In grata memoria semper viva la muerte de Jorge Morales Álvarez, acaecida ex abrupto in urbe nostra, ha dejádonos tristis et afflictis a todos quienes fuimos sus ex alumnos en los finiseculares tiempos de la vigésima centuria en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Cuenca, donde el perínclito jurisconsulto fue un «LATINITATIS MAGISTER» o «MAESTRO DE LA LATINIDAD» en inmemorables clases donde nos enseñó que a la lingua latina débesela venerar cual «MATER AMABILIS» o «MADRE AMABLE» en el mundo del Derecho, pues la «LINGUA MATER» no es hoy una «LINGUA MORTA», como equívocamente piénsase con la absurda latinofobia de nuestro zumbón y epigramático pueblo super flumina Tomebamba.
Y es que el maestro vivificaba al Latín in singularis modo en sus magistrales enseñanzas en el aula, que era como el originalis campus donde refocilábase ad infinitum con los apotegmas latinos del Derecho logrando que nunca pudiéramos sentir in vita nostra haber tenido un annus horribilis por estudiar con un latinista de su talla, gustando de evocar a la lingua ciceroniana en sus exquisitas clases de Derecho Romano o Derecho Civil en los lejanos años universitarios del alma mater cuencana, donde aún es posible graduarse summa cum laude en el aula magna o auditórium de su amada Facultad de Jurisprudencia, donde todo el tiempo dio patente muestra de elocuencia y sapiencia en el foro azuayo ad perpetuam rei memoriam.
La imagen que capitula este parágrafo define per se al inolvidable doctor Morales como un latinista de pura cepa, cuando vémoslo, ad solemnitatem, escribiendo en la pizarra, in lingua latina semper amata, los principios de Ulpiano bajo los cuales al Derecho débeselo ejercer como un «INSTRUMENTUM LABORIS» o «INSTRUMENTO DE TRABAJO» para buscar la justicia en cada una de nuestras diligencias como profesionales del Derecho ante omnia et super omnia/ ante todo y sobre todo. Así pues, Jorge Morales, venerabilis et singularis magister in Ius Romanum, escribe apasionadamente en la pizarra: «UNUM SUUM DARE/ NEMINEM LEADERE/ HONESTE VIVERE» que en nuestra integérrima lengua de Castilla significa: «DAR A CADA UNO LO SUYO/ NO HACER DAÑO A NADIE/ VIVIR HONESTAMENTE».
Para el maestro, como él mismo decíalo, estos principios del Derecho Romano constituían su filosofía de vida, pues vivía de los hechos más que de las palabras en concordancia con otro de sus preferidos aforismos: «FACTA ET NON VERBA/ HECHOS Y NO PALABRAS» pues como decía Séneca: «HAEC SIT PROPOSITI NOSTRI SUMMA: QUOD SENTIMUS LOQUAMUR, QUOD LOQUIMUR SENTIAMUS, CONCORDET SERMO CUM VITA/ SEA ÉSTA LA NORMA DE NUESTRA CONDUCTA: QUE SINTAMOS LO QUE DECIMOS, QUE DIGAMOS LO QUE SENTIMOS Y QUE NUESTRA PALABRA CONCUERDE CON NUESTRA VIDA». Y por eso, Jorge Morales Álvarez era de aquellos esclarecidos seres que hacía lo que sentía y sentía lo que decía en admirable sindéresis con un modus actuandi donde la autenticidad era la prominente cualidad que exornaba a su personalidad de hombre auténtico haciendo lo que predicaba in vita societatis.
En consecuencia, en sus inmortales clases de Derecho Romano era cotidiano, in sacris, a la manera de un sagrado ritual, que el doctor Morales escribiera en la pizarra del aula de clase un dicho latino que evoque a la historia del Derecho in reverentia et diligentia in latinitatis honorem. Era pues un «MAGISTER MAGISTRORUM» o «MAESTRO DE MAESTROS» y no hace mucho tiempo atrás, en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Azuay, el otro centro de educación superior en donde refulgía como un eminente docente latinista, brilló con luz propia al inaugurar una interesante exposición sobre códigos latinistas del Derecho demostrando a todas luces que era solo él un idóneo personaje para explicar con elocuencia la significación del Digesto como «originalis thesaurus» o «tesoro original» que enriquece ad summum el fondo bibliográfico de aquél relevante centro de estudios superiores de la ciudad cargada de alma, «CUENCA», cuyo nombre es, a mucha honra, un término de profunda solera latinista, al provenir de «CONCHA» donde su gentilicio devino sui generis de «CONQUENSE» a «CUENCANO» in historia mundi.
