IN MEMORIAM: RICARDO MONTESINOS: EL MÁS GRANDE PINTOR EXPRESIONISTA DEL ECUADOR

«Amicus fidelis protectio forte, qui autem invenit illium invenit thesaurum/ Amigo fiel protección segura, quien lo encuentra halla un tesoro»

In veritatis splendor/ En el esplendor de la verdad, dígase que cuando un ser excepcionalmente trascendente fallece la atmósfera citadina del lugar natalicio revístese de tristeza y orfandad pues su sentida ausencia clarifícanos que su presencia habíase vuelto incontrovertible en la vida comarcana. Eso pasa con «la ciudad cargada de alma», Cuenca, la Atenas del Ecuador, cada vez que pierde a uno de sus egregios hijos en el mundo cultural. Y eso es lo que acaece hoy con el maestro Ricardo Montesinos Vial, el más grande artista y pintor expresionista del siglo XX super flumina Tomebamba et in patria aequatorianae. Su protagónico accionar en la plástica local deja un balance de más de 4.500 obras pictóricas almacenadas en sus bodegas, en más de 50 años de prolífica actividad artística, dando cuenta del valioso legado que deja para la posteridad al representar una colosal figura de las artes plásticas cuencanas de todos los tiempos. Un hercúleo actor del mundo pictórico de la capital de la morlaquía que jamás necesitó vender sus obras para sobrevivir o vivir la dolce vita, como muchos otros pintores hácenlo degradando al oficio adversum dignitatis.

Ex admirationem, su unívoca misión fue crear interesantes obras artísticas de gran ingenio y creatividad. Con ese quid divinum que poséenlo quienes alcanzan el superlativo grado de maestros en el mundo artístico, son muchos los días y años de profunda creación artística, tanto como ingenio y febricitante pasión, en los que lográronse producir paradigmáticas obras de arte gracias a la actividad creadora de Ricardo, cuya vida estuvo pletórica de días fecundos y noches prodigiosas, inmersas en una intensa meditación y fortísima creación. Fueron noches y días en los que, «lejos del mundo pero dentro del mundo», distante del vertiginoso tráfago de la vida moderna, el maestro introyectábase en un reencuentro personal con una desbordante imaginación, experimentando técnicas y colores para realizar magistrales obras que dejan atónitos a todos hasta fuera de las fronteras patrias. Ab intra, el maestro sabía de su valía y su talento mas no presumía, tenía la certeza de su grandeza pero, extra muros, demostraba que la sencillez y humildad eran las esenciales características de su modus actuandi.

Rebelde, contestatario, inconforme con las inequidades, las iniquidades y las injusticias, siempre fue altivo y digno, por lo que en sus motivaciones plásticas la confrontación y la cáustica crítica a las realidades que circúndannos estaban presentes en su proceso creativo para resplandecer como un rebelde de la historia del arte cuencano, provocando el debate y la confrontación de realidades contrapuestas, ante las que es menester tomar una postura para cambiar el mundo. Por ello es que su condición de expresionista tuvo asidero como la plataforma desde la cual buscó un lenguaje artístico que hízolo inconfundible, aún a pesar de que como un gran experimentador de materiales inventó su técnica «chagrismo», consistente en la mezcla de betún, acrílico y óleo para conseguir colores fuertes y vigorosos. Así también creó la técnica a la que llamó «termoimpronta» para conseguir fuertes y vigorosos colores que vivifican a sus creaciones para que parezcan semper vivens inter nos, dos fases contrapuestas que hicieron deambular a Montesinos desde el tenebroso expresionismo a una faceta colorista que refléjalo como un excepcional «magister artis» o «maestro de las artes» in America meridionalis.

In via historiae, con profundas investigaciones sobre la plástica de las culturas ancestrales, por las cuales tuvo un interés mayúsculo, llegó a constituirse en un acucioso y devoto investigador de las ucuyayas, figuras milenarias de Narrío, que han inspirádolo constantemente en su producción artística siendo, curiosamente, el artista que más ha contribuido para el estudio de estas singulares piezas prehispánicas que para el maestro tenían un simbolismo que llegaba a que considéreselas como sacros amuletos in respectum et reverentia in antiqva historia nostra.

