La Dolorosa del Colegio de la capilla del colegio «San Felipe»
Sicut lux veritatis in Societate Iesu/ Como luz de la verdad en la Compañía de Jesús, el cuadro de la Dolorosa de la capilla del colegio «San Felipe Neri» de la ciudad de Riobamba es una preciosidad bañada en pan de oro y tiene tras de sí una singular historia en el horizonte histórico de la patria que, solo por su curiosidad más que por su originalidad, es menester conocerla in via claritatis ad futuram rei memoriam.
Sitio del cuadro del prodigio el 20 de abril de 1906 in quitensis urbe
Cuando el
milagro de la Mater Dolorosa aconteció, el viernes 20 de abril de 1906, en el
colegio jesuita de la capital de la república existían tres cromolitografías
francesas de la Dolorosa impresas en la casa parisina «TURGIS FIL». La primera, que es aquella en la que operó el
prodigio, encontrábase en el comedor de los estudiantes internos del colegio
«San Gabriel». Otra estampa similar hallábase en la ropería de la comunidad de
jesuitas de dicha institución educativa. Una tercera imagen, al momento del
milagro, estaba todavía enrollada en el aposento del Reverendissime Pater
Andrés Machado, S.J., azuayo y rector del colegio in illo tempore/ en aquel tiempo.
Un estudio crítico intitulado: «El milagro de la Dolorosa del
Colegio en Quito», publicado por los jesuitas in quitensis urbe, en
1918, dice que estas estampas fueron compradas, unos años antes del prodigio, a
un comerciante de objetos piadosos. Post factum, ha deducídose que quizás el P. Machado o alguno de los padres
jesuitas del colegio, al ver una imagen tan original y hermosa de la Santísima
Virgen de los Dolores la compró por triplicado y una de ellas colocóse en el
comedor del internado, donde hubo de permanecer tal vez por largo tiempo, sin
que prestárasela mucha atención para ser objeto de devoción especial hasta el
día de la milagrosa manifestación maternal de nuestra perínclita Mater
Dolorosa.
Antiguo colegio «San Gabriel»
Respecto de las otras dos imágenes que encontráronse en el colegio
«San Gabriel», al 20 de abril de
1906, la que hallábase enrollada la tomó el Reverendissime Pater Juan
Cañete, SJ, superior de la comunidad de jesuitas del colegio capitalino, y años
después la llevó a España, donde fue uno de los más entusiastas propulsores de
la veneración a la Mater Dolorosa, para luego devolverla a Quito, encontrándose
hoy en la capilla del noviciado de los jesuitas, en Cotocollao.
Monseñor Andrés Machado,SJ, rector del colegio «San Gabriel»
al momento del milagro de la Dolorosa
La tercera copia que encontrábase en la ropería de la comunidad
llevósela consigo el Reverendissime Pater Andrés Machado,
S.J., rector del colegio «San Gabriel», para su veneración personal. Casi dos
años después, el 16 de febrero de 1908, el P. Machado fue consagrado como
obispo de la diócesis de Riobamba y como amaba a la Mater Dolorosa, ex tota fortitudine/ con todas las fuerzas,
fue llevando consigo, a su diócesis, la copia que él poseía, gracias a una
concesión especial del entonces superior de la misión, el ya nombrado Reverendissime
Pater Juan Cañete, S.J, poseedor, a la vez, de la segunda estampa.
Monseñor Machado, ya como obispo de Riobamba, en su edad provecta, promovió la devoción de la Mater Dolorosa en su diócesis y cuando el 13 de noviembre de 1915 fue nombrado
Administrador Apostólico de Guayaquil cedió su amada imagen de la Dolorosa al colegio «San Felipe Neri», en vista de que su diócesis tenía una comunidad de jesuitas al mando de tal institución y con ello garantizábase que el cuadro perduraría in perpetuum. Desde entonces, esta tercera cromolitografía
de la Mater Dolorosa es venerada tanto por alumnos y ex alumnos de la
institución riobambeña como por los ciudadanos de la «Sultana de los Andes», en la capilla del sacrilegio del 4 de
mayo de 1897, con un gran fervor que, a similis, guarda parangón con la
veneración que profésase en Quito a la auténtica imagen del milagro.
De esta manera, Riobamba tiene el providencial privilegio de
contar con un cuadro especialísimo de nuestra querida Mater Dolorosa, la cual reluce esplendente en el centro del artístico retablo del altar mayor de la referida capilla, siendo para todos cuantos contémplanla cual objeto lumínico e iridiscente que encandila y atrae las miradas de viandantes y circunstantes que póstranse a sus pies in respectum et reverentia sicut Mater Dei et Mater Nostra.
AD MAIOREM BEATAE VIRGINIS HONOREM
Diego Demetrio Orellana
Mater
Dolorosa, veneranda semper in provintia aequatorianae Societatis Iesu, ora pro
nobis in conchense collegium «Rafael Borja», sicut Mater Dei et Mater Nostra
omnibus nobis.
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