En su amada Facultad de Jurisprudencia fue decano ad initium in tertio millenio, ejerciendo una valiosa labor como PRIMUS INTER PARES entre docentes y alumnos, unidos todos como universitas magistrorum et scholarium. Ergo, tras una proficua gestión en el decanato intentó ser rector del alma mater cuencana y si la Divina Providencia así hubiéselo querido, Deo gratias, la Universidad de Cuenca habría tenido a uno de sus más egregios rectores in respectum et reverentia in universitatis historia.
Jorge Morales fue un conspicuo profesional del Derecho, un civilista de primera línea, y en su CURRICULUM VITAE débese consignar, in perpetuum, que fue el último latinista del alma mater cuencana. Podríase decir de él, como decíase en la Roma imperial: «VIR BONUS DISCENDI PERITUS/ HOMBRE DE BIEN, QUE SABE HABLAR» puesto que, in stricta veritas, frente a su excelsa figura estamos ante un hombre bueno, honesto, de alma noble, de profunda erudición y sapiencia ora como maestro, ora como erudito abogado, ora como gran argumentador y ergotista insigne, siempre disciplinado, austero, serio y esmerado en el cumplimiento de sus funciones ya en la cátedra, ya en el ejercicio profesional. Una especie de «EXEMPLUM VITAE» o «EJEMPLO DE VIDA» in via humilitatis o en el camino de la humildad en su admirabilis modus actuandi in veritatis splendor ab intra societatis et in dignitatis honorem semper.
Sus libros jurídicos convirtiéronse en material de obligada consulta para todos sus estudiantes, a punto de volverse una especie de best sellers entre las publicaciones jurídicas de las universidades del país y es en esas obras en donde consignó su profundo amor por la lingua latina in Ius Romanum aut Ius Civilis in admirabilis reverentia pro ea. Diríase quizás que el querido doctor Morales era también uno de los últimos «latin lovers» in urbe nostra dilectissima ad futuram rei memoriam.
Y esta cualidad del doctor Morales fue una de las razones por las cuales
desarrolló con el autor de estas líneas una especial afinidad en nuestro diario
afán por honrar a la LINGUA LATINA SEMPER AETERNA como
una «VERA MATER ADMIRABILIS» o «VERDADERA
MADRE ADMIRABLE» en
nuestra paradigmática lengua de Castilla, hija predilecta de la latinidad in
regnum hispaniarum et in saecula saeculorum.
Y cuando referíale siempre, con tristeza, que es lamentable que en América Latina, hija singular de la latinidad, es absurdo contemplar a diario una horrorosa latinofobia en insensatos seres que por invincibilis ignorantia despotrican injustamente contra la lingua latina, como ingratos hijos que agreden a su madre, el doctor Morales solía decirme que «DE GUSTIBUS ET COLORIBUS NON EST DISPUTANDUM» o que «DE GUSTOS Y COLORES NO DÉBESE DISCUTIR» para reafirmar que también es un derecho que no a todos agrádeles la lingua latina in vita communitatis, aunque no por ello hay razón para la avalancha latinofóbica con la que inténtase destruir todo lo que remite a la latinidad diem per diem in vita societatis adversum veritatis et contra dignitatis.
Y por ello, sonreíamos inter nos admitiendo que ni siquiera un mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa son capaces de decir quienes ofenden a nuestra latinidad con furibundos comentarios y acres filípicas in ciberspatium et in patria nostra semper afflicta, mientras nos admirábamos in extremis que vivimos hoy un mundo latinofóbico en donde incluso los abogados despotrican en contra de la excelsa lingua mater como desnaturalizados hijos que insultan a su propia madre adversum caritatis et contra humilitatis. Pero, ipso facto, luego nos solazábamos mas bien en pensar que hoy es fácil contemplar un Latín para el siglo XXI cuando un moderno término como «aeropuerto» viene de «portus aeris» o cuando podríamos incluso coquetear online (osculari in linea) e incluso insultar, maltratar e insinuar en latín clásico para demoler y maldecir como haríanlo Cicerón, Ovidio y Cátulo in via dignitatis et in respectum et reverentia inter lingua latina et sub specie aeternitatis.
