LA DEBACLE POLÍTICA EN LA PATRIA ECUATORIANA

Por: Pedro Urgilés

Son de conocimiento público los vergonzosos actos de corrupción que se están ventilando en la Asamblea Nacional, al punto de haber perdido toda dignidad pues los señores asambleístas, al comerse entre sí, están aplicando el refrán: «EL QUE A HIERRO MATA A HIERRO MUERE». Así entonces, los mal llamados padres y madres de la patria se están aniquilando entre compadres y comadres a punto tal de que es necesario acomodar apropiadamente un conocido dicho y lo acomodo de la siguiente manera: «Ladrón que denuncia a ladrón, no tiene 100 años de perdón sino un maquiavélico complot orquestado desde fuera de la asamblea, utilizando a sus propios peones ‘ASESORES’ en su contra, con tal de vengar su destitución», dejando entrever que en el recinto parlamentario nadie se salva de tener rabo de paja, pero si no se porta bien con el compañerito o compañerita de bancada «CON LA MISMA VARA QUE MIDE SERÁ MEDIDO», divina justicia que se aplican entre ratas vestidas de dulces, buenos y tiernos gatitos para hipnotizar al pueblo a que, cual si fueran zombis, entreguen su voto en las urnas.

Pero eso no es todo; los asambleístas saben que deben mantener al pueblo hipnotizado mientras ejercen sus funciones legislativas, puesto que sólo así no nos damos cuenta de sus deshonestos actos, nada éticos, inmorales, anti pueblo, que se van en contra de sus dulces, atractivas e hipnotizadoras propuestas de campaña, con el único fin de saciar la desmedida sed de dinero para sus bolsillos y los bolsillos de aquellos grupos de poder que pagaron sus campañas electorales.

Siento una tristeza e impotencia, a la vez, al hacer una retrospectiva de la historia de la política ecuatoriana y concluir que aquellos que se visten con una bandera, con un número y con un discurso, más allá de camuflar ofrecimientos llenos de demagogia se caracterizan por tener la astucia y la habilidad para engañar a la plebe de forma descarada; claro está que lo hacen con la asesoría de expertos en estrategias políticas como DURÁN BARBA, un empresario encuestador que ha hecho ganar la presidencia de la república de Argentina a Mauricio Macri, de quien ya sabemos el mazazo o «PAQUETAZO» que les aplicó a sus votantes, a la vez que asesoró para que gane la Alcaldía de Quito el desconocedor de la ciudad, Mauricio Rodas, y también está asesorando la conducción de la presidencia al cuántico Lenín Moreno; quien ya aplicó medidas económicas anti pueblo de manera sigilosa y con un mazazo  o «PAQUETAZO» certero, sin que apenas lo sintiera la ciudadanía, que previamente ya fue anestesiada y lavada el cerebro.

Así es como se asesora en este folklórico país para darnos luego cuenta que lo hacen aplicando estrategias que, en su gran medida, son: antiéticas, inmorales, descaradas, mentirosas, engañantes y camufladas en un discurso de concertación nacional como prefieren decirlo.

¿Cuándo llegarán verdaderos compatriotas a ejercer y practicar una política limpia y transparente, sin engaños ni traiciones al pueblo? ¿cuándo dejará de ser una utopía el que un político sienta un dolor profundo en su pecho al tan sólo ver las necesidades que aquejan a la sociedad, y que de ese dolor se desprenda un verdadero compromiso por solucionar dichos problemas, aplicando todos los valores y principios consagrados en la constitución de la república?... Muchos dicen que es imposible, pero yo me atrevo a decir que un hombre que no tiene sueños está predestinado a vivir con la actitud conformista que nos hace creer que así mismo ha de ser. Mas aquel que sueña y ve más allá del común horizonte que alcanzan sus conciudadanos es quien podrá dibujar en su imaginario ese cambio tan anhelado para ponerlo en la práctica, dejando de ser una utopía y convirtiendo en una realidad lo que para muchos es simplemente imposible. Que mis palabras no contribuyan a la desesperanza sino mas bien inviten al surgimiento de líderes que se comprometan a servir a la patria y no a servirse del poder de turno es mi final aspiración ante la coyuntura nacional que vivimos en el Ecuador del tercer milenio.

El autor del artículo: 

Pedro Urgilés junto a Alex Aguinaga