martes, 24 de mayo de 2016

DES-madre: una original propuesta pictórica de Fernando Insúa Romero



DES-madre es una propuesta artística con la que Fernando Insúa comparte para Cuenca una reflexión pictórica en donde subyace una inspiración literaria en la obra «La madre» de Máximo Gorki. El autor demuéstranos un curioso devaneo por el mundo literario para plasmar una serie de elementos compositivos que describen ex integro a la maternidad como leit motiv de sus cavilaciones, en una atmósfera donde el simbolismo configúranos una perspectiva pictórica para definir una serie de ideas sobre la mujer concebida como «objeto o símbolo de procreación y pertenencia de la eterna permanencia genética y de la especie» como el autor describe en la poética de su proyecto artístico.



Las obras guardan un buen manejo de la técnica y muéstrannos la experticia del artista para preparar texturas y concebir un universo cromático con el que maneja el espacio pictórico con buen planteamiento de la perspectiva y elementos compositivos que definen con crudeza las acuciantes realidades de la maternidad desde un simbolismo que invita a decodificar el lenguaje con el que Fernando introyéctase en la psiquis de la madre para extraer sus álgidas circunstancias por las que debátese en la vida enfrentando cruciales cosas entre las cuales, ad exemplum, es el aborto una especie de «experimentum crucis» que la mujer confronta desde su condición de madre, más allá de la sacrificada misión que lleva a cabo en la humana existencia para ser reconocida como una «mater semper admirabilis» o «madre siempre admirable» in communitate nostra.


Y jugando con las palabras, tal como si interactuara con su capacidad exploradora en el mundo artístico, permítese romper el canon académico de la lengua de Castilla para proponer un insólito nombre a su exhibición artística: «DES-MADRE», quizás como una necesidad imperativa para resaltar, cum accurata diligentia, la acuciosa dedicación de la mater semper amata con la que ha inspirádose para fraguar un compendio de obras pictóricas que, ex integro, delatan y revelan los profundos pensamientos que la madre evoca in veritas semper fidelis cuando trátanse de definir las profundas cavilaciones que la labor maternal auspicia para consolidar las creaciones preparadas bajo su égida.


Y para entender el mundo artístico de Fernando Insúa es indispensable considerar que el universo compositivo de sus creaciones defínese por su capacidad  para preparar texturas y su permanente proceso de investigación para encontrar la cromática con la cual su lenguaje plástico desarróllase como medio para transmitir a los espectadores, urbi et orbi, las polifáceticas ideas que en el lienzo despliéganse como una muestra de sus motivaciones e intereses plásticos.

Pero Insúa, que viene trabajando siempre como un devoto o piadoso operario del mundo pictórico in patria aequatorianae, gusta tanto de la pintura como de la escultura, a donde siempre lánzase cuando desbórdase de la bidimensionalidad que el universo pictórico le imbuye y así, de momento ad momentum, explora diversas técnicas en una permanente necesidad de navegar y navegar con espíritu explorador por las insondables fronteras del arte que llévanlo a Cuenca, la capital de la morlaquía, en busca de sus raíces ancestrales, pues por línea maternal fluye en él el mundo poético de Remigio Romero y Cordero, destacado bardo del parnaso cuencano.


La otra esfera por la que la pintura de Insúa débese descifrar es el simbolismo, pues Fernando utiliza diversos como variados íconos simbólicos, dentro de sus planteamientos compositivos, los cuales aparecen cual si fuesen elementos de un lenguaje pictográfico con el que, bajo el espectro de las técnicas con las que trabaja, coadyuva a los espectadores que contemplan sus obras para descubrir los profundos mensajes que desarrolla en cada una de sus propuestas guiadas por una poética con la que él mismo defínese per se como un artista «que describe la naturaleza tanto biológica como humana con objetos salidos de la tierra misma».


Así pues, Cuenca tiene la oportunidad de apreciar, in extenso, en «Salida de Emergencia», la alternativa galería de arte de Blasco Moscoso y María José Machado, a un pintor de curiosas aventuras y peripecias en el mundo artístico ecuatoriano apud flumina Tomebamba et super omnia in honorem artis.

