miércoles, 21 de agosto de 2024

EL INFAME ROBO DEL ANILLO DE ORO EN EL BORJA

In veritatis honorem, amparados en el artículo 66 de la Constitución de la República denunciamos que la Unidad Educativa Particular Borja concluyó el año escolar con un espeluznante y explosivo escándalo de impredecibles consecuencias por el robo del ANILLO DE ORO que anualmente entrégase a uno de los mejores egresados, el cual escógese de un cuadro de honor de 9 alumnos. La concesión del áureo galardón hácese en la ceremonia anual de graduación de bachilleres, mas en el presente año el mejor graduado de la promoción 2024 y abanderado del plantel, Carlos Geovanny Flores Cevallos, fustigó a los jesuitas con un discurso que deberíaselo considerar como una bofetada moral por el infame robo del ANILLO DE ORO, en medio de la DEBACLE MORAL del querido colegio Borja, hoy bajo la dirección del cura Gustavo Calderón, SJ, asistente para la misión de asesorar a la ex reverendissima madre rectora Patty Matailo, super flumina Tomebamba. (HACER CLICK PARA VER UN DISCURSO).

El flamígero discurso de Carlos Geovanny constituye una ardiente admonición que latiga a los jesuitas y a sus inicuos colaboradores ignacianos supuestamente comandados por el cuestionado vicerrector dominico in urbe nostra semper amata, pues en un acto de ruindad y de vileza las autoridades borjinas, al parecer, calcularon con truculencia las calificaciones para elegir al egresado que debía llevar el ANILLO DE ORO institucional en la promoción de bachilleres del año 2024.

El DISCURSO de Carlos Geovanny Flores Cevallos dice, entre otras cosas, ad pedem litterae: «... a pesar de las injusticias recibidas el viaje debe continuar porque en el camino siempre encontraremos personas y acciones que buscan desmerecer el logro de los demás… No es necesario dar nombres porque cada uno sabe en su corazón sobre la injusticia que cometieron. Seguro no habrán más padres de familia como los míos que reclaman lo justo en el momento oportuno, porque vendrá la retaliación para con sus hijos. En el camino siempre encontraremos personas que buscan desmerecer el logro de los demás... La Madre Dolorosa es la patrona de esta institución educativa. Tengamos su manifestación de vida como ejemplo a seguir y que no sea solamente un plus para atraer a nuevos estudiantes sino que realmente se actúe con valores y principios, con justicia por parte de todas las autoridades y docentes que constituyen el Borja, tal cual como Jesús nos enseña día a día en su palabra… La sociedad no necesita aduladores de frente que luego apuñalen por la espalda actuando sin profesionalismo porque eso también es corrupción».

Tamaña reprimenda no esperábanla jamás los jesuitas, cual baldazo de agua fría que hiela y traspásase como una gélida paliza que estremece de profundis, mientras que siguiendo el iter criminis del robo del ANILLO DE ORO infiérese que trátase de un hecho fraguado con premeditación y alevosía para concedérselo, al parecer, a quien no merecíalo, in stricta iustitia, por satisfacer acaso ruines venganzas del cuestionado vicerrector dominico y ex padre eudista ante las graves denuncias de la DEBACLE MORAL del Borja surgidas desde el Comité Central de Padres de Familia de la institución tan venida a menos in calamitatis via in provintia aequatorianae Societatis Iesu. Y lo dicho confírmase cuando existen graves denuncias de que los propios egresados de la promoción 2024 han dicho a quien recibió el ANILLO DE ORO: «NO TE VAMOS A FELICITAR PORQUE NO TE LO MERECES». El hecho es gravísimo pues si los propios graduados de la promoción 2024 han dicho lo que han dicho es evidente que el robo del ANILLO DE ORO quedó perfectamente en evidencia entre todos ellos, a punto de no felicitar a quien ha sido inmerecidamente investido del oro borjino in iniquitatis mysterium.

CURA ROLANDO CALLE, DECLARADO NON GRATO 
POR EL COMITÉ DE PADRES DE FAMILIA DEL BORJA

CUESTIONADO VICERRECTOR DOMINICO 
Y EX CURA EUDISTA WILMAN GONZALEZ, 
DECLARADO NON GRATO POR EL 
COMITÉ DE PADRES DE FAMILIA DEL BORJA
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Esta curiosa y extraña historia comienza en junio de 2023, cuando el cura rector Rolando Calle, SJ, AUTOR DEL SACRILEGIO EN CONTRA DEL CUADRO ORIGINAL DEL MILAGRO DE LA DOLOROSA, fuera declarado NON GRATO por el Comité de Padres de Familia del Borja presidido, in illo tempore, por Ana Lucía Cevallos de Flores, madre del mejor egresado de la promoción 2024. Al mismo tiempo, los padres de familia declararon también NON GRATO al cuestionado vicerrector dominico y ex cura eudista Wilman González, a quien pedían rodar su cabeza sub specie instantis en el instante en que los jesuitas estaban a punto de nombrarlo como rector del Borja. Mas la valiente labor de denuncia de Cevallos hizo que la Compañía de Jesús diera marcha atrás en su propósito y nombrara como rectora del Borja a la ex reverendissima madre Matailo cuando habíase anunciado con furor que el cuestionado vicerrector dominico sería el ungido de una terna que también conformábala el ex cura Hector Cedeño, Director de Bienestar Estudiantil, y la propia ex monja Matailo, pastoralista del Borja, quien -la verdad sea dicha- era la menos opcionada para el cargo de rectora.

El inicio del año escolar 2023 – 2024 marcó un nuevo derrotero para el Comité Central de Padres de Familia cuando Geovanny Flores Barros, padre del mejor egresado de la promoción 2024, fue elegido como sucesor de Cevallos. 

GEOVANNY FLORES BARROS Y ANA LUCÍA CEVALLOS DE FLORES, 
PADRES DEL MEJOR EGRESADO DE LA PROMOCIÓN 2024, 
CARLOS GEOVANNY FLORES CEVALLOS
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In medias res, a poco de la elección de Geovanny Flores, su hijo Carlos Geovanny Flores Cevallos fue ungido como abanderado del plantel en razón de tener las más altas calificaciones en toda su vida estudiantil. Dicho premio a su excelencia académica condicionábalo para que sea también el recipiendario del ANILLO DE ORO de la promoción 2024. Para acceder al áureo galardón el Borja considera, a más del rendimiento académico, las siguientes cualidades que califícanse por un equipo de docentes previamente seleccionado para cumplir esta evaluación: la solidaridad, la práctica de valores, los logros académicos, culturales, deportivos y artísticos musicales, cualidades que mídense entre 9 estudiantes que conforman un cuadro de honor con las más altas calificaciones durante los estudios de bachillerato.

El mejor egresado de la promoción 2024, Carlos Geovanny Flores Cevallos, a más de ser electo como abanderado del plantel, habíase destacado en su vida borjina como uno de los mejores deportistas, siendo siempre respetuoso, solidario, humanitario, buen compañero, líder de los grupos académicos en los que participó durante sus años de secundaria, poseedor de principios y valores ignacianos, por lo que reunía todos los requisitos para ser también escogido como ANILLO DE ORO de la promoción 2024. 

Carlos Geovanny integró exitosamente el equipo de fútbol de la Unidad Educativa Particular Borja y jugó para el Deportivo Cuenca, en la categoría sub17, en el campeonato nacional de la Federación Ecuatoriana de fútbol, hecho que representa un plus en su condición de destacado deportista ignaciano prestigiando aún más el nombre del querido colegio Borja in honorem dignitatis in vita civitatis o en honor de la dignidad en la vida de la ciudad.

