sábado, 15 de mayo de 2021

15 DE MAYO: DÍA MUNDIAL DE LA LATINIDAD/ DIEM MUNDIALEM LATINITATIS AD 2021

 

In honorem linguae latinae, en este 15 de Mayo del año 2021, en tiempos del Corona virus, reverenciamos ad solemnitate a la mater lingua en el «DÍA MUNDIAL DE LA LATINIDAD» del año del Señor de 2021. Para muchos ciudadanos hispanófilos e hispanohablantes la solemne celebración pasa desapercibida en la misma forma en que deviene imperceptible para el común de los mortales el uso diario de la lingua latina en todas nuestras actividades en tanto trasunta y traspasa a nuestra cultura desde donde somos los hijos de la latinidad en nuestra incomparable lengua de Castilla allende los mares ad infinitum et in universa terra.


Y las palabras comunes que vienen desde aquella «veterum sapientia» de la lingua mater son incluso novedosas y curiosas al haber surgido en estos tiempos contemporáneos en los que no es nada snob ni estrafalario que digamos a diario cosas tales como: «spa», «dúplex», «ciberspatium», «master», «snob». La lista podríase extender ad infinitum et in saécula saeculórum resultando muy fácil advertir que muchas de las palabras de vieja solera latina o de nuevo uso y descubrimiento no nos son difíciles de comprender para los hispanohablantes, al tratarse de la lingua mater, en la misma forma en que es imposible que los hijos no reconozcan a su madre en cualquier circunstancia y lugar de la vida y del planeta super orbis terrarum.

Y no se trata de terminar haciendo de este artículo un «totium revolution» por usar dentro de nuestra expresión castiza los solemnes latinismos que demarcan nuestro estilo pues los lectores para nada requieren un doctorado «honoris causa» si trátase de comprender preciosos términos de la lingua latina semper admirabilis in vita comunitatis.

Todos sabemos per se que la lingua latina hállase trasunta de expresiones de fácil manejo incursas en nuestra hermosa lengua de Castilla. Decimos, «ad exemplum», «versus», «amabilis», «singularis», «originalis», «sublimis», «natura nostra», «pater noster», «mater nostra», «augurium», «auditórium», «alter ego», «alma mater», «campus», «verbi gratia», «etcétera» y nadie, en su sano juicio habrá de requerir un arúspice febricitante para adivinar lo que decimos ni un intérprete graduado con notas summa cum laude para orientarnos sobre el significado de tan simples y solemnes palabras latinas que perviven redivivas como iridiscentes efluvios de luz esplendente in naturalis ordinis dentro de nuestra maravillosa lengua de Castilla.

Quizás haya llegado el momento de concebir honestamente que el conocimiento de la lingua latina permítenos mas bien atisbar a una perfecta noción del desarrollo de nuestra cultura hispana que hunde sus raíces en el mundo latino desde los infinitos arcanos de su milenaria sapiencia.

Gracias al dominio de la lingua latina podríamos incluso hablar y escribir mejor el Castellano dominando sus multifacéticas posibilidades de expresión versátil; podríamos, a la vez, condicionar mejor a nuestro cerebro para el fácil aprendizaje de las lenguas romances, las hermanas fraternas del Castellano que comparten la inmortal filiación con ésta hacia la mater lingua in historia mundi. Nos referimos ex professo al Italiano, al Francés, al Portugués y al Rumano que de manera armónica unen sus lazos identitarios en la lingua latina Semper amata in historia nostra «sicut fratres in unum» o «como hermanos en uno».

Una persona culta siempre habrá de recurrir a los latinismos en sus escritos, pero todos sin excepción usámoslos en el habla coloquial y son tan populares como cuando decimos el «quid de la cuestión». A veces por no ser rigurosos los castellanizamos mal como cuando escribimos «groso modo» en lugar de «grosso modo», «in sécula seculórum» en lugar de «in saecula saeculorum», «requiescat in pacem» en vez de «requiescat in pace» o «motu propio» en lugar de «motu proprio», etcétera. Pero tampoco es difícil la castellanización de los latinismos y así la Real Academia de la Lengua prescribe que los latinismos de una sola palabra castellanizanse añadiendo los acentos pertinentes como en «álbum» o «referéndum» que no llevan tildes in lingua latina. La RAE recomienda que toda locución latina debe escribirse en cursiva o letra versalita.

No obstante, hay expresiones que niéganse a morir y han permanecido y perviven en la vida de la comunidad con la misma fuerza expresiva de inmemoriales tiempos como cuando decimos: «excusatio non petita, accusatio manifesta» o «las excusas no pedidas acusación manifiesta» o cuando proferimos el inmortal apotegma  «homo homini lupus» o «el hombre es el lobo del hombre» o como cuando invocamos a la sabiduría de la Vulgata al decir cosas tan solemnes como ésta: «Nihil novum sub sole/ nada hay nuevo bajo el sol».

Lo más interesante de la pervivencia de la lingua latina es el hecho de que su inmortalidad débese a que muchos de sus latinismos fueron incorporados intactos al sistema lingüístico y por eso es que la gente sigue diciéndolos quizás sin percatarse que son palabras exactamente iguales al latín de antaño, como cuando decimos «déficit», «superávit» o renta «per cápita». O cuando decimos el moderno «SPA» que no es otra cosa que el «salute per aquam». Tanto más cuando nos referimos a cosas tales como la fecundación in vitro, la moderna enfermedad del lupus y mucho más cuando invocamos al famoso delirium tremens de los alcohólicos o el no menos famoso mens sana in corpore sano de los deportistas.

Ad concludendi, digamos pues que la lingua latina sigue viva. No ha muerto y su vigencia plena como mater lingua es de tal calibre que podemos garantizar que estamos ante una lengua inmortal que brilla en el horizonte de la historia como «lux veritatis» o «luz de la verdad» ad omnes gentes in mundum universum et super omnia ad gloriam aeternam in historia mundi.

 

DIEGO DEMETRIO ORELLANA

Datum Conchae, apud flumina Tomebamba, mensis maii, die XV, reparata salute Anno Dominicae Incarnationis MMXXI, Diem Mundialem Latinitatis.

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