Sin embargo, nil desperandum, encontrar cotidianamente buenas razones para seguir amando apasionadamente a la lingua latina era para él una especie de causa nostrae laetitiae o causa de nuestra alegría in honorem linguae latinae. Y por ello, siempre fue animoso para que siguiéramos siendo amantes de la lingua latina, lingua excelsa et singularis in admirabilis scientia et sapientia. Pero detrás de su sarcástico humor de latinista el querido doctor Morales siempre lamentaba que el Latín desapareció de los colegios, los seminarios y las universidades ad absurdum, sin que entiéndase inter nos que una mirada al pasado permítenos una visión más completa del presente, por lo que traducir desde el Latín o para el Latín prodíganos una flexibilidad mental única, más allá de que nuestra lingua latina semper amata es deducible fácilmente al Castellano en la misma forma en que los hijos reconocen sin complicaciones a su propia madre in naturalis aspectibus. Y seguramente este artículo escrito IN MEMORIAM de tan egregio maestro así pruébalo y confírmalo in veritatis honorem.
Lo dicho confirma además que el doctor Morales era también un amigo sincero, para quien la lealtad en la amistad era una regula vitae o regla de vida dentro de una espléndida relación consolidada in via fraternitatis o en el camino de la fraternidad. El maestro era por lo tanto un «AMICUS FIDELIS» o «AMIGO FIEL» in collegialitas affectiva o colegialidad afectiva inter nos, sicut fratres in unum in sempiterna amicitia semper vera. Vaya para él, amigo fidelísimo, ad vitam aeternam, un abrazo fraternal in nomine Christi, sicut dilectissime magister, amabilis et prudentissimo et care amice linguae latinae in urbe nostra. Plurimas gratias, salutem, grata recordationem et benedictionem tibi per Christum Dominum Nostrum.
Ad concludendi, digamos una vez más que a Jorge Morales Álvarez deberíaselo recordar, in perpetuum, como el último latinista de la Universidad de Cuenca y la Universidad del Azuay, los dos centros de educación superior donde por décadas centellaba in via lucis o en el camino de la luz como un convencido latinista que amaba apasionadamente a la lingua latina, ex toto corde, ex tota anima et ex tota fortitudine sicut lingua mater in iustitiae via in admirabilis sapientia. Jorge Morales Álvarez erat vero magister dixit in Ius Romanum aut Ius civilis in communitate nostra. Requiescat in pace ad vitam aeternam in nomine Christi, dilectissime magister noster, Jorge Morales Álvarez, in amabilis et sempiterna memoria. Requiem aeternam dona eis Domine et lux perpetua luceat eis.
ABOGADO DIEGO DEMETRIO ORELLANA
Datum Conchae, mensis Iunii, die secundus
supra vigesimus, reparata salute Anno Dominicae Incarnationis MMXXIV, octava XI
Dominica per annum
OPINIONES CIUDADANAS
DE: Jorge Suarezjorgesuar1@yahoo.comPara:DIEGO DEMETRIO ORELLANA
FECHA:dom, 23 jun a las 19:52
Felicitaciones. Un perfil digno de aplausos y una valorizaciòn exacta de sus dones. Que el espíritu de Jorge Morales Alvarez sea el faro que ilumine a la juventud ecuatoriana.
Saludos, Jorge
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Qué pena que el doctor Morales estiró la pata... Lindo este homenaje del doctor Demetrio. Se ve no mas que el alumno ha superado al maestro... Felicitaciones... me gustó mucho lo que escriben... y me encantó a lo máximo el latín de la nota necrológica... qué pena que la gente no valore.
ResponderEliminarHermoso leer un sentido pésame donde se arremolinan el español y el latín en honor de un abogado que ha sido experto en ese idioma. Felicitaciones al doctor Demetrio Orellana por escribir con tanta profundidad mezclando el latín en homenaje a su profe. Bien dicho que el alumno superó al maestro.
ResponderEliminarYo fui alumna del doctor Morales y no me gustaba el latín, para qué también, pero el que sabe sabe y el doctor Diego Demetrio Orellana escribe con shungo para hacernos enamorar de esta lengua que ya está bien muertita... pero qué buen detalle que el alumno le de un homenaje de tanta cultura al profesor que le formó, al maestro que además ha sido pana y que chacoteaban en latín... a la moda de las abuelas de hace mil años.... jjjjj
ResponderEliminarÑañay estas cosas que han escrito en este blog... Lindas palabras para el doctor Morales que se adelantó... gente tan honrada no debe morir así... pero bueno, así será de ser la vida. Lo que no sabía era que el doctor Morales ha sabido mucho latín.... pero lo que me dio gusto, a la plena,plena, es que el doctor Diego Demetrio Orellana escribe haciendo ver que el latín realmente se entiende no más en el contexto... qué envidia... dominar una lengua del pasado con tanta soltura... Felicitaciones.... Aplausos para usted... de pie...
