martes, 24 de junio de 2025

UN JESUITA DESERTA DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS IN URBE NOSTRA: TOMÁS SERRANO RODRÍGUEZ

Cura Gustavo Calderón Schmidt, SJ y ex padre jesuita Tomás Serrano 
en un infernal duelo ab intra Societatis Iesu
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El reverendissime pater Tomás Serrano, SJ, es el símbolo de la disidencia jesuitica in provintia aequatorianae Societatis Iesu o en la provincia ecuatoriana de la Compañía de Jesús. Este jesuita cuencano ha abandonado a la orden ignaciana saliendo de sus filas para incardinarse como sacerdote diocesano en la Arquidiócesis de Cuenca y conforme lo denuncia él mismo, acriter et fideliter, en el lado contrario, empalagado hasta el hastío desde el impío andarivel de la revancha, hállase el cura Gustavo Calderón Schmidt, SJ, quien luego de su catastrófico y ruinoso provincialato de 6 años (2017-2023) ha sido enviado a vivir en Cuenca con el cargo de asistente para la misión de asesorar a la ex reverendissima madre rectora del colegio Rafael Borja, Patty Matailo, OFM.

In via historiae, dígase que hasta junio del año 2023 el padre Tomás hallábase viviendo en la comunidad de jesuitas de la Unidad Educativa Particular Borja, desde donde sufrió una especie de experimentum crucis para tomar la decisión de abandonar a los jesuitas y solicitar a la Arquidiócesis de Cuenca su incardinación como sacerdote diocesano in nostra Sancta Romana Ecclesia. La crucial decisión fue tomada en el instante mismo en el que el cura Calderón fue asignado a la comunidad de jesuitas del Borja, sitio que, al parecer, no era cómodo para que Serrano permaneciera luego del terrorífico via crucis que este último ha denunciado haber experimentado ab intra Societatis Iesu con lo que él señala sobre las persecuciones desatadas desde la curia provincial de los jesuitas in quitense urbe. En pertinente metáfora dígase que tal convivencia hubiese sido acaso como una cruenta y carnicera guerra mortal entre el perro y el gato in partibus infidelium. Para evitarlo, el padre Tomás ha decidido, quid pro quo, que la vida junto al Borja, inter Calderón Schmidt, es demasiado insoportable para vivirla in Societate Iesu. ¡¡¡Cómo no entenderlo in via caritatis....!!! Así pues, Serrano eligió mas bien abandonar a la orden jesuita en una de las más difíciles opciones de vida que el Señor ha puéstole en el camino in via dolorosa.

Ergo, a la fecha, luego de dos años de una especie de retiro voluntario, Tomás Serrano, SJ, ha abandonado definitivamente a la Compañía de Jesús, ab aeterno, como hémoslo dicho ut supra y al momento, la Arquidiócesis de Cuenca, luego de un bienio de reflexión ha incardinádolo como presbítero del clero diocesano en la Iglesia de Cuenca. Serrano es nuestro compañero ex alumno de la promoción 1977 del Borja y ha sido vilmente perseguido e infamemente castigado durante los últimos catastróficos provincialatos de la Compañía de Jesús in patria nostra. El mismo padre Tomás así ha denunciádolo en algunas ocasiones, inter nos, in via iustitiae, mientras las acechanzas que confiesa haber tenido que sufrir, dentro de la orden jesuita, según el padre Tomás, no son cristianas sino diabólicas como mefistofélicas pueden ser muchas de las acciones tomadas en el gobierno de la Compañía de Jesús, en el Ecuador, durante los últimos quince años desde los catastróficos y calamitosos provincialatos del cura Gilberto Freire, SJ; el cura Gustavo Calderón, SJ; y el cura Daniel Icaza, SJ.

