«Así como las bestias personifican al hombre en las ficciones de la fábula, el hombre representa a las bestias, en las realidades de la vida».
Los ecuatorianos somos
solidarios, pasivos y celestinos de la grotesca danza de buitres, lagartos,
pirañas, amén de animales ante la realidad que se avecina: las elecciones.
Unos, viejos lobos, expertos en politiquería, latrocinio, componendas, toma y daca, eternos medradores del pueblo, que regresan por más, debido a su insatisfacción o al aparecimiento de otras necesidades.
Otros; ávidos, codiciosos y alados aprendices de las mañas, de la mediocridad, del oportunismo, del engaño y de los súbitos enriquecimientos de los viejos lobos y sin hacer nada, que ahora más que nunca, la mayoría son parientes, agnados y cognados.
Y las pirañas, reptiles ponzoñosos, acusadores y perseguidores, buscando aceptación por medio del odio, el rencor, la mentira, la vil traición, para más tarde que temprano, terminar como perseguidos, acusados y fugitivos, porque caminan en la misma y peor dirección, sólo buscan desviar la atención hacia otro gil, mientras cometen sus fechorías al amparo del desprestigio ajeno.
El baratillo de ofrecimientos es infinito e inaudito; unos ofrecen bajar el cielo a los pies del votante, otros ofrecen el oro y el moro, otros construir teletones monumentales, malecones, paseos, etc., y a la hora de la verdad, ellos se benefician entre sí, se levantan con el santo y la limosna y los imbéciles y crédulos seguidores siguen en su miserable vida y sin que nadie se conduela.
Por otra parte, parece que todos al unísono, ofrecen combatir la corrupción en todas sus formas y exterminar a los delincuentes, la pregunta que me hago queridísimos compatriotas míos.
¿CÓMO HACERLO, SI CASI TODOS ESTÁN DE CANDIDATOS A LAS DIFERENTES DIGNIDADES, PARA MANGONEAR AL PAÍS. Perdón, dije encarrilar. . .?
Por supuesto que habrán honrosas excepciones; hay que buscarlas con lupa, además que estamos en el banquillo, mirando.
Hago uso de mi derecho a la libre expresión, de acuerdo a mi incólume criterio.
ARACELLY CEVALLOS B.
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