domingo, 20 de septiembre de 2015

LIBROS Y SABIDURÍA AD GLORIAM AETERNAM


In libris libertas/ En los libros libertad dice el inmortal apotegma latino por el que colúmbrase que los libros son el encanto del alma, pues el conocimiento que en ellos devélase es como el Sancta Sanctorum por el que accedemos a la sabiduría.


Sapientia est veneranda in mundum universum/ La sabiduría es venerada en todo el universo, puesto que es el grado más alto del conocimiento y dícese que cuando se la posee permítenos apreciar las cosas como si se estuviere en la cima de un monte para contemplarlo todo, con profundidad y claridad. Mas, para llegar a ella y ahondar en sus misterios, el camino es arduo, dilatado y paciencioso. Requiérese de humildad y sencillez, junto con el silencio que es, per se, la vía para explorarla, mientras apréndense muchas cosas y clarifícase la inteligencia, a fin de observar, con alacridad mental, la vera essentia de todo cuanto nuestra atención es capaz de capturar.


Cuando una persona ama a la sabiduría hay un constante apetito para buscar la verdad de todas las cosas y esa búsqueda produce gran gozo espiritual y placentera satisfacción por todo lo que se aprende, sub specie instantis, en cada momento, en las polifacéticas experiencias de la vida o las diversas lecturas que hacemos, diem per diem, para nuestro deleite personal.


Mas, no es el mucho saber lo que sacia el alma y la embelesa sino el gustar y sentir internamente lo aprendido, pues allí está el verdadero sentido de la sabiduría para quien anda tras ella. Aquí opera entonces el natural proceso por el cual llegamos al «gaudium de veritate» o «gozo de buscar la verdad», que es una preciosa sensación que experiméntase cuando con las cosas aprendidas caminamos por un túnel y de pronto encontramos la luz al final del camino. En efecto, la sabiduría es lumen de lumine in terra/ luz de luz en la tierra y su posesión implica un gozo interno que alegra el alma y condiciona el espíritu para descubrir la verdad, meta superlativa que la entraña de profundis en cada una de sus espectaculares facetas.


Valgan estas reflexiones para explicar que la biblioteca del Monastère d'Admont, en Austria, diseñada por el arquitecto Joseph Hueber, en el año del Señor de 1776, es uno de los centros de acopio de libros más impresionantes in universa Terra, ora por la gran calidad intelectual de sus colecciones, ora por los exquisitos y raros volúmenes que allí encuéntranse, ora por el diseño arquitectónico de sublime belleza que impacta de profundis al más imberbe observador que circule por este singular espacio.



La biblioteca mide 70 metros de largo, por 14 de ancho y 13 de altura y considérase como la biblioteca monacal benedictina más grande del planeta. Alberga alrededor de 200.000 volúmenes y millares de manuscritos que guárdanse debajo de su cúpula barroca, en donde, ex admirationem, obsérvanse frescos sorprendentes realizados por Bartolomeo Altomonte, con escenas en las que contémplanse las etapas de la evolución del conocimiento humano que, in excelsis, alcanza el punto más elevado de la sabiduría que es la Revelación Divina. El local acopia, además,  530 incunables que hállanse en sus raros anaqueles,  en un contexto en el que percíbense, a capite ad calcem, los ideales de la Ilustración, en el siglo de las luces, mientras las  esculturas barrocas de autoría de Josef Stammel contrastan admirabilis et singularis ars gratia artis pro mundi beneficio et in honorem sapientiae.
                                                                                      
PAX VOBIS,

Diego Demetrio Orellana

Datum Concha, apud flumina Tomebamba, mensis septembris, die XX, currentis Anno Domini MMXV, Dominica XXV per annum.

viernes, 18 de septiembre de 2015

LA SABIDURÍA DE LOS DICHOS POPULARES IN COMMUNITATE NOSTRA


Un conocido dicho popular de nuestra lengua de Castilla dice ab immemoriabili: «Dios los cría y ellos se juntan». Y la frase vincúlase con las compañías en la vida de las personas, pues la ironía de la misma alude a la natural inclinación de los individuos para unirse con quienes comparten un mismo genio o similares gustos, aficiones y temperamento.

