In via Christi o En el camino de Cristo un despampanante fraude para los creyentes resultó la traída del llamado Señor de las Aguas a la capital de la morlaquía el pasado martes 19 de noviembre del año 2024. Y es que el fraude devino en un telúrico fiasco porque luego de la parafernálica procesión disfrazada de salvífico peregrinaje in honorem Christi apenas unos cuantos páramos por ciertos puntos de la ciudad utilizáronse como supuestas evidencias del mágico poder de la taumaturga imagen que, la verdad sea dicha, por tradición ha considerádosela como divino amuleto para que llueva en Cuenca, tanto antaño como hogaño, en prolongados estíos que perturban la paz de los cuencanos en la desesperación por la ausencia de lluvias y las nefastas consecuencias de un infernal estío, como acaece en estos meses con la sequía hidrológica más catastrófica de las últimas décadas super flumina Tomebamba.
A ocho días de la apoteósica manifestación que los cuencanos mostraron para el Señor de Girón, las lluvias siguen escasas y el apocalíptico estío continúa, contabilizándose, en las estadísticas municipales, al 26 de noviembre, 137 días de sequía hidrológica en nuestros lares, por lo que puédese inferir que el Señor de las Aguas llegó sin que las aguas vinieran con su mayestática presencia, en terrible fracaso para el arzobispo Marco Pérez Caicedo, quien como promotor de la astuta zalagarda ha quedádose como chupa de dómine inter christifidelis laicis in nostra Sancta Mater Ecclesia.
La verdad sea dicha: ya no estamos en los finiseculares tiempos milenaristas en los que solíase creer que los cataclismos de la naturaleza superábanse con un milagro forjado entre gallos y medianoche por los trasnochados curas que siguen haciendo de las suyas con la fe del pueblo católico que no mueve montañas sino muchedumbres hambrientas de mágicos eventos en los que dejan miles de dólares de limosnas que enriquecen las faltriqueras arzobispales y sacerdotales de desvergonzados religiosos que pescan a río revuelto con esta clase de tretas planificadas bajo una audaz estratagema in iniquitatis via.
Quid pro quo, dígase la verdad sin aspavientos pues la astuta zalagarda episcopal y clerical consiste en no mover un dedo ni inmutarse por nada de nada en las primeras semanas de una sequía hidrológica. Así entonces, en adecuado orden de prelación, los infames curas junto a su astuto arzobispo esperan expectantes, in via curiositatis, los reportes que las autoridades ambientales realizan sobre las condiciones metereológicas que preanuncian lluvias cuando la sequía hidrológica entra en su climax, alrededor del día 100, cuando las probabilidades de precipitaciones aumentan in crescendo in vita communitatis. Es en este estado de cosas cuando entonces, ipso facto, el marrullero arzobispo, con sus obsecuentes clérigos, aparecen en el escenario rasgándose las vestiduras y clamando piedad al cielo mientras anuncian la llegada de algún santo, de una taumaturga virgen o de un portentoso Cristo para operar un milagro ante el cruel cataclismo.
Rebus sic stantibus/ Estando así las cosas, los truculentos curas ejecutan pues, por órdenes episcopales, unas Jornadas de Oración en los templos de la cristiandad o una apoteósica procesión que en este caso fue con el Señor de Girón que, a lo largo de los siglos, ha sido conocido con el sobrenombre del Señor de las Aguas porque, a similis, en otros tiempos de infernales sequías fue traído cual mágico amuleto para decir que gracias a su divinal presencia las lluvias llegaron como dones celestiales para la catolicísima urbe cuencana, cuna de la rancia beatería curuchupista in historia nostra.
Así pues, la procesión hácese justo en los días en los que se prevé una mayor probabilidad de lluvias. Allí radica el quid de la cuestión, lo que en otros tiempos fue la causa del éxito de la Santa Madre Iglesia con el Señor de Girón, pues los cálculos eran exactos y predecibles cum accurata diligentia. Si el mismo día de la llegada del crucifijo acaecen chubascos o guarúas entonces los infames curas, junto con su artero arzobispo Pérez Caicedo, proclaman urbi et orbi que una vez más el Señor de Girón ha realizado el milagro de las aguas en los antiguos campos de la bella Guapdondelig o la primaveral Paucarbamba o Tumipampa. Esta operación, in tertio millenio adveniente, es prácticamente mediatizada en redes sociales provocando una retahíla de oraciones, penitencias, alabanzas sin cuento y misas de acción de gracias que todas en su conjunto sólo sirven para acrecentar las limosnas de las crédulas gentes que caen en la histeria colectiva que un supuesto milagro entraña in vita communitatis.