Amigo cercano de Guayasamín, recordábale siempre al epónimo maestro, quien de manera predictiva había conjeturado un día que cuando Montesinos muera será el pintor expresionista más importante de la historia patria. Hoy, cuando Ricardo ha partido a la casa del Padre, puédese ya confirmar como cierta la visión profética de Guayasamín ad futuram rei memoriam.

En la amistad era un amigo leal y fiel, como pocos en la vida, aún a pesar de las adversidades y las desavenencias, siendo muchas las horas compartidas al calor de amenos diálogos en los que era capaz de atisbar las excelsas profundidades de las cosas, a punto de revelarse como un filósofo de la vida, gran observador de la naturaleza humana y preciso conocedor de la gente, al extremo de que nadie podíalo engañar aunque su candidez hiciera pensar a muchos que era un hombre de una ingenuidad infantil al cual intentábase engatusar. En aquellos sosegados diálogos de profundas confidencias muchas veces supo decir que «hablábamos de la vida cuando nuestras palabras eran más importantes y dulces que el silencio», desde donde emergen las más brillantes ideas para pintar y escribir, en una ejemplar hermandad que hizo que en sus exposiciones más importantes de sus dos últimas décadas quien estas líneas suscribe fuese su curador exclusivo y quien, desde la crítica de arte, debía analizar y escribir sobre sus curiosas y ensoñadoras creaciones y propuestas plásticas con las que cada vez mostrábase como un Montesinos in crescendo, en constante proceso de evolución artística. Así pudimos organizar tremendas mega exposiciones de las que guárdase un registro y en donde su desbordante y compulsiva imaginación hizo que sus icónicas muestras surgieran esplendentes y mayestáticas, cual torrentes de aguas cristalinas que buscan, a través de sus obras plásticas, un pertinente medio para fluir copiosamente. Las noches fueron siempre prodigiosas para su creación artística que pudo surgir gracias a su permanente insomnio. A sabiendas de aquello, cuando fue menester nunca hubo temor de llamarse telefónicamente a media noche, a sabiendas de que ambos creábamos ora en la pintura, ora en las letras, si de pronto, ex abrupto, una específica consulta era impostergable para contactarse in amicitia semper fidelis. Quid pro quo, es así como compartíase -con el maestro- de lo etéreo y lo terrenal, de lo contingente y sempiterno, de lo humano e inhumano, pero con una seria necesidad de trascendencia.

La Piedad, Ricardo Montesinos

Catedral gaudiana de Ricardo Montesinos

Fiat lux, fueron entonces las oscuras noches de la vida, pletóricas de cavilaciones y meditaciones, las que coadyuvaron al maestro para elaborar magistrales obras de arte como la serie de La Piedad, la de las catedrales o aquellas múltiples efigies de Bolívar, al cual admiraba en grado superlativo. De lo dicho infiérese que las cosas que créanse bajo la experiencia contemplativa son profundas y representan perfectísimos ejemplos de que el silencio es un indispensable aliado para los hombres de pluma, los creadores del mundo de las artes y los hombres de ciencia en el proceso creativo que ha dado como resultado sus magnánimas obras. Por todo ello, Ricardo era un pintor autodidacta, de constantes lecturas y descubrimientos que al compartirlos mutuamente enriquecían nuestros saberes con un sorprendente acervo de conocimientos intercambiados al calor de unas tazas de café en El Dorado en el Austria.