Aplícase también este pensamiento a las personas de conducta censurable y, desde el mundo del Derecho, Covarrubias afirma in scriptis: «El codicioso y el tramposo fácilmente se conciertan», y como es lógico, hasta para las acciones malas cuentan mucho las afinidades. Por eso, la gente mala rejúntase con la gente mala y los buenos van unidos siempre tal como las personas inteligentes que disfrutan debatiendo, in communio caritatis, sobre cosas de altura o asuntos importantes para el mundo.

Y es que las afinidades son las que perfilan las relaciones entre los seres humanos, quienes  normalmente únense con sus pares afines ora por sus gustos, ora por sus intereses ora por sus comunes maneras de ser, ya que el modus actuandi de cualquier individuo de la especie humana cuenta mucho a la hora de escoger las amistades.

Ergo, las personas que viven alejadas en remotos sitios de la Tierra, por más distantes que estuvieren o por más diferentes puntos en donde hayan nacido un día descubren, ab intra, que hay una fuerza sobrehumana que los une cum affectio originalis en la vida. Y el dicho popular señala taxativamente que justamente venimos al mundo tal como somos y las circunstancias hacen que encontremos a los seres con quienes debemos estar para compartir nuestras aficiones e intereses sicut erat in principio et nunc et semper.


Mas la frase presenta algunas variaciones en el remate y, por ello, la gente suele decir también: «Dios los cría y el diablo los junta» o «Dios los cría y el viento los amontona». La versatilidad del Castellano es lo que permite que volemos en la imaginación para graficar, in stricta veritas, que son las circunstancias las que perfilan el encuentro de los seres afines para desarrollar sus amistades y por eso hay mucha sabiduría popular cuando dícese:  «el diablo los junta» o « el viento los amontona», puesto que los miembros de la gran familia humana que peregrina en la Tierra, tarde o temprano, identifícanse por características comunes, por sus idénticos perfiles o por sus coincidentes intereses o tendencias para confluir y compartir sus vidas o, al menos, algunas prácticas afines. La frase, entonces, vuélvese providencialista para dejar a la Providencia Divina el mágico encuentro que une sus existencias in spiritus et veritas.



Rebus sic stantibus/ Estando así las cosas, estas divagaciones sobre un dicho popular de vieja solera y profunda veracidad in lingua nostra llévannos a pensar en otra frase curiosa que impacta por su cruda verdad y dice: «La inteligencia de un hombre se mide por la clase de mujer que tiene como pareja», lo cual nos enfrenta a considerar que aunque los varones y las mujeres únense también por sus similares gustos y aficiones, al tratarse de una relación afectiva, es solo el varón inteligente quien busca una compañera con la que, más allá de que compártense idénticos modos de ser y parecidas aficiones, se regocija per se por ser una mujer virtuosa, de aquellas de las cuales la Sagrada Escritura dice in veritas semper fidelis: «MUJER VIRTUOSA, ¿QUIÉN LA HALLARÁ? PORQUE SU ESTIMA SOBREPASA LARGAMENTE A LA DE LAS PIEDRAS PRECIOSAS. EL CORAZÓN DE SU MARIDO ESTÁ EN ELLA CONFIADO Y NO CARECERÁ DE GANANCIAS. ABRE SU BOCA CON SABIDURÍA Y LA LEY DE CLEMENCIA ESTÁ EN SU LENGUA».

Así entonces, ad concludendi, es hilarante comprobar in communitate nostra que muchos varones reflejan su pésima inteligencia cuando no hallaron a la mujer virtuosa in excelsis, pues algunas consortes de nuestros prójimos no son para nada virtuosas sino mas bien mujeres de ánimo calenturiento, de ojos altaneros, de lengua mentirosa, de labios injuriosos, de manos que hacen el mal con capacidades insólitas para violar la privacidad de su cónyuge y destruir la confianza, base sine qua non para cualquier relación afectiva destinada a perdurar in saecula saeculorum. Ergo, nunca olvidemos que «ENGAÑOSA ES LA GRACIA Y VANA LA HERMOSURA» si ello fue lo que hizo que nos unamos a una mujer nada virtuosa in vita nostra.

DIEGO DEMETRIO ORELLANA

Datum Concha, mensis septembris, die XIX, currentis Anno Domini MMXV, vesperas Dominica XXV per annum.

lunes, 14 de septiembre de 2015

ROBO DE PLACAS HISTÓRICAS IN PATRIA NOSTRA



Ex admirationem, en el punto donde hállase el puente EUROPA, en el camino a Paute, desde hace ya más de 20 años permanecía un monumento de piedra con dos placas de bronce, las cuales conmemoraban, ad perpetuam rei memoriam, el desastre de La Josefina, cuando la noche del 29 de marzo del año 1993 el cerro Tahual deslizóse sobre el río Cuenca, en uno de los accidentes naturales de mayor impacto en la historia de la localidad.

