Santa Ana de los Ríos de Cuenca, mayo 22 del año del Señor de 2012
In sollemnitate Ascencionis Domini
*
Reverendo Padre
Gilberto Freire, S.J.
Provincial de la
Compañía de Jesús en el Ecuador
*
Reverendo Padre
Eugenio Solaesa Gonzalo, S.J.
Eugenio Solaesa Gonzalo, S.J.
Superior de la
Compañía de Jesús en Cuenca
*
Lcdo. Leonardo Vázquez Morales
Rector de la
Unidad Educativa «Borja»
*
Dr. Ariolfo Vázquez Serrano
Presidente de la
Asociación de Ex alumnos del colegio «Rafael Borja»
Ciudad.
*
De mi consideración:
«Quod verum est pro ómnibus et semper verum esse
debet/ Lo que es verdad debe ser verdad para todos y siempre»
*
*
Aunque
parezca un asunto de Ripley, debido a lo insólito de la cuestión, las
autoridades y algunos ex alumnos del colegio «Rafael Borja» se han enfrentado
en estas semanas a una curiosa y advenediza confusión en el sentido de no saber
si el plantel, que el próximo 12 de octubre del año del Señor de 2012 cumple
los 75 años de su fundación, debe celebrar las «Bodas de Diamante» o las «Bodas
de Brillantes» para conmemorar el tercer cuarto de siglo de vida
institucional.
El curioso galimatías que se ha producido por esta disparatada confusión me ha compelido a escribiros estas líneas, en salvaguarda de nuestra tradición cultural y la lengua castellana, a fin de aclarar, in scriptis, el inaudito dilema que os engarbulla en estos días.
Efectivamente, en algunos ex alumnos del colegio existe una duda que no les permite discernir ex informata conscientia si estamos por celebrar las «Bodas de Diamante» o las «Bodas de Brillantes» de la fundación del Borja, lo cual es de veras insólito y ridículo, pues para dilucidar esta duda o enigma debemos actuar con sensatez, utilizando el raciocinio y el sensus comunis, puesto que vuélvese indispensable tomar en cuenta las siguientes consideraciones que, motu proprio, en mi calidad de escritor y hombre del mundo de las letras, me cumple ponerlas a vuestro conocimiento:
En
nuestro medio latinoamericano y particularmente ecuatoriano y cuencano, la
costumbre ha determinado in aeternum que las Bodas de
Diamante débense celebrar cuando se cumplen los 75 años de un acontecimiento
especialísimo en la vida de las personas o las instituciones. No obstante, ad
contrario sensu, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua
Española (DRAE) prescribe que las «Bodas de Diamante» se celebran a los 60 años
de un suceso, mientras que a los 75 débense conmemorar las «Bodas de Brillantes».
Esta notoria contradicción entre la costumbre y la norma dispuesta en
el DRAE es lo que os ha ocasionado la inaudita confusión señalada ut
supra, por lo que es pertinente precisar que las normas dispuestas
desde la Academia de la Lengua -relativas a las tradiciones culturales de un
pueblo- a veces no se consolidan cuando las costumbres se imponen de manera
imperativa, ex tota fortitudine, frente a un hecho singular ante el cual
débese celebrar con pompa algún aniversario. Ad exemplum, esto es lo
que ha pasado cuando vemos que, en todos los países latinoamericanos -entre
ellos el Ecuador entero-, los ejemplos sobran a la hora de confirmar que casi
nunca las personas o las instituciones celebran las Bodas de Diamante a los 60
años de un acontecimiento; así, verbi gratia, habremos de decir que
solo en nuestra ciudad el colegio «Benigno Malo», la escuela «San José» de los
Hermanos de las Escuelas Cristianas, el colegio de los Sagrados Corazones, la
Sociedad de Obreros de La Salle, la Alianza Obrera del Azuay, la escuela «Luis
Cordero», la escuela «Tres de Noviembre», entre otras instituciones, han
celebrado ya las Bodas de Diamante a los 75 años de sus respectivas fundaciones.
f
Quid pro quo, algunos acontecimientos de la historia local han tenido también sus Bodas de Diamante a los 75 años; exempli gratia, la comunidad dominicana de Cuenca celebró en el año 2008 las Bodas de Diamante de la coronación canónica de la Morenica del Rosario, a los 75 años de este hecho sempiterno de la vigésima centuria, ya que esta ceremonia ocurrió el 8 de diciembre del año del Señor de 1933, lo que prueba que la costumbre local así se ha impuesto in saecula saeculorum, por encima de lo que dice el diccionario.