Rebus sic stantibus/ Estando así las cosas, el comité de selección del ANILLO DE ORO conformóse de los siguientes docentes: Michele Armijos, Andrea Heras, Javier Méndez, Oscar Crespo, Paúl Fárez, Pedro Abad, Belén Ordóñez y Jorge Tandazo. Es sorprendente que al promediar las notas que cada uno de estos maestros impuso a Carlos Geovanny el promedio obtenido para la obtención del ANILLO DE ORO fue de 7,37/10. Según informan los padres del estudiante todos los docentes han manifestado que calificaron al estudiante con notas sobre los 8 puntos, razón por la cual el promedio de 7,37/10 no tiene lógica ni secuencia ni coherencia. Quid pro quo, allí reside el quid de la cuestión y con justo derecho los padres de Carlos Geovanny Flores Cevallos han solicitado a la institución transparentar las calificaciones y mostrar el expediente, petición a la cual las cuestionadas autoridades del Borja han negádose bajo el argumento de que la concesión del ANILLO DE ORO es un asunto que rígese por las disposiciones del derecho privado, en tanto el artículo 81 del reglamento a la Ley Orgánica de Educación Intercultural así lo dispone ex lege.

Pero el robo del ANILLO DE ORO del Borja agrávase aún más porque algunos docentes que intervinieron en la calificación estuvieron involucrados en las denuncias que Ana Lucía Cevallos de Flores hizo el año pasado en los trepidantes momentos de la DEBACLE MORAL del Borja: Paúl Farez, denunciado por tener una academia particular a donde supuestamente son llevados los chicos del Borja para reforzar tareas en jornadas vespertinas durante muchos años y contra quien han reclamado varios padres de familia por atemorizar a los alumnos bajándoles el autoestima, mientras varios paralelos del Borja han quejádose ante la rectora de su permanencia en la institución sin que ella pueda decir: «YA BASTA». ¿No será acaso ésta una de las causas por las cuales decenas de estudiantes han salido este año de la institución, la cual pierde cada vez muchachos que desertan de permanecer como alumnos de la institución jesuitica? (HACER CLIK PARA LEER DEBACLE MORAL). 

Pero también, entre los docentes que integraron la comisión calificadora hállase Andrea Heras, involucrada en el escándalo del vídeo sicalíptico de tik tok llamado UNA DE AQUÍ que difundióse como emblema de la DEBACLE MORAL borjina en redes sociales. (HACER CLICK PARA VER VÍDEO «UNA DE AQUÍ)». 

Igualmente encuéntrase Pedro Abad, un periodista deportivo que asume cátedras para las que no hállase capacitado dentro de la institución, quien fue objeto de reclamo por los padres de Carlos Geovanny a causa de haber infligido un portazo al hijo menor de la familia Flores Cevallos, mientras ha sido llamado la atención por no cumplir con la labor de poner la rúbrica en un trabajo de Carlos Geovanny, siendo causa de problemas académicos en el rendimiento de los alumnos. 

Asimismo, otro de los docentes cuestionados es Michele Armijos, tutora que ha mostrado una férrea animadversión a los padres de Carlos Geovanny y que al momento de anunciar al ANILLO DE ORO se desplomó de la silla de la mesa directiva de la ceremonia de graduación en un accidente que golpió su cabeza dejándola, al parecer, turulata o mentecata, lo que parece haber acaecido cual si fuese el karma de la maldad con la cual han robado el ANILLO DE ORO borjino in mysterium iniquitatis et contra dignitatis.

A sabiendas de que el jurado que debía calificar a Carlos Geovanny no era idóneo, ni imparcial u objetivo, dadas las precedentes incidencias, los padres de Carlos Geovanny advirtieron a la dirección de Bienestar Estudiantil sobre la falta de idoneidad de la comisión calificadora pero a su titular, el ex cura Héctor Cedeño, poco le importó tal advertencia desoyéndola de manera infame. Mas bien, en un incorrecto modus actuandi pretendió desconocer algunas de las participaciones deportivas de Carlos Geovanny con tal de perjudicarlo en sus méritos para recibir el ANILLO DE ORO cuyo robo es un insólito caso que deja entrever que no es la primera vez que en la historia borjina la concesión de este galardón vuélvese un escándalo que provoca descontento y desconsuelo en la comunidad educativa. Efectivamente, a fortiori, dígase que en varias promociones de bachilleres del Borja recuérdase que la concesión del ANILLO DE ORO no ha sido justa ni equitativa a merced de los caprichos, los antojos y las insanas apetencias de cuestionadas autoridades en la Unidad Educativa Particular Borja. 

Huelga decir entonces que una selección como la presente sólo garantízase ser justa cuando el jurado actúa «sine ira et studio» o «sin resentimiento ni favor» buscando la justicia que dignifica un certamen in excelsis para que la excelencia contenida en el «magis ignaciano» sea una preeminente cualidad del inmortal apotegma de nuestro santísimo padre Ignacio de Loyola cuando con excelsa sapiencia enseñábanos a «SER MÁS PARA SERVIR MEJOR», frase jesuitica que en el Borja parece velarse para quedarse en letra muerta si hemos de considerar este terribilis modus operandi con el que la concesión del ANILLO DE ORO parece una feria donde las más inicuas zalagardas pueden acaecer in iniquitatis mysterium o en el misterio de la iniquidad.

Sin embargo, como «EL QUE NADA DEBE NADA TEME» resulta extraño que el colegio Borja niéguese a transparentar las calificaciones de Carlos Geovanny Flores Cevallos para no someterse a que descúbrase en la vindicta pública que el promedio obtenido de 7,37/10 no concuerda con las notas que cada uno de los docentes dicen haber impuesto, mucho más cuando todos han indicado que jamás calificaron a Carlos Geovanny con una nota inferior a 8/10 y en algunos casos con 9/10.

In via veritatis ad inquirendam interroguémonos ¿qué es lo que sucedió entonces para que el promedio no concuerde con las notas que cada docente impuso? ¿Quién alteró las calificaciones para que el abanderado del plantel y mejor egresado de la promoción 2024 no acceda al ANILLO DE ORO? ¿Por qué hicieron esto? ¿Por la retaliación a los padres de Carlos Geovanny, quienes han sido los adalides de la lucha contra la debacle moral del Borja? Y si así fuera la cosa ¿por qué vengarse con Carlos Geovanny Flores Cevallos si las diferencias personales de las cuestionadas autoridades del Borja son con sus padres? ¿Acaso es alrededor del vicerrector dominico, que perdió el rectorado frente a la ex reverendissima madre Matailo, donde habríase fraguado esta inicua venganza ejecutada con insania y con vesania? inquiérense los padres de Carlos Geovanny ¿O sea que en el querido colegio Borja trastócanse los valores cristianos para que «JUSTOS PAGUEN POR PECADORES», como dice el dicho popular de nuestra paradigmática lengua de Castilla?... Estas son las preguntas de marras que han llevado a los padres de Carlos Geovanny a interponer una queja a la Defensoría del Pueblo y una denuncia a la Coordinadora Zonal de Educación del Austro, ante quien la ex Reverendissima Madre Matailo comparece evadiendo las responsabilidades de este extraño entuerto y divagando con insólitas engañifas en una enrevesada explicadera de lo que significa el ANILLO DE ORO del Borja y los parámetros que considéranse para su concesión, mientras ofrece que EL DISCURSO de Carlos Geovanny Flores Cevallos, el cual representó un latigazo moral para los jesuitas, será publicado en el anuario institucional del Borja, a circular en septiembre del presente año con la inauguración del nuevo ciclo lectivo 2024 – 2025.  Pero la contumaz necedad  de los abogados del Borja, Diego Rosales y Santiago Córdova, desbórdase in extremis al esgrimir como argumentos, en medio de leguleyadas sin cuento, que la institución jesuita rígese solo por el derecho privado y no está obligada a obedecer al derecho público con tal de negar el expediente, cuando, in stricta veritas, el Borja es una institución privada de servicio público porque oferta educación por permisión estatal. Mas las truculentas argucias terminan por desconocer a la autoridad de la Defensoría del Pueblo burlándose de su Ley Orgánica sin derecho y contra todo derecho.