Ad effectum videndi, en la imagen puédese contemplar a dicho monumento conmemorativo sin las placas que le hacían característico y peculiar y que llamaban la atención de propios y extraños, mientras sus textos invitaban a la reflexión sobre el percance de ingrata memoria. Efectivamente, una de estas placas decía ad peddem litterae: «A la naturaleza que lanzó su grito el 29 de marzo de 1993, para llamar al respeto y comprensión de los seres humanos». El mensaje era concientizador pro omnes gentes para acrecentar la reverencia que obligados estamos a guardar para la naturaleza, bien que hállase para beneficio del género humano in aeternum.


En esta fotografía tomada hace dos décadas puede apreciarse, cum accurata diligentia, el monumento conmemorativo de La Josefina, con las dos placas que en estos días han sido sustraídas por una oprobiosa delincuencia que no respeta a los bienes públicos y que integra una cáfila de individuos que han dádose a la costumbre de robar las placas de bronce de los monumentos de la localidad para fundirlas y venderlas como bronce en bruto, considerando que este metal es caro cuando se lo comercializa en grandes cantidades, al socaire del civismo y el respeto a los bienes comunitarios. 

Mirar ahora el monumento de La Josefina sin sus placas de bronce causa indignación en las personas que tienen conciencia sobre el respeto que débese guardar a los bienes públicos, mientras conviene detectar a estos delincuentes pues sus acciones no deberíanse quedar impunes. El  Código Penal y la Ley de Patrimonio, vigentes actualmente in communitate nostra, establecen las sanciones para quienes atenten contra los bienes patrimoniales y las penas van hasta tres años de prisión.

Estos actos vandálicos son bárbaros a capite ad calcem y desde la Historia, magistra vitae, tráennos a la memoria una curiosa anécdota histórica vinculada con los Barberini, que eran los miembros de una familia aristocrática de la que provino el Santo Padre Urbano VIII, quien era a la vez Mafeo Barberini. En efecto, una denuncia pública que el pueblo romano hizo fijando sobre la estatua del Pasquino una frase con la que criticábanse los excesos del papa Barberini y su familia pasó a la historia, ad futuram rei memoriam, pues Urbano VIII impuso una política destructiva sobre la Roma imperial y para mandar a construir la Roma barroca, de inicios del siglo XVII, mandó a retirar los rosetones de bronce de la cúpula del Panteón de Agripa para la construcción del famoso baldaquino de la Catedral de San Pedro, obra del inmortal Bernini, junto con los cañones del castillo defensivo de Sant'Angelo. La histórica frase decía in scriptis et ad verecundiam: «Quod non fecerunt barbari, fecerunt Barberini», que en nuestra maravillosa lengua de Castilla significa: «Lo que no hicieron los bárbaros hicieron los Barberini». El robo de las placas de bronce de más de 13 monumentos históricos de la Atenas del Ecuador y ahora de La Josefina nos confirman que las acciones vandálicas de la delincuencia son de veras bárbaras y execrables ex tota fortitudine, como lo fueron las acciones de los Barberini in diebus illis et in Roma aeternam.


Agradecemos, ex toto corde, al periodista Luis Puma Valdivieso, por las fotografías del robo de las placas de La Josefina. Su ayuda ha sido valiosa en esta denuncia in honorem veritatis.

Por otra parte, condenamos este hecho delictivo que deberíase perseguir hasta dar con esta cáfila de delincuentes que mucho daño han hecho a Cuenca y el Azuay con la desaparición de hermosas y patrimoniales placas históricas que representan, desde la Epigrafía, hitos esenciales de acontecimientos valiosos in historia nostra.

