DÍA MUNDIAL DE LA LATINIDAD
Ad absurdum, es causa de estolidez que en la «ciudad cargada de
alma», como en toda Hispanoamérica, una latinofobia amplifícase -in
crescendo- renegando de nuestras raíces latinas, en la incomparable
lengua de Castilla, por parte de trasnochados seres cuya ignorancia histórica
llévalos a considerar que la lingua latina está muerta y no débesela
utilizar jamás. Si formulárase la interrogante de ¿quién sabe latín? podríase corroborar,
a priori,
que muy pocos levantarían su mano, ipso facto, para responder a la pregunta
de marras. No obstante, de facto, y sin que nadie percíbalo
con perspicuidad habremos de inferir que todos, absolutamente todos, utilizamos
a la
lingua latina cotidianamente, diem per diem, en nuestro lenguaje
coloquial. Ergo, no estamos ante ninguna rara avis in terra cuando
alguien profiere expresiones tan elocuentes como: «magister», «etcétera», «campus», «quórum», «forum», «versus», «alma mater», «curriculum vitae», «déficit», «superávit», «áccesit», «per cápita» o «excelsa». En consecuencia, no es para nada esnobismo el utilizar estos términos,
ad
arbitrium, en nuestras conversaciones y composiciones líricas. Y así
por el estilo dígase que nadie podría ser acusado de excéntrico por hacer uso
cotidiano de locuciones tales como: «spa», «referéndum», «ultimátum», «álbum», «júnior», «dúplex», «sui generis», «tiquismiquis» o, incluso, «in aeternum». La lista
podría continuar ad infinítum y podríase expandir in saécula saeculórum, pero
para muestra basta un botón y la precedente retahíla de términos latinos dan
cuenta, de vehementi, que la lingua latina está viva in
tertio millenio ineunte o durante el tercer milenio.
Y como muy bien ha
díchose por ahí, en el mundo de la latinidad, nadie requiere el auxilio de su alter
ego ni del sursuncorda para descifrar in extenso casi todas las palabras
enlistadas, ad exemplum, en el precedente parágrafo, sin incurrir en una
especie de «totum revolutum» de Castellano y Latín en nuestro texto que busca
tan solo reverenciar a la lingua latina como lingua
mater in hispánica lingua.
Por otra parte, ningún
doctorado honoris causa tenemos que conseguir a fin de ser adecuados
interlocutores de la lingua latina, como tampoco nos ha sido menester la
obtención de notas magna cum laude para inferir el significado de los diversos términos
latinos que recrean este pertinente ensayo en el «DÍA MUNDIAL DE LA
LATINIDAD». Así, luego de leer el compendio de tan bellas palabras del habla
coloquial de los hispanohablantes contemplemos a la lingua latina tan antigua
como la humanidad misma in historia mundi. Y es en la
historia del mundo grecolatino, precisamente, donde corroboramos, in
claritatis via, que tanto el lenguaje culto cuanto el vulgar tienen
tras de sí una inmensa cantidad de latinismos a lo largo de los tiempos.
In stricta veritas, dígase pues que algunos de los términos que hemos invocado ut
supra no han perdido su original significado ni la sui generis elegancia con
la cual exornan a la lengua de Castilla al interceptarlos, con interés pedagógico,
en nuestro armonioso idioma castellano, mientras que algunas palabras adquieren,
de
momento ad momentum, nuevas connotaciones, como puede ser acaso la
expresión «versus», la cual, ab origine, significaba «hacia» in lingua latina semper aeterna,
pero en la lengua inglesa adquirió mas bien una significación de contrariedad,
siendo éste el sentido que hoy prodígase a tal palabra cuando decimos, exempli
gratia, que algo contrapónese con otra cosa, como en el lenguaje futbolístico
donde podemos expresar que Barcelona juega versus Emelec, a guisa de paradigmático
ejemplo de la incidencia inglesa en el uso de la lingua latina in
universa terra.
Para los estudiosos
de la Filología ha sido una grata serendipia descubrir que en el Inglés, una
lengua celta, es en donde más latinismos han incorporádose a su vocabulario, a
punto tal de que su universalidad y su todopoderosa influencia en el mundo
incidieron para que del Inglés háyanse transmitido muchas expresiones latinas a
los idiomas romances, entre los cuales la lengua de Castilla brilla con luz
propia «in via lucis» o «en el camino de la
luz». Por eso es que en el Inglés existen latinajos que traspasáronse al
Castellano -de forma soberana- como la
palabra «máster», que viene de «magister» o el término «esnob», que proviene de «sine nobilitate», locución que en lengua
latina significa «sin nobleza». Igualmente, en el Inglés es común el «curriculum vitae» o la
expresión «magna cum laude» para quienes gradúanse con excelencia en las
universidades, así como el término «ítem» que en Latín significa «del mismo modo» o el
doctorado «Honoris causa» y el «PHD», que viene del Philosophia Doctoris.