Quid pro quo, algunos acontecimientos de la historia local han tenido también sus Bodas de Diamante a los 75 años; exempli gratia, la comunidad dominicana de Cuenca celebró en el año 2008 las Bodas de Diamante de la coronación canónica de la Morenica del Rosario, a los 75 años de este hecho sempiterno de la vigésima centuria, ya que esta ceremonia ocurrió el 8 de diciembre del año del Señor de 1933, lo que prueba que la costumbre local así se ha impuesto in saecula saeculorum, por encima de lo que dice el diccionario.
Los exalumnos de los jesuitas tenemos claro en nuestra memoria un ejemplo
propio que confirma que lo dicho precedentemente es cierto, intra
muros, dentro de las propias murallas del Borja, pues en el año del
Señor de 1981 se cumplieron los 75 años del milagro de la Dolorosa del Colegio
«San Gabriel» y todas las noticias de prensa publicadas en los diarios locales
y nacionales de la época, in diebus illis, daban cuenta de las
Bodas de Diamante del milagro de abril y nunca de las Bodas de Brillantes de la
Dolorosa del Colegio, por lo que debemos guardar la debida sindéresis con este
ejemplo mayor para el colegio jesuita de Cuenca y, a fortiori, deberíamos de
celebrar ahora, en el año 2012, las Bodas de Diamante de la fundación del Borja
y no las Bodas de Brillantes.
Asimismo, instituciones de la
Compañía de Jesús como el colegio «San Gabriel» de la ciudad de Quito, el cual
tiene 150 años, o el colegio «San Felipe Neri» de Riobamba, que lleva ya 175
años de fundación, han celebrado sus Bodas de Diamante a los 75 años, motivo
que incrementa más las razones para que el Borja haga lo mismo a fin de no
quedar en el ridículo ante la comunidad ecuatoriana y latinoamericana, pues la
gente mostraría hilaridad al ver que, actuando en contra de la costumbre que ha
guiado a las propias instituciones centenarias de la Compañía de Jesús, el
colegio «Rafael Borja» celebre a sus 75 años de vida las Bodas de Brillantes y
no las Bodas de Diamante como debería de acontecer.
Estimados compañeros ex alumnos del Borja: hay una cosa más que no se ha considerado en el maremágnum que ha producido esta inopinada confusión y es el hecho de no tomar en cuenta que cuando la Real Academia de la Lengua Española prescribe normas que atañen a la Gramática, la Ortografía, la Sintaxis y la Semántica dichas regulaciones vuélvense de obligatorio cumplimiento para los hispanoblantes, pues si desobedecemos las reglas de la Academia referidas a la estructura del lenguaje prostituimos al idioma. Sin embargo, cuando la Real Academia de la Lengua Española prescribe normas que atañen a las costumbres, las tradiciones, las locuciones o expresiones, así como los modismos, a veces dichas regulaciones no se consolidan en la praxis por cuanto la fuerza de la costumbre es impositiva en el modus actuandi de los ciudadanos hispanohablantes y, debido a ello, al transcurrir el tiempo, la Real Academia de la Lengua termina siempre acomodando la norma que no se ha consolidado con la costumbre imperativa que ha impedido tal consolidación. Eso es lo que habrá de suceder un buen día de estos, pues la Real Academia de la Lengua Española está obligada a reformar la regla por la cual a los 75 años débense celebrar las Bodas de Brillantes, ya que casi nadie obedece dicha disposición puesto que para la mayoría de las personas las Bodas de Diamante se celebran a los 75 años.
