectora como caballo de batalla de las causas libertarias, de las luchas sociales y de las aspiraciones de las grandes mayorías, a la manera de quien aprovéchase de las circunstancias para convertir lo negro en blanco y fungir de una rectora progre, acorde con las aspiraciones ciudadanas de días mejores a la patria ecuatoriana, cuando su filiación fascista rafaelina verdeflex es imposible de ocultar o de esconder en las faltriqueras de oportunistas que usufructúan con fines personales de las luchas sociales, en tanto el correísmo es uno de los perversos actores que ha pretendido apropiarse del paro indígena para pescar a río revuelto y defenestrar al gobierno del desencuentro, a fin de preparar el retorno fascista del socialismo del siglo XXI. De este modo, al parecer, la astuta zalagarda circula en batahola y con rocambolesco efecto para vender la idea de que María Augusta Hermida es ya presidenciable para suceder al banquero y mantener en el poder a las huestes infernales del correísmo.
Para ello, la imagen de la rectora ha
sido depurada, maquillada y transformada a que surja en el horizonte cultural
universitario como la «MATER SALVATORIS»
o «MADRE DEL SALVADOR» IN PATRIA NOSTRA.
Así grafícanlo en las redes sociales algunos involucrados con la FEUE, autores
del precedente meme que desnuda la vera effigies de Hermida como fascista verdeflex que usufructúa a su favor con el paro indígena dentro de las filas correístas que complacen toda locura que ocúrresele desde su inmundo ático belga
a SU
MAJESTAD RAFAELINA. Es asqueroso leer la falsía de los argumentos de Hermida para justificar su condición de «MATER SALVATORIS». Leámosla en la página web de la Universidad de Cuenca: «...Defender lo público. No podemos caer en ese discurso de que lo público es malo, necesitamos defender la salud, la educación y la calidad en todos los servicios públicos... Para terminar digo que lo volvería a hacer; yo soy coherente con mi conciencia social y creo que la universidad en su conjunto también lo es». Y la falsía de este discurso cáese más al abismo cuando contémplase la condición de clase que siempre ha caracterizado a Hermida, bajo la cual subyace mas bien un modus actuandi en el que el pueblo es lo último que cuenta mientras la pobreza de los ecuatorianos impórtale un bledo.
Pero también, semper idem,
la imagen de la rectora ha sido manipulada desde el equipo de sus áulicos
febricitantes para que aparezca disfrazada como chamán, cual sacrosanto
arúspice de ritos malabares, in Roma semper aeterna, para una
cantinflérica celebración del INTI RAIMI en un contexto populista por el
que María Augusta Hermida aparece como lideresa universitaria posmoderna in
partibus infidelium o en lugar de infieles. El hecho es TERRIBILIS
en tanto represéntanos una hilarante payasada que concíbesela HORRIBILIS
si hemos de considerar que con este cantinflesco modus actuandi
María Augusta Hermida traiciona a su formación católica, apostólica y romana en
el colegio «Rosa de Jesús Cordero», de las madres catalinas de Cuenca, y
vuélvese hereje IN NOSTRA SANCTA MATER ECCLESIA traicionando a la
vez a la formación católica, apostólica y romana de su padre, César Hermida
Bustos, en el colegio «Rafael Borja», centro jesuitico par excellence in
urbe nostra. No olvidemos que la Santa Madre Iglesia dispone en el catecismo
católico romano que estos actos shamánicos no pueden practicarse por parte de
sus fieles a fuer de incurrir en herejía y apostasía o superstición, lo cual
prescríbeselo en el canon romano como un pecado
contra el Espíritu Santo.