¿De verdad los jesuitas haríanse un hara kiri al publicar el flamígero discurso de Carlos Geovanny en contra de ellos o acaso pretenderíase publicar otro texto en la misma forma en que no ha habido rubor ni pavor para permitir el robo del ANILLO DE ORO? son las preguntas de marras que los padres de Carlos Geovanny Flores Cevallos hácense ante el terrible galimatías que representa este infame robo del oro borjino que parece acaecer como venganza en contra de los padres del abanderado del plantel a causa de su tenaz lucha emprendida desde el Comité de Padres de Familia del Borja en los dos últimos ciclos lectivos en los que ambos progenitores presidieron dicho estamento institucional in via iustitiae ab intra Societatis Iesu.

Las denuncias del robo del ANILLO DE ORO no quédanse allí pues serias quejas del profesorado rebelde de la Unidad Educativa Particular Borja, que siempre clama a nuestras puertas con sed de justicia, señalan que en EL DÍA DE LA FAMILIA que organizara el Comité de Padres de Familia, en junio pasado, las hermanas Dory y Anabel habrían indicado que el ANILLO DE ORO estaba ya decidido que no era para Carlos Geovanny Flores Cevallos, lo cual confirma que algo fosco, tenebroso y palurdo tramábase en la institución educativa frente al oro borjino del codiciado galardón in calamitatis aspectibus.

Quod erat demonstrandum/ Como queda demostrado, lo más escabroso de este curioso hecho constituye la falta de ética por parte de la comisión calificadora, pues al haber estado conformada por algunos docentes que conflictuaron con los padres de Carlos Geovanny al estar involucrados en las denuncias de la DEBACLE MORAL borjista debían excusarse de no ejercer el rol de calificadores de los méritos de Carlos Geovanny para la concesión del ANILLO DE ORO in stricta iustitia.


Mas para que todo demuestre que el robo del ANILLO DE ORO hízose con dedicatoria hasta en el programa impreso de graduación colocaron a Carlos Geovanny alterando el correcto orden de prelación y volviendo preeminente a quien resultó inmerecidamente como ANILLO DE ORO dejando al mejor egresado y abanderado del plantel en un segundo plano con evidentes muestras de discriminación in Societate Iesu.  

Ad interim, llama la atención el silencio sepulcral del cura Calderón, asistente para la misión de asesorar a la ex reverendissima madre rectora del Borja, puesto que, al parecer, el robo del ANILLO DE ORO parecería no haberlo preocupado y menos perturbado in extremis cuando quizás, en tan zaino y zigzagueante proceder, ¿acaso no ha estado al tanto de todas las retaliaciones planificadas para asaltar el oro borjino si el cura todo lo controla puesto que ni las hojas de los árboles muévense, en el campus colegial borjino, si no es con su anuencia, su aquiescencia y su placet? La telúrica conducta de Calderón confirmaría -para los padres de Carlos Geovanny- que el robo del ANILLO DE ORO es algo que no érale ajeno como asistente para la misión de asesorar a la ex reverendissima madre franciscana Patty Matailo Matailo, in Ordo Fratrum Minorum. No de otra forma el rostro del cura Calderón es de estupefaciente espanto, como puédese ver haciendo click en el siguiente enlace: VÍDEO DE LA CEREMONIA DE GRADUACIÓN, pues al terminar el discurso de Carlos Geovanny Flores Cevallos aplaude nerviosamente junto con el cuestionado vicerrector dominico y ex cura eudista, mientras la ex reverendissima madre siéntese aludida por las injusticias denunciadas y cógese los lentes, pero paniqueada por el incendiario discurso termina también aplaudiendo nerviosamente a Carlos Geovanny ante la espectral efigie de momia coctelera del ex cura Cedeño que parece gritar impertérrito: «TRÁGUEME LA TIERRA» junto al pánfilo padre Chacón que volvióse cadavérico y fantasmagórico cual inmóvil estatua broncínea in partibus infidelium.

El galimatías producido con este escándalo borjino confírmanos in veritatis splendor que la DEBACLE MORAL DEL BORJA es de tal calibre que el abanderado del plantel y mejor egresado de la promoción 2024, Carlos Geovanny Flores Cevallos, termina como la víctima propiciatoria de una ruin venganza o el blanco perfecto de una implacable retaliación por la que «JUSTOS PAGAN POR PECADORES». No de otra manera concíbese que Carlos Geovanny es el sacrificio vivo y santo por cuya inmolación los malvados que planificaron el robo del oro borjino refocílanse en sus espíritus enfermos con la perversidad que les llevó a impulsar el infamante latrocinio del ANILLO DE ORO para banderearse a sus anchas en el campus colegial, a maximis, mostrando que tal comportamiento borjino es como la antítesis de lo que debería ser un colegio católico en la conducta de sus cuestionadas autoridades. Por todo ello es que ha llegado la hora de respetar el reglamento de la concesión del ANILLO DE ORO en el Borja sin triquiñuelas infames, sin truculentas ni tramposas piruetas que terminan en escándalo de estupefaciente rictus, puesto que lo que debería contar en el querido colegio Borja son los valores y principios ignacianos y no la venganza, la contumelia, la maldad y la maledicencia que disfrazadas en las facies de los aduladores de frente hacen que éstos apuñalen por la espalda, como Carlos Geovanny denuncia en su celebérrimo DISCURSO acriter et fideliter in honorem iustitiae et in dignitatis splendor ab intra Societatis Iesu ad maiorem Dei gloriam.


Diego Demetrio Orellana
Datum Conchae, apud flumina Tomebamba, in mensis augustii, die XX, octava XX Dominica per annum in Anno Salutis Nostrae MMXXIV
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OPINIONES CIUDADANAS

Francis Aulestia: Es tremenda historia porque refleja el estado moral y espiritual en el que está toda la sociedad...ya no se diferencia nadie, ni la misma Iglesia... Todo es avaricia y conveniencia, injusticia... Está bien porque es necesario poner atención en la educación de los jóvenes y por ellos, para responsabilizar a las autoridades.👍👍... Siempre DILECTE FRATER DIEGO, tu labor es necesaria 🙏 💪👍 OMNIA AD MAIOREM DEI GLORIAM. No hay esfuerzo sin recompensa DILECTE FRATER DIEGO. Nunca pierdas la fé ni olvides el absurdo, que al final es lo que nos da la sonrisa, todos vivimos el absurdo, los poderosos también, en sus afanes, mientras dura lo efímero del poder... A todos nos acontece lo mismo, pero son afortunados los que si están conscientes de ese final destino. Por eso la pluma debe seguir escribiendo...y el agua fluyendo 😃🙏🙏 saludos amigo, todo esfuerzo tiene recompensa y efecto...

ESTIMADO Francis Aulestia: GRACIAS POR APRECIAR EL SENSUS VERO O SENTIDO VERDADERO DE MI LABOR COMO EX ALUMNO DE LOS JESUITAS ANTE LA DEBACLE MORAL DE MI QUERIDO COLEGIO QUE MEJORES DÍAS RECLAMA EN MEDIO DE INFAMANTES TRIBULACIONES Y DESBARROS SIN CUENTO.... OMNIA AD MAIOREM DEI GLORIAM SICUT DIXIT SANCTE PATER NOSTER IGNATIUS A LOYOLA, PRIMUS PRAEPOSITUS GENERALIS SOCIETATIS IESU.  PLURIMAS GRATIAS AD TE IN VIA FRATERNITATIS SICUT ANTIQUI SOCIETATIS IESU ALUMNI IN PATRIA AEQUATORIANAE.