ResponderEliminarMi doctor Moralitos.... mi bello... mi profe romanista. Cómo me duele el shungo por esta muerte... Era tan buenito, tan buena gente, tan pulcro, tan recto, que así como era buena gente podía ser malo si algo andaba mal contra la justicia, la ética o el respeto... Y claro que sí, la plena que sí, le encantaba el latín a morir hasta hacernos ver que como abogados tenemos que aprender a vacilar con los latinajos para hablar ALTO, CLARO Y PAUSADO como nos enseñaba el mamitico, doctor Moralitos, pa que seamos abogadas de los tribunales de justicia... Le vamos a extrañar mi doc... Felicidades al doctor Demetrio por esta alhaja necrología. Si mi doctor Moralitos resucitara, ¿qué diría? "Tenía que ser Demetrio, mi alumno latinista" de ley q' hubiera dicho, seguro hubiera dicho mi bonito... Al leer esta necrología ni zona me doy yo, tonta, que sí se entiende el latín sin que uno haya estudiado semejante lengua de mi doctor Moralitos. Mis respetos para el doctor Demetrio. Y full gracias por ese cariño al doctor Moralitos.
ResponderEliminarQué notas... Uno no sabe lo que tiene hasta que se muere la gente o hasta que uno bota las cosas en la basura. Yo era uno de los que estudiaba para abogado en la Facultad de Derecho y en mi inmadurez de pelado rechazaba al profe Moralitos por el latín... y por creer que el viejo era temático y jodido... nada que ver... Y total, nunca me gradué de abogado y oritas tengo una frustración por no ser doctor y veo cuánto valor tenía el doctor Moralitos con su latín y sus moditos que yo achacaba cargosamente y no supe comprender... me quedo como un analfabeto que no supo aprovechar la escuela leyendo este escrito de un alumno que no solo pudo aprovechar el latín del profe Moralitos sino q' superó al maestro y llegaron a ser yuntas, panas, parces del latín hasta cuando el Moralitos marcó calavera y Demetrio le escribe un texto que me deja hecho cera recordando cómo me burlaba del profe Moralitos cuando no pude aprovechar mis estudios para abogado... Qué cosas que tiene la vida...
ResponderEliminarQué masho enterarme que ha muerto el doctor Moralitos, mi profe de Derecho. Lindas palabras que me enviaron en mi mente al pasado cuando el doctor Moralitos venía a darnos sus clases de Derecho Romano con sus frases latinas que se las sabía completas y de memoria... Bravo, doctor Demetrio Orellana: usted se pasó con este escrito.
ResponderEliminarYo no sabía que el doctor Moralitos ha estado enfermito... y por eso fue sorpresiva la noticia de su deceso... Yo encontré un libro de latín que tenía guardadito para darle como regalo de cumpleaños, pues el doctorcito cumple años el 30 de noviembre, pero ya nunca podré darle el presente... Por mi culpa, por vaguetona, pues desde la pandemia tengo este libro y nunca le di a mi doctor Moralitos. Lo que es la vida, hay que hacer las cosas pronto para no quedarse solo con intenciones y cargos de conciencia...
ResponderEliminarMuchas gracias, seguro su regalito le llegará ahora al cielo.
EliminarMaravillosas palabras para q' disfruten el latín. Es como una canción q' al leerla se canta solita x las rimas q' tiene ese idioma de los romanos. Se nota q' el maestro y el alumno han sido de respetos por sus altos conocimientos de latín.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte mi querido doctor Morales, alma bendita, yo sé q' en algún lugar me oirá mi saludito. No sé latín pero me encantó leer lo q' Demetrio ha escrito a mi nunca olvidado doctor Moralitos... Sentido pésame para los íntimos del doctor Moralitos...
Me siento muy feliz al escuchar su bello repertorio.
No era tan viejo el doctor Morales... qué pena que se ha muerto pronto... y qué pena que no hayan más profes latinistas en la universidad... Todo se acaba en estos tiempos locos... Cuánta falta nos hará usted, doctor Morales. Felicidades por esta necrología q' pensé q' no iba a entender pero sí entendí... el almita del doctor Moralitos me habrá ayudado para entender este idioma que suena bonito y dice cosas boniticas... jejej
ResponderEliminarSegurolas que el doctor Morales ha de estar con los ángeles hablando latín. Le vamos a extrañar mi doctor Morales. Gracias por sus clases de Derecho Romano y gracias a Demetrio por este lindo homenaje.... abrazos al infinito mi doctorcito Morales.
ResponderEliminarSentidas palabras para un gran maestro. El doctor Morales debe ser reconocido como lo han hecho ebn este blog... han dicho de todo en redes y en la prensa, pero nadie ha dicho lo que aquí leemos. Felicitaciones.