San Ignacio de Loyola
Fundador de la Compañía de Jesús
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Es triste contemplar que cuando la Compañía de Jesús en el Ecuador hállase en EXTINCIÓN, las luchas fratricidas entre los jesuitas ecuatorianos provoquen aún más deserciones y dimisiones que vocaciones, en una especie de harakiri o de fatídico suicidio ab intra Societatis Iesu. La falta de vocaciones incide azarosamente para que el número de jesuitas decrezca, cada vez, al ritmo de la hecatombe, en medio de una grave crisis de personal religioso en la administración de las obras apostólicas de la Compañía de Jesús en el Ecuador, pues apenas hay un número de 65 curas ignacianos en todo el Ecuador, con una media de edad de más de 60 años, lo que hace que en las residencias jesuitas no puédase vivir en comunidad con varios miembros conviviendo comunitariamente bajo la guía de un superior, como habíalo concebido san Ignacio de Loyola ad maiorem Dei gloriam. Hoy, las comunidades de jesuitas no son tales si ha de considerarse que no más de dos o tres miembros de la Compañía intégranlas, no pudiéndose hablar, sensu stricto, de comunidades religiosas propiamente dichas in vita Societatis Iesu. Mucho peor cuando ni siquiera llévanse bien entre ellos, como pruébalo el aparente ambiente de distonía con el padre Tomás Serrano Rodríguez en la Unidad Educativa Particular Borja, galimatías que ha resuéltose con la renuncia de Serrano a la Compañía de Jesús in urbe nostra dilectissima, in honorem Matris Dolorosae in conchense collegium Societatis Iesu...

LOS TRES ÚLTIMOS CATASTRÓFICOS PROVINCIALES DE LOS JESUITAS EN EL ECUADOR: GUSTAVO CALDERÓN, SJ; GILBERTO FREIRE, SJ Y DANIEL ICAZA, SJ HERMANADOS IN MYSTERIUM INIQUITATIS
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In veritatis honorem, podríase decir que los nefastos provincialatos en la Compañía de Jesús en el Ecuador, durante los últimos quince años, dividieron a los jesuitas ecuatorianos hasta polarizarse en dos bandos: aquellos que son serviles y acomodaticios a los poderes jesuiticos de turno y aquellos jesuitas rebeldes y levantiscos que esperan que la unidad perdida recupérese con el actual provincialato in via fraternitatis. Desde el lado de la disidencia la lucha es infernal o apocalíptica y algunos, como Serrano, patrinquean en el combate y deciden mas bien abandonar las filas de la orden jesuita in communitate nostra.

El dramático via crucis que ha vivido el padre Tomás es digno de piedad cristiana y misericordia in nomine Domini. En esta fotografía, ad exemplum, contémplase que el rostro del padre Tomás Serrano, SJ, es más que elocuente y habla más que mil palabras: triste, cogitabundo, turbado y angustiado o aprehensionado, mientras cierto rictus de iracundia obsérvase también. Así es como apareció, ex abrupto, el pasado 18 de abril del año 2024, en la iglesia del Santo Cenáculo para recibir al cuadro original del milagro de la Dolorosa del Colegio en su IX visita histórica a Cuenca, la Ciudad Eucarística y Mariana. Y es que realmente no puédese tapar el sol con un dedo ante el sufriente aspecto del padre Tomás. Su rictus de dolor es cadavérico como el semblante de quien sufre una angustiosa tribulación tristis et afflictis in haec lacrimarum valle. Por eso, valga la oportunidad para presentar, desde este espacio cibernético, nuestra solidaridad ante el padre Tomás, in fraternitatis honorem, quien además vive un duelo familiar para colmo de sus males. 

La situación fue de tal magnitud que, el pasado jueves 18 de abril del año 2024, el padre Tomás y el asistente para la misión de asesorar a la ex reverendissima madre Matailo ni siquiera diéronse las manos en el templo eucarístico de Cuenca, el Santo Cenáculo, y concelebraron separados en la misa de recepción al cuadro original del milagro de la Mater Dolorosa, el uno ad orientem, el otro a contrario sensu, lo cual dice mucho o muestra todo frente al hecho de que nunca practícase lo que predícase, puesto que díjose hasta el hastío, desde el lado de Calderón Schmidt, que la visita de la Mater Dolorosa a Cuenca serviría para fomentar la fraternidad para salvar el mundo, pero nada de fraternidad vióse en la iglesia del Santo Cenáculo, entre el reverendissime pater Tomás Serrano y Gustavo Calderón Schmidt, SJ, el asistente para la misión de asesorar a la ex reverendissima madre rectora in conchense collegium Borgia in provintia aequatorianae Societatis Iesu. Terribilis in communitatis vita omnes clamamus ex tota fortitudine sicut antiqui Societatis Iesu alumni in conchense collegium Borgia in provintia aequatorianae Societatis Iesu. Omnia ad maiorem Dei gloriam.