DIEGO DEMETRIO 
OCTAVA XX DOMINICA PER ANNUM IN ANNO SALUTIS NOSTRAE MMXXIV
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Eduardo Cardoso Martínez:  No va a ser fácil recuperar el prestigio “DEL BORJA” después de haber,-como afirma el denunciante-, exhibido como auténtico un falso cuadro de la Dolorosa y de birlar “el anillo de oro” al alumno más destacado de la promoción 2024 que tiene ‘todos los merecimientos’ según lo prueba y afirma Diego Demetrio Orellana.

La opinión pública merece una repuesta del aludido sacerdote jesuita, padre Rolando Calle.

MI ESTIMADO Eduardo Cardoso Martínez: : ASÍ MISMO ES... USTED TIENE TODA LA RAZÓN... EL PRESTIGIO ES ALGO QUE PUÉDESE PERDER EN UN INSTANTE PARA NO RECUPERARLO JAMÁS... O PARA RECUPERARLO DESPUÉS DE MUCHO TIEMPO Y ESTE ES EL CASO DEL QUERIDO BORJA PUES LA DEBACLE MORAL HA TOCADO FONDO... GRACIAS POR LEER SIEMPRE MIS DENUNCIAS. UN ABRAZO FRATERNAL IN VIA FRATERNITATIS,

DIEGO DEMETRIO
OCTAVA XX DOMINICA PER ANNUM, AD MMXXIV

Chris Duran: Qué pena. Una vez más, la ambición por encima de valores éticos.

EXACTAMENTE, Chris Duran:... PERO NO SOLO ES LA AMBICIÓN SOBRE LOS VALORES ÉTICOS SINO SOBRE TODO LA PÉRDIDA DEL CARISMA IGNACIANO Y HASTA DE LA ERUDICIÓN JESUITICA DEL PASADO, COMO EL MISMO CURA CALDERÓN LO HA DEMOSTRADO IN VERITATIS HONOREM.

Anónimo
jueves, agosto 29, 2024 2:19:00 p. m.
Lamentable la actitud de las principales autoridades de la Institución, Una institución educativa que a través del tiempo se ha ganado a pulso un nombre y prestigio local y nacional. Prestigio. hoy en entredicho por las actitudes y acciones tomadas, frente a un derecho real y objetivo que tienen y merecen los estudiantes destacados por sus grandes méritos académicos y personales que la Institución Educativa desde hace muchos años ha sabido reconocer y valorar estas distinciones, institucionalizando un acto de reconocimiento y estimulo a los estudiantes que por sus esfuerzos propios alcanzan esta alta distinción. Por eso, no se entiende cómo un estudiante que posee las mas altas calificaciones académicas de la Institución Educativa, no haya sido valorado con justicia con la entrega del "anillo de oro" que otorga la Institución al mejor bachiller y egresado de la promoción 2023-2024. Sin duda un acto para meditar y reflexionar y aquí surge grandes interrogantes: será que fue un acto con dedicación a favor de otra persona, será que fue un acto subjetivo poco consensuado por el jurado, será que fue un decisión subjetiva de preferencias o lo que seria peor, será que fue un ACTO PREMEDITADO de jueces para limitar, poner barreras y castigar a la libertad que tienen los seres humanos para expresarse, para reclamar derechos y exigir actos justos, que hoy mas que nunca reclama la sociedad de seres íntegros, jovenes capaces de hablar con la verdad y no quedarse callados. como el se es, que estas a los estudiantes como practica de valores desde muchos años ha venido realizando reconocimiento accion a pulso que se ha caracterizado por su seriedad y objetividad.
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DE: Ma. Augusta Cárdenas
PARA: Diego Demetrio Orellana
FECHA: Agosto 30, 2024

Creo que es una reflexión acertada. Queda al descubierto la miseria humana pero lo más grave es de quienes vienen, se "supone" que ellos son los que guían que dan un faro de sabiduría los que deben predicar con el ejemplo. Que pena que esta actitud tan reprochable que quedará escrita en la historia del colegio haya afectado a este brillante estudiante, de lo que se puede concluir es que la excelencia ha sido su característica académica. Sin embargo, si su liderazgo es innato en el futuro será alguien que levante la voz por la colectividad.
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Jorge Suarez 
De:jorgesuar1@yahoo.com
Para:DIEGO DEMETRIO ORELLANA

Fecha: mié, 21 ago a las 18:52

¡Por Dios Santo!

Todos leemos sus artículos, pero.... ¿qué sucede con los miembros del Borja? Muy buen artículo. Gracias por remitirlo.

Saludos, Jorge
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lunes, 5 de agosto de 2024

LA LITERATURA ANALIZADA BELLAMENTE POR EL PAPA FRANCISCO I

 

CARTA DEL SANTO PADRE FRANCISCO
SOBRE EL PAPEL DE LA LITERATURA EN LA FORMACIÓN

1. Al inicio había pensado escribir un título que se refiriera a la formación sacerdotal, pero luego pensé que, de manera similar, estas cosas pueden decirse de la formación de todos los agentes de pastoral, así como de cualquier cristiano. Me refiero a la importancia que tiene la lectura de novelas y poemas en el camino de la maduración personal.

2. Con frecuencia, entre el aburrimiento de las vacaciones, el calor y la soledad de los barrios desolados, encontrar un buen libro de lectura llega a ser como un oasis que nos aleja de otras actividades que no nos hacen bien. Tampoco faltan los momentos de cansancio, de rabia, de decepción, de fracaso, y cuando ni siquiera en la oración conseguimos encontrar la quietud del alma, un buen libro, al menos, nos ayuda a ir sobrellevando la tormenta, hasta que consigamos tener un poco más de serenidad. Puede ser que esa lectura consiga abrir en nosotros nuevos espacios de interiorización que eviten que nos encerremos en esas anómalas ideas obsesivas que nos acechan irremediablemente. Antes de la llegada omnipresente de los medios de comunicación, redes sociales, teléfonos móviles y otros dispositivos, la lectura era una experiencia frecuente, y quienes la han vivido saben de lo que hablo. No es algo pasado de moda.


3. A diferencia de los medios audiovisuales, donde el contenido en sí es más completo, y el margen y el tiempo para “enriquecer” la narración o interpretarla suelen ser reducidos, en la lectura de un libro, el lector es mucho más activo. En cierta forma él reescribe la obra, la amplía con su imaginación, crea su mundo, utiliza sus habilidades, su memoria, sus sueños, su propia historia llena de dramatismo y simbolismo, y de este modo lo que resulta es una obra muy distinta de la que el autor pretendía escribir. Una obra literaria es, pues, un texto vivo y siempre fecundo, capaz de volver a hablar de muchas maneras y de producir una síntesis original en cada lector que encuentra. Al leer, el lector se enriquece con lo que recibe del autor, pero esto le permite al mismo tiempo hacer brotar la riqueza de su propia persona, de modo que cada nueva obra que lee renueva y amplía su universo personal.

4. Esto me lleva a valorar de modo muy positivo el hecho de que, al menos en algunos Seminarios, se logre abandonar la obsesión por las pantallas —y por las venenosas, superficiales y violentas noticias falsas— y se dedique tiempo a la literatura, a los momentos de lectura serena y libre, a hablar de esos libros, nuevos o viejos, que tanto nos siguen contando. Pero, en general, hay que constatar con pesar que, en el proceso formativo de quienes se preparan al ministerio ordenado, la atención a la literatura no encuentra actualmente un lugar conveniente. De hecho, ésta se considera a menudo como una forma de entretenimiento, es decir, como una expresión poco relevante de la cultura que no pertenece al camino de preparación y, por tanto, a la experiencia pastoral concreta de los futuros sacerdotes. Salvo pocas excepciones, la atención a la literatura se considera como algo no esencial. A este respecto, quisiera afirmar que este enfoque no es bueno. Es el origen de una forma de grave empobrecimiento intelectual y espiritual de los futuros sacerdotes, que se ven así privados de tener un acceso privilegiado al corazón de la cultura humana y más concretamente al corazón del ser humano, a través de la literatura.

