Ex admirationem, en el
punto donde hállase el puente EUROPA, en el camino a Paute, desde hace ya más
de 20 años permanecía un monumento de piedra con dos placas de bronce, las
cuales conmemoraban, ad perpetuam rei memoriam, el
desastre de La Josefina, cuando la noche del 29 de marzo del año 1993 el cerro
Tahual deslizóse sobre el río Cuenca, en uno de los accidentes naturales de
mayor impacto en la historia de la localidad.
Ad
effectum videndi, en la imagen puédese contemplar a dicho
monumento conmemorativo sin las placas que le hacían característico y peculiar
y que llamaban la atención de propios y extraños, mientras sus textos invitaban
a la reflexión sobre el percance de ingrata memoria. Efectivamente, una de
estas placas decía ad peddem litterae: «A la naturaleza que lanzó su grito el 29
de marzo de 1993, para llamar al respeto y comprensión de los seres humanos».
El mensaje era concientizador pro omnes gentes para acrecentar la
reverencia que obligados estamos a guardar para la naturaleza, bien que hállase
para beneficio del género humano in aeternum.
En esta fotografía tomada hace dos
décadas puede apreciarse, cum accurata diligentia, el
monumento conmemorativo de La Josefina, con las dos placas que en estos días
han sido sustraídas por una oprobiosa delincuencia que no respeta a los bienes
públicos y que integra una cáfila de individuos que han dádose a la costumbre
de robar las placas de bronce de los monumentos de la localidad para fundirlas
y venderlas como bronce en bruto, considerando que este metal es caro cuando se
lo comercializa en grandes cantidades, al socaire del civismo y el respeto a
los bienes comunitarios.
Mirar ahora el monumento de La Josefina sin sus placas de bronce causa indignación en las personas que tienen conciencia sobre el respeto que débese guardar a los bienes públicos, mientras conviene detectar a estos delincuentes pues sus acciones no deberíanse quedar impunes. El Código Penal y la Ley de Patrimonio, vigentes actualmente in communitate nostra, establecen las sanciones para quienes atenten contra los bienes patrimoniales y las penas van hasta tres años de prisión.
Estos actos vandálicos son bárbaros a
capite ad calcem y desde la Historia, magistra vitae, tráennos a
la memoria una curiosa anécdota histórica vinculada con los Barberini, que eran
los miembros de una familia aristocrática de la que provino el Santo Padre
Urbano VIII, quien era a la vez Mafeo Barberini. En efecto, una denuncia
pública que el pueblo romano hizo fijando sobre la estatua del Pasquino una
frase con la que criticábanse los excesos del papa Barberini y su familia pasó
a la historia, ad futuram rei memoriam, pues Urbano VIII impuso una política
destructiva sobre la Roma imperial y para mandar a construir la Roma barroca,
de inicios del siglo XVII, mandó a retirar los rosetones de bronce de la cúpula
del Panteón de Agripa para la construcción del famoso baldaquino de la
Catedral de San Pedro, obra del inmortal Bernini, junto con los cañones del
castillo defensivo de Sant'Angelo. La histórica frase decía in
scriptis et ad verecundiam: «Quod non fecerunt barbari, fecerunt Barberini»,
que en nuestra maravillosa lengua de Castilla significa: «Lo que no hicieron los bárbaros
hicieron los Barberini». El robo de las placas de bronce de más de 13
monumentos históricos de la Atenas del Ecuador y ahora de La Josefina nos
confirman que las acciones vandálicas de la delincuencia son de veras bárbaras
y execrables ex tota fortitudine, como lo fueron las acciones de los
Barberini in diebus illis et in Roma aeternam.
Agradecemos, ex toto corde, al
periodista Luis Puma Valdivieso, por las fotografías del robo de las placas de
La Josefina. Su ayuda ha sido valiosa en esta denuncia in honorem veritatis.
Por otra parte, condenamos este hecho delictivo que deberíase perseguir hasta dar
con esta cáfila de delincuentes que mucho daño han hecho a Cuenca y el Azuay
con la desaparición de hermosas y patrimoniales placas históricas que
representan, desde la Epigrafía, hitos esenciales de acontecimientos valiosos in
historia nostra.
SALUTEM ET COMMUNIONEM,
DIEGO DEMETRIO ORELLANA
In Concha, super flumina Tomebamba, mensis septembris, die XIV, currentis Anno Domini MMXV
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