Admirabilis semper super flumina Tomebamba/ Siempre admirable sobre el río Tomebamba, Santa Ana de los Ríos de Cuenca devélase como un jardín florido en todo rincón morlaco donde magníficos árboles patrimoniales han creado un mirífico paisaje de encantador ensueño. Por ello, la muerte de un espécimen arbóreo de singular lindeza es causa de un doliente réquiem in vita civitatis o en la vida de la ciudad.
Así, triste resulta registrar en este
ensayo que el mejor eucalipto aromático de Cuenca ha colapsado a causa de un
desequilibrio en el peso de su azulenca fronda que, con el inexorable correr de
los años, incrementóse hasta socavar las raíces del paradigmático árbol dejando
una profunda congoja en la comunidad cuencana que vuélvese nostálgica al
recordar el esplendoroso espectáculo que el eucalipto prodigaba en el jardín
posterior del Museo Municipal de Arte Moderno «Luis
Crespo Ordóñez» como puédeselo apreciar en la histórica imagen que
capitula este parágrafo y que habíasela capturado, sub specie instantis, en
el año del Señor de 2015.
Hace unas semanas, el domingo 30 de
octubre, a las 14:30, el eucalipto aromático vínose abajo sobre el tejado del
corredor posterior del Museo Municipal de Arte Moderno «Luis
Crespo Ordóñez», como penosamente puédese observar en estas turbadoras
imágenes de la pavorosa hecatombe.
Silencio, soledad, completa calma sugiérenos ahora el solitario rincón donde el magnificente eucalipto emplazábase orondo y majestuoso. Tal desamparado ángulo hoy míraselo cual silente camposanto que déjanos pasmados por la ausencia de tan sui generis eucalipto que habíase configurado en este citadino espacio como uno de los más fastuosos y galantes árboles patrimoniales de la ciudad cargada de alma, apud flumina Tomebamba, en el legendario barrio de San Sebastián.
Quienquiera que avistábalo extasiábase in
excelsis ante la innata hermosura de su gallardía que sorprendía y
encantaba de profundis para observarlo con ánimo contemplativo a causa de
su azulada y elegante fronda. El encanto y la fascinación incrementábanse por el
perfumado ambiente que tal rincón poseía, fragancia que acrecentábase in crescendo,
luego de un pertinaz aguacero, haciendo que todos los viandantes y visitantes
que recorrían tal jardín sintiéranse deslumbrados por el arrebato que producía
la inhalación del peculiar olor del extravagante eucalipto aromático de 41 años
de edad, que durante su prolífica vida atrapó las acuciosas miradas de todo
circunstante que por allí transitaba confirmando, in via curiositatis, que Cuenca es hermosa a
nativitate en los ignotos espacios de su maravilloso campus urbano.
Hace 41 años, cuando el Museo Municipal de Arte Moderno «Luis Crespo Ordóñez» fundábase, el sitio en donde el árbol plantóse era un solitario y desguarnecido jardín, como puédeselo contemplar en esta histórica foto de la Cuenca de antaño, en cuyo vértice superior puédese observar justamente al eucalipto aromático, a poco de habérselo plantado. In illo tempore/ En aquél tiempo, decidióse embellecer este espacio museístico con tal espécimen arbóreo junto a un urapán que hoy es también esplendoroso y que en la imagen es el arbolillo más grande del icónico jardín museístico, a un capulí chaucha que fructifica anualmente con dulces frutos, a un guabisay de apacible majestuosidad y a un primoroso guaillug de flores blancas que ha vuéltose icónico de aquél espacio por cuanto esta autóctona especie arbórea es única a fuer de su albo color, pues sus congéneres producen mas bien una rosada inflorescencia en los diversos sitios urbanos donde encuéntraselos magnánimos y pomposos in naturalis ordinis.
El eucalipto aromático fue sembrado en
el Museo Municipal de Arte Moderno «Luis Crespo Ordóñez» gracias a la sensibilidad de la queridísima
Eudoxia Estrella viuda de Larrazábal, en grata complicidad con el ingeniero
Ernesto Lovato, que consultado sobre la tragedia indica que durante las últimas
décadas habíase descuidado realizar una adecuada poda, la cual hubiere evitado
que el peso del eucalipto inclinárase con dominancia en el contrapuesto sitio
donde habíase plantado hasta desequilibrarlo, a punto de colapsar en una
soleada tarde octubrina sin que, al momento de su caída, hubiere existido
alguna forma de salvarlo o rescatarlo. Tanto Eudoxia como Ernesto han recordado siempre, con superlativo gozo, que al sembrar este espécimen arbóreo estaban colocando en la urbe un árbol de singulares características para que un día fuese declarado patrimonio natural ad futuram rei memoriam. Y así habíaselo catalogado justamente en la Comisión de Gestión Ambiental y en la Dirección de Áreas Históricas y Patrimoniales del Ayuntamiento cuencano.
