LISTA 1, presidida por el Dr. Jaime Idrovo Urigüen, con Oswaldo Páez, Catalina Sojos, Eliecer Cárdenas, Yolanda Neira: 60 votos
LISTA 2, presidida por el Sr. Carlos Vázconez Gomezjurado, con Ángeles Martínez Donoso, Cristóbal Zapata, Simón Valdivieso, Paula Martínez Donoso: 68 votos
VOTOS NULOS: 10
VOTOS BLANCOS: 0
TOTAL DE MIEMBROS ELECTORES: 254
TOTAL DE VOTANTES: 138
AUSENTISMO: 116 MIEMBROS ELECTORES
Hic et nunc, los resultados de las votaciones ameritan algunas reflexiones:
PARS PRIMA. El nivel de ausentismo es elevado, pues 116 electores no acudieron a las urnas, seguramente debido a esa perniciosa apatía que se evidencia frente a los asuntos de la institución en los últimos tiempos. Se hace necesario entonces, un mayor compromiso de los miembros de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Azuay, ante su futuro.
ALTERA PARS. El presente proceso electoral surge cuando se encuentra casi lista la aprobación de la nueva Ley de Cultura en la Asamblea Nacional, en la cual se contempla la creación del llamado Sistema Nacional de Cultura, por el que la Casa de la Cultura Ecuatoriana «Benjamín Carrión» se integrará dentro de dicho esquema, perdiendo su autonomía, que ha sido, in aeternum, el patrimonio de la libertad ciudadana en el país.
PARS TERTIA. Los actuales candidatos al directorio de la institución deben defender esa autonomía, a fortiori, pues la cultura es un hecho dinámico y libérrimo que no puede encasillarse bajo un paradigma autocrático, vertical y centralizado de manejo cultural, al socaire de la integérrima libertad en un país pluriétnico y multicultural, en donde las expresiones culturales libres surgen como una eclosión de manifestaciones autónomas, hecho que aleja toda posibilidad de contemplar a la cultura desde un unívoco concepto.
PARS QUARTA. Con apenas 8 votos la lista 2 aventaja a la lista 1, por lo que la victoria es pírrica para el señor Carlos Vázconez, mientras los 60 votos de la lista No. 1 representan un electorado pensante que demostró confianza en las personas que integran dicho equipo y justipreció, en grado superlativo, la necesidad de refundar a la institución, circunstancia que el colectivo del Dr. Jaime Idrovo Urigüen ha esgrimido como parte de su programa de acción ante la grave crisis institucional.
PARS QUINTA. Por otro lado, la zalagarda legal planteada por la peregrina consulta a la Procuraduría General de la Nación, que obstaculizó las elecciones desde el 24 de junio, hizo que la apatía de muchos miembros ante la contienda electoral se incrementara in crescendo, por lo que la lista 1, a la que se intentó perjudicar para llegar a las elecciones, no ha contado con más adherentes a su causa y desde esta perspectiva, los 60 votos alcanzados representan la confianza de un gran número de votantes deliberantes que estuvieron pendientes del proceso con sus avatares y supieron avalar la trayectoria cultural de los candidatos de este equipo, quienes, cada uno, desde sus particulares andariveles, han sido importantes actores culturales en el mundo social de la morlaquía en las últimas décadas, mientras muchos de los 68 votos conseguidos por la lista del señor Vázconez han sido obtenidos, según denuncias ciudadanas, mendigando el voto a diversos miembros, a través de contactos telefónicos por parte de sus papacitos, a la vez que varios de los electores por la lista No. 1 han denunciado que también recibieron estas llamadas cuando ya tenían criterio formado para votar por la refundación de la institución.
JORGE DÁVILA VÁZQUEZ
PARS SEXTA. No debemos perder el horizonte de que este proceso electoral se debate ante la necesidad de una fiscalización a la administración saliente, presidida por el binomio Jorge Dávila Vázquez - Tito Astudillo Astudillo, pues con las cuentas claras sobre la mesa, el nuevo directorio de la institución debe contar, prima facie, con esta ineludible acción fiscalizadora, tanto más cuanto que, al parecer, los malos manejos financieros y las cuestionadas acciones administrativas del binomio Dávila – Astudillo ameritan que sus acciones sean juzgadas y sancionadas sin compromisos ni componendas de ninguna clase.
PARS SEPTIMA. Diario «El Mercurio» del día sábado 29 de octubre informa que, «…Cristóbal Zapata señaló que en los anteriores procesos no se ha registrado una voluptuosa asistencia y en esa línea trabajarán con los miembros que concuerdan con su plan de trabajo. Nuestro proyecto tiene una visión diferente y generacional, recoge actitudes del ámbito cultural siempre manteniendo la dignidad señaló Ángeles Martínez», lo cual, dicha sea la verdad, no es cierto, pues respetuosamente hemos de decir que si se analiza a todos los votantes que acudieron a la jornada electoral se ha de columbrar que la mayoría no eran precisamente jóvenes que representan el cambio institucional al que se alude por parte de la lista 2; tanto es así que los electores más jóvenes no representan un número preponderante en la Casa de la Cultura, Núcleo del Azuay, y por tanto, no tuvieron un destacado peso en la primera vuelta electoral.