Abogado Diego Demetrio Orellana
In conchense urbe, apud flumina Tomebamba, mensis Iunii, die XXIV, currentis Anno Domini MMXXV, octava solemnitate Corpus Christi


viernes, 20 de junio de 2025

GENARO PATIÑO LEDESMA «IN AMICITIA SEMPER FIDELIS» O «EN AMISTAD SIEMPRE FIEL»


AMICUS FIDELIS IN VERITATIS VIA: 
SEMBLANZA A LOS 11 AÑOS DE SU PARTIDA 
A LA CASA DEL PADRE

In libertatis honorem, era libre como las águilas que en precipitado vuelo elévanse in excelsis por los amplios cielos del mundo. Mas apenas enfermó gravemente -en septiembre del año 2013- pusiéronlo en cautiverio, inter familias, al parecer, no solamente para sanar sus males sino para controlar todos sus movimientos y sobre todo su peculio… El libertario sacerdote sintió entonces que apropiábanse de su ser como si fuese un ente sin voluntad ni afecto y, según denunciábalo él mismo, el control era omnipotente y absoluto pues ya nada pudo hacer ad libitum, in via libertatis… Como ave en cautiverio sentíase aquél a quien jamás nadie atentó en contra de su libérrimo espíritu puesto que al verse avasallado por la cruel enfermedad sentíase débil, inerme e hiper dependiente de la voluntad ajena.

La enfermedad era grave pues tratábase de un galopante cáncer y, diem per diem, el clérigo sentíase desfallecer a punto tal de no poder reivindicar su condición de hombre libre in via dignitatis. Fue un tormentoso via crucis de nueve meses. Ad interim, él ya no disponía de su auto para movilizarse, ad arbitrium, como siempre lo hizo, por lo que el control era tenaz y los abusos llegaban a insospechados extremos cuando ni siquiera los visitantes que el enfermo recibía podían estar a solas con el moribundo amigo. Sin ningún derecho y en contra de todo derecho habíanle contratado un taxista para sus movilizaciones, quien actuaba cual inicuo vigía o maledicente espía controlando todos los movimientos del cautivo, de momento ad momentum, e informando a sus captores de todo cuanto hacía su víctima propiciatoria cuando pedía tal servicio de transporte a fin de cumplir sus responsabilidades eclesiásticas o cuando sentía ganas de pasear, de hacer visitas o simplemente de salir como cuando libremente dispuso de su auto y de su tiempo. Así es como él mismo denunciábalo tristis et afflictis in via dolorosa, puesto que, atenazado y prisionero, el sacerdote había perdido la libertad y su tristeza era evidente en cada uno de los encuentros que solía mantener con quienes visitábanlo en la parroquia San Juan Pablo II de la Ciudadela Católica, a él confiada como pastor bonus et fidelis in nostra Sancta Mater Ecclesia

PARROQUIA SAN JUAN PABLO II
CIUDADELA CATÓLICA

El sitio, que había sido acogedor mientras él fue no solamente un párroco caritativo y bondadoso sino el jefe máximo de aquella circunscripción eclesiástica, también habíase vuelto un lugar en donde evitábase que incluso el sacerdote diera limosnas a los pobres y desvalidos que buscábanlo habitualmente extendiéndole sus manos en esperanza de clemencia. Esa había sido una costumbre que Genaro propiciaba con su dadivosa generosidad para los olvidados de la tierra en su parroquia, quienes ya no podían encontrarlo vis a vis en busca de misericordia... Abusivamente, los menesterosos que llegaban eran enviados a las oficinas de la Pastoral Social de la Arquidiócesis como si tratárase de una junta de beneficencia a donde acudir para no recibir la caridad que Genaro dábales in caritatis honorem.