El criterio de Lovato hácenos columbrar, in stricta iustitia, que en las podas que sí recibía el eucalipto aromático, por parte de la EMAC, nunca consideróse la necesidad de aplicar un plan de regeneración del espécimen arbóreo liberando el peso que desequilibrábalo con el correr de los tiempos. El hecho débese tomar en cuenta con pertinente urgencia pues, al parecer, el personal de la EMAC que todo el tiempo poda a los árboles cuencanos aplica mas bien podas anti técnicas que no precautelan a nuestras especies arbóreas condicionándolas para su destrucción o desaparición como lamentablemente conclúyese ante una infame catástrofe como la acaecida ahora con este excepcional eucalipto patrimonial.
Ernesto sugiere, con su gran conocimiento
botánico de los espécimenes arbóreos de la urbe, que el urapán que yérguese hoy, ad
solemnitatem, como un maravilloso ejemplar de la especie Fraxinus
sp, para ser el más alto árbol de tal jardín museístico, deba ser
sometido a una necesaria tala regenerativa para evitar que próximamente pudiere
también colapsar dejando una sensación de impotencia ante la vil catástrofe.
MUSEO MUNICIPAL DE ARTE MODERNO «LUIS CRESPO ORDÓÑEZ»
Es causa de tristeza, de agobio y de congoja
contemplar las raíces de lo que fue el eucalipto aromático. Hoy han colocádolas
en el jardín donde emplazábase majestuoso el infortunado árbol patrimonial y
parecen un elemento de arte contemporáneo en donde proyéctase colocar algunas plantas ornamentales
como orquídeas, a fin de exornar de belleza los restos del eucalipto por el que
hoy proferimos con melancolía un réquiem aeternam in historia civitatis.
Así es como indícalo Bernardo Vega, actual coordinador del Museo Municipal de
Arte Moderno «Luis Crespo Ordóñez», quien muéstrase
condolido por la tragedia en memoria de la queridísima Eudoxia Estrella viuda
de Larrazábal.
Contemplare et contemplata allis tradere/ Contemplar y dar a otros lo contemplado es lo que hemos pretendido en estas líneas, al momento de escribir con tristeza sobre la historia de uno de los más hermosos árboles patrimoniales de Santa Ana de los Ríos de Cuenca, puesto que la tragedia ha pasado desapercibida sin que alguien hubiérese interesado por documentarla, pues este infausto acontecimiento que hoy regístrase desde la pluma, in respectum et reverentia, es causa de morriña, de tristeza y melancolía en tanto un insólito y recóndito rincón cuencano ha desaparecido en la centenaria urbe morlaca que muéstrase, diem per diem, como un relicario de hermosura sin par para el embelesamiento de sus hijos y la extasiante fascinación de sus viandantes y visitantes in hac admirabilis valle quosque habemus grata memoria et affectibus pro patria et Deo apud flumina Tomebamba.
Diego
Demetrio Orellana
Datum Conchae, mensis decembris, die
octavo supra decimus, reparate salute Anno Dominicae Incarnationis MMXXII, octava
IV Dominica Adventus.
OPINIONES CIUDADANAS
Ernesto Lovato Zambrano:
En una de las fotos se ve gente sobre el andamio podando ramas del árbol de eucalipto. Me parece que no pertenecen a la EMAC… Todas las plantas fueron sembradas en coordinación con Eudoxia; con ella seleccionamos las especies. Al pie del urapán en los últimos tiempos estaba cubierto de planta cubridora, rastrera de flor azul; la llamo madre selva azul, es del género vinca. Hoy la han limpiado. No creo que haya hecho la EMAC. Parece que personal improvisado hizo el trabajo. Sería prudente conversar con el coordinador del museo, tanto con el anterior como con el actual. Es un escrito lleno de recuerdos, de mucha nostalgia por el fin que ha tenido el hermoso eucalipto. Abrazo, estimado Diego.
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