Pero, ¿qué significa tener una visión diferente y generacional? Esta es la pregunta lógica que debemos formularnos y, utilizando un argumento ad hominem, la respuesta a esta interrogante la deberíamos encontrar en el debate radial entre el Dr. Jaime Idrovo Urigüen y el Sr. Carlos Vázconez Gomezjurado, transmitido por la emisora «La Voz del Tomebamba», pues en aquel evento, ante la pregunta que hiciera la Lcda. Martha Cardoso de Piedra, a cada uno de los candidatos, acerca de cómo van a atraer a los públicos hacia la Casa de la Cultura, el Sr. Vázconez contestó que «colocará felpudos que digan ‘bienvenido’ en cada uno de los locales de la institución». Entonces, ab uno disce omnes, hablemos claro: ¿este tipo de iniciativas «juveniles» son acaso las que sustentan el cambio generacional que proclama la lista 2?
Pero en el debate radial de la emisora Ondas Azuayas, ante una pregunta de la periodista Rosana Encalada Rojas sobre la defensa de la autonomía institucional, el Sr. Vázconez contestó: «El gobierno. Como yo digo en forma muy coloquial, de un ‘tinguetazo’ nos puede… nos puede destrozar. Entonces tenemos que tomar una posición más… de tranquilidad, más de diálogo, más de estar sobre la mesa, de pensar mucho cómo debemos manejar esto con el gobierno…».
En este panorama de circunstancias, existen serias denuncias de que algunos integrantes de la lista 2 han cenado con la ministra de Cultura, Erika Silva de Quintero, en el pasado mes de junio del año 2011 en Cuenca, lo que demuestra, al parecer, que existirían tratativas con el gobierno de la Revolución Ciudadana que intenta atropellar a la autonomía institucional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana «Benjamín Carrión».
Así, la estratagema de invocar a la juventud o la visión diferente de los jóvenes parece una tesis de poca monta si hemos de tomar en cuenta que no está en juego una idea innovadora y reconstructiva de la institución, mucho menos con iniciativas que rayan en la estupidez y denotan la falta de capacidad para la gestión cultural, sino la defensa de la autonomía institucional para la que se requiere una postura firme y no endeble como la que propone el Sr. Vázconez. Además, está en juego el prestigio de la Casa de la Cultura del Azuay, tan venido a menos en los últimos años y tan atropellado por el directorio saliente que convirtió a la institución en un lugar en donde los graves problemas administrativos sembraron el caos y la confusión, ab intra, mientras, diem per diem, en las últimas décadas, la calidad intelectual de muchos de los miembros bajó de categoría por no haber sido bien escogidos, al punto de que varios personajes que hoy pertenecen a la institución no cuentan con los méritos idóneos para estar en ella por constituir parte esencial del llamado «oscurantismo cuencano» que atropella, per fas et per nefas, el prestigio cultural de Cuenca, sobre todo si consideramos que muchas son las membresías admitidas por el arte de birlibirloque, en un cuestionado proceso que ha pecado de libertinaje y que demuestra excesiva liviandad, justamente cuando se dicen cosas como ‘el tinguetazo’ del Sr. Vázconez, ante la autonomía de la institución, o se plantean propuestas como la de los felpudos para la Casa de la Cultura local.
Por eso, riddendo semper ante stultitia, es conveniente agregar que detrás de la votación de quienes han apoyado al Señor Vázconez estarán, seguramente, aquellos que quizás no les importa si las iniciativas que la lista plantea son inteligentes o quienes no desean fiscalización al directorio saliente o son quizás, beneficiarios de la administración Dávila - Astudillo y no tienen interés en la refundación de la institución.
Efectivamente, se puede inferir, in stricta veritas, que los votos alcanzados por la lista del Dr. Jaime Idrovo, junto con Oswaldo Páez, Catalina Sojos, Eliécer Cárdenas y Yolanda Neira, son de conocidos miembros de la Casa de la Cultura, con criterio formado, que demostraron su confianza en los personajes de dicha lista y justipreciaron, en su real medida, las cualidades, virtudes y trayectoria de dichos candidatos.
Entonces, cabe decir que el elevado ausentismo ha favorecido mínimamente al señor Carlos Vázconez, pues hay un electorado cautivo que no acudió a las urnas y, en nuestra opinión, no votaría por este ponderado argumento de renovación juvenil en la Casa de la Cultura local, cuando la estulticia parece ser el denominador común de esta visión generacional.
PARS OCTAVA. Los resultados electorales confrontan un nuevo panorama en el que, al parecer, se desnudan inverecundas pretensiones de clanes familiares para manejar a la institución como si fuese un feudo de los grupos tradicionales de la urbe, acostumbrados a creerse con patente de corso para dirigir a la institución como hacienda o «cosa nostra» y que vienen de actores culturales desde el mundo de la docencia universitaria en el alma mater cuencana y la Academia Nacional de Historia.