Mas él era un sacerdote y llegando yo a visitarlo en un postrímero día de su tediosa tribulación dos de sus allegadas no permitían que la visita desarrollárase con un diálogo fraterno de amigos en el que ellas no estuvieran. A mí ocurrióseme pues una estratagema para deshacerme de semejantes harpías: pedí que salieran del despacho parroquial aduciendo que quería confesarme con mi amigo y la confesión es un secreto in nostra Sancta Romana Ecclesia. Así lo exigí, con ataraxia y firmeza, y el artilugio fue efectivo para que las dos mefistofélicas acompañantes abandonaran el lugar quedándome a solas con el fraterno y dilecto amigo. Fue gratificante echarlas fuera de mi presencia con tan ingenioso ardid in Sancta Mater Ecclesia.

El providencial subterfugio funcionó, a maximis, y entonces hablé confidencialmente con mi amigo vis a vis y díjele con entereza in camera caritatis

-Padre, no se deje avasallar de sus cercanos seres. Póngales en su sitio y recupere su libertad. Nótase que han extrapolado todo límite de respeto a su reverencia y han restádole dignidad. ¿Dónde se ha visto esto?

Con la voz entrecortada, la mirada perdida y la mano firme en mi hombro -por la trepidante circunstancia que vivía- díjome:

-Ya quisiera tener su carácter, mi querido Diego Demetrio...

Lo miré absorto y con tristeza, mientras sus ojos brillaban como los de un amigo en busca de consuelo. Ergo, me fue más doloroso constatar que mi amigo había claudicado a su libertad, a fuer de sus calamitosas circunstancias. Qué lastimero resultó ver in extremis a un hombre que cuando estuvo sano nadie pudo subyugarlo con despiadada sujección y comprendí entonces que mi amigo perdió toda la batalla para reivindicar su natural condición de libérrimo ser humano, con semejante compañía de inescrupulosas y rabulescas harpías que actuaban todo el tiempo, además, con abominable amarulencia.


ÜLTIMO DOMINGO DE RAMOS DE GENARO PATIÑO
IN ANNO DOMINI MMXIV
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Aún pude decirle, no obstante, en aquél íntimo diálogo, que sería también como nuestra despedida ad vitam aeternam

-Padre… pero tampoco deberíase quedar usted en silencio, mi amigo fraterno, si su alma siéntese ultrajada e incómoda por este indignante proceder hacia su reverencia. Espételes las razones que le asisten para reivindicarse in dignitatis honorem...

 A lo que respondióme: 

-Sí se los he dicho, pero me dicen que nuestros padres nos enseñaron a ser unidos en las buenas y en las malas, lo cual no es cierto pues cuando no estuve enfermo nunca mostraban tantos afanes de sobreprotección para conmigo… Pero así me tocó padecer, mi querido Diego Demetrio. No sabe cómo valoro su entereza y solidaridad tanto como su talante para haberse deshecho de mis acompañantes a fin de confidenciar entre los dos como viejos amigos...

Poco tiempo después de esta memorable y triste visita mi amigo fallecía víctima de la mortal enfermedad que habíalo consumido hasta destruirlo por completo ad vitam aeternam.

In hora mortis sua/ En la hora de su muerte muchos de sus amigos y fieles estuvieron en apoteósica manifestación de dolor in amicitia semper fidelis, pero los principales protagonistas o causantes del postrímero suplicio desplegaron ante el público que acompañó en el sepelio un abominable teatro de la falsía llorando como tragicómicas plañideras ante el cadáver, con estridentes gritos y golpes de pecho, sin que al parecer existiese un llanto sobre el difunto sino una congoja de cicateras harpías ante el nefando hecho por el que acabábaseles la mina de oro que quizás el sacerdote representaba inter familias.

 In honorem iniquitatis/ En honor de la iniquidad, las personas posesivas aprópianse de sus poseídos hasta las fronteras de la indignidad. Y éste era un patético caso en el que un hombre dejó de ser libre porque temían que en aras de aquella libertad sus bienes no fueran a parar en sus manos si el sacerdote hubiéselos administrado por su cuenta in articolo mortis. Qué reluctante ejemplo de mezquindad humana in vita communitatis ab intra ecclesiae in calamitatis via et super flumina Tomebamba, ad nauseam in iniquitatis honorem. Requiescat in pace ad vitam aeternam in nomine Domini, reverendissime pater Genaro Patiño Ledesma, amicus fidelis et sacerdos amabilis et prudentissimo in persona Christi capitis, in grata memoria semper viva in anima nostra.