5. Con este mensaje, quisiera proponer un cambio radical acerca de la atención que debe darse a la literatura en el contexto de la formación de los candidatos al sacerdocio. A este respecto, me parece muy apropiado lo que dice un teólogo: «La literatura [...] surge de la persona en lo que ésta tiene de más irreductible, en su misterio [...]. Es la vida, que toma conciencia de sí misma cuando alcanza la plenitud de la expresión, apelando a todos los recursos del lenguaje». [1]

6. Así pues, la literatura tiene que ver, de un modo u otro, con lo que cada uno de nosotros busca en la vida, ya que entra en íntima relación con nuestra existencia concreta, con sus tensiones esenciales, su deseos y significados.

7. Esto lo aprendí desde joven, con mis estudiantes. Entre el 1964 y 1965, con 28 años, fui profesor de literatura en Santa Fe, en un colegio jesuita. Enseñaba los dos últimos años de bachillerato y tenía que asegurarme de que mis alumnos estudiaran El Cid. Pero a los chicos no les gustaba. Pedían leer a García Lorca. Así que decidí que estudiarían El Cid en casa, y durante las clases trataría a los autores que más les gustaban a los chicos. Por supuesto, ellos querían leer obras literarias contemporáneas. Pero a medida que leían esas cosas que les atraían en ese momento, fueron teniendo un gusto más general por la literatura, por la poesía, para luego pasar a otros autores. En definitiva, el corazón sigue buscando, y cada uno encuentra su propio camino en la literatura. [2] A mí, por ejemplo, me encantan los artistas trágicos, porque todos podríamos sentir sus obras como propias, como expresión de nuestros propios dramas. Llorando por el destino de los personajes, lloramos en el fondo por nosotros mismos y nuestro propio vacío, nuestras propias carencias, nuestra propia soledad. Por supuesto, no les pido que lean lo mismo que yo he leído. Cada cual encontrará aquellos libros que digan algo a su propia vida y se conviertan en verdaderos compañeros de viaje. No hay nada más contraproducente que leer algo por obligación, haciendo un esfuerzo considerable sólo porque otros han dicho que es imprescindible. No, debemos seleccionar nuestras lecturas con disponibilidad, sorpresa, flexibilidad, dejándonos aconsejar, pero también con sinceridad, tratando de encontrar lo que necesitamos en cada momento de nuestra vida.

Fe y cultura

8. Por otra parte, para un creyente que quiera sinceramente entrar en diálogo con la cultura de su tiempo, o simplemente con la vida de personas concretas, la literatura se hace indispensable. Con razón, el Concilio Vaticano II afirma que «la literatura y el arte [...] se proponen expresar la naturaleza propia del hombre» y «presentar claramente las miserias y las alegrías de los hombres, sus necesidades y sus capacidades». [3] En efecto, la literatura se inspira en la cotidianidad de la vida, en sus pasiones y en sus propias experiencias, como «la acción, el trabajo, el amor, la muerte y todas las pequeñas grandes cosas que llenan la vida». [4]

9. ¿Cómo podemos penetrar en el corazón de las culturas, las antiguas y las nuevas, si ignoramos, desechamos y/o silenciamos sus símbolos, mensajes, creaciones y narraciones con los que plasmaron y quisieron revelar y evocar sus más bellas hazañas y los ideales más bellos, así como también sus actos violentos, miedos y pasiones más profundos? ¿Cómo hablar al corazón de los hombres si ignoramos, relegamos o no valoramos “esas palabras” con las que quisieron manifestar y, por qué no, revelar el drama de su propio vivir y sentir a través de novelas y poemas?

10. La misión de la Iglesia ha sabido desplegar toda su belleza, frescura y novedad en el encuentro con las diversas culturas —muchas veces gracias a la literatura— en las que ha echado raíces sin miedo a arriesgarse y a extraer de ellas lo mejor que ha encontrado. Es una actitud que la ha librado de la tentación de un solipsismo ensordecedor y fundamentalista que consiste en creer que sólo una específica gramática histórico-cultural tiene la capacidad de expresar toda la riqueza y profundidad del Evangelio. [5] Muchas de las profecías catastrofistas que hoy intentan sembrar la desesperanza, tienen su origen precisamente en este aspecto. El contacto con diferentes estilos literarios y gramaticales siempre nos permitirá profundizar en la polifonía de la Revelación, sin reducirla o empobrecerla a las propias necesidades históricas o a las propias estructuras mentales.

11. No es, pues, casualidad que el cristianismo primitivo, por ejemplo, haya percibido bien la necesidad de una estrecha confrontación con la cultura clásica de la época. Un padre de la Iglesia oriental como Basilio de Cesarea, por ejemplo, en su Discurso a los jóvenes, escrito entre los años 370 y 375, que probablemente dirigió a sus sobrinos, ensalzaba la belleza de la literatura clásica —producida por los éxothen (“los de fuera”) como él llamaba a los autores paganos— tanto en la argumentación, es decir, en los lógoi (“discursos”) que se utilizaban en la teología y la exégesis, como en el propio testimonio de vida, es decir, en los práxeis (“actos, comportamientos”) que se debían considerar en la ascética y la moral. Y concluía exhortando a los jóvenes cristianos a considerar a los clásicos como un ephódion (“viático”) para la propia educación y formación, obteniendo de ellos “provecho para el alma” (IV, 8-9). Y precisamente de ese encuentro del acontecimiento cristiano con la cultura de la época surgió una original reelaboración del anuncio evangélico.

12. Gracias al discernimiento evangélico de la cultura, es posible reconocer la presencia del Espíritu en la multiforme realidad humana, es decir, es posible captar la semilla ya plantada de la presencia del Espíritu en los acontecimientos, sensibilidades, deseos y tensiones profundas de los corazones y de los contextos sociales, culturales y espirituales. Por ejemplo, en los Hechos de los Apóstoles, donde se menciona la presencia de Pablo en el Areópago (cf. Hch 17,16-34), podemos reconocer un planteamiento similar. Pablo, hablando de Dios, afirma: «En efecto, en él vivimos, nos movemos y existimos, como muy bien lo dijeron algunos poetas de ustedes: “Nosotros somos también de su raza”» ( Hch 17,28). En este versículo encontramos dos citas: una indirecta en la primera parte, que cita al poeta Epiménides (s. VI a.C.), y otra directa, que cita los Phaenomena del poeta Arato de Silo (s. III a.C.), que versa sobre las constelaciones y los signos del buen y mal tiempo. Aquí, «Pablo se revela como “lector” de poesía y deja intuir su manera de acercarse al texto literario que no puede dejarnos sin reflexionar sobre un discernimiento evangélico de la cultura. Los atenienses lo definieron como spermologos, es decir, “cuervo, parlanchín, charlatán”, pero literalmente “recolector de semillas”. Aquello que sin duda era un insulto, parece, paradójicamente, una profunda verdad. Pablo recoge las semillas de la poesía pagana y, superando una actitud anterior de profunda indignación (cf. Hch 17,16), llega a reconocer a los atenienses como “muy religiosos” y ve en aquellas páginas de su literatura clásica una verdadera preparatio evangelica». [6]

13. ¿Qué es lo que hizo Pablo? Él comprendió que «la literatura descubre los abismos que habitan en el hombre, mientras que la revelación, y luego la teología, los remontan para mostrar cómo Cristo viene a atravesarlos e iluminarlos». [7] En la dirección de estos abismos, la literatura es, pues, una «vía de acceso» [8] que ayuda al pastor a entrar en un diálogo fecundo con la cultura de su tiempo.