Las Meninas, Ricardo Montesinos

Ad interim, tratábase de un hombre de insondables lecturas e investigaciones, un apasionado estudioso de los grandes genios del arte, a algunos de los cuales imitaba con originalidad como al Greco, Gaudí y Velázquez, siendo su serie de las meninas el ejercicio pictórico más audaz que algún artista ecuatoriano háyase propuesto con despampanante éxito y singular estilo. Es en todas estas propuestas en donde su experticia como artista que desarrollábase in excelsis fulguraba vivificante in via artis ora como dibujante de innatas habilidades, ora como pintor figurativo, ora como artista en interesantes procesos de abstraccionismo, ora como maestro de amplio dominio de técnicas, formatos, y materiales en un caleidoscópico espectro por el que puédese contemplar la vigorosa personalidad y el sorprendente talento para someter el espacio pictórico con geniales atributos de quien crea y recrea dentro del arte, ya en gigantescos espacios, ya en pequeños formatos que incluso llevábanlo a ejercitarse hasta como un miniaturista de excepcional maestría mientras demostraba que el manejo de la luz le era exquisito en tanto más colorista volvíase en la edad provecta pues la luz y el color son dos aspectos que sólo con la experticia perfecciónanse cum accurata diligentia, mientras el talento creador del maestro mostrábase vivificante ora en el claro oscuro de muchas de sus propuestas, ora en el tenebrismo de sus fabulosas obras expresionistas, ora en la colorista faz del gran maestro o magister artis in honorem artis et secundum artem.

Sub specie instantis, en esos coloquios descubríase que el maestro tenía otra pasión que desbordábalo en largas horas de juego con sus contertulios: el ajedrez. Sus poses en el juego eran tanto más singulares cuanto más sorprendentes cuando pocas veces podíaselo ganar una partida, mientras los enriquecedores diálogos hicieron que la amistad fuese una espectacular fraternidad en la que cada tema abordado gozaba de singularidad, sin descuidar que su explicitación sólo habrá de encontrarse en el conjunto, pues la integralidad de las reflexiones con Ricardo percibíase en cada una de las ideas directrices que posibilitaban el corpus de sus meditaciones.

In via unitatis, era la tolerancia otra de sus virtudes como amigo leal y sincero. Así pues, aunque nunca compartía mi acendrado catolicismo apostólico y romano de ortodoxa formación, respetaba mi fe porque vivía convencido que aquella es uno de los componentes de esa tríada maravillosa de las llamadas virtudes teologales, junto con la esperanza y la caridad, entendida como amor oblativo en la amistad.

Desde otra arista, la sensibilidad hacía de Ricardo un ser amante de los animales, en particular de los caballos. Pero sus manos generosas estaban prestas para rescatar a los perros de la calle, a los que llegaba a amarlos con profundo amor y afecto, sentimientos que compartíanse inter nos in amabilis amicitia et fraternitas. Así fue como Cleofás vino a constituirse en uno de sus más singulares obsequios y una de sus más felices alegrías cada vez que enterábase que el amoroso can seguía siendo objeto de mis cuidados con la apodíctica certidumbre de que sólo los perros son los mejores amigos de los hombres in universa terra.

En los días de asueto fueron varias las ocasiones en las que pudimos compartir sabatinas jornadas campestres en su quinta de Tarqui, donde refocilábase con otra de sus pasiones: la caballería, siendo su campestre vivienda el lugar en donde proyectaba construir un museo de grandes dimensiones, proyecto trunco al que nunca descuidó como meta esencial de su prolífica creación artística.

Y como consecuencia de sus aficiones a la caballería era el juego de polo aquella distracción que cautivábalo tanto como el ajedrez compartiéndola con sus tres hijos, Ari, Dayal y Dairi, en una especie de imbatible equipo familiar in via fraternitatis semper amabilis toda vez que, a la vez, la familia era el centro neurálgico de su vida en la que descollaba como centro de un hogar armónico in camera caritatis.

TERCERA Cabalgata de los héroes de Tarqui en el año 2008

Eran las cabalgatas del 27 de febrero, día de la Batalla de Tarqui, de las cuales fue un entusiasta organizador junto con Aidita Abril y la III División de Ejército Tarqui, otras de las ejecutorias en las que Ricardo puso toda su alma, vida y corazón. Para ello, nunca escatimaba esfuerzos, ni tiempo ni dinero si habría que engalanar de mejor forma la grandilocuente actividad con la que anualmente ha venídose conmemorando la gesta libertaria decimonónica de los albores de nuestra vida republicana.

Ricardo Montesinos en el Museo Casa de los Tratados de Girón,
en donde con Aidita Abril, ex directora del centro museístico,
fue un importante puntal para la actividad cultural de aquél centro de interpretación histórica.