ResponderEliminarMe quedo consternada con esta noticia. El doctor Jorgito ha muerto. Cuando era contralor fue de lo mejor. Y de decano no se quedó atrás en ser mejor. Pero como profe era insuperable... nadie le igualaba a decir verdad. Desde el más allá que usted sea una luz para todos, doctor Moralitos.
ResponderEliminarSuelo leerle a Demetrio por su estilo y redacción, pero esta vez me quedé sorprendida por esta semblanza del doctor Morales, en donde se le muestra tal cual. Sentido pésame para toda su familia.
ResponderEliminarDoctor Morales: le extrañaremos en todo momento del ejercicio profesional. Mis oraciones para su descanso eterno.
ResponderEliminarNo me imaginaba que todavía haigan profes que enseñan Latín en las universidades, pero buenazo leer latín en un escrito de pésame super original y chévere... felicidades, doctor Diego Demetrio y que de Dios goce su profe y amigo q' le enseñó Latín.
ResponderEliminarMuchas gracias por aquellas bellas palabras para mí señor padre, su legado es inmenso y el ejemplo a seguir interminable.
ResponderEliminarMAXIMAS GRATIAS IN MEMORIAM DILECTISSIME MAGISTER NOSTER ET AMICE LINGUAE LATINAE, JORGE MORALES ÁLVAREZ, SEMPER AMABILIS ET VENERABILIS IN COMMUNITATE NOSTRA, DILECTA CECILIA MORALES: TALIS PATER QUALIS FILIA IN EXEMPLUM VITAE INTER NOS.
EliminarDIEGO DEMETRIO ORELLANA
OCTAVA XII DOMINICA PER ANNUM, AD MMXXIV
Qué pena de mi querido doctor Moralitos: su espíritu siempre nos guiará en el camino de la justicia. Felicitaciones a Demetrio por este homenaje... el mejor de todos los que he leído en redes sociales... aplausos mil...
ResponderEliminarYo camino por la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Cuenca todos los días y se siente un aire de tristeza al recordar al doctor Morales... Hay personajes que son, como se dice, CASA LLENA en los sitios donde pernoctaron o donde hicieron sus proezas... la proeza de formar buenos profesionales. Ahora q' le tenemos como un angel desde elmás allá su legado se le mira inmenso como dice su señora hija... Felicitaciones al autor de esta necrología q' me llegó al alma. Ahora sí voy a ponerme pilas con el latín... lindo escrito q' me hizo sentir curiosidad x esta lengua muerta.
ResponderEliminarMis sentidas condolencias para doña Cecilia Morales y para todos los hijos de este eminente profe de Derecho. Qué pena q' ha estado enfermito... En el facebook veo q' en mayo, a fines de ese mes, días antes de morir, la gente ha estado escribiendo q' se mejore, q' supere la enfermedad... Total, estiró la pata dejando tanta tristeza en la ciudad q' él amó. Felicitaciones para el doctor Orellana por esta necrología bellísima q' le honorifica al doctor Morales como un latinista haciendo notar q' es el último latinista de Cuenca. Yo creo q' el doctor Morales no es el último latinista de Cuenca pues el doctor Morales no ha predicado en el desierto al haber ex alumnos latinistas como el doctor Demetrio y tantos otros abogados q' se nutrieron de las enseñanzas del doctor Morales. Como dice la señora hijita del doctor Morales: su legado es inmenso y el ejemplo a seguir interminable. Que así sea, señora Cecilia. Aleluya
ResponderEliminarMAESTRO com mayúsculas es el doctor Moralitos... Y la pena que nos da es q' ya no hay profesores así, los de ahora son unos maistros y con minúsculas, unos manavales, a pesar de los postgrados y masterados solo dejan alejados de una verdadera enseñanza. Que el alma del doctor Moralitos sea una luz que ilumine a todos los jóvenes que estudian Derecho y necesitan un ídolo o un modelo como fue el doctor Moralitos.
ResponderEliminarDoctor Morales: usted será siempre un ejemplo de vida, como dicen en esta necrología tan bien descrita de su digna persona...
ResponderEliminarEh, caramba... en la Internet se hallan cosas buenas y malas, pero pocas son buenísimas como este artículo que me ha dejado extasiado a lo bien... No conocí al personaje de la necrología, el profesor de Derecho Romano, y tampoco conozco al alumno que escribe la necrología, pero qué manera de mezclar el latín haciendo que al leer ni cuenta nos damos de que todos terminen entendiéndolo... Si esas cosas pudo lograr el difunto doctor Morales cómo no hubiera querido ser otro de sus alumnos... Un aplauso al cielo, apreciado doctor Morales...
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