Jamás un Cristo sin carne

14. Antes de profundizar en las razones específicas por las cuales hay que promover la atención a la literatura en el camino de formación de los futuros sacerdotes, permítanme hacer alusión a un pensamiento sobre el contexto religioso actual: «La vuelta a lo sagrado y las búsquedas espirituales que caracterizan a nuestra época son fenómenos ambiguos. Más que el ateísmo, hoy se nos plantea el desafío de responder adecuadamente a la sed de Dios de mucha gente, para que no busquen apagarla en propuestas alienantes o en un Jesucristo sin carne». [9] Por lo tanto, la urgente tarea de anunciar el Evangelio en nuestro tiempo requiere de los creyentes y particularmente de los sacerdotes, el compromiso de que todos puedan encontrarse con un Jesucristo hecho carne, hecho hombre, hecho historia. Debemos cuidar que nunca se pierda de vista la “carne” de Jesucristo; esa carne hecha de pasiones, emociones, sentimientos, relatos concretos, manos que tocan y sanan, miradas que liberan y animan; de hospitalidad, perdón, indignación, valor, arrojo. En una palabra, de amor.

15. Y es precisamente en este ámbito que una asidua frecuencia de la literatura puede hacer a los futuros sacerdotes y a todos los agentes pastorales más sensibles aún a la plena humanidad del Señor Jesús, en la que se expande plenamente su divinidad, y anunciar el Evangelio de tal modo que todos, realmente todos, puedan experimentar qué verdadero es lo que dice el Concilio Vaticano II: «En realidad, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado». [10] Esto no significa el misterio de una realidad abstracta, sino el misterio de ese ser humano concreto, con todas las heridas, deseos, recuerdos y esperanzas de su vida.

Un gran bien

16. Desde un punto de vista pragmático, muchos científicos sostienen que el hábito de la lectura produce efectos muy positivos en la vida de la persona; la ayuda a adquirir un vocabulario más amplio y, por consiguiente, a desarrollar diversos aspectos de su inteligencia. También estimula la imaginación y la creatividad. Al mismo tiempo, esto permite aprender a expresar los propios relatos de una manera más rica. Además, mejora la capacidad de concentración, reduce los niveles de deterioro cognitivo, calma el estrés y la ansiedad.

17. Mejor aún: nos prepara para comprender y, por tanto, para afrontar las diferentes situaciones que pueden presentarse en la vida. En la lectura nos zambullimos en los personajes, en las preocupaciones, en los dramas, en los peligros, en los miedos de las personas que finalmente han superado los desafíos de la vida, o quizás durante la lectura damos consejos a los personajes que después nos servirán a nosotros mismos.

18. En el intento de seguir animando a la lectura, cito con gusto algunos textos de autores muy conocidos, que nos enseñan mucho con pocas palabras. Las novelas desencadenan en nosotros, «por una hora, todas las dichas y desventuras posibles, de esas que en la vida tardaríamos muchos años en conocer unas cuantas, y las más intensas de las cuales se nos escaparían, porque la lentitud con que se producen nos impide percibirlas». [11]. «Al leer buena literatura me convierto en un millar de hombres y sigo siendo yo mismo. Como el cielo nocturno del poema griego, veo con miles de ojos, pero sigo siendo yo quien ve. Entonces, como en la fe, en el amor, en acción moral y en conocimiento; me trasciendo a mí mismo, nunca realmente soy más yo que cuando lo hago». [12]

19. De todos modos, mi intención no es detenerme solamente en este nivel de utilidad personal, sino reflexionar sobre las razones más decisivas para despertar el amor por la lectura.

Escuchar la voz de alguien

20. Cuando pienso en la literatura, me viene a la mente lo que el gran escritor argentino Jorge Luis Borges [13] decía a sus estudiantes: lo más importante es leer, entrar en contacto directo con la literatura, sumergirse en el texto vivo que tenemos delante, más que fijarse en las ideas y en los comentarios críticos. Y Borges explicaba esta idea a sus estudiantes diciéndoles que quizás al comienzo iban a entender poco de lo que estaban leyendo, pero que en todo caso habrían escuchado “la voz de alguien”. Esta es una definición de literatura que me gusta mucho: escuchar la voz de alguien. Y no nos olvidemos qué peligroso es dejar de escuchar la voz de otro que nos interpela. Caemos rápidamente en el aislamiento, entramos en una especie de sordera “espiritual”, que incide negativamente también en la relación con nosotros mismos y en la relación con Dios, más allá de cuanta teología o psicología hayamos podido estudiar.

21. Recorriendo este camino, que nos vuelve sensibles al misterio de los otros, la literatura hace que aprendamos a tocar sus corazones. ¿Cómo no recordar en este tema las valientes palabras que san Pablo VI dirigió a los artistas y, por lo tanto, a los escritores, el 7 de mayo de 1964? Decía: «Tenemos necesidad de vosotros. Nuestro ministerio tiene necesidad de vuestra colaboración. Pues, como sabéis, nuestro ministerio es el de predicar y hacer accesible y comprensible, más aún, emotivo, el mundo del espíritu, de lo invisible, de lo inefable, de Dios. Y en esta operación que trasvasa el mundo invisible en fórmulas accesibles, inteligibles, vosotros sois maestros» [14]. Esta es la cuestión: la tarea de los creyentes, y en particular de los sacerdotes, es precisamente “tocar” el corazón del ser humano contemporáneo para que se conmueva y se abra ante el anuncio del Señor Jesús y, en este esfuerzo, la contribución que la literatura y la poesía pueden ofrecer es de un valor inigualable.

22. T.S. Eliot, el poeta a quien el espíritu cristiano le debe obras literarias que han marcado la contemporaneidad, ha definido justamente la crisis religiosa moderna como una crisis con una “incapacidad emotiva” [15] generalizada. A la luz de esta lectura de la realidad, hoy el problema de la fe no es en primera instancia el de creer más o creer menos en las proposiciones doctrinales. Está más bien relacionado con la incapacidad de muchos para emocionarse ante Dios, ante su creación, ante los otros seres humanos. Se plantea aquí, por tanto, la tarea de sanar y enriquecer nuestra sensibilidad. Por eso, al regresar del Viaje Apostólico en Japón, cuando me preguntaron qué ha de aprender Occidente de Oriente, respondí: «creo que Occidente carece de un poco de poesía» [16].

Una forma de ejercicio del discernimiento

23. ¿Qué obtiene entonces el sacerdote de este contacto con la literatura? ¿Por qué es necesario considerar y promover la lectura de las grandes obras literarias como un elemento importante de la paideia sacerdotal? ¿Por qué es importante recuperar e implementar en el itinerario formativo de los candidatos al sacerdocio la intuición, delineada por el teólogo Karl Rahner, de una afinidad espiritual profunda entre sacerdote y poeta? [17]

24. Intentemos responder a estos interrogantes escuchando las consideraciones del teólogo alemán. [18] Las palabras del poeta, escribe Rahner, son “palabras de anhelo”, son «puertas abiertas a lo infinito, sin medida. Llaman lo innominado, se alargan a lo inasible. […] La abertura al infinito que es el arte no puede dar lo infinito, el Infinito». De hecho, esto es propio de la Palabra de Dios, y —prosigue Rahner— «la palabra poética llama a la Palabra de Dios». [19] Para los cristianos la Palabra de Dios y todas las palabras humanas dejan el rastro de una intrínseca nostalgia de Dios, tendiendo hacia esa Palabra. Se puede decir que la palabra verdaderamente poética participa analógicamente de la Palabra de Dios, como nos la presenta de manera sobrecogedora la Carta a los Hebreos (cf. Hb 4,12-13).

