lunes, 15 de mayo de 2023

EL LATÍN SIGUE VIVO Y REDIVIVO AD OMNES GENTES IN MUNDUM UNIVERSUM

 


DÍA MUNDIAL DE LA LATINIDAD

Ad absurdum, es causa de estolidez que en la «ciudad cargada de alma», como en toda Hispanoamérica, una latinofobia amplifícase -in crescendo- renegando de nuestras raíces latinas, en la incomparable lengua de Castilla, por parte de trasnochados seres cuya ignorancia histórica llévalos a considerar que la lingua latina está muerta y no débesela utilizar jamás. Si formulárase la interrogante de ¿quién sabe latín? podríase corroborar, a priori, que muy pocos levantarían su mano, ipso facto, para responder a la pregunta de marras. No obstante, de facto, y sin que nadie percíbalo con perspicuidad habremos de inferir que todos, absolutamente todos, utilizamos a la lingua latina cotidianamente, diem per diem, en nuestro lenguaje coloquial. Ergo, no estamos ante ninguna rara avis in terra cuando alguien profiere expresiones tan elocuentes como: «magister», «etcétera», «campus», «quórum», «forum», «versus», «alma mater», «curriculum vitae», «déficit», «superávit», «áccesit», «per cápita» o «excelsa». En consecuencia, no es para nada esnobismo el utilizar estos términos, ad arbitrium, en nuestras conversaciones y composiciones líricas. Y así por el estilo dígase que nadie podría ser acusado de excéntrico por hacer uso cotidiano de locuciones tales como: «spa», «referéndum», «ultimátum», «álbum», «júnior», «dúplex», «sui generis», «tiquismiquis» o, incluso, «in aeternum». La lista podría continuar ad infinítum y podríase expandir in saécula saeculórum, pero para muestra basta un botón y la precedente retahíla de términos latinos dan cuenta, de vehementi, que la lingua latina está viva in tertio millenio ineunte o durante el tercer milenio.

Y como muy bien ha díchose por ahí, en el mundo de la latinidad, nadie requiere el auxilio de su alter ego ni del sursuncorda para descifrar in extenso casi todas las palabras enlistadas, ad exemplum, en el precedente parágrafo, sin incurrir en una especie de «totum revolutum» de Castellano y Latín en nuestro texto que busca tan solo reverenciar a la lingua latina como lingua mater in hispánica lingua.

Por otra parte, ningún doctorado honoris causa tenemos que conseguir a fin de ser adecuados interlocutores de la lingua latina, como tampoco nos ha sido menester la obtención de notas magna cum laude para inferir el significado de los diversos términos latinos que recrean este pertinente ensayo en el «DÍA MUNDIAL DE LA LATINIDAD». Así, luego de leer el compendio de tan bellas palabras del habla coloquial de los hispanohablantes contemplemos a la lingua latina tan antigua como la humanidad misma in historia mundi. Y es en la historia del mundo grecolatino, precisamente, donde corroboramos, in claritatis via, que tanto el lenguaje culto cuanto el vulgar tienen tras de sí una inmensa cantidad de latinismos a lo largo de los tiempos.


In stricta veritas, dígase pues que algunos de los términos que hemos invocado ut supra no han perdido su original significado ni la sui generis elegancia con la cual exornan a la lengua de Castilla al interceptarlos, con interés pedagógico, en nuestro armonioso idioma castellano, mientras que algunas palabras adquieren, de momento ad momentum, nuevas connotaciones, como puede ser acaso la expresión «versus», la cual, ab origine, significaba «hacia» in lingua latina semper aeterna, pero en la lengua inglesa adquirió mas bien una significación de contrariedad, siendo éste el sentido que hoy prodígase a tal palabra cuando decimos, exempli gratia, que algo contrapónese con otra cosa, como en el lenguaje futbolístico donde podemos expresar que Barcelona juega versus Emelec, a guisa de paradigmático ejemplo de la incidencia inglesa en el uso de la lingua latina in universa terra.


Para los estudiosos de la Filología ha sido una grata serendipia descubrir que en el Inglés, una lengua celta, es en donde más latinismos han incorporádose a su vocabulario, a punto tal de que su universalidad y su todopoderosa influencia en el mundo incidieron para que del Inglés háyanse transmitido muchas expresiones latinas a los idiomas romances, entre los cuales la lengua de Castilla brilla con luz propia «in via lucis» o «en el camino de la luz». Por eso es que en el Inglés existen latinajos que traspasáronse al Castellano -de forma soberana- como la palabra «máster», que viene de «magister» o el término «esnob», que proviene de «sine nobilitate», locución que en lengua latina significa «sin nobleza». Igualmente, en el Inglés es común el «curriculum vitae» o la expresión «magna cum laude» para quienes gradúanse con excelencia en las universidades, así como el término «ítem» que en Latín significa «del mismo modo» o el doctorado «Honoris causa» y el «PHD», que viene del Philosophia Doctoris.


