viernes, 27 de marzo de 2015

UN VICARIO Y SU PADRE ESPIRITUAL IN NOSTRA MATER ECCLESIA



Padre Julio Castillo y Padre Guillermo Andrade

«Talis pater qualis filius/De tal padre cual hijo» decíase en la antigüedad clásica porque los hijos parécense a sus progenitores. Mas tal realidad confírmase también diem per diem con los especiales seres que conviértense en padres espirituales que nos guían en la vida. Es el caso del P. Guillermo Andrade Moreno, epónimo vicario del Jardín Azuayo, y el P. Julio Castillo Bernal, actual vicario de Gualaceo.

Iglesia de la parroquia Hermano Miguel/ Cuenca del Ecuador

El P. Julio, en 1992, trabajó con el P. Guillermo, quien era Vicario General de la Arquidiócesis de Cuenca in diebus illis y fundaron juntos la parroquia «Hermano Miguel» de Las Orquídeas, en la capital azuaya. A base de mingas edificaron el templo y la casa parroquial e inicióse así una amistad entrañable, de gran empatía. El viejo vicario desarrolló una relación paternal con el P. Julio, quien, in illo tempore, enfrentó la muerte de su papá y encontró en el sacerdote Guillermo un verdadero padre espiritual que lo guió con sabiduría. A él lo escogió como su padrino de primera misa cuando ordenóse de presbítero el 13 de mayo de 1995. 


Quince años luego, en 2010, el P. Andrade aparece junto a la madre del P. Julio, en una curiosa foto en la que el actual vicario de Gualaceo comparte la alegría de su jubileo sacerdotal con su amada mamá y su padre espiritual. En 1997, al consagrar la iglesia de Las Orquídeas, monseñor Alberto Luna, OCD, nombró a Castillo como párroco de la parroquia «Hermano Miguel» y el P. Guillermo siguió apoyando a la circunscripción eclesiástica con bienes y persona. Ad exemplum, generosamente donó las estaciones del Vía Crucis y la imagen de la Virgen de Guadalupe que venérase en dicha iglesia, mientras en todas las asambleas parroquiales, los jubileos de las cuarenta horas y las principales fiestas litúrgicas no dejó de estar presente hasta el año 2007, en que monseñor Vicente Cisneros nombró al P. Julio como Vicario de Gualaceo. El P. Andrade, de origen gualaceño, fue 16 años vicario del Jardín Azuayo, entre 1952 y 1968, y tuvo gran alegría de que su hijo espiritual asumiera la Vicaría de Gualaceo. Así, entre los años 2007 y 2015, apoyó la labor pastoral del P. Julio, siendo constante su presencia en Gualaceo, sobre todo en la fiesta del Patrón Santiago, a la que venía cada año para tomar parte en los oficios solemnes del santo apóstol.

El P. Guillermo Andrade Moreno y la madre del P. Julio Castillo, doña Julia Bernal


El vicario Castillo tiene muchas anécdotas de su relación filial con el P. Guillermo, un verdadero padre in vita suam, quien pedíale siempre que lo acompañara en sus viajes pastorales por la provincia, en confirmaciones, comuniones y fiestas religiosas. Estas circunstancias hicieron que juntos vivieran intensas experiencias pastorales, confidencias y sentimientos llegando a conocerse profundamente y gestar grandes ideas. Convencido del sacerdocio y preocupado de la crisis vocacional, el P. Andrade, bromeando, solía decir al P. Julio: «los curas somos una raza en proceso de extinción», frase que denota su capacidad observadora ante una realidad eclesial que mirábala con atención. El P. Julio teníalo siempre como un consejero de la vida, del sacerdocio y de la Iglesia, pues la sabiduría, ecuanimidad y paz interior del viejo vicario conjugaban juntas la atmósfera para el consejo preciso en cada coyuntura en que era menester escuchar su paternal opinión, puesto que si sentía la necesidad de observar o reprochar algo adoptaba una actitud bondadosa para señalar el camino o dejar claro un criterio.

El P. Julio Castillo despide a su padre espiritual ad vitam aeternam

Entre los dos hubo un «affectio originalis» o «afecto original» y una «collegialitas affectiva» o «colegialidad afectiva» para intercambiar ideas y pensamientos. Así, el actual vicario de Gualaceo logró acopiar un enorme acervo de memorias y enseñanzas del P. Guillermo y en sus viajes a Cuenca no dejó jamás de visitarlo.


Hoy, cuando el P. Andrade ya no está inter nos, su hijo espiritual guía a la vicaría teniendo  como referente a este singular hijo de Gualaceo fallecido el 20 de enero del año 2015 ad gloriam Dei in communitate nostra.

DIEGO DEMETRIO ORELLANA
IN CONCHA, SUPER FLUMINA TOMEBAMBA, MENSIS MARTII, DIE XXVIII, CURRENTIS ANNO DOMINI MMXV

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