Cabe decir además, que la
celebración de las Bodas de Diamante a los sesenta años de un suceso es una
cuestión propia de la cultura anglosajona. En el pasado mes de febrero, verbi
gratia, la Reina Isabel II de Inglaterra celebró las Bodas de Diamante
de su coronación como monarca, a los 60 años de ese hecho ocurrido en febrero
de 1952, mas este ejemplo nos confirma que en la Gran Bretaña, los Estados
Unidos y los países de la Commonwealth
la celebración de las Bodas de Diamante a los 60 y las de Brillantes a los 75 está
determinada porque así es la costumbre en los pueblos de cultura y lengua
inglesa.
Desde mi condición de hombre de
pluma, me permito columbrar que en la Real Academia de la Lengua Española,
cuando se dispuso que las Bodas de Diamante se celebren a los 60 años, los
académicos seguramente se hubieron de fijar en aquella tradición anglosajona y debieron
haber querido universalizarla en el contexto
hispano prescribiendo tal norma que no se ha consolidado debido a que
nosotros, los hispanohablantes, venimos de una cultura con fuerte raigambre en
el mundo grecolatino, debiendo manifestar urbi et orbi que es en la Grecia
clásica y la Roma Imperial en donde se celebraban las Bodas de Plata, las Bodas
de Oro y las Bodas de Diamante, a los 25, 50 y 75 años respectivamente, por lo
que la fuerza de la costumbre que hace que la mayoría nunca celebre las Bodas
de Brillantes a los 75 años tiene un trasfondo histórico milenario que ancla
sus orígenes en esta sempiterna tradición grecolatina, de la que deberíamos
sentirnos orgullosos, en vez de pretender imitar per fas et per nefas a
los países de cultura anglosajona que celebran las Bodas de Diamante a los 60
años y las de Brillantes a los 75 como se dijo ut supra, costumbres que
no deberíamos adoptarlas a riesgo de transculturizar nuestra rica identidad
cultural latinoamericana.
Es sorprendente saber que hayan
existido muchas llamadas telefónicas y exhortos al rectorado del plantel, así
como admoniciones realizadas in corpore presente, en forma
personal, por parte de varios ex alumnos y personas que se han permitido «advertir»
a la comunidad educativa «Borja» de que débense celebrar las Bodas de
Brillantes y nunca las de Diamante, según lo ha manifestado el señor rector del
plantel, mas, al parecer, quienes así se han pronunciado probablemente han
visto el DRAE por vez primera o han consultado páginas de Internet nada
confiables, sin considerar el criterio de que, hic et nunc, en este
caso, la costumbre se impone sobre la norma, mientras os han inficionado con un
asunto baladí o con novelerías de poca monta para despistaros de que, allende
los mares, las Bodas de Brillantes a los 75 años es una tradición anglosajona
que no debería establecerse en nuestro contexto latino, a fin de evitar esos
procesos de transculturación que atentan en contra del fortalecimiento de
nuestra identidad.
Pero para que el pecado sea mortal, más todavía, quienes así os han enmarañado han logrado que, en diario «El Mercurio» del pasado jueves 26 de abril, un artículo de opinión del Dr. Eduardo Sánchez Sánchez intitulárase como «Bodas de Brillantes», con lo cual la perturbación se ha consagrado in extremis, hasta resultar risible que, a pesar de que se os ha hecho de ver estas equivocaciones en la última reunión de directorio ampliado de la Asociación de ex alumnos del colegio «Borja», hayáis decidido consultar a la Real Academia de la Lengua si el colegio debe celebrar las Bodas de Diamante o de Brillantes, lo cual vuélvese todavía más absurdo y ridículo, digno para refocilarse y reír a carcajadas, en la misma forma que si viendo salir el sol con su prístina luz, para convenceros de que la hora de la claridad del día ha llegado, decidierais pedir que sea el Instituto de Meteorología el que lo confirme in honorem veritatis.
