Santa Ana de los Ríos de Cuenca, marzo 28 del año del Señor de 2021
Dominica in Ramus Palmarum, AD MMXXI
Dr. Édgar Palomeque Cantos
Director de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Cañar
eg.palomeque@hotmail.com
Dr. Luis Carpio Amoroso
Vocal del directorio
scasaculturacanar@gmail.com
Lcda. Marcela Bustamante
Vocal del directorio
marcelabustamante5715@yahoo.es
Matemático Vinicio Vásquez
Vocal del directorio
marvas123@hotmail.es
Azogues, Ecuador.
De mi consideración:
«PAX VOBIS»
El pasado día jueves 25 de marzo el director de la Casa de la Cultura Ecuatoriana «Benjamín Carrión», Núcleo del Cañar, Dr. Édgar Palomeque Cantos, me comunicó que, en reunión verbal tenida en La Troncal, en el directorio de la institución decidióse el miércoles 24 de marzo que mi nombre sea eliminado como autor en la portada del libro «AZOGUES: HISTORIA, ARTE Y PATRIMONIO», el cual ha concluídose con motivo del Bicentenario de la Independencia de Azogues.
Que el nombre de los autores de las obras conste en los libros que hácense en todo lugar del planeta es un derecho que nadie puede atropellar con anodinos argumentos como los que han esgrimídose en el sentido de que la Casa de la Cultura me ha contratado para la realización de la obra y por tal hecho el autor, siendo un contratista, solo debería tener su nombre en los créditos de la obra y no en la portada.
In honorem libertatis, he sido siempre un adversario inflexible de la estupidez humana y del absurdo y he rechazado, con ataraxia y firmeza, esta disparatada decisión del directorio de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Cañar. Sólo en pueblos incultos podría uno imaginar un escenario de esta magnitud, tanto más cuanto que he escrito once libros en mi vida y jamás se me ha atentado a este derecho por parte de las instituciones que han solicitado mi concurso de historiador e investigador cuando ha requerídose mi colaboración en proyectos editoriales que he realizado con rigor científico y metodológico.
El asunto fue solucionado, Gratias Deo, con el director de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Cañar, ante mi férrea y altiva postura de que demandaré legalmente a la institución para reivindicar mis derechos conculcados y, como conocen ustedes, acordóse que sobre mi nombre añadiráse a la publicación el nombre de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Cañar, en el libro institucional que ha concluídose, a pesar de que tal cosa daña la portada de la obra en la forma en la que fue diseñada. Lo que me molesta es la forma como habéis pretendido irrespetarme, lo que me compelió para hacerme respetar anunciando una demanda legal a fin de ponerles en su sitio a todos vosotros. Es bueno que aprendáis como cuerpo colegiado que «SOY SENCILLO Y HUMILDE PERO NO COJUDO». Al parecer, esto os ha confundido, sobre todo al director de la Casa de la Cultura Ecuatoriana «Benjamín Carrión», Núcleo del Cañar. Una afrenta de esta naturaleza no admítese en un amigo.
Os recuerdo, in honorem iustitiae, que el artículo 76 de la Constitución de la República ampara mis derechos constitucionales sobre cualquier decisión estulta de un cuerpo colegiado cuando prescribe ad peddem litterae que: «Art. 76.- En todo proceso en el que se determinen derechos y obligaciones de cualquier orden, se asegurará el derecho al debido proceso que incluirá las siguientes garantías básicas: 1. Corresponde a toda autoridad administrativa o judicial, garantizar el cumplimiento de las normas y los derechos de las partes… 7. El derecho de las personas a la defensa incluirá las siguientes garantías: a) Nadie podrá ser privado del derecho a la defensa en ninguna etapa o grado del procedimiento. b) Contar con el tiempo y con los medios adecuados para la preparación de su defensa. c)Ser escuchado en el momento oportuno y en igualdad de condiciones…». Esto prefiguraba que vosotros, en tanto miembros de un cuerpo colegiado, antes de tomar semejante resolución estúpida debíais respetar el debido proceso y concederme mi derecho a la defensa.
