In historia Societatis Iesu o en la historia de la Compañía de Jesús dícese que el 20 de mayo del año del Señor de 1521 San Ignacio de Loyola sufrió una mortífera herida de bala de cañón, al defender a Pamplona, su tierra natalicia. Al cumplirse el V CENTENARIO de esta peripecia, el 20 de mayo del año pasado 2021, la Compañía de Jesús inició en todo el mundo la celebración de un AÑO IGNACIANO, el cual concluye este próximo DOMINGO 31 DE JULIO, en la festividad del benemérito santo fundador de los jesuitas. La jornada anual ha servido como propicia oportunidad para vivir la experiencia transformadora de vida cristiana de Ignacio, a partir de su crucial herida, puesto que en su larga convalecencia operó su conversión cristiana que habríalo de llevar no solo a fundar una de las principales órdenes religiosas de la Iglesia Católica sino a legar el magisterio de los EJERCICIOS ESPIRITUALES, los cuales constituyen el mejor de sus aportes ab intra Ecclesiae como una propuesta que nos concede un «MODO Y ORDEN DE MEDITAR Y ORAR» a fin de «encontrar» y «hacer» la voluntad de Dios.
Ergo, este proceso de conversión
hizo de Ignacio de Loyola un ser de profundo servicio buscando siempre la mayor
gloria del Creador. Por ello, su epónimo lema es la divisa esencial de la
Compañía de Jesús, que basa su accionar apostólico en la sempiterna enseña: «OMNIA
AD MAIOREM DEI GLORIAM/ TODO A LA MAYOR GLORIA DE DIOS».
Así, Ignacio comenzó a ver todas
las cosas nuevas en Cristo, dicen sus biógrafos, por lo que el AÑO IGNACIANO ha permitido que
diariamente recuérdese su experiencia transformadora para hacer de todo momento
una ocasión que permítanos vivir una nueva conversión interior por la que descúbrese
un renovado impulso que engólfanos hacia nuevos caminos para servir a los
demás, a semejanza de Ignacio, quien constantemente insistía, in Exercitia
Spiritualia, en «PEDIR CONOCIMIENTO INTERNO DE TANTO BIEN
RECIBIDO, PARA QUE YO, ENTERAMENTE RECONOCIENDO, PUEDA EN TODO AMAR Y SERVIR A
SU DIVINA MAJESTAD».
Al concluir el AÑO IGNACIANO en Santa Ana de los Ríos
de Cuenca, el padre Pedro Soto Delgado, párroco del Santo Cenáculo, con una
fuerte inclinación por la espiritualidad jesuita, ha colocado en el antiguo
templo jesuítico de la capital de la morlaquía la vieja estatua de San Ignacio
de Loyola que los padres jesuitas dejáranla en tal iglesia cuando en 1987 concluyera su administración por el rompimiento de un comodato que la curia de Cuenca tenía firmado
con la Compañía de Jesús.
La estatua es mayestática y
resulta maravilloso volverla a contemplar después de tres décadas. En ella, San
Ignacio, en postura ascética, mira al cielo in excelsis, mientras en
sus manos sostiene el libro de los EJERCICIOS
ESPIRITUALES, que constituye su herencia para la Santa Madre Iglesia, en
tanto con el diestro dedo señala el lema apostólico de la Compañía de Jesús: «AD
MAIOREM DEI GLORIAM/ A LA MAYOR GLORIA DE DIOS».
Este lema justamente aparece en
letras capitales de hiperbólico tamaño, las cuales confróntanse en la hoja
contrapuesta del libro con el trigrama de Cristo o anagrama de la Compañía de
Jesús: «IHS» que son las siglas latinas que equivalen
a «IESUS
HOMINUM SALVATOR» O «JESÚS SALVADOR DE LOS HOMBRES» en nuestra perínclita lengua de Castilla.
La escultura contémplase averiada,
por el paso de los años, y el entusiasmo por precautelarla hizo que el padre
Soto pidiera a la Unidad Educativa Particular Borja una donación de 1.500
dólares, que es el costo de su restauración. Sin embargo, praeter opinionem/ contra toda
expectativa, los jesuitas del Borja, Rolando Calle y Luis Chacón, en
vez de acoger la singular petición intentaron mas bien que el arzobispo de
Cuenca, Marcos Pérez Caicedo, ordenara la donación de la estatua al colegio
Borja en donde justificaban que sería mejor venerada, propuesta que, por efecto
rocambolesco, ha sido rechazada por el consejo de pastoral de la parroquia del
Santo Cenáculo, cuyos miembros consideran que si tal imagen es uno de los
tesoros del Santo Cenáculo es menester que quédese en el templo y allí
venérese coram populo como un símbolo de virtudes cristianas in
nostra Sancta Mater Ecclesia. El modus actuandi de los curas Rolando Calle y Luis Chacón parece viveza criolla disfrazada de asquerosa engañifa para esconder una despeluznante cicatería en horripilante tacañería y miseria humana.
Es por ello, que para concluir el
AÑO
IGNACIANO 2021 – 2022 el Santo Cenáculo exhibe nuevamente a San Ignacio
de Loyola, cuya silueta parece haber sido inspirada en el célebre retrato que
hiciera Rubens en el siglo XVII y que, in stricta veritas, ha sido el
modelo fisonómico de muchas esculturas que existen sobre este paradigmático
santo en el mundo entero.
No sábese con certeza cuándo fue
elaborada esta escultura ignaciana de Santa Ana de los Ríos de Cuenca, pero de
un análisis de la misma nótase que es realmente antigua y no puédesela haber mandado a elaborar después del año 1947 cuando los beneméritos padres jesuitas
hiciéronse cargo de la administración del templo. Mucho más si obsérvase el pan de
oro de algunas partes policrómicas del cuerpo escultórico, Por ello presúmese
que la estatua mas bien pudo habérsela trasladado al Santo Cenáculo desde el
colegio Rafael Borja que habíase fundado 10 años antes, en 1937. Mas como la
escultura aún parece ser mucho más vieja a 1937 es posible establecer una nueva
presunción en el sentido de que tal imagen incluso podría datarse en el siglo
XIX cuando los jesuitas estuvieron radicados en nuestra ciudad, por segunda vez en la historia de Cuenca,
dirigiendo el colegio «San Luis», hoy Benigno Malo.
En todo caso, Santa Ana de los
Ríos de Cuenca es poseedora de una de las más bellas esculturas de San Ignacio
de Loyola, el fundador de los jesuitas, y su magnificencia es fehaciente prueba
de su magno esplendor in nomine Christi, ad maiorem Dei gloriam in
urbe nostra, sicut dixit Sancte Ignatius a Loyola, primus praepositus generalis
Societatis Iesu.
DIEGO DEMETRIO ORELLANA
Datum Conchae, mensis Iulii, die
septimus supra vicesimus, reparata salute Anno Dominicae Incarnationis MMXXII,
in vesperas solemnitate S. Ignatius a Loyola, Societatis Iesu fundator.
Deseo se mantenga en el Cenaculo ...... Julia Loyola Peña
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