SALUTEM ET COMMUNIONEM,


DIEGO DEMETRIO ORELLANA 

In Concha, super flumina Tomebamba, mensis septembris, die XIV, currentis Anno Domini MMXV

viernes, 4 de septiembre de 2015

UNA RARA Y DESCONOCIDA ESCULTURA CLÁSICA IN URBE NOSTRA


Pulcherrima super omnia ad gloriam aeternam/ Bellísima sobre todo para la gloria eterna, quienquiera que la contemple podríase imaginar que trátase de una lámpara clásica en algún ignoto punto de la vieja Europa, pues los elementos que la integran y las características esenciales de la escultura sugiérennos una atmósfera propia de un vívido y luminoso paisaje  en un soleado día de cualesquier parque o un típico boulevard de una ciudad europea como París, Madrid, Londres, Viena, Praga, Bruselas u otras tantas urbes de aquel paradigmático continente en la historia y la cultura de Occidente.

Efectivamente, el azulado cielo que confronta a la mayestática figura que luce elegante y yérguese altiva -en lineal perspectiva- no es más que el adecuado fondo en el que resáltanse los elementos compositivos de la imagen que, en la fotografía, invítannos a recrear en nuestras mentes un aire estival o primaveral, típico y peculiar de una agotadora y aventurera jornada de paseo para un circunstante que deambula expectante al más insólito detalle que encuentra en su camino y que, sub specie aeternitatis, grábase como una grata memoria de un  inolvidable periplo en la imagen fotográfica que guárdase cum affectio originalis como insoslayable recuerdo de entrañables vivencias.


El elemento escultórico representa a una mujer con cierto aire de diosa, cuya mirada fíjase ad infinitum, mientras su cabeza soporta una lámpara sostenida con su brazo izquierdo, a la vez que con su mano derecha agarra un cántaro pareciendo como si posase majestuosa con su pie izquierdo al descubierto, el que apóyalo sobre unos elementos vegetales característicos de las esculturas neoclásicas. Ad infra, el pedestal tiene en la base cuatro cabezas de leones sobre las cuales sopórtase una estructura que, a la manera de un expositorio, sostiene unas hojas de acanto cerradas hacia arriba para contener a la vez el conjunto de elementos vegetales sobre los que yérguese in excelsis la clásica figura.


Una vieja conífera que, vecina a la escultura, levántase erecta hacia el cielo, complementa el paisaje y motiva  al visitante para observarla cum accurata diligentia. Trátase de un centenario ciprés, de la especie Cupresus macrocarpa cuya espesa fronda verde oscura es copiosa en la copa debido a que, con el correr de las décadas, sus ramas fueron cortadas desde la base hasta alcanzar una sui generis figura que simula una escultura natural junto al clásico elemento que ha sido motivo del presente escrito. La luz del sol sobre el verdoso corpus del árbol inúndalo de esplendor y deja ver el claroscuro por el que el espécimen adquiere una atrayente vista para el observador que lo contemple a calvo ad calvum, mientras el celestial fondo azul contrasta cromáticamente con el verde admirabilis et exemplaris in aeternum.


Mas, para sorpresa de todos, ex admirationem, la escultura no hállase en ningún lugar de la vieja Europa sino in urbe nostra, en un típico rincón cuencano del barrio de Todos los Santos, dentro de una humilde casa, de tan solo una planta, que cuando los viandantes pasan ni siquiera la contemplan y que comparte el espacio adosada a dos edificaciones de dos pisos que capturan la atención en esa tradicional calle morlaca. En tal escena, la vivienda que encuéntrase en el borde derecho de la imagen resalta ante omnia por los colores verde y crema de su frontispicio, mientras sobre su tejado contémplase el ciprés descrito ut supra como un distintivo elemento del huerto interior de la vecina y tímida casa donde comparte el espacio con la peculiar escultura.

Ya mirado en su natural emplazamiento, este objeto escultórico ubícase en el antiguo huerto de tal imperceptible vivienda, rodeado de plantas ornamentales que, dicha sea la verdad, no están muy bien cuidadas pero que, a pesar de la incuria, sobreviven para exornar a la escultura destacándose unas cactáceas que acompáñanse de geranios, chifleras, suculentas, azulinas y cintas en uno de los últimos huertos cuencanos de las antiguas casas de patio, traspatio y huerta que aún existen en la capital de la morlaquía, urbis semper amata et intemerata y relicario de sorpresas gratas como este ignoto sitio que sorprende y encanta de profundis in cordibus nostris.



PAX VOBIS

Diego Demetrio Orellana
In Concha, super flumina Tomebamba, ad initium mensis septembris, die IV, reparata salute Anno Dominicae Incarnationis MMXV, octava Dominica XXI per annum.
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OPINIONES CIUDADANAS