DIEGO DEMETRIO ORELLANA
IN CONCHA, MENSIS MAII, DIE XIII, IN ANNO MISERICORDIAE MMXVI

jueves, 19 de mayo de 2016

HUARMICATURAS: lo que no se ha dicho



HUARMICATURAS: lo que no se ha dicho (opinión)

POR: Franklin Cepeda Astudillo



Conocí a la arquitecta, artista y caricaturista Vilma Vargas Vallejo a mediados de 2004, cuando entré en contacto con dibujantes, pintores e ilustradores de diversas provincias a los fines de graficar la primera edición ecuatoriana de El Quijote; desde entonces valoré altamente su labor y sus propuestas creativas, su independencia y su profundo sentido crítico, su fino humor y su arraigado humanismo; meses después, en el 2005, Ana María Armijos, curadora del Banco Central del Ecuador, –quien cumplía tareas relacionadas con el montaje de una muestra colectiva de artífices chimboracenses–, consideró que el trabajo de Vilma Vargas tenía la suficiente fuerza, originalidad y vuelo como para merecer una exposición individual y un catálogo independiente, por lo que, siguiendo los procedimientos del caso, promovió la muestra Pintura y arte-objeto, cuyo texto me fue encargado, y a la fecha consta referenciado en obras como el Diccionario Crítico de Artistas Plásticos del Ecuador, de Hernán Rodríguez Castelo, (Quito, Municipio de Quito-Centro Cultural Benjamín Carrión, 2007, p. 686 s.).


Más de 10 años después, Vilma Vargas muestra una trayectoria en franca consolidación y evidente crecimiento, sostenido periplo testimoniado en la realización de nuevas exposiciones, la participación en numerosos eventos nacionales e internacionales, la inclusión en diversas publicaciones físicas y digitales, e incluso en hechos preocupantes pero sugerentes de los cauces que su trabajo ha afrontado como el allanamiento de que su domicilio fue objeto en julio de 2015, atentado cuyo móvil, según todo parece indicar, no sería el robo, cuanto el “llamado de atención” por las incisivas pero fundamentadas e ingeniosas críticas al poder que, desde hace más de una década, han abundado en su trabajo, polifacético repertorio del que hacen parte proyectos como El Polvorín, página, –y por algún tiempo pequeño periódico–, al que fui invitado a colaborar con textos satíricos y humorísticos en torno a la política y la realidad local y nacional, y cuyo cierre no tuvo otro origen que nuestra compartida reluctancia a “bajar el tono” evitando la ciertamente grotesca pero, –a nuestro observar–, saludable crudeza de coplas cuya pertinencia y trasfondo de verdad, duela a quien duela, la historia y la justicia solo han confirmado: “Pato argolla te jodiste / si a Riobamba robas plata / en buen lío te metiste / cuidaráste inmunda rata”.


Ya en febrero de 2016, según puedo atestiguar, Vilma Vargas preparaba una nueva exposición de caricatura política a ser presentada en el Salón del Pueblo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Azuay. Vargas, con la metodicidad y previsión que han caracterizado cada uno de sus trabajos, remitió, a tiempo, con fecha 18 de abril, los soportes digitales y enlaces referentes a los trabajos a exponerse (cuadros y caricaturas), cédulas y videos. Mi participación básicamente consistió en bautizar la iniciativa con el híbrido Guarmicaturas, perfeccionado por Diego Demetrio Orellana, intelectual cuencano que actuó como curador de la muestra que, con presentación de su autoría, se llamó “Huarmicaturas por la libertad”. En Cuenca, ciudad a la que acudí con motivo de la presentación de mi libro Ecuador en la ruta de don Quijote, tomé las previsiones para poder asistir también a la inauguración, acto en el que pude ser testigo presencial de algunos particulares que la prensa no ha tomado en cuenta; ofrezco entonces mi opinión y testimonio:


Pese a que la organización de la muestra, en cuanto a las tareas correspondientes a la caricaturista y al curador atañen, fueron cumplidas con suficiente antelación, en forma repentina, el 3 de mayo, se les notificó que la misma no podría realizarse aduciendo sesgos políticos y “panfletarios” en varias de las piezas a exponerse; no se precisó cuáles. Ese 3 de mayo, día paradójicamente dedicado a la libertad de expresión, se indicó también que no se imprimiría el esperado catálogo y otras “depuraciones” que comprometían seriamente la posibilidad de que el evento se inaugurase la noche del miércoles 4, conforme se planificó desde hace tiempo ya. Estas contrariedades obligaron al Curador a buscar acuerdos que permitiesen llevar a efecto la exposición, uno de los cuales implicó la mutilación de su texto de presentación, el retiro de las cédulas y la no proyección de los videos animados hechos a partir de algunos de los trabajos.