Digamos la verdad sin aspavientos, pues «Veritas sit visibilis/ La verdad debe ser visible» y por ello, habremos de manifestar que la cultura en la morlaquía ha sido administrada, desde antaño y hasta el presente, por una red de familias con alta incidencia histórica en la economía y la política local, desde cuando la urbe era el fortín del conservadorismo en el siglo decimonónico hasta cuando, hogaño, en las últimas décadas, la «nueva derecha cuencana» se ha maquillado bajo una especie de neoconservadorismo que mantiene inauditos privilegios, canongías y prebendas para los beneficiarios de este sistema de manejo cultural.
Estas familias han utilizado siempre grandes redes de influencia para acceder a los puestos directivos de las instituciones culturales y de poder político en la localidad, siempre bajo un prisma elitista, racista y excluyente de los grandes grupos sociales para los cuales debemos procurar un verdadero desarrollo cultural y humano, a fin de que la urbe recupere, de veras, su condición de «Atenas del Ecuador», tanto más cuanto que la actual Constitución de la República conceptúa un Estado social de derechos, con ciudadanos libres e iguales ante la Ley, para garantizar los intereses de las grandes mayorías y la efectiva promoción de sus derechos culturales, en un contexto de libertad para todos, pues la sempiterna premisa latina que dice: «Libertas rei socialis est», que en la lengua de Castilla no es otra cosa que la creencia de que «La libertad es una cosa social» no ha desaparecido de la historia de la humanidad.
Así las cosas, ad initio tertio millenio, este sistema de manejo cultural tradicionalista y de intereses familiares ha buscado sólo privilegios ad infinitum y debe vivir ya sus últimos momentos y estertores, pues, in extremis, en él subyace una estructura de poder incompatible con los derechos culturales de los cuencanos, aunque se escuden en apoyar a la supuesta juventud a la que han amparado, como si se tratara de hijos pródigos de los Santos Evangelios.
En el mundo cultural de la morlaquía los privilegios están demás si se ubican por encima de la igualdad ciudadana y el bien común, por lo que la apatía del electorado ante el futuro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana «Benjamín Carrión», Núcleo del Azuay, encuentra su razón de ser en este modus operandi de elitistas grupos culturales y familiares que han tomado para sí el manejo cultural en la región. Por eso, mutatis mutandis, creemos que ha llegado la hora de desterrar esas oscuras prácticas de familias que tienen en sus manos y pretenden la dirigencia cultural de la urbe como si para ello hubiesen nacido predestinadas a la sombra, el amparo, el fantasma o la estela de ilustres parientes en la eternidad.
PARS NONA. Desde este espacio de crítica y opinión cultural hacemos un nuevo llamado a los miembros electores de la Casa de la Cultura de Cuenca para que sepan guiarse del «sensus comunis» o «sentido común», que es el que habrá de permitir que se dilucide, pro mundi beneficio, las verdaderas intenciones de las dos listas que se hallan en la contienda. Las preguntas de marras son entonces: ¿Cuál de las listas es la más conveniente para la institución? ¿Cuál, la que mejor ha planteado su programa? ¿Cuál, la que prefiere el gobierno de la Revolución Ciudadana para integrar a la institución al autocrático Sistema Nacional de Cultura sin que nadie pueda decir: «esta boca es mía»? ¿Cuál, la que tiene como meta, de veras, una justa rendición de cuentas y auditoría al binomio saliente? ¿Cuál, en fin, la que posee solvencia para garantizar una gestión a favor del prestigio cultural de la morlaquía?
Los 254 miembros de la institución deben comprometerse con conciencia crítica y espíritu cívico, para discernir, acriter et fideliter, qué lista debe asumir la dirección de la institución, ya que sólo el voto responsable de los integrantes de la Casa hará que se destruya esta estructura corrompida y mediocre, remozada con personajes que esconden protervos intereses al grito de que la juventud es el único mérito para llegar al poder.
La refundación de la entidad es un imperativo emergente hodie et semper, ya que, desde el horizonte cultural de la morlaquía, la Casa de la Cultura Ecuatoriana «Benjamín Carrión», Núcleo del Azuay, debe volver a ser ese faro de luz esplendente que la hizo célebre desde antaño.
Por eso, esperemos que, ex informata conscientia, cada uno de los votantes sepa discriminar, con alacridad mental y sensatez, al equipo más óptimo para dirigir los destinos de la institución, en una especie de «collegialitas affectiva» o «colegialidad afectiva» que trabaja por el desarrollo cultural de los azuayos, antepone los intereses colectivos a los particulares y valida la trayectoria de los candidatos por sus méritos y sus ejecutorias en el mundo cultural de la morlaquía, mientras el elevado ausentismo en esta contienda debe ser motivo de reflexión para que se acreciente un mayor compromiso en el electorado para escoger correctamente a la mejor opción que tiene esta institución cultural en la provincia del Azuay.
Diego Demetrio Orellana
Datum Concha, apud flumina Tomebamba, ad initium mensis novembris, die II, reparata salute Anno Dominicae Incarnationis MMXI, in sollemnitate Sancte Carolus Borromeo.
!Qué peluconada de artículo!, ¿por qué no se van todos a la casa y dejan la gestión cultural a quien le pertenece?: al pueblo, gracias por su atención "sôcordis".
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