Si en los días posteriores las torrenciales lluvias vuélvense copiosas o los pertinaces aguaceros estallan con rayos y centellas consolídase la farsa para señalar que la capital de la morlaquía sigue siendo un valle preferido por el Altísimo para la manifestación de sus gracias celestiales super flumina Tomebamba.
Sin embargo, en esta ocasión el chusco y fullero arzobispo de Cuenca y sus infames y tramposos curas fracasaron estrepitosamente puesto que desde el 19 al 25 de noviembre no ha habido copiosas lluvias en la zona y la sequía hidrológica continúa sin que puédase atisbar cuándo será finalmente superada. En otros tiempos pudo ser pecado realizar una crítica a estos astutos artilugios de la Santa Madre Iglesia, sobre todo porque la todopoderosa Iglesia aún mantenía un omnímodo poder hasta para excomulgar a quien osara desnudar estas tropelías eclesiásticas in mysterium iniquitatis.
Hoy, in via sanitatis, no seremos ya anatemizados por develar
que la llegada del Señor de Girón o Señor de las Aguas, a Cuenca, el pasado 19
de noviembre, fue un estrepitoso fracaso que desnuda la astucia arzobispal y la
aviesa capacidad de la clerecía para hacerse eco de un evento que si bien no ha
traído aguas en nuestros lares al menos ha servido para que las limosnas del
pueblo cuencano circulen copiosamente para que resuenem tintineantes en los
bolsillos arzobispales y clericales, mientras los incrédulos fieles de tales
artilugios hemos podido mas bien contemplar, in corpore et in anima,
a una centenaria escultura cristológica que muy bien considérasela como
Patrimonio Cultural del Azuay ora por su exquisita facha de un ignoto escultor
hispano pues el Señor de Girón trájoselo desde España en la Colonia, ora por su
imponente presencia como símbolo iconográfico de Nuestro Señor Jesucristo, pastor
bonus et fidelis in nostra Sancta Romana Ecclesia et Dominus ac Redemptor in
vita societatis et in historia nostra semper veneranda, pro patria et Deo in via
pulchritudinis.
DIEGO DEMETRIO ORELLANA
Datum Conchae, mensis novembris, die quintus supra
vigesimus, reparata salute Anno Dominicae Incarnationis MMXXIV, octava I
Dominica Adventus.
Qué buen artículo y qué valentía para desnudar una cosa que nadie se atreve... Solo la gente berraca. Felicitaciones admirado doctor Demetrio.
ResponderEliminarIncreíble pero cierto... lo peor de todo es que como este pueblo no tiene formación ni es educado ni tiene criterio para no dejarse mamar gallo entonces es una sarta de gente que les ven las huevas cuando los curas quieren hacer no más que venga un milagro. El Señor de Girón es una farsa... jajaja... y qué valentía para afirmarlo con tanta sapiencia de verdad fidelicia...
ResponderEliminarEste artículo parece escrito por un ateo o por un enemigo de la Iglesia... Chuta... Me sorprendió la bola leerlo xq el doctor Demetrio Orellana ha demostrado ser mas bien muy católico y devoto de la Dolorosa. Pero, de una una se da zona de q pensándolo bien, se puede ver el profesionalismo para decir las verdades duela a quien le duela o caiga quien caiga, así fuera el mismísimo obispo. Qué vainas... Eso me hizo meditar mucho. La imparcialidad para criticar al obispo y a los curas sobre el mal uso de la religión es de aplausos, doctor Demetrio. Usted, como católico, sabe bien que no se puede servir a Dios y al dinero... Y estos curas y este obispo solo quieren plata con ese muñeco de madera adorado como ídolo para hacer cushqui... qué tal... jejeje...
ResponderEliminarPero ya lluvió durísimo esta tarde... jejeje.... a los 8 días de que vino el Señor de Girón... O sea q' aura han de decir los curas q' el Señor de las Aguas actúa con efecto retardado... jajaja.... Qué Señor de las Aguas ni q' ocho cuartos... jijiji.... Todo es un engaño de los curas jjjjjjjj para q' boten no más la plata las gentes en las bandejas de lata q' recogen en las misas el dinero q' tanto adoran el obispo y los pollerudos de las iglesias o templos cuencanas. jajaja
ResponderEliminarCrean o no en lo que les de la gana y dejen en paz a los que tenemos fé en algo , vida de cada quien !
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