La noche del 4, con un público que de a poco fue creciendo, pese a todo, tuvo lugar la inauguración; habló, en primer lugar, una funcionaria de la CCEA, quien, con parquedad y escaso carisma, dio la bienvenida a los asistentes; enseguida se pronunció Iván Petroff, presidente del Núcleo, quien, en forma tibia, –y yo diría timorata–, aludió a los fines de la caricatura en general, deslizando entre sus palabras alguna alusión al escritor español Francisco de Quevedo, y pidiendo “comprensión”, sin ser suficientemente explícito, pero aludiendo acaso a las reales motivaciones existentes detrás de un claro acto de censura, censura que, desde dentro y fuera del país, ha recibido el más rotundo de los rechazos.


Terminada la breve alocución de Petroff, hizo uso de la palabra Diego Demetrio Orellana, quien, en un lapso de cuarenta minutos, improvisó una gala oratoria que, entre otros puntos, increpó duramente a esos funcionarios a los que no les importa anteponer órdenes “superiores”, cuando no su personal o sectario interés, a los principios; fustigó enérgicamente las arbitrariedades del régimen imperante al que, con magistral pincelada, retrató como “nefasto, nefando y nefario”… …y dejó en claro que las decisiones tomadas con la muestra dejan en evidencia las limitaciones e inconsistencias de una autonomía institucional en la que, de tan trillada, resulta ingenuo creer. No faltó en esta vibrante intervención la hábil glosa, la airada invectiva ni la sesuda deconstrucción en torno a Quevedo, inicialmente citado por Petroff, ni la justiciera exigencia de que, como un mínimo acto de reparación ante el perjuicio irrogado a la artista, se edite el catálogo sin lugar a expurgación alguna, exigencia ante la que el público prorrumpió en sonoros aplausos, como prorrumpió en posteriores acotaciones de Orellana, quien, sospechosamente, no ha sido entrevistado con respecto a este caso. 
Petroff, cosa que no se ha dicho, tuvo toda la oportunidad de impugnar las “incoherencias”, expresiones “panfletarias”, o meras “calumnias” del orador, en caso de haberlas, pero se limitó a guardar silencio, acaso en medio del angustioso debate interno en que debió haber vivido los peores 40 minutos de su gestión, si no es que de su vida.

La intervención final estuvo a cargo de la caricaturista, quien, lesionada pero serena, cuestionó en breves palabras el proceder de la institución anfitriona y desplegó su ingeniosa protesta: una agridulce variante de los fusilamientos del 2 de mayo, cuadro de Francisco de Goya que, en la relectura de Vargas, alude a Cuenca y a la institución que, lo reconozca o no, tomó decisiones que han minado sensiblemente su credibilidad y prestigio; el mismo Petroff, valga informar, no asistió al día siguiente al Museo de las Conceptas, en una de cuyas salas, según comprometió su palabra, debía realizar la presentación del libro Ecuador en la ruta de don Quijote. Tampoco, cabe señalar, ha remitido disculpa algún ante dicho incumplimiento, que, por otra parte, dejó un espacio más que privilegiado para que Orellana volviera a la carga, aunque en esta ocasión con una muestra oratoria dedicada a Miguel de Cervantes y su legado en las letras, las artes y el pensamiento de Ecuador.


¿Quién o quiénes, a fin de cuentas, están detrás de esta censura? Vergonzoso, y aun miserable, pero revelador, sería que funcionarios o allegados al gobierno de turno, como vergonzoso y repugnante sería que, ante temores como el de ver comprometido el presupuesto institucional se hayan tomado tan deplorables, paradójicas e inauditas decisiones como las que representa cuestionar la presencia de caricaturas de corte político en una exposición que no era sino de caricaturas políticas, muchas de cuyas piezas, por ejemplo las alusivas al terremoto de Manabí, en cambio no han sido cuestionadas, pero tampoco justipreciadas pese a la evidente solidaridad y humanismo que las imbuye; como quien dice: solo se impugna lo que incomoda, con el adverso resultado de que más de una ráfaga les ha terminado saliendo por la culata al propiciarse, más allá del no buscado “escándalo”, que, “más que sea” en la web, sean miles de personas las que finalmente terminen viendo la muestra, no solo desde Cuenca sino desde el mundo en general, como lo confirman las páginas y blogs que se han hecho eco de lo acontecido en la hermosa y querida Atenas del Ecuador (Véase http://cartoonistsrights.org/cultural-agency-censors-carto…/). 
  • El distinguido abogado Bolívar Sánchez Orellana fue uno de los personajes más representativos
  • de la morlaquía en el evento de marras, quien posa aquí junto a Cristina Vinueza, venida desde Guayaquil in honorem libertatis.

