Calamitosa caída del tumbado en el nuevo edificio del colegio San Gabriel
Anima nostra meminisse horret in ciberspatium/ Nuestra alma
horrorízase al recordarlo en el ciberespacio.
Así pues, las fotos que publícanse aquí, hic et nunc, apud flumina Tomebamba,
refléjannos un ignominioso escándalo en el mundo jesuita ecuatoriano: a menos de tres
años de haberse construido, el nuevo pabellón del colegio «San Gabriel» ya ha
destruídose por los malos materiales utilizados y, al parecer, por la impericia del arquitecto
constructor, Fernando Calle, hermano del padre rector Rolando Calle, SJ in
quitensis urbe, mientras que -conforme a serias denuncias ciudadanas- una empresa familiar del hijo de este arquitecto hace, diem per diem, el mobiliario institucional ¿un abominable escándalo de corrupción in
provintia aequatorianae Societatis Iesu?
Fisuras y desestabilización de materiales
Tumbados al suelo
Queridos padres jesuitas in patria nostra: me dirijo
públicamente como un hijo que reclama a sus progenitores, con ataraxia y
firmeza, para deciros coram populo: no es posible que el
emblemático colegio jesuita, in quitensis urbe, esté viviendo una
bochornosa crisis al haberse caído el tumbado del vestíbulo de la nueva capilla en la planta baja del novísimo edificio gabrielino, inaugurado con bombos y platillos hace menos de 3 años, que
los pisos háyanse envejecido sub specie instantis, que los tumbados háyanse cuarteado y desestabilícense diem per diem y que nadie diga ante
tamaña infamia: «ESTA BOCA ES MÍA». Sobre todo si se ha de considerar que este edificio tiene un costo de más de 2 millones de dólares ¿Tanto dinero para una obra plagada de corrupción, al mejor estilo de la plataforma rafaelina de la Avenida Naciones Unidas y Amazonas, la cual ni aún inaugurábase bien ya estaba con serios problemas constructivos, engarbullada de corrupción y nefando latrocinio rafaelino in patria nostra?
Baldosas de pésima calidad
Profundos destrozos del tumbado
¿Quiénes son los responsables de este terribilis mare magnum?
¿quiénes responden por esta inverecunda afrenta al colegio «San Gabriel»? ¿qué
medidas tomará usted, Reverendissime Pater Gustavo Calderón Schmidt, SJ, provincial
de los jesuitas en el Ecuador, ante este reluctante galimatías? ¿actuará usted
con mano dura o guante blando in honorem dignitatis? ¿podrá usted
ordenar una auditoría de esta ignominia al colegio «San Gabriel» in
via veritatis et in honorem claritatis?
Reverendissime Pater Gustavo Calderón Schmidt, SJ: AHORA ES CUÁNDO QUE LA PUERCA TUERCE EL RABO: Tanto que buscó usted el provincialato, cual empalagosa mosca que desaforada busca la miel hasta el hastío, es ahora cuando debe poner orden en casa propia pues no entiéndese por qué no ordénase una investigación al señor Vinicio Rodríguez, siempre indemne, inmune y protegido en la institución gabrielina, mientras el padre rector, Rolando Calle, SJ, cállase contra veritatis ante esta asombrosa debacle que expavécenos de profundis in anima nostra ¿acaso por haber entregado la obra a su inepto hermano, como señalan las denuncias ciudadanas in quitensis urbe? ¿talis frater qualis frater? ¿un abyecto sistema de nepotismo jesuitico ab intra ecclesiae? ¿acaso esto no debe calificarse como corrupción ab intra Societatis Iesu? Ad concludendi, lo peor de todo es que vosotros, los hermanos Calle, sois cuencanos.
El colegio «San Gabriel» no puede estar al vaivén o a la vorágine
de estrepitosos fracasos y descuidos en su administración, a punto tal de
desprestigiarse ad infinitum cuando su luminosa estela de brillo y esplendor
opácase con proyectos arquitectónicos arrebujados, al parecer, en un escándalo de
corrupción que mancha e inficiona de baldón y oprobio a la Compañía de Jesús.
Reverendissime pater Jorge Chacón, SJ,
constructor del colegio San Gabriel en la década de 1950
Qué diferencia in historia Societatis Iesu cuando
hace casi 70 años el Reverendissime Pater Jorge Chacón, SJ, de feliz memoria,
construyó el emblemático edificio de las avenidas América y Mariana de Jesús,
el cual hasta hoy es macizo, seguro y realizado sin corrupción, solo con la
pasión de servir que el sacerdocio reclama ad maiorem Dei gloriam in Societate Iesu ¿Dónde está hoy vuestro apotegma ignaciano: EN TODO
AMAR Y SERVIR?
Ludibrio e iracundia cáusannos in patria nostra estas
barbaries en el mundo jesuita al que nos pertenecemos y por el que luchamos
siempre buscando la mayor gloria de Dios. Nuestros venerados preceptores
jesuitas de la lejana infancia enseñáronnos, tanto en el querido Pensionado
«San Francisco de Borja» como en el no menos amado colegio «Rafael Borja», a
combatir a la corrupción y no porque ella provenga de casa propia debemos
callar, contra veritatis in domus nostra, para no denunciar estas
tropelías, como quien usa la política del avestruz que esconde su cabeza bajo
la tierra para no ver el peligro. Por eso, desde Cuenca, la «Atenas del Ecuador, y como ex alumno de mis beneméritos padres jesuitas lanzo este grito de
indignación para deciros: NON POSSUMUS. IUSTITIA ET VERITAS IN VIA
CLARITATIS OMNES CLAMAMUS IN PROVINTIA AEQUATORIANAE SOCIETATIS IESU.
OMNIA AD
MAIOREM DEI GLORIAM.
DIEGO DEMETRIO ORELLANA
Datum Conchae, mensis martii, die quintus, reparata salute Anno Dominicae Incarnationis MMXIX, octava dominica in Quincuagesima.
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OPINIONES CIUDADANAS
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OPINIONES CIUDADANAS
Me parece un asunto que los jesuitas deben arreglar pronto para que la Compañía de Jesús no quede en el desprestigio por estas denuncias graves. ¿Dónde no hay corrupción? Pero si no lo corrigen entonces hasta los jesuitas estaría podridos como todo en este país, en donde ya no hay quién se salve de la corrupción.
ResponderEliminarY Ud. piensa que se hizo algo ?
EliminarJavier oña
ResponderEliminarSegún la ley de contratación el constructor o contratista es responsable durante 10 años por daños causados por vicios ocultos o mala calidad de materiales se debe exigir que se cumpla con la ley y que estos daños sean reparados por el contratista y pedir el informe del fiscalizador ya que también es responsable. Padre de un exalumno del colegio.
Javier oña
ResponderEliminarSegún la ley de contratación el constructor o contratista es responsable durante 10 años por daños causados por vicios ocultos o mala calidad de materiales se debe exigir que se cumpla con la ley y que estos daños sean reparados por el contratista y pedir el informe del fiscalizador ya que también es responsable. Padre de un exalumno del colegio.
El rector del Colegio jamás debió contratar a su hermano, es un claro caso de corrupción. Con mucha pena hay aceptarlo.
ResponderEliminarCon respecto a los daños del edificio, a mi parecer no son tan graves. Se debe contratar una auditoría constructiva para realizar un análisis global de la obra y que la constructora y la fiscalización respondan por los daños