Abogado Diego Demetrio Orellana
In conchense urbe, apud flumina Tomebamba, mensis Iunii, die XX, reparata salute Anno Dominicae Incarnationis MMXXV, octava solemnitate Corpus Christi

miércoles, 18 de junio de 2025

JULIO DELGADO: UNA FATÍDICA Y MONSTRUOSA MUERTE SUPER FLUMINA TOMEBAMBA


In caritatis via o En el camino de la caridad dígase que una inopinada y monstruosa muerte en el mundo cultural de la morlaquía es motivo de cotilleos y murmuraciones, en estos días, sin que nadie atrévase a proferir un RÉQUIEM para Julio Delgado, paleógrafo que descifraba los infinitos arcanos del pasado en los archivos históricos de la urbe, quien -según afirman los denunciantes- ha suicidádose de espeluznante forma sin recibir ningún responso ni muestra alguna de afecto por parte de la sociedad cuencana, a la que sirvió desde una silenciosa labor desempolvando documentos antiguos, frecuentemente al servicio del Cronista Vitalicio de Cuenca, Juan Cordero Íñiguez, quien -según denunciaba el propio difunto- ni siquiera cancelaba con justicia sus honorarios, a fuer de la cicatería y la avaricia in culturalis aspectibus.

Es triste contemplar el drama humano de muchos sujetos que desengañados ante la vida patrinquean frente a ella llegando al autosacrificio, sumidos en un piélago de dolorosas espinas, «in haec lacrimarum valle» o «en este valle de lágrimas», puesto que así es como resultan sus azarosas y tormentosas existencias in communitatis historia. Son muertes de solitarios personajes que parecen vivir olvidados de Dios y de los hombres, en medio de la incuria de sociedades hipócritas que les cierran las puertas, segregándolos o marginándolos en un feroz ostracismo, polarizándolos al inicuo aislamiento en un cruel contexto de verse y sentirse censurados, sojuzgados o simplemente acribillados con las filudas lenguas de una sociedad que vive del maledicente cotilleo en medio de la injuria, el denuesto, el libelo difamador o simplemente el mortífero rumor con el que mátase a la gente ora con la malqueriente difamación o la calumnia, ora con el escarnio de acres filípicas o diatribas infames que lanzadas en ristre -como zahirientes invectivas- pueden ser tan flamígeras o mortíferas como el atroz escalpelo que adora la carne que devora.

Un solidario amigo de Julio Delgado, a quien mantendremos en el anonimato, ab imo pectore, ha dejádonos in scriptis un desgarrador testimonio del drama humano que vivía el paleógrafo, a quien Cuenca no ha sido capaz de reconocer ni con una condolencia en El Mercurio o en las redes sociales in ciberspatium, en homenaje de gratificación a su valioso aporte puesto que los paleógrafos no existen por cientos en la urbe y quienes dedícanse con devoción a estos menesteres no cuéntanse ni siquiera con los dedos de la mano in vita civitatis.


Para conocimiento público, transcribimos ex integro el mensaje del solidario amigo de Julio, como un estremecedor testimonio para comprender mejor las razones que movieron estrepitosamente al paleógrafo para tomar su fatídica decisión in calamitatis via: «…No éramos muy amigos pero cada vez que podía le dedicaba tiempo para compartir palabra, pan y compañía. Me sorprendía su claridad y conocimiento. Él estaba bien direccionado sobre la memoria histórica, era su fuerte y era un buscador de las verdades lejanas que han hecho estas tierras. Era hombre manso, de pocas palabras y de sonrisa sincera y cuando encontraba eco se abría y contaba su percepción sobre este tiempo y el desequilibrio social.

Hablábamos también de los amigos, de los que eran y ya no son, gentes distantes y prejuciosas y otras en cambio intactas y amables. Yo lo conocí hace muchos años atrás, él se juntaba con un grupo grande de jóvenes universitarios contemporáneos de su tiempo, que gustaban y hacían música; era un grupo inquieto y solidario pero siempre se rodeaban de alcohol y él tuvo un serio problema de alcoholismo; parecía irrecuperable; eso lo llevó al abandono y soledad propio de los alcohólicos. 