Las réplicas y contrarréplicas institucionales, vistas sus inconsistencias y contradicciones, no han logrado más que embarrar y acrecer la plasta de errores previos. En buena hora que, desde la Casa de la Cultura Núcleo de Chimborazo, al menos se haya tenido la iniciativa de remitir al Núcleo de Azuay una carta de protesta en cuyo texto me permití sugerir se añada esa exigencia de que, como un mínimo acto de resarcimiento, se edite y distribuya el catálogo de la muestra, cuyas páginas nada tienen de panfletarias ni de sesgadas: sus caricaturas, duela a quien duela, indigne a quien indigne, no son sino logradas relecturas de la realidad económica, política, cultural e histórica en que nuestro país, y el mundo en general, han chapoteado durante los últimos meses. Bien puede usted, estimado lector, ver la muestra completa en el enlace http://vilmatraca.blogspot.com/…/cedulas-y-videos-censurado… y formar su propio criterio. Yo me he limitado a emitir el mío.

lunes, 16 de mayo de 2016

VISIONES PICTÓRICAS DE CUENCA: CRISTIAN CARRILLO

Ars gratia artis, la pintura ha sido siempre un auténtico lenguaje para consignar in perpetuum la realidad cotidiana. Y así, los artistas que a lo largo de la historia han dedicádose a la pintura han vuéltose de momento ad momentum como los idóneos interlocutores para graficar las sublimes expresiones de las cosas que nuestros ojos contemplan ex tota veritas.


Ad initium tertio millenio, es gratificante observar que aún existen artífices de las artes plásticas que exploran, con devota pasión, todas las insondables fronteras del arte para proponer sui generis creaciones pictóricas, en donde el oficio de pintar revélase sólido permitiendo constatar la capacidad y el talento que poseen para la pintura de caballete.




Uno de ellos, en nuestro medio, es Cristian Carrillo, un artista plástico que sorprende y encanta cautivándonos la atención para crear diem per diem interesantes obras en las que Cuenca es representada originalis et admirabilis in veritatis splendor.


Y el artista propone obras que lo catapultan como un reportero gráfico de la urbe, siempre halagüeña y fotogénica para los ojos del alma, pues cada propuesta pictórica es como un espejo de preciosos lugares y espacios morlacos que encandilan a todos cuantos pueden contemplar la suprema hermosura de la ciudad cargada de alma.


Y en ese proceso creativo que llévalo a Cristian para graficar los rostros de Cuenca hay un constante proceso de experimentación pictórica que ha convertídolo en un experimentado pintor que maneja diversas técnicas y que, con gran experticia, indaga variadas posibilidades para jugar con el lienzo y obtener sólidas creaciones en donde percíbense ipso facto que estamos ante un talentoso artista capaz de recrear las prolíficas visiones de una urbe encantadora que ofrece, en todos sus rincones, motivos singulares para ser representados en originales creaciones plásticas que exaltan nuestro ánimo para deleitarnos con la belleza arquetípica de la urbe in communitate nostra.


De esta manera, in corpore presente, Cristian Carrillo realiza obras en las que recrea insólitas vistas de la ciudad, desde sus múltiples facetas en donde la gente, la arquitectura y la naturaleza son representadas cum accurata diligentía, buscando la suprema perfección de estas originales creaciones que sugiérennos sublimes visiones de una encantadora urbe.