Sin embargo, la verdad sea dicha, el
ente de estudios superiores ha convertídose en los últimos 25 años en una
especie de empresa académica en la que sus autoridades y miembros cortesanos de
su burocracia académica perciben sueldos dorados y latisueldos que provocan
grandes inequidades con los servidores universitarios, cuyos salarios no pasan
de la escala básica en el país, en una afrentosa contradicción con los ideales
de igualdad, de fraternidad y de libertad que han sido las máximas de todo
centro de estudios superiores que concíbese como la universitas magistrorum et scholarium
in historia mundi.
Haciendo historia in urbe nostra dígase que
mediante una cuestionable resolución de diciembre del año del Señor de 2002, cuando
el rector de la universidad era el cuestionado Jaime Astudillo Romero, el
Consejo Universitario fijó las remuneraciones de algunas autoridades
universitarias en los siguientes términos:
· Rector. Su remuneración normal de docente a dedicación exclusiva con todos los adicionales, más 21 salarios básicos del profesor auxiliar a tiempo parcial en concepto de bonificaciones funcionales (las famosas ERES), lo que le asegura hoy en día una remuneración superior a la del Presidente de la República.
· Vicerrector. Su remuneración normal de docente a dedicación exclusiva con todos los adicionales, más 16 salarios básicos del profesor auxiliar a tiempo parcial en concepto de bonificaciones funcionales (las famosas ERES), que también le asegura una remuneración similar a la del Presidente de la República.
·
Decano de Facultad. Su remuneración
normal de docente a dedicación exclusiva con todos los adicionales, más 12
salarios básicos del profesor auxiliar a tiempo parcial en concepto de
bonificaciones funcionales (las famosas ERES), que le asegura una remuneración
similar a la de un ministro de Estado.
Ergo, para que puédase dimensionar la infamia
que ha cometídose en este campo, es importante conocer que en todas las sociedades
serias que han valorado correctamente a las funciones académicas, la remuneración
de la máxima autoridad universitaria no pasa de ser mayor a un 35% de la que correspóndele a un catedrático, mientras que
en la Universidad de Cuenca, la remuneración de la rectora, desde hace 20 años,
es más de cuatro veces la de un profesor a tiempo completo.
La referida resolución también benefició
con las ERES a un grupo de más de 120 «leales
y fieles servidores universitarios», que en su momento fueron los
encargados de la campaña por la reelección de Jaime Astudillo Romero y luego
fueron los aúlicos febricitantes que apoyaban al delfín de Astudillo, Fabián
Carrasco, obviamente para que sus privilegios mantuviéranse intactos in
illo tempore ad verecundiam et contra dignitatis. Demás está indicar
que durante 25 años no han sido pocos los escándalos de corrupción de altísimos
niveles, el abuso de poder, la prepotencia y la persecución infame en contra de
quien considéraselo como un adversario, cualidades que han granjeado suprema antipatía
hacia las autoridades en muchos servidores universitarios que han sido
vilipendiados y ultrajados en su dignidad y derechos, a punto tal de cumplirse
un sabio e inmortal proverbio que dice: «Como un oso hambriento y león rugiente, así
es la autoridad impía que gobierna sobre un pueblo pobre» y esta verdad
apodíctica es razón suficiente para que destiérrese, in aeternum, este
oprobioso modo de administración del principal centro de educación superior de
la ínclita ciudad de Santa Ana de los Ríos de Cuenca, «Atenas del Ecuador» y «Patrimonio
Cultural de la Humanidad».
Todo el análisis precedente contrasta
con la vergonzosa subvaloración de la función docente en la Universidad de
Cuenca, en la que un profesor con 20 horas de actividad y 20 años de antigüedad
difícilmente alcanza los $ 1.300 mensuales, la remuneración más baja de la
escala salarial para un servidor con dicha antigüedad, según denuncian algunos
de los afectados que han buscado que nos pronunciemos sobre el tema in
honorem iustitiae.