Sin embargo, a pesar de que el oprobioso galimatías es ya cosa del pasado hay algo en mi conciencia que incóame de profundis con un persistente malestar: he sentídome burlado en mi inteligencia, en estos días, ante el infame desafuero con el que habéis actuado sin derecho y contra todo derecho. Siéntome, a la vez, incómodo con el directorio de la Casa de la Cultura Ecuatoriana «Benjamín Carrión», Núcleo del Cañar, por cuanto no es entendible que hace 4 meses me hayáis integrado como miembro de la institución para hoy incoarme con esta inverecunda osadía de pretender borrar mi nombre en la portada de mi libro atentando contra mis derechos constitucionales y solo por satisfacer celos profesionales o golosas pretensiones de exacerbada vanidad tanto como deseos de aprovecharse de un trabajo editorial con ave marías ajenas. En tal virtud, no cuádrame que el mismo directorio que me admitió como miembro de la Casa de la Cultura del Cañar, con resolución formal, haya osado tomar otra resolución que aunque no fue aceptada por mi persona fue tomada en cuerpo colegiado para atentar en contra de mis derechos.
Por lo tanto, al no existir sindéresis ni coherencia en vuestro comportamiento presento MI IRREVOCABLE DESAFILIACIÓN a la Casa de la Cultura Ecuatoriana «Benjamín Carrión», Núcleo del Cañar, entidad a la que no deseo pertenecer por obediencia a mi conciencia, que muy bien derecho tiene de mandarme, y que me obliga a presentar esta carta libertaria IN HONOREM DIGNITATIS.
Supongo que si el autor de este libro histórico fuere una «vaca sagrada» de la capital de la morlaquía, al directorio de la Casa de la Cultura, Núcleo del Cañar, no habríasele ocurrido tomar esta inverecunda resolución de eliminar de la portada de la obra la autoría, puesto que si hubiésese dado tal circunstancia al proponente del fachoso dislate habríale temblado la lengua y sus dientes habrían rechinado con mandíbula batiente para proferir la advenediza proposición en contra de las «vacas sagradas» semper sanctas et intactas apud flumina Tomebamba.
Sin otro particular por el momento y sintiéndome ya libre en mi conciencia, suscribo con un cordial saludo in nomine Iesu, Pontifex qui dilexisti nos et lavisti nos a peccatis in sanguine tuo.
Diego Demetrio Orellana
HIDALGUÍA Y SABER SER.
MALDAD, QUIERAN ENSOMBRECER SU LABOR
REPRESENTAR.
*********************
Maria Cristina Matarazzo
Sono senza parole...vergogna!
menos del cerebro.
OMNIA. MUCHAS GRACIAS POR SU SOLIDARIDAD
FRATERNA ANTE ESTA INFAMIA. ASÍ SON
CIERTAMENTE LOS «CULTOS» QUE ACTÚAN
COMO SAPOS DE LA CULTURA CREYENDO QUE
UNO ES IMBÉCIL. PERO ES BUENO QUE EDGAR
PALOMEQUE CANTOS, DIRECTOR DE LA
la Cultura del Cañar
PIEDRA EN LOS DIENTES Y SE HAYA ENCONTRADO
CON LA HORMA DE SU ZAPATO IN VITA NOSTRA.
ABAJO LA ESTULTICIA Y EL PISHQUISMO EN EL
DIRECTORIO DE LA CASA DE LA CULTURA DEL
CAÑAR IN HONOREM DIGNITATIS.
oportunamente con todas las debidas
atenciones, no solo afecta los sentidos
pero también la razón.
nada frenará su talento querido amigo.
de Azoguez en documento escrito alguno, mucho
más abordado desde una visión amplia a través de
sus parroquias que configura con claridad
absoluta una imagen cultural de su territorio y su gente.
importante que se concluya la obra, pero en respeto
a algo tan básico e irrenunciable como es el
reconocimiento de su autor. La Casa de la Cultura
en coherencia mínima con lo que es y representa,
debe enmendar tan grande error como es el intentar
usurpar a un investigador su autoría en su trabajo.
Hay que corregir eso por el bien de la cultura de
esa ciudad y territorio.
del trabajo ajeno como ese señor Palomeque de
la Casa de la Cultura.
por haberse hecho respetar. Qué miseria humana
de este sapo de la Cultura. Por eso estamos como
estamos... wacala.
de Azogues y del País.
intervención
y conversar con Ud., solo se aprende de quién se ha
cultivado con esfuerzo y se mantiene humilde y
sencillo. Un abrazo.
rigor profesional. Recibe nuestro apoyo. Rechazamos
cualquier tipo de maltrato a un autor e investigador.
Abrazos, Demetrio.
de la cultura
y por los buenos trabajos que presenta en calidad
de historiador.
historiador y tipo muy culto como lo es Diego
Demetrio Orellana. Tremendo aporte para la
sociedad
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