Ad concludendi, me permito sugerir que se actúe
conforme ha sido la tradición ecuatoriana, por la cual todas las personas e
instituciones celebran las Bodas de Diamante a los 75 años de un
acontecimiento, ya que por estos lares jamás nadie ha conmemorado las Bodas de
Brillantes cuando los tres cuartos de siglo han dado motivo para que las instituciones
exalten estas fiestas jubilares o las personas celebren estas bodas por algún
hecho de sus existencias que la vida les permite contemplarlo después de 75
años de acontecido.
No permitáis que el plantel caiga en el ridículo y sea objeto de ludibrio ante la comunidad cuencana que derecho tiene de no ser enredada a causa de esta insólita confusión que ha perturbado el ánimo de las autoridades y ciertos ex alumnos del Borja en estas últimas semanas y a niveles paroxísticos. Respetad a nuestra tradición cultural, pues en casos de esta naturaleza no podéis «ser más papistas que el Papa», como dice el dicho popular de nuestra maravillosa lengua de Castilla.
Veritas sit visibilis/ La verdad debe ser visible y por eso, dejaos ya de tanta
confusión estúpida estimados padres jesuitas, autoridades del colegio «Rafael
Borja» y recordados compañeros ex alumnos.
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Ad maiorem Dei gloriam y bajo el amparo de la Madre Dolorosa, Mater Dei et Mater Nostra,
celebremos exultantes de gozo las Bodas de Diamante de la querida institución jesuita
de Santa Ana de los Ríos de Cuenca y resguardemos el prestigio que ésta ha
tenido in aeternum.
*
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De
mi parte entonces, espero que así sea. Aprovecho la ocasión para aclarar que el
único leit motiv que me ha impulsado para coger la pluma, in
honorem hispanica lingua et cum affectio originalis, es la necesidad de evitar que se menoscabe el prestigio del
colegio «Rafael Borja» por un fachoso dislate de rara naturaleza que
contraviene todo principio de sensatez, lógica, intelligentia, sapientia et sensus
comunis.
*
*
Recibid un fraternal saludo, his cum affectibus vobis, Pax Christi,
DIEGO DEMETRIO ORELLANA
EX ALUMNO DE LA XLIV PROMOCIÓN DE BACHILLERES
DEL COLEGIO «RAFAEL BORJA».
Datum
Concha, apud flumina Tomebamba, mensis maii, die XXII, reparata salute Anno
Dominicae Incarnationis MMXII, in sollemnitate Ascencionis Domini.
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RE: CARTA PÚBLICA AL COLEGIO «RAFAEL BORJA»
FECHA: lunes, 28 de mayo, 2012 05:35
Estimado Tocayo:
Atentamente,
ING. DIEGO BARZALLO SACOTO
Ex-alumno del colegio ( promoción 1974-1980)
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No tengo el gusto de conocerle, pero luego de
leer su carta aclaratoria sobre ¿ BODAS DE DIAMANTE O BODAS DE
BRILLANTES EN NUESTRO QUERIDO COLEGIO BORJA? me permito manifestar mi
agradecimiento por preocuparse de este pequeño gran detalle que nos
haría vernos como ridículos e ignorantes ante la comunidad cuencana y ecuatoriana. Sabido es por todos que al cumplir los 75 años de un
acontecimiento lo que se celebra siempre en nuestro medio son las BODAS
DE DIAMANTE.
Creo que no se debe perder tiempo en discusiones
estériles, apoyemos todos para disfrutar de un gran acontecimiento como
son las BODAS DE DIAMANTE.
ING. DIEGO BARZALLO SACOTO
Ex-alumno del colegio ( promoción 1974-1980)
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Muy acertado su análisis sobre el tema, y la observación que algunas personas por falta de criterio o desconocimiento en muchos casos reaccionan como lo dice y transcribo "que si viendo salir el sol con su prístina luz, para convenceros de que la hora de la claridad del día ha llegado, decidierais pedir que sea el Instituto de Meteorología el que lo confirme"
ResponderEliminarSu capacidad de observación es muy elocuente