Hoy, cuando ha despedídose de este mundo terrenal, el silencio, la soledad y la nostalgia son las palabras que permítennos definir el rictus de dolor que Ricardo deja en quienes fuimos sus amigos, gracias a las insondables experiencias de su vida contemplativa pues tratábase de una alma noble, nacida para las cosas más elevadas, capaz de sublimarse ante la sencillez, donde descúbrese la verdad, y ante la belleza excelsa con la pueril candidez de un amigo de altísima calidad humana.

Ricardo Montesinos Vial y Aidita Abril/

Museo Casa de los Tratados de Girón

Por otro lado, la experiencia de vida contemplativa nos acerca más al espíritu que a la materia transportándonos a una ignota esfera en la que puédese comprender mejor la alta valía espiritual de ciertas personas como Ricardo Montesinos, quien vivió de las artes y a través de ellas nos legó su rico mundo interior para hoy elevarse a los arcanos mayores de la eternidad desde donde refulge con iridiscencia cual angelus lucis o ángel de luz in vita societatis et in honorem artis. Requiescat in pace ad vitam aeternam, dilectissime frater et amicus fidelis in via fraternitatis, ars gratia artis et in via artis ad perpetuam rei memoriam in grata recordationem semper viva.

Diego Demetrio Orellana

Datum Conchae, mensis septembris, die V, reparata salute Anno Dominicae Incarnationis MMXXII, octava XXII Dominica per annum.

OPINIONES CIUDADANAS

Si DIEGO DEMETRIO ORELLANA dice; ante el fallecimiento de RICARDO MONTESINOS, que su partida constituye una pérdida y deja un vacío enorme en la cultura artística del Ecuador, porque fue el más grande y extraordinario Ser Humano, además de Artista Expresionista, un irredento inconforme con esta parafernalia que vivimos, entonces es verdad, porque nadie mejor que Diego Demetrio para catalogar a los seres humanos que conoce muy de cerca, con lo que los adorna o envilece, por tanto conmovida por el suceso, envío mi nota de pesar a sus deudos, en los siguientes términos;

Familia MONTESINOS:

A pesar de que la muerte constituye; un fenómeno biológico y natural consubstancial a la vida y que diariamente se suscita, de todos modos, no logramos acostumbrarnos a ella y cualquier palabra ante este misterio incognoscible e insondable, carece de sentido y resulta sin valor.

Sin embargo, sensiblemente impresionada y con mucho pesar por tan infausto acontecimiento, me uno al dolor que embarga a la Familia Montesinos y a sus cercanos, en estos momentos aciagos.

Vivimos y suponemos los sentimientos que anidan en el espíritu de cada miembro familiar; la desesperación y dolor, una infinita tristeza y desolación, la inconformidad, más, os recomiendo que añadan a éstos; la consolación por el descanso eterno de quien fuera su Ser Querido, la entereza ante el sufrimiento y la resignación ante lo inevitable, que a todos nos implica en un determinado momento.

Expreso mi solidaridad y pesar por esta irreparable pérdida, hago mío, vuestro inconsolable dolor, a la vez que elevo fervientes Plegarias ante el Todopoderoso, implorando que conceda la resignación a toda su atribulada Familia y dilectos Amigos, así como el descanso eterno de quién en vida fue el más Grande Expresionista, el Rebelde, Contestatario y Valioso Inconforme con la realidad existente; RICARDO MONTESINOS, Paz en su Tumba.

Quito, agosto del 2022

NELLY BENAVIDES C.

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· Pablo Jerves Cueva

Cardo querido pariente y amigo y notable artista plástico del

Ecuador, Latinoamérica y el Mundo. Su arte será su mejor legado.
DescanSa querido Cardo

«CRÍTICA Y OPINIÓN CULTURAL»

lunes, 5 de septiembre de 2022

IN MEMORIAM: RICARDO MONTESINOS: EL MÁS GRANDE PINTOR EXPRESIONISTA DEL ECUADOR

5 comentarios:

EGO SUM QUI SUM, DEO GRATIAS, IN VERITAS SEMPER FIDELIS ET IN CONCHA, APUD FLUMINA TOMEBAMBA.

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