25. De este modo, Karl Rahner puede establecer un hermoso paralelismo entre el sacerdote y el poeta: «Sólo ella puede redimir lo que constituye la última cárcel de las realidades no dichas, la mudez de su referencia a Dios». [20]

26. En la literatura también están en juego cuestiones de forma de expresión y de sentido. Esta representa por tanto una forma de ejercicio de discernimiento, que afina las capacidades sapienciales de escrutinio interior y exterior del futuro sacerdote. El lugar en el que se abre esta vía de acceso a la propia verdad es la interioridad del lector, implicado directamente en el proceso de la lectura. Así, por tanto, se despliega el escenario del discernimiento espiritual personal, donde no faltarán las angustias e incluso las crisis. Son numerosas, en efecto, las páginas literarias que pueden responder a la definición ignaciana de «desolación».

27. «Llamo desolación […] la oscuridad del ánima, turbación en ella, moción a las cosas bajas y terrenas, inquietud de varias agitaciones y tentaciones, moviendo a infidencia, sin esperanza, sin amor, hallándose toda perezosa, tibia, triste y como separada de su Criador y Señor». [21

28. El dolor o el tedio que se experimentan al leer ciertos textos no son necesariamente malos o sensaciones inútiles. El mismo Ignacio de Loyola había notado que en «los que proceden de mal en peor» el buen espíritu actúa provocando inquietud, agitación, insatisfacción. [22] Esta sería la aplicación literal de la primera regla ignaciana del discernimiento de espíritus, reservada a los que «van de pecado mortal en pecado mortal»; en tales personas el buen espíritu se comporta «punzándoles y remordiéndoles las conciencias por el sindérese de la razón» [23] para conducirlas al bien y a la belleza.

29. Se comprende así que el lector no es el destinatario de un mensaje edificante, sino una persona que está inducida activamente a adentrarse en un terreno poco seguro, donde los confines entre salvación y perdición no están definidos y separados a priori. El ejercicio de la lectura es, entonces, como un ejercicio de “discernimiento”, gracias al cual el lector está implicado en primera persona como “sujeto” de lectura y, al mismo tiempo, como “objeto” de lo que lee. Leyendo una novela o una obra poética, en realidad el lector vive la experiencia de “ser leído” por las palabras que lee. [24] Así el lector es semejante a un jugador en el campo; juega y al mismo tiempo el juego se hace por medio suyo, en el sentido de que él está totalmente involucrado en lo que realiza. [25]

Atención y digestión

30. En cuanto al contenido, se debe reconocer que la literatura es como “un telescopio” —según la célebre imagen acuñada por Proust [26]— enfocado en los seres y en las cosas, imprescindible para concentrarse en “la gran distancia” que lo cotidiano traza entre nuestra percepción y el conjunto de la experiencia humana. «La literatura es como un laboratorio fotográfico, en el que es posible elaborar las imágenes de la vida», [27] a fin de que descubran sus delimitaciones y matices. Esto es para lo que “sirve” la literatura, para “desarrollar” las imágenes de la vida, para preguntarnos sobre su significado. En pocas palabras, sirve para hacer eficazmente experiencia de vida.

31. A decir verdad, nuestra visión ordinaria del mundo está de algún modo “reducida” y limitada por la presión que ejercen en nuestro actuar los propósitos operativos e inmediatos. Incluso el servicio —cultual, pastoral, caritativo— puede volverse un imperativo que oriente nuestra fuerza y atención sólo en los objetivos que hay que alcanzar. Sin embargo, como nos recuerda Jesús en la parábola del sembrador, la semilla necesita caer en un terreno profundo para madurar fecundamente con el tiempo, sin ser sofocada por la superficialidad o por las espinas (cf. Mt 13,18-23). Así, el riesgo consiste en caer en un eficientismo que banaliza el discernimiento, empobrece la sensibilidad y reduce la complejidad. Por eso es necesario y urgente contrarrestar esta inevitable aceleración y simplificación de nuestra vida cotidiana, aprendiendo a tomar distancia de lo inmediato, a desacelerar, a contemplar y a escuchar. Esto es posible cuando una persona se detiene a leer un libro por el gusto de hacerlo.

32. Es necesario recuperar modos acogedores de relacionarnos con la realidad, no estratégicos ni orientados directamente a un resultado, en los que sea posible dejar aflorar el desbordamiento infinito del ser. Distancia, lentitud y libertad son rasgos de una aproximación a la realidad que encuentra en la literatura una forma de expresión no exclusiva, sino privilegiada. En este sentido, la literatura se vuelve un gimnasio en el que se entrena la mirada para buscar y explorar la verdad de las personas y de las situaciones como misterio, como una carga de un exceso de sentido, que sólo puede ser parcialmente manifestada en categorías, en esquemas explicativos, en dinámicas lineares de causa-efecto y medio-fin.

33. Otra hermosa imagen para hablar del rol de la literatura viene de la fisiología, del aparato humano y, en particular, del acto de la digestión. La ruminatio de la vaca es su modelo, como afirmaban el monje Guillaume de Saint-Thierry, del siglo XI, y el jesuita Jean-Joseph Surin, del siglo XVII. Este último habla también del “estómago del alma” y el jesuita Michel De Certeau señaló una verdadera “fisiología de la lectura digestiva”. [28] Efectivamente, la literatura expresa nuestra presencia en el mundo, lo asimila y lo “digiere”, captando lo que va más allá de la superficie de la experiencia; sirve entonces para interpretar la vida, discerniendo sus significados y tensiones fundamentales. [29]

Ver a través de los ojos de los demás

34. En cuanto a la forma del discurso, pasa lo siguiente: leyendo un texto literario, nos ponemos en la condición de «ver también por otros ojos», [30] ampliando la perspectiva que expande nuestra humanidad. De este modo, se activa en nosotros el empático poder de la imaginación, que es un vehículo fundamental para esa capacidad de identificarse con el punto de vista, la condición y el sentimiento de los demás, sin la cual no existe la solidaridad ni se comparte, no hay compasión ni misericordia. Leyendo descubrimos que lo que sentimos no es sólo nuestro, es universal, y de este modo, ni siquiera la persona más abandonada se siente sola.

35. La diversidad maravillosa del ser humano y la pluralidad diacrónica y sincrónica de culturas y saberes se configuran en la literatura con un lenguaje capaz de respetarlas y expresar su variedad, pero, al mismo tiempo, se traducen en una gramática simbólica del sentido que nos las hace, no extrañas, sino inteligibles y compartidas. La originalidad de la palabra literaria está en el hecho de que expresa y transmite la riqueza de la experiencia sin objetivarla en la representación descriptiva del saber analítico o en el examen normativo del juicio crítico, sino como contenido del esfuerzo de la expresión e interpretación que buscan dar sentido a la experiencia en cuestión.

36. Cuando se lee un relato, gracias a la visión del autor, cada quien imagina a su modo el llanto de una joven abandonada, la anciana cubriendo el cuerpo de su nieto dormido, la pasión de un pequeño emprendedor que trata de salir adelante a pesar de las dificultades, la humillación de quien se siente criticado por todos, el joven que sueña en una vida miserable y violenta como única salida al dolor. A medida que identificamos rastros de nuestro mundo interior en medio de esas historias, nos volvemos más sensibles frente a las experiencias de los demás, salimos de nosotros mismos para entrar en lo profundo de su interior, podemos entender un poco más sus fatigas y deseos, vemos la realidad con sus ojos y finalmente nos volvemos sus compañeros de camino. De este modo, nos sumergimos en la existencia concreta e interior del verdulero, de la prostituta, del niño que crece sin padres, de la esposa del albañil, de la viejita que aún cree que encontrará su príncipe azul. Y esto lo podemos hacer con empatía y, a veces, con tolerancia y comprensión.