Ad exemplum, con su creativa imaginación, el artista supone cómo una avecilla -de las tantas que pululan en Cuenca- mira desde el aire para graficar interesantes vistas aéreas que permítennos contemplar a la urbe desde insólitas perspectivas por las que nos sorprendemos apreciando detalles que cotidianamente no los miramos ni siquiera de refilón. Verbi gratia et gratias Deo, ya se trate de una iglesia del patrimonio cultural de la ciudad, de una manifestación de la cultura popular de la gente, o de la esplendorosa naturaleza del paisaje cuencano, las vistas de Cuenca que Cristian plantea, con singulares efectos, conviértenlo en una especie de «magister veritatis» o «maestro de la verdad», en el mundo del arte, para mostrarnos a Cuenca en su más fidedigna realidad.


Así, pulcherrima super omnia/ hermosísima sobre todo, la urbe es motivo permanente de inspiración en la creativa mente del artista y por ello, desde la esfera natural, sus obras muestran exquisitez para graficar la bucólica hermosura de la capital de la morlaquía, siempre verde y colorida ad infinitum, mientras los habitantes y circunstantes de la urbe son también causa de inspiración para representárselos en ambientes que denotan la cultura popular morlaca, que es una de las características que han dado personalidad a Cuenca y que el artista cáptala en su más pura esencia.




Quizás, por este detalle, las obras de Cristian son significativas como auténtica expresión de la cultura popular que llévalo a pintar ex integro importantísimas expresiones del patrimonio cultural intangible que vivifica a los cuencanos con sus inveteradas tradiciones in historia nostra.


Mas en el proceso creativo del artista nótanse también, a maxima ad minima, detalle tras detalle, propuestas que degústanse por los delicadísimos efectos logrados con la técnica, a través de los cuales revélase un buen manejo del color que erígelo como un dotado colorista para prodigar las más inesperadas sensaciones y reacciones solo posibles de lograr al enfrentar una atractiva cromática que transpórtannos, in corpore et in anima, para experimentar el gusto estético de una obra en donde hay experticia para la pintura de caballete.


 Por ello, trátanse de creaciones con un solvente manejo de los cánones académicos que las propuestas pictóricas reclaman, en donde la perspectiva y la composición hállanse perfectamente coordinadas, mientras -más allá del pincel- el uso de la espátula es un recurso con el que resáltanse precisos detalles que definen taxativamente el concepto que el artista propónese al graficar sus peculiares visiones de la urbe con las que confróntanos para deleitarnos con cuadros de muy buena factura que muéstrannos cosas extremadamente reales y concretas.




Y en tanto el artista es dueño de un rico mundo interior, con el que ab intra revolotea por los profundos campos de la inspiración artística, vuélvese capaz de concebir originales vistas de la urbe, en donde no necesariamente la ciudad represéntala como una imagen casi fotográfica, sino que sobre esa realidad representada incorpora elementos que yuxtapónense entre sí para hacer que sus propuestas pictóricas tengan un estilo muy personal que le ha dado personalidad propia como pintor de oficio, toda vez que su trayectoria artística en la que subyace una gran experiencia pictórica permítele navegar por diversas corrientes artísticas que van desde el realismo a la abstracción entrelazándose mutuamente al momento de plantear sus propuestas plásticas que definen de manera peculiar a Cuenca in stricta veritas et iustitia, mientras el autor muéstrase diestro para trabajar en el óleo y el acrílico, con sorprendentes efectos.


Entonces, ad concludendi, digamos también que Cristian Carrillo, al mostrarse como dueño de una gran personalidad artística, para plasmar sus ideas en interesantes creaciones, defiende la paciente labor del pintor de oficio que, secundum artem, aporta a la sociedad con sui generis obras artísticas dignas de elogio en un mundo en donde muchas tomaduras de pelo míranse a diario con el arte contemporáneo que permite a muchos artistas visuales esconder su inhabilidad o incapacidad para revelarse con genio creador en el duro oficio del dibujo y la pintura de caballete.




A través de esta muestra pictórica en la Galería de la Alcaldía podemos corroborar in situ la talentosa obra de Cristian Carrillo que inter nos muéstranos también la fuerza centrífuga de una verdad absoluta por la que sabemos, ex informata conscientia, que el arte es infinito en su capacidad expresiva y cuando las obras son buenas impactan ex tota fortitudine, sicut erat in principio et nunc et semper et in saecula saeculorum.

Diego Demetrio Orellana

In Concha, super flumina Tomebamba, mensis maii, die XVIII, AD MMXVI, in Anno Misericordiae.