Más allá de la absurda latinofobia que pulula como un cáncer, in communitatis vita o en la vida de la comunidad el conocimiento de la lingua latina y la veneración que debemos tener por ella, in respectum et reverentia, son elocuentes signos de un básico conocimiento de nuestra cultura, la cual ancla sus raíces en los arcanos etéreos del mundo latino. Hízose popular entonces, in historia mundi, un famoso dicho de la lengua de Castilla por el que dícese que «quien sabe mucho sabe latín» y por algo ya los antiguos romanos del mundo clásico decían con tanta precisión: «Sapere aude» o «Atrévete a saber». La lingua latina proyéctanos, además, in via curiositatis o en el camino de la curiosidad, por ignotos andariveles en donde muchas curiosas cosas descúbrense a través de la latinidad. Ad exemplum, gracias a la latinidad veríamos que la palabra «salario» viene de «sal», pues en la antigua Roma pagábase el sueldo con sal. Mas el respeto a la latinidad haría sobre todo que la gente utilice y pronuncie mejor los latinismos, ya que resulta jacarandoso leer en muchos artículos y ensayos que fungen de sapiencia latinajos mal escritos y mal traídos de los cabellos, lo que provócanos hilaridad ad sumum in culturalis aspectibus. Este es el quid de la cuestión, digámoslo utilizando justamente un común latinajo que todo el mundo lo dice sin mayor reflexión ni concentración.

Ni qué decir tiene de la incorrecta castellanización de algunos latinajos, a fuer del desconocimiento de la lingua latina, como cuando muchos escriben: «per secula seculorum», en vez de «in saecula saeculorum» o cuando algunos invocan las locuciones: «a grosso modo» y «motu propio» en vez de escribir «grosso modo» y «motu proprio» in stricta veritas.

In honorem veritatis, lo más interesante de todo esto es que la Real Academia de la Lengua Castellana prodíganos sencillas reglas para el uso de la lingua latina. Verbi gratia, según la RAE, los latinismos de una sola palabra castellanízanse para añadirles los pertinentes acentos diacríticos como cuando decimos «absúrdum», «álbum», «referéndum», «ultimátum» o «admirábilis». No obstante, las reglas de la Academia Lengua prescriben que los latinismos de doble término no débense tildar, como cuando proferimos: «in extenso», «in memoriam», «in excelsis», «ad infinitum», «ad absurdum», «in vitro». Así, escríbense tal cual hacémoslo en la lingua mater recomendándose que todo latinismo débese escribir en cursiva. Mas nosotros, como amantes de la latinidad, consideramos que incluso puédense escribir en negritas para que nótese ad solemnitatem su mayestática elegancia y aristocrática presencia en nuestra paradigmática lengua de Castilla. El no utilizar los latinajos más célebres ha provocado que muchos neófitos escríbanlos distorsionados ad absurdum et contra veritatis.



In veritatis via digámoslo sin aspavientos: los latinismos nos persiguen en el habla coloquial pues inclusive muchas de las palabras latinas extráense con naturalidad en todos los ámbitos pues la lingua latina ha sido uno de los referentes idiomáticos de las ciencias, de la Iglesia católica y de la literatura. Ergo, nada extraño resúltanos que sólo en el mundo de la Economía todos utilicemos latinajos tales como «déficit», «superávit» o renta «per cápita», mientras el moderno «spa» a donde vamos para refocilarnos, como si fuésemos al gimnasio, es llamado justamente como «spa» sin que por ello muchos pregúntense siquiera que este singular término viene de la locución «salute per aquam». Y así por el estilo, hablaremos siempre de la condición sine qua non, de la fecundación in vitro, del delirium tremens, del famoso hábeas corpus o del no menos prestigioso «mens sana in corpore sano», mientras en la música contemplamos la «ópera prima» de un neófito autor o escuchamos un «réquiem» de los tantos famosos que los genios de la música crearon ad perpetuam rei memoriam. Inclusive, en el mundo empresarial son conocidísimas compañías famosas como «Cáritas», «Veritas», «Sanitas», «Secúritas Direct» o «Legálitas».


También, in ciberspatium, encuéntranse revistas de actualidad on line in lingua latina. Una de ellas es Ephemeris (Alcuinus.net/ephemeris), mientras en la Internet muchos latinistas suben vídeos en los que hablan en Latín en Youtube.

Rebus sic stantibus/ Estando así las cosas, dígase, ad concludendi, que es un yerro terribilis asociar a la lingua latina con la Santa Madre Iglesia solamente, pues como hemos visto en este ensayo todas las ciencias han heredado valiosas locuciones latinas in saecula saeculorum, siendo muchas expresiones eclesiásticas aquellas que siguen vivificando a nuestras vidas con la herencia latina, como cuando decimos: «El fulano parece un eccehomo» o «esto es un adefesio», exquisita palabra que proviene de «ad Ephesios», en alusión a los efesios, comunidad griega para la que el apóstol Pablo escribió unas cartas en la Biblia.  

Y no olvidemos que la lingua latina aún es el idioma oficial de la Santa Sede, el Estado del Vaticano. Sólo la cuenta de twitter del papa Francisco, en Latín, tiene ya más de 260.000 seguidores, lo que prueba, de vehementi, que la lingua latina está viva y seguirá siendo considerada como una especie de LINGUA ANGELORUM  hodie et nunc et semper in mundum universum, ad multos annos in veritatis splendor.

Diego Demetrio Orellana

In Concha, mensis maii, die XV, reparata salute Anno Dominicae Incarnationis MMXXII, Diem Mundialem Latinitatis in octava VI Dominica per annum.

 

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