37. Jean Cocteau escribió a Jacques Maritain: «la literatura es imposible. Es necesario salir de uno a través de la literatura; sólo el amor y la fe nos permiten salir de nosotros mismos». [31]Pero, ¿en verdad salimos de nosotros mismos si no arden en el corazón los sufrimientos y alegrías de los demás? Prefiero pensar que, siendo cristianos, nada que sea humano nos es indiferente.

38. Asimismo, la literatura no es relativista, porque no nos despoja de criterios de valor. La representación simbólica del bien y del mal, de lo verdadero y lo falso, como dimensiones que en la literatura toman forma de existencias individuales y de acontecimientos históricos colectivos, no neutraliza el juicio moral, sino que le impide que se vuelva ciego o superficialmente condenatorio. Jesús nos interpela: «¿Por qué te fijas en la paja que está en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que está en el tuyo?»(Mt 7,3).

39. Y al contemplar la violencia, limitación o fragilidad de los demás tenemos la posibilidad de reflexionar mejor sobre la nuestra. Al abrir al lector a una visión amplia de la riqueza y la miseria de la experiencia humana, la literatura educa su mirada a la lentitud de la comprensión, a la humildad de la no simplificación y a la mansedumbre de no pretender controlar la realidad y la condición humana a través del juicio. Es cierto que es necesario el juicio, pero nunca hay que olvidar su alcance limitado; en efecto, este nunca debe desembocar en una condena a muerte, en una eliminación, en la supresión de la humanidad en beneficio de una árida absolutización de la ley. 

40. La mirada de la literatura forma al lector en la descentralización, en el sentido del límite, en la renuncia al dominio, cognitivo y crítico, en la experiencia, enseñándole una pobreza que es fuente de extraordinaria riqueza. Al reconocer la inutilidad y quizá también la imposibilidad de reducir el misterio del mundo y el ser humano a una antinómica polaridad de verdadero/falso o justo/injusto, el lector acoge el deber del juicio no como un instrumento de dominio sino como un impulso hacia la escucha incesante y como disponibilidad para ponerse en juego en esa extraordinaria riqueza de la historia debida a la presencia del Espíritu, que se da también como gracia; es decir, como acontecimiento imprevisible e incomprensible que no depende de la acción humana, sino que redefine al ser humano como esperanza de salvación.

El poder espiritual de la literatura

41. Confío en haber puesto de manifiesto, en estas breves reflexiones, el papel que la literatura puede desarrollar educando el corazón y la mente del pastor o del futuro pastor en la dirección de un ejercicio libre y humilde de la propia racionalidad, de un reconocimiento fecundo del pluralismo de los lenguajes humanos, de una extensión de la propia sensibilidad humana y, en conclusión, de una gran apertura espiritual para escuchar la Voz a través de tantas voces.

42. En este sentido la literatura ayuda al lector a destruir los ídolos de los lenguajes autorreferenciales, falsamente autosuficientes, estáticamente convencionales, que a veces corren el riesgo de contaminar también el discurso eclesial, aprisionando la libertad de la Palabra. La palabra literaria pone en movimiento el lenguaje, lo libera y lo purifica; en definitiva, lo abre a las propias ulteriores posibilidades expresivas y explorativas, lo hace capaz de albergar la Palabra que se instala en la palabra humana, no cuando esa se autocomprende como saber ya completo, definitivo y acabado, sino cuando se convierte en vigilante escucha y espera de Aquel que viene para “hacer nuevas todas las cosas” (cf. Ap 21,5).

43. El poder espiritual de la literatura evoca, por último, la tarea primordial confiada al hombre por Dios, la labor de “dar nombre” a los seres y a las cosas (cf. Gn 2,19-20). La misión de custodiar la creación, asignada por Dios a Adán, pasa en primer lugar por el reconocimiento de la realidad propia y del sentido que tiene la existencia de los otros seres. El sacerdote también está investido de este papel originario de “poner nombre”, de dar sentido, de hacerse instrumento de comunión entre la creación y la Palabra hecha carne, y del poder de iluminación de cualquier aspecto de la condición humana.

44. De esa manera, la afinidad entre el sacerdote y el poeta se manifiesta en esta misteriosa e indisoluble unión sacramental entre la Palabra divina y la palabra humana, dando vida a un ministerio que se convierte en servicio pleno de escucha y de compasión, a un carisma que se hace responsabilidad, a una visión de la verdad y del bien que se abren como belleza. No podemos renunciar a escuchar las palabras que nos ha dejado el poeta Paul Celan: «Quien realmente aprende a ver se acerca a lo invisible». [32]

Dado en Roma, junto a San Juan de Letrán, el 17 de julio del año 2024, décimo segundo de mi Pontificado.

FRANCISCO
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[1] R. Latourelle, voz «Literatura», en R. Latourelle - R. Fisichella, Diccionario de Teología Fundamental, San Pablo, Madrid 1992, 830.
[2] Cf. A. Spadaro, «J. M. Bergoglio, il “maestrillo” creativo. Intervista all’alunno Jorge Milia», en La Civiltà Cattolica 2014, I, pp. 523-534.
[3] Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, 62.
[4] K. Rahner, «Il futuro del libro religioso», en Nuovi saggi II, Roma 1968, 647.
[5] Cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 117.
[6] A. Spadaro, Svolta di respiro, Spiritualità della vita contemporanea, Vita e Pensiero, Milán 2010, 101.
[7] R. Latourelle, voz «Literatura», 832.
[8] Cf. S. Juan Pablo II, Carta a los artistas (4 abril 1999), 6: AAS 91 (1999), 1161.
[9] Exhort. ap. Evangelii gaudium, 89.
[10] Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, 22.
[11] M. Proust, Por el camino de Swann: En busca del tiempo perdido, Verbum, Madrid 2020, 81.
[12] C. S. Lewis, Lettori e letture. Un esperimento di critica, Vita e Pensiero, Milán 1997, 165 .
[13] Cf. J. L. Borges, Borges, Oral, Emecé, Buenos Aires 1979, 22.
[14] S. Pablo VI, Homilía, Misa de los artistas en la Capilla Sixtina (7 mayo 1964).
[15] T. S. Eliot, The Idea of a Christian Society, Londres 1946, 30.
[16]  Rueda de prensa durante el vuelo de regreso del Viaje Apostólico a Tailandia y Japón (26 noviembre 2019).
[17] Cf. A. Spadaro, La grazia della parola. Karl Rahner e la poesia, Jaca Book, Milán 2006.
[18] Cf. K. Rahner, «Sacerdote y poeta», en Escritos de teología III, Taurus, Madrid 1962, 331-354.
[19]  Ibíd., 353, 354.
[20]  Ibíd., 338.
[21] S. Ignacio de Loyola, Ejercicios Espirituales, n. 317.
[22] Cf. ibíd., n. 335.
[23]  Ibíd., n. 314.
[24] Cf. K. Rahner, «Sacerdote e poeta», 336.
[25] Cf. A. Spadaro, La pagina che illumina. Scrittura creativa come esercizio spirituale, Ares, Milán 2023, 46-47.
[26] M. Proust, En busca del tiempo perdido. El tiempo recuperado, Verbum, Madrid 2020, 331.
[27] A. Spadaro, La pagina che illumina, 14.
[28] Cf. M. De Certeau, Il parlare angelico. Figure per una poetica della lingua (Secoli XVI e XVII), Olschki, Florencia 1989, 139 ss.
[29] Cf. A. Spadaro, La pagina che illumina, 16.
[30] C. S. Lewis, Lettori e letture, 165.
[31] J. Cocteau – J. Maritain, Dialogo sulla fede, Passigli, Florencia 1988, 56. Cf. A. Spadaro, La pagina che illumina, 11-12.
[32] P. Celan, ‎ Microlitos. Prosa póstuma inédita en español, en Revista occidente, 392 (2014) 139.