Los mismos denunciantes acotan, ad
exemplum, que la infamia cometida con los docentes del alma
mater cuencana puédesela comprender de mejor manera cuando hácese un
parangón con las tablas salariales que rigen en la Universidad del Azuay, en
donde, verbi gratia, un profesor con 20 horas de clase y 20 años de
antigüedad tiene una remuneración mensual que supera los $ 2.000, mientras que en
la ESPOL, exempli gratia, un profesor de medio tiempo tiene un salario
que fluctúa entre los $ 4.000 y los $ 6.000. Este último dato corrobórase in
via claritatis si ingrésase a la página web de la ESPOL pues no podemos
exagerar en el análisis cuando siempre hemos procurado ser, desde la pluma, una
especie de cooperatores veritatis o cooperadores de la verdad. Verificando
pues estas inequidades salariales del centro de estudios superiores habríase entonces
de columbrar que la Universidad de Cuenca de la época de la fascista Hermida es
UNA UNIVERSIDAD CLASE «A» PERO CON
REMUNERACIONES DE LA CLASE «E», sin considerar, por supuesto, a la
BUROCRACIA ACADÉMICA, la mimada beneficiaria de este inicuo sistema de gobierno
en donde los aúlicos febricitantes de las autoridades que detentan el poder de
turno son como el tropel de un ejército que defiende y aplaude la gestión de su
jefecita mientras acrecienta in extremis las ilusiones
presidenciales de la rectora dentro del fascismo rafaelino verdeflex.
Y qué decir del perjuicio a todos los
servidores universitarios, especialmente a quienes perciben salarios bajos, en
lo que tiene que ver con las aportaciones al IESS. Lamentablemente, la inmensa
mayoría de la comunidad universitaria ignora que en varias ocasiones, dentro de
los últimos 25 años, la Universidad de Cuenca no ha cumplido con claras disposiciones
legales prescritas para cumplir con las aportaciones al IESS. El perjuicio es
incalculable, particularmente para aquellos servidores que se han ido jubilando
en el último cuarto siglo. Carmen Amelia Alvarado, ad exemplum, laméntase
con su grupo de jubiladas que la Universidad de Cuenca ya no es la misma de antaño
frente a estos aspectos salariales. Para los demás servidores, el perjuicio
mínimo podría cuantificarse en no menos de $ 3.288 para cada uno; así concluyen
los denunciantes al analizar con cifras los perjuicios en los fondos de
reserva correspondientes a los últimos 25
años, en donde las cifras bordean aproximadamente $ 2.955; mientras que, en
cesantía, el valor del perjuicio representa aproximadamente $ 993 para cada
servidor a causa de estos inveterados incumplimientos con las aportaciones del
alma mater cuencana al IESS.
A la hora en que los prosélitos de la
fascista Hermida postúlanla desde las filas rafaelinas verdeflex como
presidenciable conviene reflexionar en esta trepidante realidad, pues los
hechos hablan más que las palabras y en el momento de justipreciar el teje y
maneje del fascismo rafaelino frente al país y sus próximos gobernantes deberíamos
contemplar objetivamente las acciones de quienes adscríbense a esta nefasta
tendencia política, pues como dice el sabio proverbio de inmemoriales tiempos: «Por
sus obras los conoceréis».
Así entonces, las acciones realizadas
por quienes han sido autoridades universitarias durante el último cuarto de
siglo confírmamos, ex tota claritas, de manera diáfana, la calidad humana que
ostentan para no ser merecedores del aura popularis o favor popular en miras de
buscar la presidencia de la república por el arte de birlibirloque burlándose
de nuestra inteligencia y utilizando a la Universidad de Cuenca como plataforma
o palestra desde donde cual vedette de caprichosas veleidades la rectora parapétase
como presidenciable en un contexto de «vanitas vanitatum» o «vanidad
de vanidades» super flumina Tomebamba,
ad absurdum et contra dignitatis.
Diego
Demetrio Orellana
Datum Conchae, apud flumina Tomebamba, mensis iulii, die XIV, currentis Anno Domini MMXXII, octava Dominica XV per annum.
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