Casi siempre lo veía solo por lo que me acercaba discretamente a saludarlo sorprendiéndome verle muy sobrio, guardando una cordialidad a mi persona. Esos gestos, por lo general, yo los dedico a muchos como él, los olvidados de la tierra. Las dos últimas veces que nos encontramos me contó que su salud estaba muy deteriorada, con un problema muscular y de agotamientos, fatigas. Hablábamos de las vacunas y él como yo teníamos muchas sospechas…


Lo que puedo decir es que al amigo le fue matando el abandono, la indiferencia, la falta de cordialidad, el desinterés por el otro, la solidaridad, que es el combustible que da vida a la amistad, algo que ya no está presente y se nota en muchos. 

Juan Cordero junto al triste suicida que era
 injustamente reconocido por sus honorarios


Esa caída de valores sumado al juego sucio de los abusivos que se aprovechan de las amistades y los utilizan cuando son útiles y cuando ya no lo son los desechan… Para él hay una oración para la tierra y una oración para el cielo y que el corazón misericordioso del eterno lo guarde y dé calma a los suyos».

Vaya en estas líneas, IN MEMORIAM, una reflexión que aunque pudiérasela sentir acre y cuestionadora lleva per se el «sensus veritatis» o «sentido de la verdad» que la sociedad cuencana evita confrontar in dignitatis honorem. No es el primer caso de un ser al que la gente somete a la incuria con ingratitud malsana apud flumina Tomebamba. Ha habido en nuestra citadina historia otros ejemplos de valiosos personajes que fueron confinados a las tormentosas aguas del olvido, el desprecio y la marginación in iniquitatis via. Solo recordemos a Dolores Veintemilla de Galindo, a Luis Toro Moreno, a César Dávila Andrade o a Efendi Carpio Bermeo y habremos de consensuar, in veritatis honorem, que nuestra sociedad es cruel hasta las fronteras de la impiedad con inestimables seres que no son justipreciados en su real medida por sus valiosos y proficuos aportes a la cultura y a la historia in civitatis historia. Requiescat in pace ad vitam aeternam, dilecte Julius Delgado in amabilis amicitia semper vera et super omnia in via fraternitatis inter nos in culturalis aspectibus ab intra communitatis.

Abogado Diego Demetrio Orellana

Datum Conchae, mensis iunii, die octavo supra decimus, reparata salute Anno Dominicae Incarnationis MMXXV, in vesperas solemnitate Corpus Christi.
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OPINIONES CIUDADANAS

DE: oswaldo.paez.barrera@gmail.com
PARA: criticayopinioncultural@gmail.com
FECHAjue, 19 jun a las 10:04

Gracias Diego por compartir esas reflexiones de afecto y solidaridad con un intelectual singular cuyo valor no se supo apreciar y que hoy lamentamos su pérdida.

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DE: m.wazhima@gmail.com
PARA: fidehazuay@yahoo.es
FECHA: lun, 23 jun a las 0:53

Estimado Diego,

Gracias por la solidaridad, aunque Julio no era alguien muy conocido para mí, sí que nos habíamos cruzado varias veces en la gran-pequeña Cuenca y siento como tú, que se nos va gente sin que, como ciudad, como colectividad, les hayamos agradecido y reconocido lo importante de su paso por nuestra historia. Los números dicen que a partir de la pandemia los suicidios en Ecuador han ido en aumento; me duele ahora constatar mentalmente cómo en los últimos años, un número importante de gente querida, ha decidido que la vida es demasiado insoportable para vivirla. Cómo no entenderlos. 

Mi abrazo para ti, creo que estas trágicas situaciones nos aleccionan, hay que decirlo más veces: mi brazo extendido, mis manos abiertas y mis oídos atentos para cuando cualquier amiga o amigo lo necesiten.  Para ti el agradecimiento por no dejar que un amigo parta sin que lo pensemos, le agradezcamos y nos enseñe para el camino. Que el más allá sea tierno con Julio. 

Melina
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DE: mq@access.net.ec
PARA: criticayopinioncultural@gmail.com
FECHA: jue, 19 jun a las 12:45

Lamento esta pérdida y agradezco la información emitida... Mis condolencias a amigos y familiares del paleógrafo.
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