Más allá de la
absurda latinofobia que pulula como un cáncer, in communitatis vita o en la
vida de la comunidad el conocimiento de la lingua latina y la veneración
que debemos tener por ella, in respectum et reverentia, son
elocuentes signos de un básico conocimiento de nuestra cultura, la cual ancla
sus raíces en los arcanos etéreos del mundo latino. Hízose popular entonces, in
historia mundi, un famoso dicho de la lengua de Castilla por el que dícese
que «quien sabe mucho sabe latín» y por algo ya los
antiguos romanos del mundo clásico decían con tanta precisión: «Sapere aude» o «Atrévete a saber». La lingua latina proyéctanos, además,
in
via curiositatis o en el camino de la curiosidad, por
ignotos andariveles en donde muchas curiosas cosas descúbrense a través de la
latinidad. Ad exemplum, gracias a la latinidad veríamos que la palabra «salario» viene de «sal», pues en la
antigua Roma pagábase el sueldo con sal. Mas el respeto a la latinidad haría
sobre todo que la gente utilice y pronuncie mejor los latinismos, ya que
resulta jacarandoso leer en muchos artículos y ensayos que fungen de sapiencia
latinajos mal escritos y mal traídos de los cabellos, lo que provócanos
hilaridad ad sumum in culturalis aspectibus. Este es el quid
de la cuestión, digámoslo utilizando justamente un común latinajo que todo el
mundo lo dice sin mayor reflexión ni concentración.
In honorem
veritatis, lo más interesante de todo esto es que
la Real Academia de la Lengua Castellana prodíganos sencillas reglas para el
uso de la lingua latina. Verbi gratia, según la RAE, los
latinismos de una sola palabra castellanízanse para añadirles los pertinentes
acentos diacríticos como cuando decimos «absúrdum», «álbum», «referéndum», «ultimátum» o «admirábilis». No obstante, las reglas de la Academia Lengua
prescriben que los latinismos de doble término no débense tildar, como cuando
proferimos: «in extenso», «in memoriam», «in excelsis», «ad infinitum», «ad absurdum», «in vitro». Así, escríbense
tal cual hacémoslo en la lingua mater recomendándose que todo latinismo débese
escribir en cursiva. Mas nosotros, como amantes de la latinidad, consideramos
que incluso puédense escribir en negritas para que nótese ad solemnitatem su mayestática
elegancia y aristocrática presencia en nuestra paradigmática lengua de
Castilla. El no utilizar los latinajos más célebres ha provocado que muchos neófitos
escríbanlos distorsionados ad absurdum et contra veritatis.
In veritatis via digámoslo sin aspavientos: los latinismos nos persiguen en el habla
coloquial pues inclusive muchas de las palabras latinas extráense con
naturalidad en todos los ámbitos pues la lingua latina ha sido uno de los
referentes idiomáticos de las ciencias, de la Iglesia católica y de la
literatura. Ergo, nada extraño resúltanos que sólo en el mundo de la Economía
todos utilicemos latinajos tales como «déficit», «superávit» o renta «per cápita», mientras el moderno «spa» a donde
vamos para refocilarnos, como si fuésemos al gimnasio, es llamado justamente
como «spa» sin que por ello muchos pregúntense siquiera que este singular término
viene de la locución «salute per aquam». Y así por el estilo, hablaremos siempre de la
condición sine qua non, de la fecundación in vitro, del delirium
tremens, del famoso hábeas corpus o del no menos prestigioso
«mens sana in corpore sano», mientras en la música contemplamos la «ópera prima» de un neófito
autor o escuchamos un «réquiem» de los tantos famosos que los genios de la música crearon ad
perpetuam rei memoriam. Inclusive, en el mundo empresarial son conocidísimas
compañías famosas como «Cáritas», «Veritas», «Sanitas», «Secúritas Direct» o «Legálitas».
También, in
ciberspatium, encuéntranse revistas de actualidad on line in
lingua latina. Una de ellas es Ephemeris (Alcuinus.net/ephemeris),
mientras en la Internet muchos latinistas suben vídeos en los que hablan en Latín
en Youtube.
Rebus sic stantibus/ Estando así las cosas, dígase, ad concludendi, que es un yerro terribilis asociar a la lingua latina con la Santa Madre Iglesia solamente, pues como hemos visto en este ensayo todas las ciencias han heredado valiosas locuciones latinas in saecula saeculorum, siendo muchas expresiones eclesiásticas aquellas que siguen vivificando a nuestras vidas con la herencia latina, como cuando decimos: «El fulano parece un eccehomo» o «esto es un adefesio», exquisita palabra que proviene de «ad Ephesios», en alusión a los efesios, comunidad griega para la que el apóstol Pablo escribió unas cartas en la Biblia.
Y no olvidemos que
la lingua
latina aún es el idioma oficial de la Santa Sede, el Estado del
Vaticano. Sólo la cuenta de twitter del papa Francisco, en Latín, tiene ya más
de 260.000 seguidores, lo que prueba, de vehementi, que la lingua latina
está viva y seguirá siendo considerada como una especie de LINGUA ANGELORUM hodie et nunc et
semper in mundum universum, ad multos annos in veritatis splendor.
Diego Demetrio
Orellana
In Concha, mensis maii,
die XV, reparata salute Anno Dominicae Incarnationis MMXXII, Diem Mundialem Latinitatis
in octava VI Dominica per annum.
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